Maratón 1/5

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Después de todo, Mew todavía era joven. Cometió un error que algunos hombres podían realizar inevitablemente cuando tenían mucho éxito en su carrera. Además él siempre tuvo la ilusión de tener un cónyuge virtuoso en casa y amantes pasionales afuera al mismo tiempo. Sin embargo, olvidó que la persona que vivía con él también era un hombre de carácter noble e inquebrantable, sin importar lo suave que fuera cuando estaban juntos. Gulf siempre lo había complacido por amor y estaba dispuesto a darle al castaño todo lo que tenía, pero el ojicafé era pertinaz en algunos aspectos, por lo que Mew no podía entenderlo a pesar de que habían estado juntos durante más de una década.

Gulf suprimió las náuseas después de la cena, sentado en el balcón envuelto en la brillante luz del sol y soñando despierto. Miró el anillo de plata en su dedo, ennegrecido debido a la oxidación, y sus ojos se humedecieron.

¿Era hora de que el amor de los últimos catorce años se terminara? ¿O era fácil para la gente compartir sus aflicciones, pero difícil compartir su bienestar?

El pelinegro nunca había sido consciente de su arrepentimiento como tal.

Ahora entiende, lo que lamento no fue su amor desesperado por Mew durante más de una década, sino que no debería haber renunciado a su búsqueda de sueños y carrera, cualquiera que fuera la razón. No debería haber bajado su línea de base una y otra vez, o haber renunciado a su deseo de salir a explorar el mundo como una persona normal.

El mayor se quedó en casa por un día y luego se fue de nuevo, afirmando que un supervisor lo llamó porque había algo mal con un pedido importante. Se fue con la promesa de que volvería inmediatamente cuando se resolviera el problema.

- Gulf puso una pesada bufanda de cachemira azul marino alrededor del cuello de su esposo y se despidió de él con una sonrisa - No seas tonto. Sé que no le temes al clima frío, pero tu cuerpo no puede soportar los vientos.

Mew beso los cabellos negros de su esposo y luego salió con la llave del auto. Aunque no se trataba de Arm, su mente estaba en un torbellino.

En el balcón, Gulf vio al mayor irse, suspiró levemente y llamó a Bright, quien respondió de inmediato como si estuviera esperando su llamada.

- Doctor Vachirawit, ¿está libre ahora?

- Ven, hoy estoy de guardia. Habrá una operación esta tarde, así que será mejor que venga temprano.

- Okey, no me gustaría molestarlo - Gulf se pasó el dedo por el largo flequillo que le caía por la frente, pensando que podría cortárselo de regreso a casa.

Bright hizo una pausa por un momento antes de regresar algunas palabras que no tenían nada que ver con el tratamiento.

- Hoy hace más frío, abrígate más.

Gulf estaba atónito. Colgó el teléfono sin decir más que un pequeño agradecimiento, para no afectar él funcionamiento normal de su doctor, y fue cambiarse de ropa.

Hacía mucho frío ahora. El aire helado le irritaba la nariz y se vertía directamente en el tracto respiratorio. El menor tenía la costumbre de no usar máscara cuando iba al hospital. No sabía por qué. Sin embargo, en esos momentos se arrepentía mucho de no haberlo hecho.

Bright tenía varios otros pacientes, por lo que Gulf se sentó en silencio y esperó, quedando en trance cuando vio a una pareja en la oficina con un niño diagnosticado de leucemia llorando desesperado, sintió algo de angustia y lastima por aquel pequeño.

Si su mamá y papá aún estuvieran ahí, también se habrían sentido tristes por él. A pesar de no ser el hijo que esperaban.

El tiempo pasó.

- ¿En qué piensas? - El médico lo llamó, en un tono burlón - Hace calor aquí, ¿quieres quitarte la chaqueta?

Gulf no sentía calor, pero era un inconveniente moverse con la ropa pesada. Así que sonrió, se quitó la chaqueta y se sentó en la silla frente al escritorio de Bright.

El de pelo oscuro trató de sonreírle, diciéndole que no se pusiera nervioso cuando hablaran sobre el tratamiento más tarde. Pero cuando inadvertidamente miró el delgado cuello del ojicafé, no pudo evitar jadear profundamente, si él no estaba equivocado, aquello que veía era un chupetón.

Gulf, que estaba fijando sus ojos en la portada de la revista que se encontraba en la esquina de la mesa, no notó la repentina expresión de su doctor, en cambio, estaba pensando que no se había suscrito a una revista durante mucho tiempo.

Bright antes de reclamar, se dio cuenta de que él era solo un médico al que no debería importarle la vida privada del pelinegro.

- El era distinguido en él área de leucemia. Al hablar sobre el tratamiento y la enfermedad de los pacientes, no tenía ninguna emoción personal por lo que su rostro se puso solemne, mirando a Gulf - Mañana comienzas la quimioterapia.

El menor se sintió molesto cuando supo más sobre su enfermedad. Las palabras del doctor Vachirawit le provocaron un escalofrío en la espalda.

- Aún eres joven, yo me reuniré contigo para darte fuerzas. No puedes renunciar a ti mismo - Cuando Bright terminó sus palabras, agregó una oración para consolar al más pequeño.

Antes de que Gulf dijera algo, sonó su teléfono. Era su esposo, asi que respondió de inmediato para no hacerlo esperar mucho tiempo, lo que se había convertido en una especie de hábito para él.

- ¿Aló? ¿Pasó algo?

- No regresare en la noche. No tengas miedo de importunar y come bien.

El volumen del micrófono era alto y las ondas de sonido se extendían por la habitación silenciosa. El pelinegro sonrió al doctor avergonzado. Bajo el volumen y se dirigió a la puerta.

Bright miró las dos macetas de orquídeas, haciendo girar la pluma Parker con los dedos, nadie podría saber lo que estaba pensando.

- Unos minutos más tarde, Gulf regresó. Él sonrió disculpándose - He silenciando mi teléfono esta vez, lo siento.

- ¿Eres gay? - Después de decir eso, Bright sintió que su coeficiente intelectual en este punto debía ser cero. Como adulto, ciertamente sabía que era de mala educación hacer una pregunta así.

- El ojicafé estaba atónito y tenía una sonrisa torcida - Ese es mi compañero de cuar... - Pero fue interrumpido antes de terminar sus palabras.

- Tienes una marca en el cuello.

- Gulf se tiró del suéter en un reflejo condicionado, ocultando esa parte de su cuerpo. Entonces se dio cuenta de lo vergonzoso que era su comportamiento ya que cuanto más trataba de esconderse, más notorio era el hecho. Después de un rato, suspiró y bromeó moderadamente para dar una salida a ambos lados - ¿El hospital aún no se encarga de los homosexuales?

- El doctor negó con la cabeza e inexplicablemente, se sintió triste y decepcionado - No me importa la orientación sexual, pero no sé qué situación está pasando entre ustedes. Primero, ¿crees que tu cuerpo pueda soportarlo? - Bright no es un tonto. Era evidente que esas marcas fueron causadas por una acción violenta solo para mostrar la posesividad de la otra parte - Segundo y más importante ¿cuál es la finalidad de su relación? Desde el examen hasta la confirmación del tratamiento, siempre has asistido sin alguien que te acompañe.

- Doctor - Lo interrumpió Gulf, con frialdad - No se lo he dicho a él. Tenía miedo de que se pusiera triste ¿esta bien?

Al pelinegro no le gustaba que la gente comentara sobre su relación, pero no fue lo suficientemente valiente para defender a Mew. Solo pudo interrumpir el tema sin tacto.

Bright todavía estaba ocupado esa tarde así que programó otra cita con Gulf, dejándolo volver mañana.

El ojicafé tosió dos veces y le dolió profundamente en los huesos. Pensó en el dicho de que una vez que una persona dice una mentira, incluso la excusa más tonta y repugnante puede ser inventada sin problemas.

Si tan solo Mew pudiera amarlo tanto como antes, no lo habría soportado solo. Lloraría si le dolía, se atrevería a pedirle al chico que hirviera agua y le preparara las medicinas. Incluso sus últimas palabras las diría con petulancia: "Tú no podrás tener ninguna cita cuando me marche".

Pero él no haría estas cosas.

Además de aguantarlo y tratar de no ser molesto, no sabía encontrar otra manera.