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🌼🌼Capítulo 29🌼🌼

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Maratón 2/10

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Gulf cayó al suelo, con el pecho empapado de sangre. Después luchó con el dolor sofocante, dejando un silencio sin precedentes en la habitación.

Se quedó mirando el anillo sin adornos en el tercer dedo de su mano izquierda. Que había sido usado durante más de una década y lo frotó diez millones de veces. Se había convertido en una cuerda que ataba firmemente su corazón.

Pero no sabía que su precioso anillo sería algo tan barato y tosco a los ojos de los demás. Aquel hecho le hizo entender que su persistente en el amor era como una broma.

Se quitó el anillo lentamente. Como lo había usado durante demasiado tiempo, fue difícil de hacerlo. Pero al final, lo que dejo solo era un rastro blanco y superficial en su piel.

Con los ojos cerrados arrojó el anillo lejos, sin escuchar nada más que unos pocos sonidos cuando el pequeño aro cayó y rebotó debajo del sofá.

Gulf se tumbó en el suelo durante mucho tiempo antes de levantarse. Luego se lavó la cara, limpio la ropa y cocinó para sus gatos. Se sentía realmente entumecido como si fuera una marioneta, que reparaba su roto corazón una y otra vez con hilo y aguja. Entre los años felices y los años tristes, siempre la pasó así.

Cuando Mew volvió a casa, él se quedó leyendo en la sala de estar, fingiendo no saber el regreso de su esposo. Bueno, al menos sonrió con una ligera satisfacción, pasando las páginas lentamente.

— Pequeño — Mew se sintió atraído por la sonrisa, y lo llamó con sentimientos profundos que parecían haber sido acumulados y ocultos durante muchos años — Volví — Finalmente había regresado, como un niño cansado de jugar en el parqué, con miedo de ser reprendido por su madre.

Dejo los poemas escritos por Jiang Zheng y miró al hombre que todavía estaba en la entrada, sostenía un gran paquete de flores lleno de blancas gypsophilas con un par de ojos afectuosos mirando a Gulf.

— Este sonrió — ¿Son para mí? — Se levantó para recoger las flores y el ojinegro lo beso en la mejilla.

— Por supuesto que son para ti. El viejo lugar de jazmines aún no abría pero las escogeré para ti cuando florezcan.

Gulf no respondió. Tomó el racimo entre sus manos, pero no pudo encontrar un jarrón para contenerlas y recordó que antes él lo había roto.

— Mew pensó que su pareja se veía lindo y tierno cuando se quedó parado tontamente mientras sostenía las flores en sus manos. Entonces, comenzó a sentirse un poco conmovido y doloroso al verlo perdido — Déjalas a un lado — Lo miró con una sonrisa y dijo — No has cenado, ¿verdad? He comprado algunos ingredientes, los prepararé para ti.

— Eran solo las seis de la tarde. Cuando Gulf estaba solo no comía tan temprano. Incluso la mayor parte del tiempo, no comía nada y la medicina era suficiente para que se sintiera lleno. Se paró detrás de la puerta de la cocina y miró al más alto cocinando concentrado. Gulf de vez en cuando decía — Menos sal... sin vinagre... ¡el pescado no lleva cilantro, tonto!

Como resultado, la comida llevo demasiada sal, vinagre e incluso cilantro.

— Es tú culpa, no puedo concentrarme si estoy a tu lado — El castaño sonrió y le pellizco la mejilla.

Gulf se dio la vuelta y esperó en la sala de estar. Realmente no se imaginó que esa noche no ocurriría algo escandaloso.

En la mesa se sirvieron tres platos y una sopa. El primero que se hizo sin la "guía" del ojicafé no fue probado por ninguno de los dos. Eso fue en la cena, todo estaba tranquilo hasta que Mew descubrió que el anillo en el dedo de Gulf había desaparecido.

— ¿Dónde esta tú anillo?

— Mi anillo... ¿dónde está? — El menor imitó su tono y sonrió.

— La cara del ojinegro cambió, pero se calmó pronto y mirando la marca superficial en su dedo, dijo con un sonido bajo — Pequeño, no bromees, primero póntelo. Si no te gusta, después de navidad te llevo a que escojas uno nuevo, ¿esta bien?

— Gulf dejó los cubiertos sobre la mesa y respondió lentamente — ¿Ponérmelo? ¿Cómo podría ponerme algo que ya perdí?

Mew sintió una punzada en el pecho y también comenzó a sentir que todo lo que él hizo esa noche lo ponía ansioso. Pero no se atrevió a preguntar para nada. Temía que incluso una palabra más hiciera estallar a Gulf emocionalmente. Nunca sintió tan fuerte que el ojicafé tenía muchas quejas no anunciadas en su corazón.

El menor se negó a comer, y él tampoco tenía apetito.

Sentado allí, Mew se iba a volver loco. Al ver a Gulf limpiar el tazón, alimentar al gato y concentrarse en leer en el sofá, finalmente se dio cuenta de que había perdido su oportunidad.

Se sentaron torpemente en el salón durante mucho tiempo hasta que el pelinegro entró al baño de la habitación de invitados. Mew comenzó a aceptar que podría estar de mal humor por su culpa, pero no se atrevió a pedirle que regresara a su dormitorio. Así que tuvo que sujetar la almohada e ir detrás de él.

Después de que Gulf saliera del baño, encontró al hombre metido en la cama. Arrugo las cejas, porque no le gustaba que fuera tan desvergonzado.

En opinión de Mew, Gulf se veía muy hermoso cuando salió del baño con gotas de agua colgando de su cabello y mejillas sonrosadas humedecidas por el aire caliente. Su rostro era pequeño y blanco, debido a ello era menos intimidante a pesar de tener el ceño fruncido. Se levantó de la cama para darse una ducha también, sin darle la oportunidad de expulsarlo.

Gulf se acostó y apagó la luz.

— No logró dormir. Cuando sintió como un enorme cuerpo acostado a su lado, todavía estaba despierto. Los brazos del hombre lo envolvieron por detrás, besando su cuello una y otra vez y gimiendo en voz baja y ronca — Gulf, mi amor.

"Cada vez que se enoja va a mi casa"

No sabía si Arm dijo la verdad o no. Pero cuando pensó que Mew acababa de abrazar a otro hombre anoche mientras ahora se subía a su cama, sintió disgusto y luchó por liberarse — Tengo sueño.

— La grandes manos se colaron por el pijama de Gulf, acariciando desde la cintura hasta la parte inferior — Solo una vez, prometo ser gentil.

— Mew sonrió al escuchar los ligeros jadeos de su pareja y mordió la suave piel del cuello. Cuando se volvía amable, nadie podía rechazarlo. Beso el pecho de Gulf con paciencia y cuidado — Yo haré que después no te duela — Dijo con voz vaga, tratando de seducirlo.

El ojicafé volvió la cabeza hacia otro lado y cerró los ojos pero sintió como los labios de su esposo tocaban suavemente los suyos, usando una mano en el lado de la cara del chico para inclinar ligeramente su cabeza logrando un ángulo más cómodo. Gulf estaba completamente a su disposición pero sabe que por ahora no haría otra cosa que lo pudiera abrumar. Poco a poco empieza a sentir que Gulf responde contra él, moviendo sus propios labios en una mímica de sus movimientos. Mew presiona sus bocas un poco más y Gulf suelta un gemido pequeño e indefenso.

El castaño aprovecha el pequeño espacio que quedaba entre sus cuerpos para seguir pasando sus manos arriba y abajo de los lados del menor. Las desliza hasta su estómago, luego bajan, haciendo un recorrido sobre la ingle de Gulf encima del borde que sobresale de sus bóxers. Esté al sentir el toque en su parte íntima dormida, no puede detener el gemido que se escapa de su garganta mientras Mew suavemente acaricia su miembro flácido a través de la tela.

— Gulf necesitaba una gran fuerza de voluntad para recordar por qué no deberían estar haciendo eso, y trata de luchar contra el ojinegro una vez más, aunque ni siquiera se moleste en alejarse de él. Porque es más que inútil — No podemos.

— Mew no parece preocuparse por las palabras y simplemente acaricia el miembro de Gulf, el cual parece crecer rápidamente, inclinándose sobre la almohada para besar la piel del hombre con sus labios húmedos y calientes — Por favor, te extrañe tanto — Le suplica.

Y eso es todo lo que se necesita para que la compostura de Gulf desaparezca.

Mew lo besa desesperadamente, brusco y áspero, y él gimotea suavemente contra su boca mientras el más alto rueda para ponerse sobre Gulf, con su peso apoyado en sus rodillas entre los muslos y sus manos a cada lado del desordenado pelo.

El pelinegro se aferra a los anchos hombros desesperadamente, abriéndose al beso. Sus diminutos dedos se enredan en la suave camisa de dormir gris de Mew y separa sus muslos, dando la bienvenida a la sensación contra su cálido cuerpo. Mew apoya su peso en una mano mientras se agacha para quitarse los pantalones con la otra.

Bajo él, Gulf se arquea contra su cuerpo, buscando el toque de Mew involuntariamente. Este besa sus finos labios, gruñendo en silencio ante el gusto. Nunca se cansaría de esto, lo sabe. Su lengua se escabulle para lamer esa hendidura magnífica, deslizándose entre los labios del ojicafé mientras Gulf le permite entrar en su boca. Sumerge su boca brevemente antes de retirarla de nuevo para posarla a lo largo del labio inferior de Gulf.

— Finalmente se las arregla para sacar sus pantalones, arrojándolos al suelo — ¿Puedo? — Le pregunta con una sonrisa. No había querido hacerlo de esa manera, ahí en su habitación de invitados pero ahora que tiene a Gulf en su cama, sabe que no podrá esperar. Había estado deseando hacer eso con él por un considerable periodo de tiempo.

Los hermosos ojos café de Gulf se abren tímidamente y asiente con la cabeza. Mew reprime una risita ante la tierna reacción de su esposo, pensando en que esta vez Gulf también disfrutaría de lo que iba a hacer.

— Solo necesito un par de cosas — murmura contra la boca del pelinegro mientras lo besa una vez más y luego se aleja, inclinándose hacia una de las mesas de noche donde está una pequeña botella de lubricante que él había guardado en la habitación.

Dejándola aún lado, se desnuda por completo rápidamente, rasgando las mangas de su camisa en medio de la prisa y luego se esmera en desabotonar la del pelinegro, logrando que la piel desnuda de Gulf se presionará contra la suya. Se arrastra sobre la cama, sobre el chico, entre sus muslos extendidos. Mew se pone encima de él, tomándolo en sus brazos y sosteniéndolo, cubriéndolo. La punta de la hombría de Gulf choca en la piel tersa del vientre inferior de Mew, que puede sentir su propia erección contraerse en respuesta a ella. El ojinegro desplaza sus caderas de modo que sus entrepiernas se alineen, y los sonidos que salen de la garganta de Gulf cuando sus miembros se rozan es positivamente obsceno, este lanza la cabeza hacia atrás, cierra los ojos, y su agarre en los hombros desnudos de Mew se contrae tanto que las uñas se entierran en su piel y Mew empuja de nuevo, solo para escuchar un poco más los sonidos que hace Gulf y ver la mirada de placer en su rostro. Estaba haciendo un movimiento lento, constante y se quedó mirando al menor, viendo cómo esa hermosa, loca y brillante criatura se desmorona bajo él, desnudó, jadeando, vulnerable y todo suyo.

Mew toma la botella de lubricante olvidada y exprime una generosa cantidad de la sustancia viscosa sobre su palma. Gulf se incorpora mirándolo con atención hasta que Mew está listo para prepararlo, y luego se reclina y el pelinegro extiende los brazos para que vuelva a él, abriendo las piernas en una invitación malvada que no tiene tiempo para declinar.

Se posiciona contra Gulf y sus bocas se encuentran tan naturalmente, mientras una de sus manos se sumergía entre los muslos. Mew irrumpe en Gulf lentamente, con un dedo resbalando dentro tan sutil que no hay resistencia, no hay fricción. Solo el pequeño jadeo de sorpresa del menor, la temblorosa liberación de aliento cuando se acostumbra a la penetración, y luego Gulf se está inclinando, abriéndose para tomar más de él. Mew rápidamente desliza otro dedo adentro, tan impaciente como Gulf, y el cuerpo del chico lo toma bellamente.

Gulf jadea debajo de él y se retuerce, apretando los dedos de Mew con deleite, haciendo que el miembro de este se contraiga en anticipación, liberando pre-semen. Saca los dedos del interior de Gulf, con la intención de llenarlo de nuevo, pero el menor jadea ante la repentina pérdida, por el vacío dentro de él, y Mew solo tiene que poner su boca contra la de Gulf. Él tenía que besarlo, tenía que sostenerlo, porque ese sonido era tan desgarrador, que solo quiere abrazarlo y hacerle saber que todo está bien, que todo saldrá bien pronto.

— Te amo — Susurra contra los labios del ojinegro — Te amo tanto, como no tienes idea — Confiesa.

Gulf ronroneo y luego se agachó entre su cuerpo, tomando en un suave pero firme agarre la polla de Mew, haciendo que el hombre jadee, y lo guía hacia su propia entrada preparada. Gulf acomoda su cuerpo debajo de él para que pueda alinearse, y pronto se encajan perfectamente. Mew puede sentir la cabeza de su polla intruseando la entrada, aún estrecha incluso después de estirarse. Gulf mueve su mano para que pueda presionarse contra la erección del hombre, deslizándose a lo largo de su eje en una lentitud agonizante que hizo a Mew jadear haciendo una mueca de dolor por encima de él, con los brazos temblando a ambos lados de su cabeza.

— Oh, mierda — Mew gime cuando no puede soportarlo más, presionando las caderas hacia adelante con rapidez y entrando en el interior del pelinegro. Se sentía tan bien, como piezas perdidas de un rompecabezas que finalmente se unen. Se siente completo de nuevo, se siente lleno. Mew haría cualquier cosa por mantener a Gulf aquí con él así, seguro bajo él y apretado alrededor de él.

Mueve las caderas lentamente, estableciendo un ritmo constante empujando su polla contra Gulf. Quería ir más rápido pero no podía ser así en ese momento. Quiere que esto sea suave. Quiere que Gulf sepa lo increíble que Mew piensa que es y que nunca se olvide. Haría cualquier cosa por Gulf, renunciaría a cualquier cosa, rompería todo e incluso era capaz de dar su propia vida por él.

— Eres tan hermoso, Gulf — Mew le dice, jadeando contra su cuello mientras embiste en el calor de su cuerpo, haciéndolo gemir — Cuando estoy contigo, tú sola existencia me hace sentir bien. Yo siempre te protegeré, confía en mí, apóyate en mi y compártelo todo conmigo. Podría morir ante el pensamiento de perderte, así que por favor, nunca me dejes solo. Nunca te vayas de mi lado. En cambio quédate, quédate aquí para siempre.

Las caderas de Gulf se encontraban con los movimientos de Mew en cada empuje, sus cuerpos casi tan sincronizados como latidos. Sus pequeñas manos se acercaron a la frente del ojinegro acariciando el cabello castaño y lo besó, y es tan tierno que Mew piensa que su corazón podría romperse, y luego se aparta para mirar al hombre a los ojos mientras Mew se acerca para juntar ambas frentes, sintiendo como el sudor brotaba de ellas.

Pero Gulf, él nunca respondió.

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