Misiones & Gastones
Foto de Olivia en multimedia
Pov Marcos
Yo caminaba cabizbajo mientras seguía a los villanos en silencio. Ninguno de nosotros se atrevía a hablar. Al fin divisamos el castillo de Maléfica, perdón, el de la Reina Malvada, y entramos. Mi padre estaba sentado cerca de Garfio, que en ese momento hablaba con Carlota. Yo sabía que no me quedaba más remedio que hablar con él. No quería hacerlo, seguro que pensaba decirme algo sobre que tengo que ligarme a las chicas de Áuradon, dar envidia a todo el mundo y ser creído. A mí eso no me parece tan importante. Me parece mucho más interesante hacer gamberradas con mi amigo Robert, robar, divertirme, etc. Eso de las chicas no me parece nada interesante. Él me vió y yo me acerqué. Preferí no decir nada, porque no sabía por donde me iba a salir.
-Verás, Marcos, tú ya sabes que lo que a mí me gustaría sería que siguieses mi ejemplo de ser el gallito, el ligón, el guay, etc.-comenzó él, ya iba a empezar a hablarme de lo de siempre-. Pero ahora preferiría que te centrases en la misión que os han encargado de liberar a Maléfica, convertirla de nuevo en persona, robar la varita del Hada Madrina y utilizarla para liberarnos, y entonces nosotros ya nos encargamos de dominar el mundo-yo estaba alucinando, mi padre nunca me había dicho que hiciese otra cosa que no fuera ser gallito-. ¿Me vas a hacer caso?
-Sí, papá, prometo cumplir el plan-dije, aunque a lo mejor no lo hacía. En verdad, tampoco me interesa apoderarme del mundo, pero si la otra opción es escuchar a mi padre hablar sobre el egocentrismo, prefiero apoderarme del mundo.
-Así me gusta, hijo, ahora te enseñaré algo-dijo, y acto seguido sacó unas pesas pequeñas-. Quiero que te lleves estas pesas a Áuradon, porque quiero que estés fuerte para la misión-ya sabía yo que no me iba a librar tan fácilmente de hacer pesas, mi padre quiere que haga músculos constantemente-. Ahora, ve allí y demuestra a esos principitos y princesitas cómo somos en la Isla.
-Sí, papá, lo haré-dije cogiendo las pesas.
-Adiós, Marcos.
-Adiós, papá.
Salí del castillo y me dirigí a la limusina. Metí mis maletas en el maletero y entré. Allí me encontré a Carlota y a Robert, que no mediaban palabra entre ellos. Robert y Carlota nunca se han llevado muy bien, lo que me molesta, ya que ellos dos son mis mejores amigos. En verdad es lógico que no se lleven muy bien; tienen carácteres muy diferentes: Robert es muy ambicioso y malvado, y Carlota es más buena y sensible. Bueno, al poco rato llegó Lucy, que siempre me ha dado miedo. Es una de las más malvadas de Dragon Hall, y las que más miedo dan en la Isla, aparte de Mal,pero como ella no está, ahora Lucy es la que da más miedo. Ella desde pequeña ha sido muy fría, como distante. En cuanto Lucy se montó, el chófer arrancó la limusina y cruzamos la barrera mágica rumbo a Áuradon. El lugar en el que haría gamberradas con mi amigo Robert. El lugar donde haríamos que nuestros padres estuvieran orgullosos de nosotros. El lugar donde presentía que iba a vivir la mayor aventura de mi vida.
Hola. Por favor, no me matéis. Sé que este cap es hasta más corto que el anterior cuando dije que iba a ser más largo, pero a la inspiración no le da la gana de llegar a mí. Para compensaros, os diré qué voy a escribir en el próximo cap. Tratará de lo que Lucy habló con su madre Úrsula, y cómo fue la llegada de los chicos de la Isla a Áuradon. ¿Cómo se lo tomarán Mal, Jay, Evie y Carlos? ¿Y los chicos de la Isla, cómo llegaran a Áuradon? ¿Qué pensaran los chicos de Áuradon?Descúbrelo en el próximo capítulo de Los Descendientes 2. Y en el siguiente haré las descripciones de los cuatro personajes que faltan y a partir de entonces aparecerán en la historia.
Este cap se lo dedico a una chica que solo conozco desde hace unos meses, pero a pesar de eso es súperagradable y divertida conmigo,y esa chica es electricas y es súperguay. Seguidla y leed sus historias.
PD:Olivia en multimedia. ¿A qué es alegre?
Hasta la próxima.
Gracias por leerme.
Xao
😘😘😘😘😘😘😙😙😙😙💓❤💜💔
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