Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

³| Noche Dos.

Noche | Dos
12:00AM

Otra vela en la cama, junto al espejo y otra nota. La escritura era más elegante, y tal vez exageradamente demasiado formal, con todos sus rizos y remolinos y variaciones en letras que normalmente podrían ser simples. Jungkook tomo la nota esperando los nuevos consejos o, en su defecto, las nuevas instrucciones del siguiente Príncipe.

Jungkook...

Me siento obligado a felicitarte por soportar la primera noche. Sin embargo, debo advertirte que no te sientas demasiado seguro de ti mismo, ya que los intentos de nuestro hermano se vuelven cada vez más fervientes con cada noche posterior. Saber que has durado más tiempo que al menos diez asistentes anteriores -que inevitablemente ahora me vienen a la mente - me tranquilizan, por supuesto, es posible que lo logres otra noche. Buena suerte.

-SeokJin Daegu.

Eso fue definitivamente menos reconfortante que la nota de NamJoon, pensaba Jungkook con fastidio. ¿Qué ocurría con la motivación de ese Príncipe? La nota más que optimista resultó casi como un golpe que amenazaba con hacer temblar su ya escasa confianza. Luego la cifra cruel de personas paso a carcomer su cabeza.

- ¿Diez? -se escandalizó con la cifra de sirvientes, era inhumano. Su piel se puso de gallina con la sola idea que se planteó -. ¿Cómo habrá terminado el hombre antes que yo?

-Incluso he perdido la cuenta.

Grito y encendió la vela tan pronto como pudo, casi dejando caer el espejo cuando convocó la cara de Tae en el objeto mágico. Su paranoia despertó con un brinco inmediato y ojeras grandes por la falta de sueño. Bueno, nadie dijo que estas eran unas vacaciones.

-Ya has salido -se sorprendió, con el corazón latiendo le con frenesí en el pecho debido al susto.

-Estaba ansioso por escuchar tu voz. Me emociona ver a la misma persona dos veces seguidas. ¿Dormiste bien hoy?

No, no lo hizo, ni un poco. Su siesta diurna había estado plagada de visiones de sombras que rondaban cada rincón de este castillo. Que lo perseguían para hacerle daño, ¿la maldición se contagia?, se encontró pensando asustado. Si su padre supiera...

-Sí, dormí bien. Pero te tienes que ir, mira, no es que no disfrute tu compañía, de hecho, creo que es lo único que me impidió volverme histérica anoche, pero mi vela...

-Lo entiendo - dijo. Parecía decepcionado -. Supongo que voy a buscar algo para comer. Me provoca
algo dulce esta noche. Hay pastel en la mesa.

Maldita sea, ahora también estaba hambriento. Tenía seis horas delante de él y se moría de hambre. ¿De verdad había necesitado mencionar el concepto de comida frente a él? Peor aún, ¿Cómo podía estar pensando en comida en momentos tan críticos como estos?

Más importante aún; ¿Había realmente pastel en esa mesa?

Cuán terriblemente conveniente.

Apago la vela y fue a mirar el espejo, en la imagen de Taehyung en el comedor. Parecía tan rico y lleno de chocolate, todo cubierto de chispas con una jarra de leche fría y un vaso vacío al lado. "Bien, gracias Príncipe Tae" pensó el azabache con fastidio. Ciertamente fue la opción más acertada para la cena, y lo observó como un dios malditamente delicioso.

Comió una buena porción, acompañándola con un poco de leche fría, comió en calma. Degustando cada bocado que se llevaba a la boca y Jungkook no pudo ser más que su espectadora furtiva.

Dejo de atormentar su estómago y optó por vigilar los pasillos enormes e interminables con el espejo. No, no hay sombras en los pasillos gracias al cielo. Lo que le supuso un gran alivio de pies a cabeza que le aligero el cuerpo. Si Jimin lo viera probablemente ya estaría encerrado en su habitación durante dos vidas. Cuanto echa de menos a su hermano.

Tae todavía estaba en la cocina deleitándose con un nuevo postre. Estaba comiendo una apetitosa tarta de cereza y lamiendo sus dedos cada cuanto (se había quitado los guantes), cuando la cereza se quedaba en sus yemas pálidas o en la comisura de sus delgados labios. Jungkook no pudo contener una sonrisa; él realmente era solo una persona. Estaba seguro. No encontraba la maldad suficiente en él, la que todos decían que tenía.

El joven lo miro atento, sus dedos parecían ser muy bonitos, suaves y gruesos, y con ellos ahora lamía el jugo de cereza roja. Pasando el índice por el poco jugo restante en el plato, y degustando hasta el último detalle el postre. Llevándose lo a la boca a fin de dejar el dedo limpio.

Por un momento, sus labios se separaron, y se podía ver los dientes que le rozaban el dedo índice. Jungkook no pudo evitar estremecerse al pensar en lo de ayer.

«Mordidas» recordó con una sonrisa ladina.

Noche | dos
1:00AM

Se había mantenido alejado, lo cual fue terriblemente amable de su parte. Aunque, siendo brutalmente honesto, para este punto, en realidad se estaba aburriendo un poco, y más que eso estaba un tanto... inquieto. Tenía ganas de que se sentara fuera de su habitación y lo molestara más. Igual y era solo el aburrimiento, se decía así mismo. A lo mejor es el puro morbo de la situación lo que lo mantiene entretenido.

Esa hora transcurrió lentamente sin ninguna interacción por su parte. Todo lo que él hizo fue mirarlo mientras el Príncipe vagaba por el castillo, atrapado dentro de sí. Varias veces, lo atrapó miraba por una ventana oscura y suspiraba. Aunque no estaba muy seguro si era anhelo o dolor.

Mientras lo miraba, bebió dos vasos de agua que estaban sobre su mesita de caoba. En un intento de refrescarse y mantenerse despierto.

-Sabes, tengo un caballo. Nombrado Breeze -dijo, Jungkook casi salto de alegría al escucharlo -. Solía ​​correr todo el tiempo. Siempre que podía, me encantaba estar bajo el sol, solo yo y mi caballo, al aire libre... pero ya no puedo hacer eso. A veces... a veces montaba por las noches.

Parecía un niño pequeño fantaseando con volar hacia las estrellas, con el mentón en la mano mientras miraba por la ventana del salón. Algo de esa mirada soñadora y ese anhelo al hablar le recodo así mismo. Él también era un Príncipe soñador.

-Me iría justo esta misma noche, pero ya ves, estoy siendo observado. Por ti -suspiro, alejándose unos pasos de la ventana -. Y mientras estés mirando, no puedo irme. Por supuesto, no espero que solo tires el espejo y me dejes ir. ¿Por qué confiarías en un Príncipe podrido y maldito?

Estaba tentado, para ser honesto.

Si Tae dijo algo más después de eso, no pudo darse cuenta; hubo un golpe en su ventana. Rápidamente fue a encender su vela, ¡pero las cerillas ya no estaban por ningún lado!

-Oh, no, no, no, no, no, no -musitó con genuina desesperación, removiendo la habitación, ¿Podrían estar debajo de la cama? Pues no. ¿Detrás de la cama? No. ¿Los había perdido en la estantería?

El ruido se hizo más fuerte y también su ritmo cardíaco. Golpeaban, golpeaban, golpeaban, golpeaban mientras revisaba y volvía a verificar cada posible ubicación. Y entonces alguien llamó a la puerta y un gritó se le escapó de los labios.

-Soy solo yo -dijo.

- ¡Vete! No puedo encontrar mis fósforos, ¡no puedo encender la vela!

-Yo los tengo -anuncio -. Los encontré en mi bolsillo. Mis amigos deben habérselos llevado de aquí.

La pequeña caja de cerillas se deslizó debajo de la puerta, Jungkook los tomo tan rápido como pudo, rompió un fósforo tratando de encenderlo. Una vez que finalmente hubo encendido la vela, el toque en la ventana se detuvo. Se estremeció, agarrando la vela encendida con fuerza como una búsqueda desesperada de sentirse seguro.

«Oh, Yugyeom» se lamentó.

- ¿C-cómo lo hicieron?... ¿cómo?

-La próxima vez, tal vez debas asegurarte de que estoy fuera del pasillo antes de que lo apagues.

Buena idea.

-Está bien, ahora vete.

- ¿Oí un golpeteo en la ventana?-preguntó en un intento de ignorar sus órdenes -. No pude convencerlo de que no lo hiciera, uf. Ese amigo en particular no admite el rechazo con demasiada facilidad. Todavía estará allí por un tiempo. Entonces... mientras lo hace, no estaría haciendo demasiado daño solo por quedarme. Aquí mismo, ¿verdad?

-Bueno -Jungkook suspiró, sintiéndose totalmente expuesto -, supongo que no.

Escucho como se acomodaba contra la puerta. Crujió cuando se inclinó.

Noche | dos
2:00AM

- ¿Has estado pasando una buena noche? -preguntó después de un poco de silencio.

- ¿Con excepción de los golpes? Sí. Veo que disfrutó su pequeño bocadillo de medianoche.

-Tengo un paladar claramente inclinado hacia lo empalagosa mente dulce -admitió -. ¡Oh! Por cierto, realmente espero que no hayas bebido nada de la jarra de agua que estaba allí.

«Oh Dios.» se asustó.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué es? ¿Qué hiciste? -Inevitablemente entro en pánico con la idea de morir envenenado.

-No hice nada -suspiró -. Una vez más, fue uno de mis amigos del otro lado. No te preocupes, no está envenenado, pero... está como encantado con una especie de afrodisíaco muy poderoso.

- ¡¿Qué?! -exclamó, la sola idea lo hizo temblar de angustia.

Él se rió entre dientes a su pesar. Como si se tratara de un niño que hace una travesura pequeña. Eso lo puso frenético.

-No te preocupes. Estoy seguro de que puedes aguantarlo.

-Tienes que irte. Ahora mismo -dijo Kook, con los nervios de punta y la piel de gallina, ahora mismo temía por sus propias acciones -. Ya mismo, ve. No puedo tenerte de pie justo fuera de mi puerta -insistió -. Vete ahora mismo. La vela está casi a la mitad.

Bueno, al menos lo hizo. Esta vez, el azabache esperó hasta que salió del pasillo para apagar la vela por completa. Y lo vigilaba solo por seguridad. Solo... justo en el momento exacto cuando él bajaba las escaleras.

« ¿Sus pantalones siempre habían sido tan ajustados?» se preguntó con la cara caliente y una ola de calor que le recorrió de pies a cabeza « ¡Basta, Jungkook! No te desvíes. Piensa en tu prometido». Se exigió aunque eso tampoco ayudo.

Noche |dos
3:25AM

Alrededor de quince minutos atrás, observó que Tae había comenzado a leer "Cuentos para dormir; una selección especial para divagar", por diversión. Cuentos de hadas e historias de niños. Era bastante inocente, de verdad, pero su voz sonaba realmente cansada, y por alguna razón hizo que su corazón se acelerara. Él realmente tenía una voz tan profunda y encantadora.

Y repentinamente dejo la lectura y el libro aun lado. Jungkook casi gime en reproche ante la imagen en el espejo.

-Lo siento -lo escuchó -. Estoy muy cansado de las historias para niños. Yo espero que no te importe, pero hay un libro que he querido terminar, y me encantaría leerlo en voz alta para ti.

- ¿Qué tendrá en mente? -cuestionó mirando la imagen con curiosidad, mientras Taehyung vagaba por la biblioteca.

-Este libro no es exactamente algo que uno discute en compañía mixta. Pero somos solo tú y yo esta noche y siento una conexión emocional con usted, mi querido observador -Él se rió entre dientes -. Mi querido voyeur.*

-Dios, detente.

-Veamos, dónde estaba yo... ¡ah! -Él hojeó la página apropiada para comenzar -. Estarás un poco atrasado si empiezo justo aquí, así que te pondré al día: el héroe del cuento está enamorado del villano, ya vez, y viceversa. Por supuesto, su amor está prohibido, pero ya han encontrado la manera de hacer el amor en secreto. Aquí, él acaba de confesarle su amor eterno y, aunque ambos han reconocido que nunca se les permitirá casarse, se han casado. Estuve de acuerdo con esa decisión.

-Ay por dios -chilló Jungkook, mordiendo la palma de su mano.

-Deja que solo me pongo las gafas de lectura. Las letras son mucho más pequeñas en esta obra.

« ¿Estaba este hombre a punto de saltar de los cuentos de hadas a la erótica?» los nervios se apoderaron de él.

Cuando menos lo espero su voz alcanzo sus oídos, mientras comenzaba a leer para el azabache, lentamente y en calma absoluta.

-Sus labios buscaron su cuello, su sed por el sabor prohibido de su piel era lo suficiente como para volverlo loco. Cuando sus dedos tocaron su piel, él ardió, en llamas con el deseo de brindarle el placer que él sabía que solo él podía lograr.

Él debía parar. Jungkook debía dejar de escuchar, tenía que. Cuanto más leía, cuanto más él observaba sus labios, más difícil era quedarse quieto. Se acurrucó en la cama, demasiado molesto para estar cansado, mientras él leía página tras página en esa voz soñolienta suya, ocasionalmente lamiendo su dedo para pasar a la siguiente página. Bueno, esa era una forma de mantenerse despierta.

-No podía controlarse a sí mismo, ni sus manos mientras tocaban sus suaves muslos, ni sus caderas, toda él... oh, Dios -bostezo -...No creo que pueda leer más de esto por esta noche -confesó -Pero confío en que hayas disfrutado.

«Pequeño y descarado... » bufó.

-Parece que uno de mis amigos no está aquí conmigo -dijo él joven mirando a su alrededor - ¿Has estado revisando los pasillos?

Excelso, Jungkook.

Noche| dos
4:12AM

-Extrañé tu voz mientras estaba a una biblioteca -susurro Tae a través de la puerta, apoyándose en ella mientras Jungkook encendía la vela -Nos quedan menos de dos horas. ¿Crees que puedo quedarme?

No entendió por qué el repentino hecho de que le hiciera una pregunta tan simple le resultaba tan excitante, pero su voz estaba allí, afuera de la puerta, y lo necesitaba.

-Está bien -musitó en un tono que solo él pudo oír. Él se rió entre dientes.

-No fue muy justo por mi parte leerte ese libro -se burló en un tono muy suave -. Solo quería relajarte un poco, ¿Funcionó?

-S-sí -tartamudeo.

- ¿Te gustó?

Su voz era casi un ronroneo, como un tigre juguetón que sabe que su presa está acorralada. Y vaya que lo estaba, lo peor de todo era que no le molestaba para nada.

-Yo... sí -confesó con el latido del corazón en sus oídos.

-Hmmh. Ese libro es maravilloso para pasar noches particularmente solitarias -respiro con calma -. De nuevo, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que toqué a alguien

Casi susurró. Jungkook tuvo que apoyarse contra la puerta para escucharlo con claridad. Algo le decía que él no tenía buenas intenciones.

-Demasiado tiempo desde que tuve estas manos sobre alguien. O las pase, de arriba a abajo... Hace tanto que no recibo esa clase de afecto.

-Claro... ¿Te acostaste con muchos hombres? -se encontró preguntando, de una manera descarada que estaba segura que su institutriz no hubiera aprobado.

-Oh, sí. Reyes, caballeros, príncipes algún que otro plebeyo con belleza normalmente inusual para su posición -Jungkook casi gruñe de cólera contra él -. Y me han dicho que soy muy bueno en lo que hago.

Hubo tantas preguntas que quería hacerle; tantas preguntas ásperas, sucias, impropias y francamente descorteses sobre cada detalle desagradable de su vida sexual. Quería saber por qué no suele ser un hombre de gran apetito sexual, ahora ya no estaba tan seguro.

¿De dónde carajo había salido este deseo tan repentino? Por saber lo que él podía llegar hacerle o lo que le había hecho con otros hombres. Pero no hizo una sola pregunta, ni una, solo se apoyó en la puerta, respirando con dificultad. Él comenzó a responderlas por su cuenta.

-Me han felicitado innumerables veces por mis habilidades con mis manos - susurro -. Aparentemente tengo una fuerza impresionante. Había un chico con la que estaba algunos años atrás, era muy fácil dejarle hematomas y marcas. Por las mañanas podía ver las marcas que mis dedos habían dejado en sus muslos y su trasero y sus caderas, en tonos morados y azules.

- ¿Y te odiaba por eso?

-No -se rió -. Él me adoraba por eso.

Reviso el espejo para mirar su rostro y al hacerlo noto que llevaba la sonrisa más complacida mientras contaba tales historias a través de su puerta. Jungkook se mordió el labio inferior con nerviosismo.

- ¿Y-y solo te han felicitado por eso?

-Bueno, veamos... Me han dicho que tengo un gran tamaño -contesto con simultánea normalidad. Para ser completamente justos Jungkook no sabía muy bien que tan grande podría llegar hacer la masculinidad de un hombre. Vamos que solo había estado con Yugyeom -, uhm, tal vez podamos saltar lo para el final. Varios me han dicho que soy muy perceptivo.

- ¿Perceptivo? -cuestionó sin entender a qué se refería en concreto.

-Para las necesidades. Digamos que sé dónde encuentra lo que estoy buscando.

-No puedo imaginar, lo que quieres decir con eso -confesó, sintiéndose de repente un tanto difuso e infantil.

-Si me lo permites, podría mostrarte.

«Madre, mía» Al azabache se le hizo agua la boca.

Todo fue tan cálido por ese momento. Casi abre la puerta en ese momento para poder dejarlo mostrarle todo aquello que narraba con tanta pasión, pero se detuvo. Estaba a punto de abrir la boca para pedirle que se marchara y se llevará todas sus tentaciones con él cuando comenzó a relatar un encuentro sexual detallado con otro hombre que aparentemente era muy flexible.

Noche| dos
5AM

Solo falta una hora. La vela no demoraba mucho en acabarse, lo sabía de antemano, pero no podía decirle que se fuera, todavía. Porque ahora estaba de vuelta con sus relatos favoritos, donde le narraba lo que le haría a él y solo a él. Y que Yugyeom ni siquiera podía imaginar hacerle.

-Me siento con la obligación de demostrárselo -dijo aún del otro lado con la respiración pausada - Y quiero que creas que es verdad lo que puedo hacer, especialmente esa parte de mi lengua. Es verdad.

-Por favor -respiró, avergonzado de su desesperación en el tono de su voz, jamás había hablado de esta forma. Casi faltando le el aliento.

-Si abres la puerta, realmente podría mostrarte. Yo acariciaría cada centímetro de ti. Besaré tu tierno cuello, y si me lo permites, dejaría una o dos marcas. Te mantendría en mi regazo y no te soltaría. Podrías tocarme hasta que te tengas una cantidad satisfactoria de placer. Y sé que quieres tocarme, ¿verdad?

Sus piernas temblaron y tuvo que agarrarse con fuerza del picaporte para mantenerse en pie. La temperatura en su habitación había subido o eso quería creer él. Quería hablar y decirle que era una locura pero su cerebro lo traicionaba a medida que abría la boca.

-Sí -asintió en un ronroneo no planeado.

-Sería tan gentil como lo necesites, a menos que no sea lo que necesitas. Si en algún lugar te lastimara, lo besaría hasta que te sintieras mejor, querido. Mi observador. ¿Puedes creerme? ¿Puedes creer lo amable que sería mi tacto sobre tu piel suave? -le explico con calma -Cuando levante tu camisa por encima de tu cabeza y mis manos recorren tus pezones, hombros, estómago, muslos ... mientras te acuestas boca abajo y yo estaré encima de ti, ahogando el dolor y la tensión de tu espalda. Querido, porque esta noche ha sido tensa para ti, estoy seguro.

-Ha sido frustrante, al menos.

«Demasiado. Y tú no la haces más fácil» se lamentó. Él se atrevió a reír en voz baja.

- ¿Te imaginas mientras juego con la suave carne de tu culo, puedes imaginarte diciéndote al oído lo agradable que es tu calor para estas solitarias manos?

¡Qué fuerte! Jamás había escuchado que un Príncipe u hombre en general se exprese de esa forma sucia. Que secretamente a él le ponía frenético.

-Sí, sí puedo -le contestó -. Lo estoy.... Bueno, me estoy imaginando cada palabra.

- ¿Te estás imaginando mi aliento en tu cuello?

-Sí, oh sí - ¿De dónde había salido eso? Que era todo esto que sentía, era el deseo cubriéndolo de arriba abajo.

- ¿En tus muslos?

-Príncipe Taehyung, por favor...

- ¿No abrirás la puerta para que pueda mostrarte todo lo que puedo hacer?

Negó con la cabeza, lo cual, por supuesto, él no vio; él siguió con sus burlonas promesas de sensualidad mientras Jungkook se sentabas junto a la puerta con las rodillas apretadas contra el pecho, el corazón palpitaba mientras observabas una oscura nube de humo salir de la vela. Por fin se había agotado y eso no era nada alentador.

Salió disparado hasta la puerta.

-Tienes que irte. Debes irte, la vela está apagada. ¡Por favor, vete!

-Pero...

- ¡Vete!

Escucho un suspiro y probablemente una confusión, pero él lo hizo y se fue. Reviso los espejos, aliviado al ver que la sombra de Taehyung se iba con él.

Los siguientes diez minutos, pasaron tratando de calmarse buscando la respuesta del porque se ponía de esa forma. Pensó en su padre, en su hermano, en Yugyeom y en lo que le dirían sus hermanas. Aunque estaba segura de que ellas lo alentarían. Finalmente alguien llamó a la puerta.

Un hombre muy joven con cabello negro abrió la puerta.

-Oh bien, otra noche exitosa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro