🌼🌼Capítulo 35🌼🌼
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Maratón 8/10
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El hermano mayor de Bright era propietario de un jardín de té, que tenía más de diez metros (aproximadamente dos acres). Su ambiente era muy bueno. El perro estaba en pleno apogeo después de bajarse del auto. Sin embargo, al estar sentado en el coche durante demasiado tiempo, se sintió mareado y sus patas se ablandaron de modo que no pudo controlarse, cayendo directamente al lago junto al jardín de té. Bright no pudo evitar reírse del desastre.
Durante esos días hacía mucho calor en Liverpool. Eran poco más de las seis de la mañana y la temperatura ya superaba los diez grados. Gulf todavía estaba dormido dentro del coche. Las bolsas debajo de sus ojos, cubiertas por sus largas pestañas, se marcaron debido a su mal sueño durante mucho tiempo.
— Bright se inclinó y lo sostuvo con cuidado horizontalmente. Aunque actuó a la ligera, Gulf se despertó de inmediato — No te muevas — Lo abrazó con más fuerza y se rió — O te caerás.
— Este se sintió un poco avergonzado porque estaban demasiado cerca el uno del otro. Lucho por soltarse de los grandes brazos, pero falló — Puedo caminar solo.
— Bright miró a un lado y vio que el perro mojado ya se había tranquilizado — Cuando bajes, se abalanzará sobre ti — Siguió caminando y dijo — Te llevaré a dentro para que descanses bien y traeré los gatitos más tarde.
Supuso que el médico también estaba cansado. Condujo durante más de 20 horas de forma intermitente. Gulf no quería molestarlo más, entonces estuvo de acuerdo.
— El clima en el norte era húmedo y las colchas no eran tan cálidas y suaves como las del sur después de ser ventiladas bajo el sol. Bright había hecho que alguien cambiara todas las sábanas por unas nuevas, así que las acomodó sobre el ojicafé — Duerme un rato. Te invitaré a comer camarones bañados en vino en un buen restaurante cuando despiertes.
— Doctor, lamentó molestarlo tanto.
— Cuando mis amigos me visitan, también los trato así. No pienses mucho en eso. Después de arreglar bien a número dos y a los gatitos, tendré que dormir un rato. Así que ya no digas nada que espante mi somnolencia — Bright evadió el tema y fingió estar extremadamente fatigado.
Era común que un médico realizara una operación delicada de forma continua más de 10 horas. Él era bueno tanto en espíritu como en físico, solo dijo lo que dijo para engañar a Gulf. Incluso no fue un problema dejarlo conducir continuamente hasta aquella casa.
Llamó a su compañero de clase en Cambridge tan pronto como salió del dormitorio. Todos los arreglos estaban en su lugar. Tanto el nivel médico como la enfermería técnica eran tan buenos como los dé Londres. Había gastado todos sus recursos para encontrar la médula adecuada para que coincidiera con la del menor. Lo único que necesitaba era encontrar una.
Aunque era un poco tarde, sacó a pasear a su mascota por unos minutos y después durmió tranquilamente durante cinco o seis horas. No se dio cuenta de que hacía tanto frío hasta que esté mismo lo despertó. Cayó en cuenta de que el frío y la humedad sólo se pueden sentir después de haber transcurrido un buen tiempo, así que se puso de pie para lavarse la cara. Se preguntaba dónde podría comprar un calentador eléctrico para Gulf.
Él era un médico más meticuloso que la gente común. Además, amaba al pelinegro profundamente que podía darle el mundo entero si pudiera. Es por eso que pensó en todo de antemano lo más pronto posible para que así no sufriera ningún agravio en el transcurso de su estadía.
Gulf estaba despierto. Durmió mucho de camino ahí y tuvo un breve descanso. Había estado pensando en ayudar al doctor a limpiar la casa ya que está había sido desocupada durante mucho tiempo. Pero para su sorpresa, estaba sorprendentemente limpia. Entonces salió a caminar. La vista y el ambiente eran muy agradables con el aire fresco y dulce, templado y húmedo. Todo era igual que en el fondo de su memoria, incluso más claro y brillante.
Cuando salió Bright, Gulf estaba bañando al perro, pero de pronto la gran masco se arrastró fuera del agua y rodó por todo el barro. Como consecuencia, el ojicafé terminó con algo de espuma en la cara y su ropa estaba casi mojada, pero a pesar de ello estaba de buen humor. Mientras sonreía, el médico pensó que aquellos ojos eran lo más hermoso que jamás había visto.
— Está bien, déjame hacerlo por ti. Ve a tomar un baño y cámbiate de ropa, más tarde, salgamos para almorzar — El todavía temía que Gulf se resfriara después de mojarse así que fue a tomar el trabajo rápidamente.
El pelinegro estuvo de acuerdo, pero no se fue de inmediato. Se puso en cuclillas a un lado y observó a Bright bañar al perro, el hombre frotaba su pelaje con tanta rudeza que la mascota gimoteaba por momentos.
— Ve con calma — Gulf volvió la cabeza hacia el médico — La espuma fluye hacia sus ojos — Extendió una de sus manos para limpiar algunos restos de espuma que bordeaban los ojos del perro.
El golden retriever era llevado por Bright para ser bañado en una tienda de mascotas con frecuencia. Fue una gran batalla bañar al perro por él mismo. Pero después de unos minutos ya estaba dominando el trabajo del baño como un niño juguetón. Gulf nunca se quejó. Lavó al perro hasta dejarlo limpio, con ojos apacibles e indefensos.
— ¡Gulf eres genial! — Bright se puso de cuclillas junto a su mascota y se congració en un tono suave, como si se tratara de un lindo cachorro más, moviendo la cola con ojos leales. Pareciendo que si tan solo le dirigieras una mirada podría luchar por ti.
El frunció los labios y miró hacia otro lado. No podía darle ninguna expectativa al doctor. Gulf finalmente se iría, y era mejor una pequeña pérdida que un largo dolor. Era mejor que nunca tuviera ninguna esperanza que perderse después de obtenerla.
Gulf ya había aprendido a ser inteligente.
El camarón macerado en vino fue muy clásico. Bright tuvo la suerte de reservar asientos al lado de la ventana, donde podían ver la vista del lago del oeste. Estaba soleado. Como de costumbre y había mucha gente caminando sobre el rústico puente de aquel lago.
Gulf solo comió un poco pero se centro en la vista. Cuando era estudiante, Mew y él solían venir en los días lluviosos, especialmente en días nevados que eran difíciles de ver en la localidad. El ojinegro lo llevaba en bicicleta, sin una cámara, ya que Mew afirmaba encontrar aquel escenario para que Gulf lo guardara en su memoria por siempre.
Sonrió suavemente. El tiempo era cálido. Pensando en el pasado, parecía como si todo en su vida hubiera ido bien desde siempre. Fueron días brillantes.
Bright sintió los sutiles cambios de Gulf, por lo que se sentó cerca de él, pero no pudo perturbar su memoria. No podía hacer nada más que ver su mente divagando. Notando como la luz del sol le dio a sus pestañas un brillo dorado. No tenía ninguna duda de que en ese momento Gulf estaba satisfecho y feliz.
Sin embargo, la felicidad solo existía en sus recuerdos. Porque en realidad solo hubo decepción y frío. Bright no lo molestó. Mientras pudiera ser feliz por un tiempo, incluso solo con algunos recuerdos, sería algo bueno para él.
Esto fue bueno.
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