/Narra Rapunzel/
Una de las cosas que menos me gustan son quedar aprisionada. Hace mucho tiempo, una mujer loca me secuestró cuando solamente era una bebé. Ella me mantuvo cautiva y desde entonces no me gusta estar encerrada. Por suerte lograron salvarme cuando todavía era una niña.

Mis padres saben acerca de este temor, pero ellos también quedaron con un trauma, sobre todo mi padre. Él no quiere que me vuelvan a secuestrar o algo parecido. Por eso tuve que ocultarles quien soy ahora y que hago.

Pasaron algunas semanas desde que me castigaron y de vez en cuando salgo sin su permiso.

Hoy, mis padres se fueron a una reunión de trabajo y yo aproveché para volver a la escuela y entrenar con los demás. Las cosas se volvieron más interesantes gracias a los nuevos maestros. Mi favorito era Stich ya que era una cosita peluda y adorable. Entrené junto a los demás y fui a clases como siempre. Iba a ser un día tranquilo hasta que recibimos una alerta de una invasión.

Me equipé junto a los demás y fuimos con mi equipo. Eugene, las hermanas Arandelle, Kristoff y yo fuimos a ver que sucedía y parecía ser un ataque de los poseídos.

Nos encargamos de ellos fácilmente. Estábamos a punto de terminar hasta que vimos que muchos más llegaron.

Elsa: Golem de nieve y hielo, yo te invoco.

Elsa creó un golem de nieve con garras y diente de hielo muy filosos. El monstruo se encargó de los poseídos más grandes mientras que Eugene hizo que varios picos salieran del suelo y formara nuestra trinchera.

Eugene: No vamos a durar mucho.

Anna: Yo puedo hacer esto.

Elsa: No. Tus poderes no sirven.

Anna: *Molesta* ¿Que dijiste?

Elsa: Tus poderes no sirven.

Anna: *Enojada* ¿Ah sí? ¿Estás segura de lo que dijiste?

Elsa: Si, no sirven.

Anna: ¡¿Si?!

Elsa: ¡Si!

Anna: *Furiosa* ¡Mírame Will Smith!

Anna corrió hacia el peligro y de sus manos salieron fuego. Quemó a todos los poseídos de la calle. Sus manos parecían potentes lanzallamas. Cuando terminó con ellos, volvió a su hermana y está más calmada le dijo:

Elsa: Oye, solo quería hacerte enojar... ¿Todo bien?

Las hermanas se reconciliaron absurdamente rápido. Nosotros todavía no podíamos salir de nuestra sorpresa.

Nos íbamos a ir a casa hasta que escuchamos un rugido fuerte. Al ver en el cielo, vimos a Oryx aparecer. Parecía estar en su verdadera forma.

Oryx lanzó su magia pero yo use mi cabello para protegernos. Lamentablemente, mi pelo comenzó a oscurecerse. Les pedí a mi equipo que huyeran y así lo hicieron.

Cuando por fin huyeron, me quedé a entretenerlo lo más que pude. La oscuridad me estaba consumiendo. Antes de que me absorbiera por completo, escuché las voces de mis amigos. Luego de eso, todo se volvió negro.

/Narra Mérida/
Estábamos vigilando a los chicos para que aprendieran a derrotar a un campeón o a un ejército. En eso vimos a Oryx aparecer en la ciudad. No fue difícil ya que medía mucho más que un edificio corporativo y era más ancho que esos gordos que comen hamburguesas.

Cuando llegamos, vimos al equipo de Rapunzel un poco asustados. Fuimos hacia ella pero ya era demasiado tarde. Oryx comenzó a controlarla y ella hizo que su cabello nos atacara. Todo pasaba muy rápido, era como pelear contra tentáculos. En eso, el cabello de nuestra amiga, casi me hace un agujero en el abdomen, pero terminó rompiendo mi armadura.

Mérida: ¡Hey! ¡¿Que te pasa?!

Jack: Está poseída.

Mérida: ¡Ya sé que está poseída! ¡Pero eso no es excusa para matarme!

Su cabello se volvió loco. Parecían serpientes y destruían todo a su paso. Atravesaban los edificios, rompían las calles y luego intentaron atravesarnos como si brocheta fuésemos. Nos terminaron acorralando hasta que... En un intento de matarnos, terminaron chocando con unos picos de piedra. Eugene nos estaba cubriendo. Intentó hablar con ella pero no era suficiente.

/Narra Rapunzel/
Todo era oscuridad. Me sentía encerrada. Sentía que me sofocaba y que mi cuerpo ya no respondía. Sentía como desaparecía lentamente hasta que escuché a Eugene. Él siempre estuvo para mí, al igual que mis amigos. Ellos estaban afuera tratando de ayudarme y yo no podía hacer nada y eso me enojaba. Antes de que pudieran enojarme más, escuché las voces de mis padres.

/Narra el autor/
Afuera de la cabeza de Rapunzel, los chicos trataban de salvarla. En eso, no se dieron cuenta de que sus padres estaban cerca. Cuando la invasión empezó, ellos se ocultaron en una casa que quedó en ruinas. Cuando vieron a la guardiana cubierta de oscuridad, pudieron (apenas) ver a través del cristal del casco a su hija.

Gritaron su nombre para que los reconociera y funcionó. Ella se detuvo un poco hasta que su cabeza comenzó a dolerle y luego volvió a atacar a los guardianes. Tomó de rehén a su novio e iba a por sus padres, pero Hipo los sacó de allí a tiempo.

Hipo: Dejen que los profesionales se encarguen de esto.

El padre de Rapunzel no iba a permitir que su hija fuera controlada de esa manera. Comenzó a caminar hacia ella con mucha calma y trató de hablarle con dulzura diciéndole lo mucho que la amaba. Le decía de todo pero nada daba resultado.

En un intento desesperado por recuperar a su hija, camino hacia ella y extendió los brazos en señal de abrazo.

Jack: ¡Señor! ¡¿Está loco?! ¡Se va a matar!

El padre no hacía caso y solo espero allí a que su hija respondiera.

Mientras tanto, Rapunzel seguía atrapada y trataba con desesperación salir de allí. Cuando sintió que su cabello se convirtió en algo parecido a un taladro supo que era lo que iba a pasar. Se sentía aprisionada y le costaba pensar. Tenía mucho miedo hasta que sintió como una mano le tocaba el hombro izquierdo. Al voltearse, vió a Eugene y a sus amigos queriendo apoyarla. Los abrazo con fuerza y empezó a llorar.

Fuera de su cabeza, el ataque ya estaba listo y nadie podía impedirlo. El cabello de la chica se impulso con velocidad hacia el hombre. A centímetros de tocarlo, el cabello se detuvo y ahora era de color dorado.

Todos quedaron sorprendidos. La chica volvió a la normalidad y bajo a su novio. Agarró a sus amigos y los arrojó hacia Oryx. Un ataque combinado se preparó pero no fue bien ejecutado ya que su enemigo, de una palmada, los estampó contra el suelo a aquellos tres.

El villano se fue decepcionado mientras que los héroes se recuperaban gracias a su amiga, quién por fin obtuvo algo de valor para enfrentar sus miedos.

Esa tarde, los Corona tuvieron una larga conversación.