🌼🌼Capítulo 19🌼🌼
No se levantó temprano, comprobó la hora y eran más de las ocho en punto así que abrió la puerta del dormitorio y salió, encontrándose con el castaño, quien regresaba de pasear a su perro, con el desayuno en la mano.
- ¿Anoche dormiste bien? - Cuando Gulf estaba bebiendo leche de soja, vislumbró las ojeras profundas bajo los ojos del médico y preguntó - ¿Te molesté?
- Bright parecía cansado hoy, agachó la cabeza con indiferencia y sacó un par de frutas del refrigerador, respondiendo un simple - No.
Gulf sintió su mal humor, pensó en que le pudo haber pasado a quien todavía estaba calmado anoche pero no pudo hacer nada más que terminar su comida en silencio.
- Después del desayuno, el doctor lo llevó al hospital en un nuevo Chevrolet. En el camino, selecciono algunas canciones para Gulf y preguntó con voz suave - ¿Cuáles son las canciones que te gustan?
- Negó con la cabeza sonriendo - Cualquiera está bien.
Bright jugó uno al azar y luego la melodía empezó a fluir lentamente, con algo de soledad.
- Después de tomar la medicina del hospital, envió al ojicafé a casa. Cuando llegaron a la puerta de la urbanización, era la hora del almuerzo. Gulf sintió pena por molestar al doctor estos días, así que después de considerarlo, trató de preguntar - Doct... Bright ¿Te gustaría almorzar conmigo? Yo invito.
- El castaños se negó - Será en otra ocasión. Deberías ir a casa y descansar.
Nunca le gustó presionar a los demás, no era bueno haciéndolo y al ver como el auto se alejaba, dio media vuelta para irse a casa.
El doctor se sentía bastante molesto. Tanto con él como con Gulf. No era bueno mantener sus sentimientos en el corazón. Era cierto que a él le gustaba el pelinegro. Pero ahora realmente se preguntaba si el otro hombre, aquel que descuidó de Gulf durante tanto tiempo, lo había hecho solo por el ocultamiento deliberado de la enfermedad por parte del menor y en realidad este tenga verdaderos sentimientos amorosos hacia él.
De repente, como si estuviera pensando en algo, Bright se detuvo y rápidamente presionó una serie de números en su teléfono móvil.
- Diga - Era una voz ronca y masculina.
- Hermano ¿estás ocupado? - Cerró los ojos, con los dedos tocando el volante - Quiero que me ayudes con un asunto.
- Joss sonrió - Ha pasado mucho tiempo desde que me pediste un favor. ¿Qué necesitas?
- Ayúdame a investigar a alguien.
- ¿A quién?
- Mew - Bright no sabía nada sobre el tipo más que el nombre. Al decir eso, sabía que su hermano podría no ser capaz de encontrarlo con tan poca información, y ahora se sentía como un tonto. Pero fuera de la expectativa, después de un breve silencio en el otro extremo del teléfono, Joss preguntó - ¿Qué Mew?
- ¿Cuál conoces?
- Uno de mis socios cooperativos recientes, de unos treinta años. Hombre guapo con habilidades comerciales bien versadas - Dijo con una pausa - ¿Por qué quieres investigarlo?
- Muchos pensamientos dieron vueltas en la mente de Bright; sintió que era correcto el que quiera investigar, y respondió con palabras sin examinarlas previamente - Parece que es él... su novio quería que lo revisara.
- Joss pensó mucho en la palabra "novio", como si no estuviera impresionado. Luego se burló - ¿Hay alguien que se atreva llamarse a sí mismo el novio de Mew Suppasit? Si él escucha sobre este novio definitivamente se morirá de risa. Perderás la cuenta con la cantidad de personas con las que él se acuesta.
Al escuchar esto, el castaño sintió que su corazón se rompía instantáneamente. Trató de repetirse una y otra vez que habían más personas con el mismo nombre en estos días. Pero en su mente, tenía claro que era muy probable que esa sea la verdad, e inconscientemente se le humedecieron los ojos.
Incluso no escuchó las siguientes palabras de su hermano. En el otro extremo de la línea, Joss llamó su nombre varias veces, pero nadie respondió. Así que cortó la llamada.
Bright se quedó quieto con su mente hecha un lío. De repente, golpeó el volante con fuerza. ¿Cómo podía creerlo? ¿Cómo se atrevería a creerlo? La única persona en su vida para él, a la que trataba como un tesoro, fue echada a un estado tan miserable, en un negocio sucio de amor.
Él sabe que Gulf; con marcas en el cuello, siempre se quedaba solo en su lujoso departamento, se enfrentaba solo a los dolorosos tratamientos en el hospital y ahora se acaba de enterar que era cruelmente engañado por su pareja. Pero a pesar de todo ello, incluso cuando estaba al borde de la muerte, solo rogaba por ese hombre. Pidiéndole que no lo abandonara.
Estaba tan angustiado que sintió ganas de romper cada una de sus preciadas flores.
El ojicafé nunca pensó en dejar a aquel chico, ni siquiera estando gravemente enfermo. Se notaba que él no quería su dinero o poder; es tan ingenuo que se dejaba martirizar por el bastardo de Mew sólo porque lo amaba.
Bright ahora lo tenía claro.
Gulf abrió la puerta, encontrando su hogar limpio y ordenado. Era obvio que el doctor le pidió a alguien que lo limpiara. Los cuatro gatitos se acurrucaban uno contra el otro y dormían profundamente soltando pequeños ronroneos.
Suspiró suave. Sabía que las cosas se estaban desarrollando más allá de su limitada imaginación y no podía ignorarlo ni aceptarlo.
Los días siguientes fueron tan tranquilos.
Comenzaba a creer que su vida había llegado a su fin, ya que el doctor no respondía a sus repetidas llamadas. Él solo tenía la intención de invitarlo a cenar.
Mew tampoco lo llamó y solo envió algunos cortos mensajes expresando tiernos sentimientos a altas horas de la noche.
Cuatro o cinco día después, finalmente se atrevió a salir. No tenía apetito, pero necesitaba comprar algunas frutas y verduras.
Afuera estaba ventoso, con copos de nieve cayendo.
Ajustándose la bufanda alrededor del cuello, se preguntaba si podría volver a casa lo antes posible después de comprar las cosas necesarias. Estaba tan encimado en sus propios pensamientos que no notó el gran charco de agua helada en el suelo de un callejón, raspándose las rodillas cuando cayó muy fuerte contra el pavimento.
Fue realmente doloroso, pero no se permitió entregarse a la autocompasión ya que sabía que nadie se preocuparía por él. En silencio, mordiéndose el labio inferior, se levantó y recogió sus cosas esparcidas por todo el suelo. No podía pararse derecho debido al dolor en las rodillas así que se fue cojeando a casa lentamente con la espalda ligeramente encorvada.
Él se había acostumbrado a la soledad ya que vivió por su cuenta durante mucho tiempo.
Cuanto más tiempo vivía uno solo, más taciturno se volvía. Él no había nacido para ser así, pero con el tiempo experimentó tantas heridas y decepciones que no pudo evitarlo.
Los cuatro gatitos crecieron rápido. Se habían familiarizado mucho con él y les gustaba aferrársele. Sus traviesas patas siempre le hacían cosquillas en los brazos o el cuello, provocándole calor en su corazón. Estaba cansado, sin embargo no se olvido de prepararles su leche, la cual todavía estaba hirviendo en la cocina.
Pero Gulf no esperaba que Mew volviera a casa después de las 11:00 pm. Tenía el sueño ligero, por lo que se despertó instantáneamente con el primer ruido de la puerta al abrirse.
El castaño se quitó las botas de cuero italiano y luego tiró su abrigo de lana sobre el sofá, como siempre hacía. Nunca recordaría llevar una bufanda sin las repetidas demandas del menor.
- ¿Llegaste?
- ¿Por qué a un no duermes? - Mew se sorprendió arqueando las cejas.
- El ojicafé se acercó y le tomó suavemente la mano, sintiendo lo frías que estaban - Me acabó de despertar. No me dijiste cuando regresabas ¿no querías que te fuera a recoger?
- El mayor se acercó y depositó un dulce beso en su frente - El vuelo era muy tarde. No quiero molestarte, además la temperatura en Londres es muy baja.
- Gulf sonrió sin comprometerse, pero retiró su mano del agarre - ¿Te gustaría algo de sopa? Todavía hay un poco en la cocina. Déjame calentarla para ti.
- Los ojos fríos de Mew se volvieron más cálidos después de escuchar aquellas palabras, y luego mencionó - Primero voy a darme una ducha.
Después de tomar un corto baño, se colocó una de sus tantas blusas junto a unos pantalones a cuadros. Al llegar a la cocina, visualizo al pelinegro que estaba sirviendo la sopa caliente en cuenco de porcelana blanca.
- Está sopa es liviana - Sosteniendo el cuenco, sorbió la sopa ingenuamente como un adolescente.
- Gulf respondió - A los gatos les encanta y no me gusta la comida salada.
- Después de terminar de comer, como si hubiera tomado algún tipo de medicina, Mew lo llamó y lo atrajo en sus brazos, presionándolo en el sofá - ¿Me extrañaste? Mientras no estuve en casa, ¿jugaste con los gatos todos los días?
El menor solo negó con la cabeza. La expresión en su rostro era siempre amable, pero nadie podía ignorar la alineación que mostraba de vez en cuando.
El castaño se acercó para besar sus labios, pero terminó haciéndolo ligeramente en la mejilla ya que él volvía la cabeza.
- Estoy muy cansado - Gulf tocó la nariz de Mew con la punta de su dedo, evitando los ojos llenos de sentimientos complejos - Tu también debes estar cansado, así que ve a la cama temprano.
- Pero realmente te extraño - Frunció el ceño y se acercó de nuevo hacia el ojicafé para susurrarle al oído - Déjame abrazarte.
Gulf sabía que esa era la carta de triunfo para pedir sexo, porque él era muy sensible ante los susurros, sin contar la profunda voz de Mew.
- No obstante, solo frunció el ceño con un repentino ataque de náuseas creciendo en su garganta. Él no quería tener relaciones esa noche, por lo que voluntariamente se acercó para abrazarlo - Lo haré, pero por ahora ve a dormir.
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