/Narra Hipo/
  Luego de que Jack y Denti nos contarán de lo ocurrido, fuimos corriendo al gimnasio para equiparnos. Ya con nuestras máscaras y armaduras, volamos (literalmente) hasta el sitio. Ya allí encontramos a AlienMan y a los otros tres sujetos peleando.

  AlienMan, al parecer, podía cambiar de forma. Al acercarnos noté que su nueva forma era delgada, con pinzas como sus dedos, un casco fusionado en su cabeza, ruedas en los pies y una cola larga. Se movía muy rápido y esquivaba todos los ataques enemigos. Una luz verde lo rodeo y se convirtió en una pelota amarilla gigante. Está pelota al rebotar volvía con más fuerza y poder. De un momento a otro, la bola gigante se abrió y mostró a un ser blanco con círculos amarillos y una voz muy gruesa.

AlienMan: Soy CannonBolt. Ahora díganme ¿Quién los envío?

???: Yo soy Ochocho, ellos son Seiseis y Sietesiete. Somos cazarrecompensas y fuimos enviados por alguien que conoces muy bien. Un enemigo muy antiguo. Su nombre es... Vilgax.

  Desde el aire escuchamos todo lo que dijo y no nos pareció agradable. Este tal "Vilgax" parecía ser un enemigo muy influyente, ya que pudo contratar a asesinos para que nos atrapen.

  Los cuatro estuvimos de acuerdo en ayudar al cambia-formas y vencer a estos enemigos.

  Aterrizamos y nos pusimos en posición de lucha.

Seiseis: Otta Nyotta.

Ochocho: Ya sé. Eliminar a los intrusos.

  Los tres sujetos tocaron unos botones en su muñeca y un portal apareció. De ellos salieron decenas de Lacayos preparados para atacar.

Mérida: Odio estas cosas.

CannonBolt: ¿Que son esas cosas?

Hipo: Lacayos. Son de una especie alienígena llamada caídos.

CannonBolt: Jamás oí de ellos.

Mérida: Genial, porque tendrías pesadilla.

  El ejército feo nos comenzó a atacar y nosotros nos defendimos. Los cazarrecompensas dirigieron su atención a AlienMan. El combate estuvo "parejo" ya que pudimos encargarnos de los lacayos con mucha facilidad. Mérida y yo usábamos la fuerza bruta mientras que Jack y Rapunzel usaban sus poderes para protegernos.

  AlienMan cayó luego de unos minutos de pelea. Lo levantamos y la misma luz verde lo volvió a transformar en un mosntruo grande y rojo

AlienMan: Cuatro Brazos.

  Nos ayudó con la colmena mientras que peleaba contra los otros tres. Sabíamos que debíamos apoyarlo sin importar nada. El gélido alzó el vuelo y yo también, juntos distraíamos a los cazadores.

Ochocho: No interfieran niños. Esto es un asunto de adultos

  Eso nos hizo enojar a todo el equipo y terminamos golpeando más duro. En minutos, el ejército de Lacayos desapareció por completo. Los habíamos rodeado y casi los acabamos hasta que un crustáceo de metal cayó del cielo.

???: Mi nombre es Kraab. Vine como apoyo. Parece que lo necesitaban.

  AlienMan no tuvo tiempo de reaccionar, pero nosotros si. Jack ataco a quien llaman Seiseis, Mérida a Kraab, Rapunzel se encargó de Sietesiete y yo enfrenté a Ochocho. Todos los cazadores tenían una infinidad de armas y era difícil atacarlos de frente, pero no nos rendiamos.

  El camino congelado que mi amigo hizo nos dió una ventana. La pelirroja usaba su enorme fuerza para tratar de doblegar al cangrejo de metal. La rubia logró que si cabello se moviera por si sola sin necesidad de que ella lo sostenga con las manos. Yo volé muy alto mientras que la cazadora me seguía de cerca. Volé aún más alto y luego caí en picada. Con solo un par de movimientos disparé varias bolas de plasma que impactaron contra el suelo y así provocando pequeñas pero poderosas explosiónes que dejó herido a los otros. Pero olvidé que uno me seguía. Me disparó en la cola y caí al suelo, una de mis aletas estaba lastimada, ella se acercó a mí y de un movimiento rápido logré quitarle el casco. Era una mujer humana con cabello marrón claro y tenía unos ojos verdes.

Seiseis: Nyatta okkara yñatte terá.

Ochocho: Ya sé. Lo acabaré yo misma.

  Me levanté y rápidamente traté de atacarla de cerca, pero ella bloqueó mis movimientos. Agarró mis manos con fuerza y me acercó a su cara.

Mérida: *Furiosa* Suéltalo ahora mismo. Hay no, ahora sueno como Astrid.

  Ochocho me miró fijamente durante unos segundo y luego su expresión cambio de uno de furia a uno de sorpresa.

Ochocho: ¿Hipo?

  No sé cómo es que sabía mi nombre.

Seiseis: Nekoro ttarit soká.

Ochocho: Voy. Solo dame un segundo.

  Parecía calmada, tenía miedo de lo que fuera a hacerme. Acariciaba mi rostro como si fuera algún tipo de tesoro oculto. Traté de sacármela de encima, pero ella seguía viéndome con dulzura y tristeza.

  Luego, un portal se abrió detrás de ellos. Ella se alejó de mí lentamente para después desaparecer en el portal. Uno por uno hicieron lo mismo los otros.

Rapunzel: ¿Por qué el buen equipo siempre lo tienen ellos?

  Al terminar todo nos fuimos al gimnasio, nos cambiamos y les dijimos a los demás que nos fuéramos a "casa". Ya en mi hermoso hogar, abrazé a mi padre y me fui a mi cuarto. La escena con esa mujer fue tan cálida y familiar que no me dejó conciliar el sueño. Usé mi puerta secreta y salí a la calle. Caminé durante varios minutos sin rumbo hasta que encontré al gato que había salvado de ese accidente. Era un gato negro con ojos verdes como los míos, su cola estaba lastimada. Aún no sé porque, pero decidí llamarlo Chimuelo. A él pareció gustarle ya que me maulló y se acurrucaba cerca de mi prótesis. Me sentía feliz.

  Lo levanté y lo lleve a mi casa. Entré sin hacer ruido y lo lleve a mi habitación, sentí que podríamos hacer un dúo increíble, un gran equipo.