/Narra Mérida/
  El campeón de los caídos y yo comenzamos a una batalla de fuerza que solamente era nuestra. Desde la vez que perdí con Vilgax y el Coco, estuve entrenando horas en los gimnasios deportivos que dirigen mis padres, entrené durante las noches, me fortaleci en el frío de la ciudad y en con los peligros de la calle, todo solo para mí revancha contra aquel alienígena. Mi venganza no iba a ser posible ese día, pero podía demostrar lo mucho que crecí combatiendo contra la persona que tenía mi mismo poder. Por mi orgullo y todo lo que conocía, debía ganar esta pelea, o al menos eso era lo único que pasaba por mi cabeza.

  La pelea inició y tanto él como yo intercambiabamos golpes lastimandonos mutuamente. Era dos veces mi tamaño y yo aún así seguía. Era más feroz que yo e intimidante pero aún así seguía. No podía explicarlo con palabras pero el enfrentar a alguien más fuerte que yo hacía que mi corazón bombeara a mil por hora. No puedo decir si era terquedad o realmente era orgullo pero el saber que iba a morir peleando con un enemigo formidable hacía que todo mi cuerpo se estremeciera. En ese entonces sentí lo que cualquier soldado siente antes de morir. Me sentí plena al entender el sentimiento de morir con honor hasta el final.

  El combate continuó y por fin logré hacer que su mirada de malo se desviara con un golpe. Me miró fijamente y sonrió. Me golpeó en el abdomen y al alzar la mirada, le devolví la sonrisa.

  Me retiré unos pasos para recuperar el aliento y choque mi espalda con la de Astrid.

Astrid: ¿Que haces?

Mérida: Recuperándome ¿Y tú?

Astrid: Recuperándome.

Mérida: Hagamos una apuesta.

Astrid: ¿Por qué aceptaría?

Mérida: Porque si ganas, renunciaré a Hipo.

Astrid: *Sería* Escucho.

Mérida: Si vences a 100 enemigos antes de que yo derrote a este sujeto, renunciaré por completo a Hipo.

Astrid: ¿Qué pasará si pierdo?

Mérida: El seguirá siendo mío y no te acercarás a él en un mes.

Astrid: *Segura* Trato hecho.

  Las dos volvimos a prepararnos y continuamos nuestra batalla con una apuesta en marcha. El campeón y yo intercambiamos golpes nuevamente lastimandonos y emocionandonos mucho. Astrid voló y comenzó a eliminar a enemigos por todas partes pero yo seguía concentrado en mi enemigo.

/Narra Jack/
  Apenas pude recuperarme del golpe y me dí cuenta de que muchas cosas ocurrieron. Tadashi me había curado mientras que Rapunzel trataba con el gigante rojo. Este fenómeno cambió de forma y se convirtió en una serpiente gigante. Era una cobra negra con rayas rojas y perseguía a Hipo por todas partes.

  Él volaba por todas partes disparando bolas de plasmas mientras que lo atacaba. Pasaba por debajo o arriba de la cola del rival y este lo seguía como sin nada. Entendí inmediatamente lo que quería hacer. Cuando me sentí completamente recuperado agarre mi bastón volé hasta el punto ciego del enemigo.

/Narra Hipo/
  Finalmente logré que el sujeto me siguiera y no se dió cuenta de que lo estaba convirtiendo en un nudo de más de 10 metros.

  Lo distraje lo más que pude, pero yo también me distraje. Terminé acorralado en un edificio. La cobra gigante se preparó para atacarme pero cuando lo intentó sintió como si algo le cortará la respiración. Al ver su cuerpo notó lo que había hecho. Eso no le importó, se abalanzó y trató de comerme de un bocado pero su mandíbula se congelo al igual que su lengua.

Jack: ¿Creíste que no recibirías ayuda? El rey del invierno está listo para servir.

Hipo: Gracias.

  Escapamos de ahí y nos elevamos lo más que pudimos.

Hipo: ¿Listo?

Jack: Si... Em...

Hipo: Furia Nocturna.

  Jack creó una tormenta eléctrica mientras que su arma se irradiaba de energía. Yo invoqué dos elementos al mismo tiempo, la espada solar en mi mano derecha y mi escudo de Vacío en el brazo izquierdo.

  Los dos descendimos con velocidad.

Jack: ¡¡¡SHINEEEEEEEEEEE!!!

  Creamos una gran explosión de poder y el sujeto quedó en el suelo totalmente herido e inconsciente en su forma humana. Nosotros nos quedamos sin energías, magia y fuerzas. Estábamos despiertos pero no podíamos movernos.

/Narra Rapunzel/
  Hipo y Jack vencieron al hombre serpiente mientras que Mérida seguía peleando contra su copia barata versión peludo.

  Acudí para ayudarla sin pensarlo dos veces.

  Creé una trampa de araña con mi cabello que lo detuvo.

Mérida: ¿Qué crees que haces? Esto es entre él y yo

Rapunzel: No voy a quedarme sin hacer nada.

  El hombre oso trató de atacarme pero lo detuve jalando mi cabello, en donde se encontraba atrapado.

Rapunzel: Es hora de tomarlo en serio, es todo o nada. Los chicos ya no pueden pelear, míralos.

  Vió a nuestros compañeros y eso activó algo en ella. Se puso más seria y cerró sus puños. Su poder de Arco la rodeó y con con electricidad en sus puños golpeó insensantemente a su enemigo. Hice que el poder solar se activara en mi pelo y quemó a nuestro enemigo lentamente mientras que recibía una feroz lluvia de golpes. No nos deteníamos, sus gritos y sus esfuerzos aumentaban más y más.

Astrid: ¡¡¡CUIDADO!!!

  Al alzar la vista, un caminante de los Caídos estaba, literalmente, cayendo sobre nosotros. Nosotras corrimos y el hombre malo recibió todo el daño. El tanque, poco después de chocar con el suelo, explotó y él salió volando con graves heridas. Al girar, nos dimos cuenta que casi todo el ejército había sido vencido. Algunos sobrevivieron y se retiraron.

  Nosotros celebramos por nuestra merecida victoria, todos nosotros.