/Narra Rapunzel/
  Se supone que debíamos entrenar. Después de lo que pasó con Hipo y esos otros chicos, creí que se cancelaba el entrenamiento.

  Lo peor no fue que no se canceló. Lo peor fue que justo cuando íbamos a empezar, vimos como un montón de naves caían desde el cielo para dejar libre un montón de cosas raras.

  Nuestros maestros se equiparon con una especie de armaduras raras y algunas armas de fuego.

  Creí que todo era un ensayo o una visión como antes. Cómo me equivoqué.

   Asustados, los cuatro intentamos ocultarnos en el gimnasio ya que todavía no estábamos listos para algo así.

  Oogway y los otros dos se fueron a combatir con esas cosas. Solo pudimos ver abriendo un poco la puerta, cómo esa invasión tomó por sorpresa a todas las personas en la ciudad. Hipo estaba nervioso ya que su padre era policía y de seguro querría interferir.

Jack: No podemos quedarnos. Está tenía que ser nuestra pelea.

Mérida: Jack... Cállate.

Jack: Sabes mejor que yo lo que se siente no hacer nada. Eres mi amiga. Apóyame.

Rapunzel: Mérida tiene razón. Cállate.

Jack: Hipo, amigo. Por favor. Sabes que tarde o temprano está va a ser nuestra pelea.

Hipo: Pero... nuestros maestros...

Jack: ¡¡Ellos morirán si no salimos y peleamos también!!

Mérida: Jack. Te conozco desde hace tiempo. Sé que no vas a parar. Pero mi desición es "NO".

Jack: ¡¿Quién te nombró la jefa del grupo?!

Mérida: ¡¡¡Yo lo hice!!! ¡¡¡¿¿Algún problema??!!!

Jack: ¡¡¡Si!!! ¡¡¡Nos dirije una cobarde que se oculta mientras que se cree la reina del lugar!!! Sé lo que hiciste. Y todavía me pregunto el por qué te enoja lo que hace Astrid, si lo que haces tú no es distinto.

  Ella parecía enojada. Parecía molesta y con mucha furia.

Mérida: ¡¿QUE SABES TU?! ¡¡¡YO TUVE QUE SOBREVIVIR COMO PODÍA!!! SOLO SABES POR LO QUE VES DESDE AFUERA.

Jack: ¡¡¡PORQUE SOMOS COMPAÑEROS!!! ¡¡TE VÍ TODO ESTE TIEMPO!! ¡¡TODOS TE VIMOS!! ¡¡PERO VOS NO VES A NADIE YA QUE SOS UNA NIÑA MALCRIADA QUE NO LE GUSTA ESCUCHAR A NADIE Y SOLO HACES LO QUE QUIERES SIN IMPORTARLE SI LASTIMA A LOS OTROS O NO!!

  Hasta yo tengo que admitir que ese fue un golpe duro. Mérida siempre hizo lo que quiso. Molestaba a los más débiles como a Hipo (sobre todo a él) no obedecía a nadie y siempre trataba mal a quienes le decían que hacer.

  La pelea terminó con el comentario de Jack, pero no parecía como si hubiera ganado, ya que los dos empezaron a lagrimear. Esas palabras les dolió a los dos.

  Quise hacer algo, en serio, pero me di cuenta que uno de nosotros permaneció callado desde hace tiempo.

Rapunzel: Ehh... chicos.

Mérida: ¡¿Que te importa lo que haga con mi vida?!

Jack: Porque nos perjudica a todos.

Rapunzel: ¡¡¡¡CHICOS!!!!

  Al parecer llame si atención porque me vieron sorprendidos.

Rapunzel: Hipo se fue. Otra vez.

  Lo buscamos por todas partes y solo encontramos debajo de las gradas una puerta con un candado quemado. Entramos y vimos tres armaduras raras como el de nuestros maestros, solo que sin cascos y era más tela que metal o plastico. Arriba de cada uno había un cartel con nuestros nombres y había un maniquí desnudo con el cartel de Hipo.

Jack: Se fue a pelear sin nosotros ese desgraciado.

Rapunzel: Tomó su armadura y se fue.

Mérida: Equipense y vámonos. Cuando lo encontremos hablaremos con él.

  Todos nos equipamos y vimos unas máscaras cerca de la salida. Nos las pusimos por si acaso y nos fuimos.

/Narra Hipo/
  La pelea no iba a parar. La invasión parecía que tampoco iba a César pronto. Mismo maestros estaban peleando y seguramente mi padre también.

  Desde que tengo memoria, el siempre me dijo que fueron unos aliens quienes capturaron a mi madre. Nunca creí en eso. Hoy veo ante mis ojos que mi padre nunca me mintió.

  Estaba preocupado y molesto. Así que fuí debajo de las gradas, quemé el candado que tenía, solo quería liberar tensión, y me encontré con unos trajes con tela rara. Entendí que era para cuando nuestro entrenamiento estuviera completo. Agarré el mío, mi máscara y el de los demás.

  Sabía que también irían a pelear y dejé sus máscaras cerca de la puerta.

Fui corriendo lo más rápido posible y ví un ejército de monstruos feos.

  No iba a permitir que me mataran, así que empezé a volar y a disparar bolas de plasmas hasta que su número se redujo.

  Volé hasta poder distinguir a nuestros guías y aterrizé cerca de ellos.

Maui: ¿Hipo? ¡¿Que haces aquí?!

Moon: ¡Vete ahora mismo!

  Solté mi cola y con ella iba eliminando a algunas de esas cosas.

Oogway: Tu entrenamiento no está terminado. Podés lastimarte.

Hipo: Si, ya se. Pero si no hago algo, ustedes también podrían lastimarse.

Maui: Es nuestro trabajo.

Hipo: ¿Y si mueren? ¿Quienes nos entrenarán?

  Los cuatro seguimos peleando contra el ejército hasta que distinguimos que en la plaza estaba quienes los dirigían.

  Eran unas especie de brujas raras que podían volar y hacer magia, tres para ser exacto, y las protegían unos monstruos gigantes.

Maui: Cómo odio a la colmena.

Moon: Las Magas los están dirigiendo, acabemos con ellas y salvaremos el mundo... por ahora.

  Cómo era mi primera vez peleando contra estas cosas, deduje que había que matar a las cosas raras que estaban detrás de los gigantes.

  Nos superaban en número. Los adultos tenían armas geniales que parecía que tenían poderes. Yo usaba los míos para defenderme.

   Los gigantes enemigos comenzaron a disparar desde su frente una especie de energía. Nos cubrimos justo a tiempo pero ahora estábamos acorralados.

  Iba a ser nuestro fin.

Rapunzel: ¡¡HIPO!!

  Ví como mis amigos venían hacia nosotros mientras derrotaban a los aliens que se interponian en su camino.

Jack: Te pedí que me apoyaras. No que que te llevarás toda la diversión.

  El la invasión estaba perdiendo fuerza. Con los siete juntos, la batalla estaba casi ganada. Pero aún faltaba algo...

Mérida: Ok, necesitamos un plan. Yo ataco a los de la izquierda. Jack a los de el medio y ustedes dos corran. Los maestros se encargaran del resto.

Hipo: No va a funcionar. Esos que están en el medio son la clave para ganar.

Mérida: A ver ¿Que propones entonces? - Dijo desafiante.

Hipo: Maestros, ganen tiempo, lo más que puedan, usen sus poderes. Rapunzel, atrás hay heridos, ayudalos. Jack, cubre a Rap. Mérida, tu y yo vamos a volarles la cabeza los grandotes.

Mérida: ¿Por qué tengo que hacer esto?

Hipo: Porque son tres de esos, y yo solo puedo lanzar una bola de plasma por mano. Si usas tú arco y lanzas con mucha fuerza la flecha. Podremos acabarlos de una vez.

Oogway: Me parece bien. Hagámoslo.

Todos: ¡¡¡Si!!!

  Todos parecían de acuerdo pero la verdad era que dudaban de mi plan.

  Maui se transformó en un rinoceronte y derribó a muchos enemigos. Moon y Oogway atacaban a distancia y nos cubrían a la pelirroja y a mí. Los otros dos estaban ayudando a los civiles y a la policía a impedir su avance.

  Está chica es muy terca, pero finalmente cedió a seguir mi plan. Estábamos lo suficientemente lejos como para apuntarle a los tres gigantes.

  Cargué energía de plasma en mis dos manos y Mérida, estando frente mío, tenso su arma y apunto al de el medio. Ya cuando estuvimos listos, largamos un largo y profundo suspiro y simplemente disparamos.

   Cuando mis bolas de plasma y la flecha de mi compañera chocaron con la cabeza de los tres, estos simplemente cayeron muertos con un agujero cada uno que les atravesaba el cráneo.

  Nuestros maestros se encargaron de las brujas. Y finalmente todo terminó. Al asesinarlas, los otros simplemente desaparecieron. Tomé un par de cosas como recuerdo y note que los cadáveres de los invasores desaparecía entre cenizas.

  Ganamos un combate, pero algo me dice que se pondrá peor.