18/07

Al final, he dejado Rusia antes de lo esperado. La vieja amiga de mi madre no resistió y le mandó una carta. Es una suerte que no le haya contado a dónde me dirigía para que no se lo contase también.

Escapé sin que lo notara hace tres horas. Son las cinco de la mañana y me encuentro en el barco más grande que he visto en mucho tiempo, rumbo a Barcelona. Es un crucero que pasaba por ahí y necesitaban otra mesera para el bar.

Hemos salido desde Sochi y creo que nos demoraremos dos semanas en llegar hasta el puerto español.

Ahora mismo me encuentro sola en un camarote para dos que tiene un fuerte olor a moho, pero no me molesta. No tengo compañera de cuarto, supongo que se debe a que este es el peor cuarto.

Tengo que dejarte, en dos horas comienza mi jornada y les da igual que me acabo de embarcar. Hoy en día el mundo es tan inhumano que da pena, pero supongo que es necesario para que logre funcionar.

Tuya,
Emery.

Leída el día 30/07.