/Narra el autor/
  El día en la Torre acabo pero no sus consecuencias. Los chicos habían desaparecido en pleno día de clases. Durante la hora del almuerzo, en un día viernes, los chicos tuvieron que retirarse para pelear con una invasión Vex. El grupo de los populares se encargó del problema pero fueron los Cuatro quienes fueron llevados a la central de los Guardianes. Desaparecieron por horas y nadie supo nada acerca de ellos durante un tiempo. Ya siendo las 01:00 de la noche, los jóvenes por fin regresaron a sus hogares, sin saber que les esperaba un gran problema.

  Hipo volvió a a su casa caminando ya que la nave aterrizó en el centro de la ciudad de la manera más sigilosa que podía. Los chicos salieron y fueron a caminando.

  El joven Haddock había llegado por fin y al abrir la puerta, vió su fin a los ojos y rezó a los dioses para que su muerte no fuera tan dolorosa. Su madre estaba al otro lado de la puerta y no estaba sola. Seiseis, Sietesiete y Kraab apuntandole con sus armas. Valka estaba de brazo cruzados y con el seño fruncido.

Valka: *Molesta* ¡¿Dónde... estabas?!

  Hipo no podía pronunciar palabras alguna. El ver tantas armas, y a su madre muy molesta (sobre todo luego de saber que su padre estaba "vivo").

Hipo: *Asustado* ¿M-m-mamá?

  La madre sacó uno de los viejos cinturones de su "fallecido" esposo. Empezó a golpear el objeto contra el suelo haciendolo sonar amenazador.

Valka: ¿Dónde... estabas?

Hipo: *Aterrado* ¿Mamá? No, por favor. Mamá ¡Mamá!

  Valka iba a golpear a su hijo pero se arrepintió al verlo tan asustado. Lo abrazó y lo oprimió con fuerza.

Valka: Estaba muy preocupada.

Hipo: *Calmado* Perdón. Tuve que ir a un lugar.

Valka: *Calmada* Ok. Pero estás castigado.

  Hipo no fue el único que recibió un castigo por parte de su nueva "familia".

  Para Rapunzel, las cosas no fueron exactamente... "bien".

  Cuando la chica rubia llegó a su casa, uso su cabello como si fuera una soga para llegar a su cuarto. Logró escabullirse hasta la parte trasera de su "casa". Cuando por fin logró subir hasta su cuarto, abrió la ventana, entró y se cambió de ropa para descansar. Al despertar, abrió la puerta y alrededor de 10 guardias estaban apuntando hacia donde ella estaba. Fue escoltada hasta el comedor y allí se encontró con sus padres, quienes estaban enojados con ella.

Frederic (Padre de Rapunzel): Nuestro trato era que estuvieras antes de las 20:00. Si no puedes cumplir con esos requisitos, no puedo confiar en tí para que estés a salvó. Ya sabes las consecuencias ¿No?

Rapunzel: ¿No hablaras de...?

Frederic: Exacto. Ahora estudiarlas aquí.

Rapunzel: No papá. Por favor no.

Frederic: Si quieres que te levanté el castigo, dime a dónde fuiste y con quiénes, y veré qué hago.

  La chica no podía revelar el secreto, por lo que, con dolor, cerró su boca y acepto las consecuencias son decir una palabra. No podía traicionar a sus amigos, ni poner en riesgo a sus padre. Con pesar, se fue a su habitación pensando en lo que podría hacer.

  La noche anterior, cuando Jack bajo de la nave y fue hacia su casa, abrió la puerta y notó que estaba vacía. Fue hacia su cuarto esperando que todo estuviera bien pero allí estaba su hermanita con una cara enojada y a punto de hacer un puchero.

Mary (Hermana de Jack): ¿Dónde estabas?

Jack: *Juguetón* Que te importa mocosa. Ve a dormir. Mañana será difícil para todos.

Mary: *Sería* Hablo en serio. No apareciste en todo el día. Quiero saber ya a dónde fuiste. Mamá y yo te necesitábamos.

Jack: *Preocupado* ¿Que pasó? ¿Alguien vino? ¿Alguien las amenazó?

Mary: No, pero sabes que eres de ayuda para ambas. Me ayudas con mi tarea, cuidas a mamá y te encargas de la casa. Además nos preocupamos de que algo te hubiera pasado.

Jack: Todo está bien.

Mary: Jack, mírame. Dime qué sucede. Si algo te llegara a suceder...

Jack: Tranquila *Caricia la mejilla de su hermana* Todo saldrá bien. Te prometo que algún día se terminará.

  Ambos hermanos se abrazaron. Jack a se quedó con su hermana hasta que cayó dormida por el cansancio. La llevó a su cama, la acurrucó y luego se fue a dormir.

  La pelirroja tuvo también problemas. Entró por la puerta delantera con su identificación y llaves, esperando que nada pasara. Por suerte, el personal no se encontraba allí (o eso creía). Entró sin problemas, cerró la puerta y cuando encendió la luz para ver, varios guardias la apuntaban con sus armas para evitar que se moviera.

Mérida: Siento que esto mismo ocurrió en otra parte.

  Por un momento, la chica pensó en derrotar a sus propios guardias para salir ilesa. Tenía la fuerza suficiente para derrotarlos a todos. Se preparó pero luego sintió una sensación escalofriante. Levantó su vista, y en las escaleras estaba una figura femenina dominante. Una mujer con su bata preparada para dormir, pero con una mirada muy seria en su rostro.

Mérida: *Sorprendida* Mamá... ¿Desde cuándo...?

Elinor: Yo fui quien preparó a los guardias.

Mérida: Pe-pe-pero ¿Eh?

Elinor: *Furiosa* Vamos a tener una larga charla, jovencita. Y por cada vez que mientas... bueno, ya veremos eso.

  Mérida tragó saliva.

  Al día siguiente, aunque no se notará, ella tenía roja cierta parte de su cuerpo por el dolor que sentía por el castigo de su madre. Estaba cansada y un poco adolorida. Recibió tres tipos de castigos diferentes.

  Para ninguno de los cuatro les fue fácil el llegar a su casa luego de horas en la Última Ciudad. Al llegar a sus casa, recibieron reprimendas y tuvieron que pagar las consecuencias, en sus hogares y con sus amigos.