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Al final Pat terminó por invitarla a salir otra vez. Lo esperamos en su habitación a que viniera con las noticias, preguntándonos si ella aceptaría. Cuando llegó a su casa, saludó a su madre, cenó y luego fue corriendo a su recamara:
—Dijo que sí, pero como amigos —susurró cuando entró.
Eddie fingió hacer un gesto de dolor, pero Pat se veía de maravilla, parecía que había recibido la mejor noticia del mundo.
—¿No que no querías? —le pregunté riéndome.
Se arrebujó bajo sus sábanas y con una sonrisa tonta dijo:
—Buenas noches.
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