
🌼🌼Capítulo 34🌼🌼
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Maratón 7/10
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- De repente, pasaron por la mente de Saint las cajas y botellas que se encontraban en los estantes de la casa del ojinegro, los cuales se encargaron de vaciar los libros. Este pensamiento lo sobresaltó, provocándole una fina capa de sudor en el rostro - Mew, iré a tu casa. No importa donde te encuentres ahora, ¡regresa de inmediato!
Mew sintió una extraña y ominosa sensación abalanzarse sobre él, incluso sus piernas estaban temblando cuando se puso de pie. Era muy consciente del hecho de que había algo a lo que debía enfrentarse, pero no era consciente de que se trataba. Cada celula de su cuerpo le gritaba: No puedes regresar.
Cuando Saint llegó a casa, se había mantenido esperando afuera, con solo un delgado suéter de cachemira. Parecía muy ansioso.
- ¿Porque llegas tan tarde? - Frunció el ceño.
- Mew sacó la llave y abrió la puerta - Tráfico, ¿Qué más has recordado?
El médico lo ignoró. Sin perder más tiempo, entró en el estudio y encontró las botellas en el mismo lugar. Gulf, él no se las llevó. Las reviso una por una, y algunos medicamentos en específico no fueron fáciles de reconocer cuando los desempacó. Además, originalmente no eran de su especialidad, así que le resultó difícil reconocer aquellas coloridas píldoras.
Al principio, planeó tomar algunos para una prueba de drogas, pero la botella más encubierta captó la atención de Saint, cuyas pupilas se contrajeron en el momento en que las vio. Cogió el frasco, se echó dos pastillas en la mano y las comprobó. Conocía bien esta medicina. Tioguanina: un medicamento específico para el Cáncer de sangre. La ultima vez se apresuró a irse y no lo vio con claridad.
Mew estaba detrás de él en silencio. Lentamente, Saint se dio la vuelta, con un rastro de compasión e ira en sus ojos. Además, también hubo algo de dolor que parecía inexplicable y nervioso para Mew.
- Saint recordó la palidez y la debilidad de Gulf aquella ultima vez que lo vio, pensó en el trastorno de coagulación de su sangre, así como en los ojos tiernos y su cara sonriente cada vez que venía a cenar a la casa de su amigo. Él negó con la cabeza y se rió entre dientes de forma extraña - Siento mucho no haberte dado una bofetada cuando te vi por primera vez con tu amante.
- El corazón del ojinegro fue golpeado sin piedad por una fuerza invisible. Dio unos pasos hacia adelante y sin un tono de exasperación simplemente preguntó con urgencia - ¿Qué sucede?
- ¿Amas a Gulf?
- Por supuesto - Respondió sin dudarlo.
- El médico camino hacia adelante y dando pasos firmes, le dio un fuerte golpe en el rostro. Pocas cosas en los últimos años lo habían enfurecido tanto como esto y con los dientes apretados, le grito - ¡¿Lo amas?! ¡Que se joda tu amor! Dices que lo amas, ¿Y sales con otros hombres? Dices que lo amas, ¡¿Así que continúas golpeándolo y violándolo?!
- El mayor no pudo refutar, pero se sintió molesto por el repentino golpe y la censura del otro hombre. Su coeficiente intelectual era cero cuando estaba fuera de control - ¡¿Tú qué sabes de nuestro amor?! ¡Solo me divierto con chicos, no es que no quiera estar con él!
- Eres jodidamente descarado - Saint detuvo sus manos y tratando de tranquilizar el tono de su voz, dijo con frialdad y sarcasmo - Entonces, ¿Sabes que cuando salías a jugar, es posible que él haya estado haciéndose una punción en la médula ósea? Sufriendo de un dolor tan fuerte, que ni siquiera le permitía levantarse. ¿Sabes que cuando sospechabas que él y el médico estaban teniendo una aventura, es posible que Gulf se haya estado sometiendo a la quimioterapia? Fingiste arrepentirte después de violarlo el otro día, pero ¡¿Sabes que él no está dispuesto a quitarse la ropa porque no quiere que veas los orificios de las inyecciones y los moretones en sus brazos?!
- Mew había notado que las cosas comenzaron a salirse de control, y un escalofrío le pasó de la parte superior de la cabeza a la planta de los pies. Él se congeló. Su fingida actitud amenazadora también había desaparecido, y convirtiéndose en un niño que provocó un desastre, preguntó perdido - ¿De qué... de qué estás hablando?
- Saint se burló, con lágrimas desbordando en la esquina de sus ojos - Esta vez, Gulf te abandonó - Se dio la vuelta para irse, sin las medicinas y sin marcha atrás.
- ¡¿Qué demonios pasa con él?! - Mew dio un fuerte grito y su voz temblaba, sentía el miedo recorrerle hasta los huesos.
- Leucemia... no sé por cuanto tiempo.
- No te burles de mí. ¡Yo no he estado bromeando contigo últimamente! Todo está bien. Incluso si Gulf no esta en casa, recibirás el doble de regalos en tu boda - Mew se volvió más suave y fingió una sonrisa fácil - Se que es mi culpa. Lo siento. Cambiare todo esto, pero no me asustes de esta manera.
Como un hombre que se está ahogando y luchando en medio de la profundidad del océano, el castaño miró con nostalgia la soga en la mano de su amigo, lo que podría salvarle la vida. Como si mientras Saint admitiera que todo lo que había mencionado era falso, podría tener una oportunidad de sobrevivir.
- ¿Alguna vez lo has visto tener una hemorragia nasal?, ¿Alguna vez lo has visto sin ganas de comer debido a la debilidad y el cansancio?, ¿Alguna vez lo has visto con fiebre alta?, ¿O es que no te atreves a admitirlo ahora? Has aprendido a jugar el papel de tonto pero, ¿De verdad puedes engañarte a ti mismo?
Literalmente, cada palabra hacía que el corazón de Mew se partiera en pedazos.
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