/Narra el autor/
  Todo fue malo durante los últimos días para los chicos. Nadie sabía lo que el destino le deparaba. Los cuatro seguían en reposo.

  Cuando Rapunzel despertó, hizo que ella y los demás se sintieran mejor y se recuperaran más rápido gracias a su poder.

  En menos de un día, los cuatro salieron del hospital completamente recuperados. Los cuatro volvieron a sus respectivas casas y hablaron con sus padres. Durante el fin de semana, no hubo ningún ataque, por lo que Hipo, Mérida, Jack y Rapunzel descansaron mientras que los demás se encargaron de entrenar lo más que podían con sus maestros y con la Vanguardia.

Zavala: Se suponía que no deberían venir aún, pero se nota que están desesperados.

Ben: Necesitamos, entrenamiento y armas. Los cuatro se enfrentaron a unos sujetos que eran... Eran...

Ikora: *Apareciendo de repente* Skolas, Crota y Panoptes. Las cámaras de seguridad de la ciudad los escaneó y nos entregó a nosotros las imágenes de ellos. Sabemos que no pueden estar haciendo nada bueno.

Cayde: Parece que los jefes atacarán dentro de muy poco por lo que estoy de acuerdo en hacerlos sufrir. Quemar sus músculos hasta que griten de agonía parece buena idea.

  Los chicos entrenaron todo el fin de semana hasta que llegó el lunes y tuvieron que volver a la escuela. No siquiera era la primera hora y ya había empezado un ataque. Los cuatro seguían recuperándose así que los demás se encargaron del problema.

  Cerca de los almacenes abandonados. Los Caídos comenzaron a hacer algunas explosiones y asustaron a las personas que estaban cerca de ahí. Había un Caminante que fue fácilmente derrotado por los de San Fransokyo. El Equipo de Elsa y el de los populares se encargaron de evacuar a la gente mientras que los problemáticos revisaban por el aire todo lo que pudiera dar una señal de trampa. Cuando terminaron, todos se reunieron tranquilamente y conversaron un poco.

Astrid: No parece hacer nada.

Fred: Puede que se estén ocultando y no estén esperando.

Aster: No creo.

Honey Lemon: ¿Y si caímos en una de sus trampas?

Nicholas: Ja, no podemos tener tanta mala suerte.

Patán: Verdad.

  De repente un gato negro cruzo delante de ellos y tiro un frasco lleno de sal que cayó en una grité y todo hasta una tabla que luego cayó y rompió un espejo que estaba allí de pura casualidad. Para empeorar, el cinturón de Norte se rompió misteriosamente.

Astrid: ¿Kisawea?

  Sin previo aviso y de repente, un montón de Caídos aparecieron con sus armas apuntando a los jóvenes.

  Habían de todos, desde Escorias

  Vándalos

  Capitanes

  Algunos Sirvientes

  Y cientos de Aguijones

Todos: Maldición.

Patapez: Tenías que decirlo.

  Los chicos se prepararon y combatieron contra todos. Era una verdadera zona de guerra y fue muy difícil poder acabar con ellos. Luego de varias horas por fin habían terminado con ellos.

  Los guardianes fueron a la escuela y las cosas no mejoraban. Primero los castigaron por ausentarse tanto tiempo, luego les dieron muchas tareas y para finalizar, algunos de ellos resbalaron por el suelo cayendo vergonzosamente.

  Rapunzel los curó a todos y escucho sus quejas al igual que Hipo, Mérida y Jack.

Hipo: A eso le llamo mala suerte.

Patán: *Sarcástico* No ¿En serio?

Mérida: Mira que si.

  Los chicos se reían, pero para algunos no les era gracioso. Astrid salió de allí un poco avergonzada.

  Hipo la notó deprimida y fue a buscarla. Cuando la encontró trató de animarla cómo pudo pero no lo logró.

Astrid: Es triste que ustedes hayan podido hacer esto siempre y les haya salido bien y a nosotros no.

Hipo: Ustedes no hacen esto muy seguido. Deberían hacerlo más seguido y quizás sean mejor que nosotros.

  Astrid quería decir algo pero resbaló y se cayó de cola contra el suelo. Ahí se sentía aún más humillada. Para empeorar las cosas Mérida los vio y se rió de ella.

Mérida: Jajajajajsjajajaja.

  Hipo no le siguió el juego. En cambio, se agachó y ayudó a Astrid a levantarse y la ánimo con unas palabras.

Astrid: Gracias.