—Nina le preguntó a Mike si era el de las notas. —Le dijo Alan del otro lado de la línea. —Y no es él.

— ¿Y qué sucede entonces?

—A veces siento que no me interesa quién le escribe las notas. —Le respondió. —Es como si mi interés se perdiera cada vez que ella intenta algo con otro chico. ¡Pero es tan ingenua! —Dijo exasperado— Siento que debo hacerle ver la realidad pero ni yo mismo la sé. ¿Qué hago?

—Olvídate de ella.

—No puedo, la necesito. —Irene sintió un fuerte ardor en su pecho. —De paso, Mike está intentando molestarme sobre él y Nina. ¡Es tan frustrante! No me interesa que salga con ella, me interesa es que no le haga daño.

— ¿Por qué crees que le hará daño?

—Mike es gay. —Le dijo. —No tiene sentido de que quiera salir con Nina. A menos que él crea que tiene un pene en su parte baja claro.

— ¿Qué? ¿Cómo sabes que es gay? —Ignoró completamente el otro comentario

—En la fiesta de Johana, estaba hablando con Gastón cuando él se nos acercó a decirlo. Estaba ebrio por lo que concluimos que decía la verdad. Ya sabes el dicho.

— ¿Y se lo has dicho a Nina?

— ¿Crees que me creería? —Le dijo—Nina se aferra demasiado en esas notas. No comprendo. Me frustra.

—Sólo relájate. —Le respondió. — ¿Sabes que debes hacer? Comer un pastel.

—No tengo un problema amoroso. —Le dijo

—No es necesario uno para venir a mi casa y comer un poco.

—Llego en media hora. —Se despidió y colgó. Irene sonrió y se dirigió a su baño, debía estar arreglada cuando él llegara.