Cómo empezar una historia
1. Reflexiona.
Antes de lanzarte a escribir una historia debes pararte a pensar en ciertos aspectos. Escribir es una especie de compromiso y debes asegurarte de que desde el principio todo este preparado para alcanzar el éxito y lograr terminar tu novela. ¿Quién será el narrador? ¿1ª o 3ª persona? ¿Habrá varios narradores? ¿Quién será el personaje principal? ¿Dónde empezará la narración? ¿Cómo terminará? ¿Tienes un título para tu historia? No hace falta que tengas todo decidido desde el principio, pero sí que es cierto que conviene tener las ideas claras.
2. Cómo no empezar.
Por favor, no más «sonó el despertador y me levanté para vestirme». Es un comienzo utilizado hasta la saciedad en plataformas como Wattpad. No está mal asignar un día en la vida del protagonista a cada capítulo, pero tampoco necesitamos saber absolutamente todo. Si ya empiezas directamente así, el lector se esperará una historia de ritmo lento y plagada de cliché, y es posible que deje de leerla. Si a esto le sumas una descripción del protagonista mirándose al espejo, no importará cómo de buena sea el resto de la novela: todos los lectores que busquen algo innovador escaparán de ella.
3. Cómo tampoco empezar.
Si algo tienen en común la ciencia ficción, la fantasía y la novela histórica es que en los tres casos es sumamente importante crear un mundo, situarlo en el tiempo y darle un pasado. ¿Qué ocurre? Muchas veces se intenta explicar todo en los primeros capítulos y eso es un grandísimo error. Si empiezas tu historia como si fuese una enciclopedia, los lectores se aburrirán y se marcharán. Lo que debes hacer es ir introduciendo el contexto de tu historia poco a poco para no confundir al lector y darle tiempo a ir asimilando todo el mundo que has creado.
4. Cómo sí empezar.
Personalmente, prefiero empezar las historias con una acción o un diálogo. Le aporta dinamismo y llama la atención. Lo más importante es situar al protagonista. Con esto no estoy diciendo que tengas que desvelar todo al lector o explicar el mundo que has creado ya en el primer capítulo. Me refiero a introducirlo y crear una buena toma de contacto entre tu personaje y tus lectores. Deja las descripciones para más adelante. Lo que importa en el primer capítulo es presentar la trama, no si el protagonista tiene los ojos azules, el pelo castaño y las orejas grandes. Las descripciones físicas se introducen poco a poco, como ya dije en una publicación anterior.
5. Cuidado.
Cuando digo que me gusta empezar con una acción o un diálogo, hay que aclarar dos aspectos. Tiene que llamar la atención, pero tampoco ser extremadamente loco e impactante. Este es un error que yo he cometido alguna vez por querer ser atrevida y al final ha resultado excesivo. Llamativo sí, escandaloso no.
También hay que tener cuidado con los diálogos en los inicios. Recordemos que el lector todavía no conoce los personajes ni el contexto, así que no puedes introducir un diálogo extremadamente largo y complejo si no quieres que tu lector acabe más perdido que un pulpo en un garaje.
6. Introducción.
No soy muy fan de los prólogos, prefacios e introducciones. Si tu historia va a tener una introducción, tendrá que estar tan cuidada como el primer capítulo o incluso más. Recomiendo que sea breve y que solo tenga lo justo y necesario para luego pasar a lo verdaderamente importante: tu historia en sí.
La introducción no siempre tiene que exponer el pasado de un personaje ni llamarse «introducción». Por poner un ejemplo, en mi historia «Fuga de Hollywood», la introducción se titula «El discurso» y tiene lugar un mes después de lo que es la trama principal de la historia.
La libertad es uno de los aspectos más divertidos de escribir. ¡Aprovéchala!
7. Documéntate.
Documentarse es una parte esencial del proceso de escritura. Da igual qué género escribes, si investigas y demuestras tus conocimientos en tu historia, lograrás que tu historia sea mucho más realista, y por tanto, más atractiva. Este paso es especialmente importante en la novela histórica, pero también en la ciencia ficción, por extraño que pueda sonar. También debes buscar información en el caso de añadir una enfermedad. En general, siempre es conveniente comprobar las cosas varias veces y en distintas fuentes para intentar no cometer errores y corregir los que se hayan podido producir.
8. Atrévete.
Empezar una historia puede ser algo que te haga sentir inseguro. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Será lo suficientemente buena? ¿Qué pensarán los demás? ¿Estará a la altura de mis otras historias? ¿Lograré plasmar todo lo que pienso en palabras? ¿Seré capaz de sacarla adelante junto con todas las historias que ya tengo empezadas? Todas estas preguntas tienen una misma respuesta: nunca lo sabrás si no lo intentas. Lo más importante es enfocarlo todo positivamente y esperar que, aunque el resultado no sea el esperado, seas capaz de apreciar que has dado lo mejor de ti y que al menos te ha servido para aprender de tus errores.
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