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Maratón 9/10

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La dulzura del recuerdo debe ser compartida por ambos amantes; si únicamente uno lo hacía, se sentiría más que solo. El pecho de Gulf comenzó a doler de repente, como si pudiera sentir el dolor por otras personas.

La primera nevada fuerte llegó nueve meses antes que la del año anterior. Mientras Mew salía del hospital se cayó por los escalones resbaladizos y casi obtiene un esguince grave en el tobillo, si no lo sostenía una mano oportuna de Saint.

Con firmeza, el ojinegro agarró algunos trozos de papel delgado arrugado en su mano.

Era un informe de inspección de enfermedades, que su amigo requirió de muchos esfuerzos para conseguir. Los caracteres en blanco y negro de las hojas destruyeron por completo su última esperanza.

Manteniendo el informe cerca de su pecho,  se separó del agarre de Saint y se adelantó. Estaba entonces en un estado sin espíritu, Saint trató de persuadirlo, pero sólo vio la alta figura del hombre arrodillarse repentinamente en el suelo, dejando una marca en la interminable blancura de la nieve.

Los ojos de Mew estaban enrojecidos, pero no parecía llorar ni ponerse de pie, sino que utilizando todas sus fuerzas comenzó a romper el informe en pedazos, como si estuviera luchando contra algo oscuro y malvado. Desafortunadamente, perdió. Al mirar los trozos de papel, mostró debilidad y tristeza en sus ojos. Después miró a su amigo, que también tenía un sentimiento complicado, forzando una sonrisa.

— El ojinegro dijo — Probablemente tuve un sueño terrible hace un momento. Ayúdame a despertar; necesito cenar con él. Le prometí que saldríamos a una velada juntos en la primera nevada.

— Saint no pudo evitar romper en llanto; él afirmó — Mew... no puedes mentirte a ti mismo.

La retribución llegó, y el castaño de hecho no pudo mentirse a si mismo. Su mente estaba clara, por primera vez tan clara en los últimos años. Podía recordar la noche nevada cuando Gulf lo llamó con una voz cuidadosa y expectante.

"Comamos dumplings por estos días nevados, te prepararé dumplings".

"Te extraño; ¿vendrás a casa?"

"¿En dónde está tu anillo?... no importa si lo perdiste, no era algo importante.

Algunos copos de nieve cayeron sobre sus mejillas, mezclándose con las lágrimas que cruzaban gentiles sobre sus ojos. Finalmente, estaba llorando por él.

Mew no podía imaginar cómo Gulf soportó tal enfermedad solo y lo espero a él al mismo tiempo. El pelinegro era el único a quien quería y amaba más que a nadie. Lo amaba más de lo que podía soportar.

Elevó lentamente sus dos manos, que estaban todas rojas debido al viento frío. Eran las dos manos que solían encajar con su otra mitad, solían abrazar al que amaba, y solían acariciar suavemente y acariciar apasionadamente su cuerpo; luego las cosas cambiaron, aquellas manos fueron las mismas que golpearon el rostro de Gulf, tocaron el cuerpo de otros, y a pesar de recibir un aviso de pausa al ser descubiertas, al final fueron las que sujetaron varios informes de una enfermedad terminal.

— Saint, enojado, levantó al hombre del suelo, sintiendo pena por él, pero no pudo evitar criticar — Deja de hacer el ridículo. ¡Si te atreviste a hacer todo lo que hiciste, debiste de haber pensando en las consecuencias de antemano! Incluso si no hubiera tenido esa enfermedad, ¿Cuánto tiempo más tendrían que soportar todo lo qué haces?

Gulf no estaba dispuesto a sentirse fácilmente ofendido por un incidente y, por lo tanto, a culpar al resto del mundo sin ningún motivo. Él nunca dejaría de escuchar, si fuera herido o traicionado por una sola vez. Pero el hecho más horrible sobre su disposición era que Gulf, quien generalmente era demasiado casual para tener una línea de fondo y demasiado tolerante para tener algún límite, no dejaba ninguna posibilidad de explicación y si estaba cansado simplemente se iría sin ningún augurio.

Pero aún cuando Mew no lo apoyó en su estado más vulnerable, vacío y herido.

El recuerdo solo quedó como dolor una vez que los dos se separaron, aunque llevaban juntos más de diez años de profundo afecto.

Comenzó a preguntarse dónde estaba su esposo. Él solo quería encontrarlo y llevarlo a casa, amarlo más que nunca y curarlo a cualquier precio, ni siquiera prestaría atención a los negocios de la empresa.

Pero lo primero que se le ocurrió en su búsqueda fue la relación entre el doctor y Gulf.

Bright fue genuinamente bueno con el ojicafé, no como el joven Mew. Su amor por él era más sencillo y tierno.

Compro bengalas. Diseño un árbol para los gatos de Gulf y él mismo eligió los materiales para hacerlo. Incluso despejó un poco de espacio en su jardín para construir un vivero donde el menor pudiera cultivar flores.

Sus esfuerzos se vieron recompensados ligeramente. Se las había arreglado para reclamar otra mitad de la cama del pelinegro. Aunque tuvo que traer sus propias pijamas y se mantuvo un gran espacio entre ellos.

Bright abrió la puerta del dormitorio en silencio. Una pequeña y reconfortante luz naranja iluminaba la habitación. Camino hacia Gulf mientras este estaba leyendo un libro apoyado en la cabecera.

— ¿Qué estás leyendo? — Se reclinó en la cama, volvió ligeramente la cabeza hacia el pelinegro.

— Gulf sonrió y le mostró la página — Una cosecha de primavera, es un poemario.

— El médico se acercó y apoyó la cabeza en el delicado hombro, hablando en voz baja y abstraída — Tuve una pesadilla anoche.

— Me preguntó porque me desperté. Estabas llorando incluso mientras dormías — Gulf no lo apartó.

— Bright se congeló por un momento — Soy un tonto, ¿No es así? — No quería que supiera que en su sueño, Gulf lo estaba dejando poco a poco hasta que estuvo totalmente fuera de su alcance y eventualmente se convirtió en una nube en el cielo.

— El pelinegro cerró su libro y trató de animarlo — Los sueños son lo opuesto a la vida real.

— Gulf, me he puesto en contacto con mi antiguo compañero de clases en Cambridge. Vas a continuar tu tratamiento ahí, ¿De acuerdo? — Intentó persuadirlo.

Para el menor, parecía ser un giro muy abrupto de su conversación original. No tenía idea de que todo lo que le dijo Bright fue solo una trampa.

— El tono de Gulf se enfrió — No, no quiero hacerlo.

— Bright de repente levantó la cabeza y lo miró a los ojos — ¡¿No seguirás luchando?!

— Usted es médico, si puedo o no ser curado lo sabes en el fondo de tu corazón — Gulf evitó el contacto visual girando ligeramente la cabeza.

— No es como si fuera un 0% de probabilidad, podemos intentarlo — Murmuro cuando una explosión de dolor lo golpeó.

— El ojicafé tendió la mano; su dedo acarició suavemente la mejilla del médico de arriba a abajo — Si te preocupas por mí, deja de presionarme. La quimioterapia es muy dolorosa. Los medicamentos son corrosivos, el dolor comenzará en los vasos sanguíneos y tiene muchos efectos secundarios. La punción de la médula ósea también duele mucho, al igual que la hemodiálisis. ¿De verdad quieres verme pasar los últimos días de mi vida en la miseria? ¿Ver al hospital torturarme de la peor manera antes de morir? — Sus ojos fueron tan gentiles cuando dijo eso.

Bright estaba al tanto de todo lo que decía, pero se sentía mucho más pesado escuchar a la persona que amaba decir la verdad palabra por palabra. Como si cada una de ellas lo hubieran hechos pedazos, sentía una gran agonía; su corazón estaba sangrando. Sin embargo, su sufrimiento emocional no era nada comparado con lo que estaba pasando Gulf. No sabrías lo dolorosa que podría ser la punta de la aguja si no estuviera sobre tu piel.

— También es doloroso si no vas al tratamiento — Negó con la cabeza y rechinó los dientes, tratando de contener las lágrimas.

— No sufrí cuando tú y yo subimos a la montaña, tampoco cuando fuimos a pasear por el lago del oeste o cuando los gatitos ronroneaban en mis brazos — Gulf le dio un pequeño abrazo — Por favor, dame el gusto al menos por estos últimos días.

— No puedo — El doctor estaba destrozado; ni siquiera podía hablar de la tristeza.

— ¿Puedes obligarme a ir al hospital? ¿A hacer quimioterapia? ¿A tomar la medicina? ¿Quieres verme cubierto de tubos y eventualmente morir del dolor? — Sentía un gran pesar mientras pronunciaba las palabras, no sonaban como lo que diría habitualmente.

Durante toda su vida, sólo actuó con obstinación dos veces. Se separó de sus padres y abandonó su hogar la primera vez, y ahora está fue la segunda vez que se dio por vencido.

— Te amo — Bright apoyó la cabeza en el cuello de Gulf.?

El menor podía sentir los cálidos fluidos producto de las lágrimas quemando su piel, lo que le hizo sentir mucha lástima.

— Si tuviera una segunda vida, me gustaría ser una chica y poder esperarte, solo a ti.

— El médico no se movió. Jadeaba tratando de llenar sus pulmones con aire y trataba de calmar los hipidos que escapan por su labios — Te querría incluso si fueras un hombre — Dijo con voz débil.

— Dos hombres equivalen a una vida dura — Gulf suspiró.

Bright lo sostuvo en sus brazos; yacían juntos en la cama. Apago la luz y las lágrimas estallaron nuevamente, cuando supo en el fondo que estaba destinado a perder a Gulf.

Su abrazo duró el resto de la noche.