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Había una vez un chico que fue traicionado cuando se mostró indefenso y comenzó a ser temido cuando demostró ser peligroso.

Aletzander Astadian era un mentiroso.

Aletzander Astadian era frívolo.

Aletzander Astadian tenía miedo.

Esa sensación de abandono lo había acompañado casi toda su vida, como cuando su padre lo rechazaba debido que él era diferente. Se recordó a sí mismo que no siempre había sido así, fue querido durante sus primeros años de infancia, pero entonces, las sombras se manifestaron en él y su vida se convirtió en un tormento.

Luego de aquel día, a los nueve años, perdió a su padre, perdió a su madre y cualquier tipo de libertad. Vio a su madre morir, morir por algo de lo que él se culpaba, aunque tiempo después comprendió que no había sido él, nunca fue él.

Durante años vivió encerrado, guardado como si fuese un secreto, una abominación, algo que todos deberían evitar. Pero él no quería ser olvidado.

Solo había una manera de ser libre otra vez, él la tomó.

Tras la muerte de su padre, ascendió como rey, ni siquiera había cumplido los dieciocho años y ya tenía la corona oscura en la cabeza. Luego, aparecieron los enemigos, gente que estaba dispuesta a arrancarle el corazón con tal de hacerse con el reino, pero él no lo permitiría.

Aletzander era un mentiroso, actuaba bien como el rey arrogante y tempestuoso.

Aletzander era frívolo, porque no podía permitirse confiar tras haber sido traicionado por quienes lo deberían haber cuidado.

Pero sobre todo, tenía miedo, porque detrás de ese disfraz de indiferencia, solo había un chico, un chico que miraba el reino desde la torre, un chico que aún lloraba la pérdida de su madre, un chico que se arrepentía por la sangre en sus manos.

Él no era confiable, estaba consciente de eso. No era capaz de dar su lealtad a nadie que no fuera él mismo, porque él nunca esperaba que alguien lo siguiera.

Él llevaba días sintiendo que se ahogaba en sus sombras, aunque odiaba su don, nunca había pasado por eso. Tenía pesadillas en las que quedaba totalmente paralizado, Aletzander sabía lo que esto significaba. Luego, le avisaron de unos misteriosos asesinatos. Entonces ya no le cabían dudas, habían ido por él.

Había llegado el momento de enfrentarse a lo que lo convirtió en aquello.

Contra todo pronóstico, decidió ser valiente. Lucharía por su vida pero si moría, mataría también, ya se había ensuciado las manos antes, pero de vez en cuando se preguntaba si lograría hacerlo solo.

Entonces apareció Adara, se dijo a sí mismo que la utilizaría para seguir con vida, él la tomaría como si fuera un arma.

No esperaba encontrarse con que sería tan hermosa.