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🌼🌼Capítulo 26🌼🌼

El ojicafé no tenía idea de que hora era cuando se despertó por la mañana. La cortina no estaba completamente corrida y a través de la ventana, el cálido sol se extendía sobre la habitación. Sentado en la cama entrecerró los ojos a la brillante luz, sintiendo dolor en todo el cuerpo.

La puerta del dormitorio estaba entrecerrada. Podía escuchar las noticias de la mañana en la sala de estar y oler la dulzura del congee de mijo en la cocina. Por un momento, se sintió aturdido.

Eso era lo que siempre había querido hacía un buen tiempo, no había lluvia ni viento; la luz del sol era cálida; y el hombre que amaba fue lo suficientemente amable como para prepararle una deliciosa comida.

Las noches oscuras acapararon la mitad del año y los días lluviosos duraron algo de tiempo, por lo que hubo pocos días soleados. Aunque su esposo estaba mostrando un afecto y una ternura poco comunes, el daño que había sufrido en el pasado no se podía deshacer tan fácilmente.

Mientras pensaba, sintió que algo peludo tocaba sus manos. Miró hacia abajo y vio a los cuatro gatitos corriendo a su alrededor. Realmente habían crecido durante esos días.

Fueron los gatitos que despertaron a Mew en la mañana cuando, sintió algo suave y cálido, en un primer momento pensó que se trataba de Gulf e intentó besarlo, pero su boca se llenó de pelos y de repente se incorporó horrorizado y sin aliento, como si acabara de escapar de un monstruo. Se enfureció al ver a varías criaturas peludas durmiendo junto a él y si Gulf no hubiera estado allí, los habría arrojado por la ventana del onceavo piso. Mantuvo la calma solo por él, se acercó para besarlo y luego se levantó de la cama para preparar el desayuno.

— ¿Despierto? ¿Por qué no me llamaste? — Mew tenía la intención de despertarlo, en caso de que durmiera demasiado y se sintiera más incómodo. Si embargo, tenía la conciencia culpable y de alguna manera se sintió tímido al enfrentarse con el menor en ese punto.

Gulf tenía dolor de garganta por haber gritado demasiado ayer al ser herido por Mew y no quería decir una sola palabra.

— Todavía te duele la boca — El castaño notó su dolor y con una expresión preocupada en el rostro se acercó a su lado — Déjame revisarlo. Saint te dejo un medicamento ayer. Toma un poco después del desayuno.

Gulf no podía adaptarse a su repentina atención, así que simplemente negó con la cabeza. Anoche,  su esposo actuó como un déspota que lo violaba sin piedad, y ahora pretendía ser un hombre diferente, gentil y considerado. La manera cambiante de Mew lo hacía sentir cansado.

— Sigues enojado — Extendió la mano para acariciar los suaves cabellos del ojicafé, luego lo sostuvo por las mejillas y dijo con voz suave — No te enojes conmigo, ¿de acuerdo? Estaba celoso y temía que te dejaras engañar por otros. Me sentí demasiado preocupado cuando te vi regresar sin tu chaqueta — Tenía la intención de disculparse por lo que hizo anoche y se sentó al lado de Gulf después de decir esto, e incluso extendió la mano condescendientemente para acariciar al gatito en sus brazos.

A pesar de que él admiraba la elocuencia de Mew, todavía no estaba conmovido por lo que acababa de decir, en lo más mínimo. ¿En que se convertiría el amor si los celos representaran dictadura y posesividad, y la preocupación significara violación? Lo que el ojinegro pudo ver en ese invierno fue solo una bufanda llevada a la casa y una chaqueta que faltaba, pero no se dio cuenta de que el hombre que lo amaba se estaba volviendo más delgado y más débil, y el corazón que se preocupaba tanto por él se estaba rompiendo.

Tal fue la mirada indiferente de los ojos de Gulf que hizo a Mew querer disculparse y comenzar desde cero. Recordó que era fácil convencer al más pequeño ya que tenía un carácter pacificó. Por lo tanto, siempre que se disculpase, todo sería fácil de resolver.

Pero esta vez, Gulf estaba actuando de una manera inusual.

No significaba que fuera demasiado histérico o feroz. Inclusive no se quejó con él a pesar de lo mucho que sufrió. Pero, ¿qué había cambiado? Gulf no tenía su sonrisa habitual al verlo. Sus mejillas eran tan delgadas que las finas líneas que se marcaban en sus ojos al sonreír no se podían ver por completo, además sus ojos estaban oscuros y tristes.

— No pude rechazar un poco de entretenimiento afuera. Esos años que saliste conmigo han demostrado que a veces el dinero y el sexo Son inseparables. Incluso si a ti no te gusta, tienes que respetarme — Originalmente, no quería decirle esas cosas a Gulf. Por un lado, no sabía dónde se enteró de sus infidelidades y cuánto sabía al respecto. Entonces, cuanto más decía, más errores cometía. En segundo lugar, de hecho se sentía muy culpable. Antes, pensaba que él nunca se enteraría. Pero ahora sé sintió muy incómodo cuando le contó ese asunto a la persona que amaba.

— Estos dos años, el negocio a continuado expandiéndose. Así que estoy cada vez más ocupado. Lo siento, se que estás enfermo, pero no tengo otra opción. El mercado es como un campo de batalla y si no me esfuerzo por lograrlo a toda costa, seré totalmente derrotado. Sabes que no quiero que te sientas agraviado. Aunque esté cansado, no importa. Solo espero poder llevarte al extranjero cuando ahorre suficiente dinero — Dijo,  mezclando la verdad con la falsedad. Se apoyó en el hombro de Gulf, y luego incluso sintió una oleada de amor y deseo por él. Por fin, no pudo evitar recordar que esos eran los pensamientos de su juventud, cuando trató de hacer todo lo posible para darle a su esposo un futuro brillante. Sonrió. Ahora él ya no era tan joven.

En ese punto, Gulf se sintió molesto sin precedentes. Recordó cuando fue al hospital para aceptar el examen físico y obtener el certificado médico, o le dolía demasiado para levantarse después de la quimioterapia, o estaba solo en casa y tenía fiebre durante todo un día, ¿Qué grado había alcanzado su dolor? No sabía cómo describirlo, pero lo que si sabía era que no se podía resumir con la palabra "agravio". El "agravio" era sólo para alguien que fue profundamente amado y podía actuar como un niño consentido y quejarse ante la persona que lo cuidaba, mientras que esté lo recibiría con una culpa llena de cariño, voluntad propia y autoconfianza. No era un tipo patético como Gulf, que debió de acostumbrarse a consolarse por su cuenta.

Si no había nadie que se preocupase por él, entonces, ¿tenía alguna calificación para sentirse agraviado?

No quería escuchar las dulces palabras llenas de mentiras de Mew, que solo quería obtener paz mental después de que lastimó a otros. Pidiendo perdón, con la esperanza de que Gulf fuera tan amable y cariñoso como antes, mientras que él todavía sería aquella persona que no podía rechazar "invitaciones" de sus jefes.

Le daba tanto asco, se soltó de los brazos de Mew y luego se puso de pie.

— ¡Gulf ya no peleemos! — El castaño lo sostuvo de la muñeca.

De repente, mirando hacía atrás, Gulf se quedó observando los ojos de Mew, porque su boca está demasiado dolorida para decir algo. ¿Ya no peleemos? ¿Qué ha hecho esa persona para que lo perdonara?

— Mew fue herido por aquellos ojos fríos y agudos, pero aún así no lo soltó y sostuvo su muñeca con más fuerza —  Yo se que anoche fui impulsivo, puedes golpearme e insultarme si lo deseas. Cualquier explicación que quiera escuchar estoy dispuesto a dártela. Hazme caso cariño, no dejes que me preocupe.

— Con el estado en el que se encuentra mi cuerpo incluso me cuesta ponerme de pie. ¿Golpearte? — La voz de Gulf era ronca, lo suficientemente dura como para aclarar sus palabras — Con esta lengua, ni si quiera mis palabras salen con vomitarlas. ¿Insultarte? ¿Pedirte explicaciones? — Tosió de nuevo, luciendo más pálido.

No pasó mucho tiempo antes de que Mew lo soltara y acto seguido luchó para entrar al baño.

El ojinegro se frotó las sienes y no dijo nada. Simplemente fue a la cocina y recalentó la comida; luego se fue al balcón y se fumó dos cigarros. No sabía que hacer. Gulf nunca había estado tan enojado como hoy. Tal vez... había almacenado su dolor durante bastante tiempo.

La gente siempre fue así. Una vez que las cosas que pensó que nadie sabría eran expuestas, la indiferencia anterior desaparecía. Se sentirían preocupados y tratarían de compensarlo, se enojarían con lo que habían hecho en el pasado y se sentirían arrepentidos.

Cuando salió del baño, Mew había apagado su cigarrillo. El más alto entró en la cocina en silencio para llenar un tazón con gachas de avena para Gulf, actuando como un cachorro regañado por su dueño sin motivo.

Este inclinó la cabeza y quiso llorar, pero se dijo una y otra vez que toda la tristeza y arrepentimiento de Mew eran falsos. Ya no había nada que valiera la pena en esa casa. Cuando él se fuera, otra persona viviría allí. Pero todavía odiaba a Mew, todas las cosas habían cambiado más allá del reconocimiento, pero aún así trató de darle un rayo de esperanza mostrando el rostro de aquel joven que había amado desde hace más de una década y le dolió mucho, especialmente cuando pensó en el poco tiempo que le quedaba.

— Tómalo cuando esté un poco más frío, o te dolerá más la boca — Mew agitó suavemente la papilla espesa en el tazón, que olía muy delicioso — Bueno sigo siendo el mejor haciendo gachas —  Trato de bromear pero naturalmente, no hubo respuesta.

— El castaño se respondió a sí mismo con una sonrisa — Esta bien. Tal vez sea porque la papilla es lo más fácil de hacer — Intento alimentar a Gulf y el pelinegro lo rechazó. Si bien, no le importó mucho eso, se quedó mirándolo, apoyando su barbilla con su mano.

El mayor era realmente guapo y encantador, especialmente cuando miraba a los demás con sus ojos afectuosos, que Gulf conocía claramente, así que trató de no mirar hacia arriba.

No comió mucho. Su boca estaba tan dolorida incluso con un poco de comida. Es más, no tenía apetito. Así que solo tenía la papilla en menos de medio tazón.

— Mew estaba tan  preocupado por él,  pero no le aconsejó que comiera más. Luego se puso de pie y tomó la mano de Gulf — Te pondré un poco de medicina. Será de gran ayuda.

No tenía fuerzas de sobra para rechazar al hombre persistente y se vio obligado a sentarse en el sofá.

— Tomando la medicina, el ojinegro pellizcó suavemente su mejilla y dijo en voz baja y gentil — Cariño, abre la boca.

Cuando esté realizó la acción Mew pudo ver lo gravemente herido que estaba. Se había distraído cuando Saint trató las heridas anoche y se sorprendió al revisar por su cuenta cuidadosamente. Había más de una docena de heridas con piel blanca inimaginables en la roja pared interna de la boca, con profundas marcas de mordiscos en la lengua. ¿Acaso intentó mordérsela para suicidarse?

— Eres realmente cruel contigo mismo — Frunció el ceño y esparció la medicina lo más suavemente posible. Gulf sintió el extraño sabor de la medicina en su paladar, como si su corazón también sintiera ese amargo sabor.

Mew, tú fuiste más cruel conmigo.

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