N/A: Leer con la canción que he puesto, las primeras estrofas son tan AAAAAAAHHH... Ya vale, me callo y les dejo leer :)

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08/05

Querida Emery:

Seguramente notarás las gotas que he dejado y continuo dejando, sobre el papel y hacen difícil leer lo que escribo ahora mismo, pero es que no puedo dejar de llorar. Y lo siento, lo siento tanto.

Por favor, he rogado al cielo, a quien quiera que esté allá arriba, que lo único que quiero es encontrarte y darte un jodido abrazo. Daría todo por un maldito abrazo. Solo uno Em, solo uno.

Y sin embargo mientras corría hacia la que creía que eras tú, sentí algo en mi pecho que me indicó que estaba equivocado.

Pero las esperanzas y expectativas me cegaban, o por lo menos lo hicieron hasta que la rubia miró hacia mí. Era la misma chica con la que te confundí en el barco en su momento. Su nombre es Elizabeth. Y no eres tú.

Yo... no puedo seguir escribiendo. Estoy  en mi habitación del hotel pero necesito dar una vuelta y dejar de llorar. Lo siento Em, yo... realmente lo siento.

Siempre tuyo, Christian.

***

Mis pasos son lentos mientras las lágrimas no dejan de caer. Y caen y caen y caen. Las personas caminan de forma apresurada por las veredas de las calles, dirigiéndose quién sabe a dónde, mientras mis lágrimas continúan cayendo.

Dios, sólo quiero verla, por favor. Haría cualquier cosa, solo con verla otra vez.

Continúo caminando, continúo llorando. Algunas personas notan que lloro, pero no dicen nada. La mayoría no lo nota y tampoco dice nada. Una cosa no cambia la otra.

Y entonces choco contra alguien por estar mirando hacia abajo. Es una chica. Y mira hacia arriba.

Y es rubia, y es pequeña, y usa chalecos de lana en primavera y es Emery. Y es mi chica. Es ella.

Ella me observa, sus ojos se llenan de lágrimas, su respiración se corta y de pronto la tengo colgada en mi cuello, abrazándome como si su vida dependiese de ello.

Y su aroma, su textura, su calor, su cuerpo junto al mío logran que yo reaccione de mi eterna conmoción y le devuelva el abrazo. Y mis brazos la rodean, como si mi vida también dependiese de ello y noto como las lágrimas dejan de caer por frustración y caen por felicidad. Y ella está aquí, no es una alucinación.

Pero la sigo extrañando, aunque la tengo aquí, porque no sé si esto sea real. O por lo menos no lo hago hasta que sus manos se deslizan hasta mi espalda y sus dedos presionan mi piel sobre la tela del abrigo que llevo y entonces la aferro con más fuerza contra mi pecho, porque temo perderla si se aleja de mí. Se siente como abrazar un rayo de luz en medio de la oscuridad, como encontrar algo perdido. Ella es mi luz, mi salvación. Ella y solo ella.

Su suave voz suena en mis oídos y demoro un tiempo en entender que quiere decirme algo.

—     ¿Christian?

—     Em... tú... estás aquí...

Escucho su risa y algo extraño se remueve en mi interior. Dios mío, gracias, gracias, gracias.

—     Sí... y te amo.

Mi corazón se detiene, literalmente al escuchar estas palabras.

—     ¿P-Puedes repetirlo?

Siento su sonrisa sobre mi hombro. Siento sus dedos presionando con más fuerza. Siento el sonrojo en sus mejillas.

—     Te amo Christian. No sé nada de ti y te amo.

Y las lágrimas definitivamente no se detendrán.

Dejo que las palabras fluyan fuera de mis labios.

—     También te amo pequeña Emery, y jamás dejaré de amarte.