Capítulo XLIV
Llevaba veinte minutos peleando con unas ecuaciones de matemáticas cuando mi teléfono vibró y se iluminó mostrando un mensaje de Minho. Dejé de lado todo lo relacionado con esa materia del demonio y me tiré en la cama con el teléfono en la mano. Desbloqueé la pantalla y abrí los mensajes para ver que me había enviado mi primo.
¿Recuerdas que hoy empezaba en mi nuevo trabajo?
Le respondí con un escueto "Si" y su estado de en línea cambió a escribiendo. Mientras esperaba a que me contestara salí de su chat y entré en el de Mike para ver si había algún mensaje nuevo como "ya estoy yendo" o "ya he salido de la agencia", pero no había nada después de los cortos mensajes que nos habíamos enviado cuando me informó que se encontraba en su agencia.
Hoy estaba siendo un día ajetreado para Mike, primero se había tenido que quedar después de clases para hacer las pruebas del equipo de volleyball que él suponía que haría el siguiente semestre y que, por alguna cosa del destino, se había adelantado hasta el día de hoy. Luego había tenido que ir a su agencia para hablar con Jin, si no me equivocaba ese era el nombre de su mánager. Y eran las casi las seis y media y todavía no había vuelto a casa. No quería mandarle un mensaje como si fuera una novia preocupada porque su novio lleva dos horas separado de ella y ya no sabe qué hacer con su vida. Mike tenía su espacio vital separado de nuestra relación y convivencia y yo lo respetaba.
Volví al chat de Minho en cuanto el teléfono vibró de nuevo. Debía de tener muchas ganas de contarme lo que fuera que le había ocurrido en su trabajo pues no había tardado ni un minuto en responderme y había escrito más de tres líneas.
Hay una chica de mí misma clase trabajando allí también. Deberías habernos visto cuando nos reconocimos, parecíamos los típicos protagonistas de las series cuando se encuentran con el otro y se señalan mutuamente diciendo sus nombres en voz alta o diciendo "¡¿Tú!?" como si no se creyeran que estaba allí, ha sido demasiado cómico.
Minho, ¿te has tomado algo?
No comprendo como has escrito todo eso en menos de un minuto.
Volví a releer el mensaje de Minho imaginándome la escena en mi mente. Me reí a carcajadas, Minho estaba fatal de la cabeza. Hasta el más mínimo detalle podía hacerlo estallar en risas hasta el punto de casi asfixiarse.
Estaba dispuesta a llamarlo por teléfono y que me contara exactamente todo lo que había pasado, pero escuché como se abría y cerraba la puerta principal por lo que supuse que Mike ya había llegado a casa.
Me levanté de la cama, dejando en esta el móvil, y organicé todas las cosas que tenía encima del escritorio. Antes de salir de mi habitación me puse unos calcetines para poder andar descalza y no preocuparse de que mis pies se helaran. Escuché como Mike me llamaba y me decía que tenía visita. ¿Visita? Yo no esperaba a nadie hoy y Minho estaba hablando conmigo por mensajes lo cual habría sido una tontería si iba a venir a casa, lo cual indicaba que él no era el invitado. El teléfono volvió a vibrar lo que indicaba que mi primo había contestado, esperaba que no con otra verborrea de mensaje. Puse la contraseña en el móvil mientras abría la puerta de mi habitación y salía de ella. Estaba entrando en el chat de Minho mientras cerraba la puerta de mi cuarto dándole la espalda a Mike.
No me he tomado nada.
¿Por qué lo dices?
¿Por el super mensaje que te he mandado antes?
Es que tenías que habernos visto, luego empezamos a reírnos a mas no poder. Casi me muero de risa en mi primer día de trabajo.
Negué con la cabeza al ver que sus mensajes seguían entrando. Me di la vuelta y bajé los tres escalones mientras abría el teclado en el teléfono para enviarle un mensaje diciéndole que no tenía remedio. Revisé cada carácter para comprobar que había escrito cada palabra pues en nuestro idioma había muchas silabas que sonaban igual pero que significaban cosas distintas.
Mike estaba pregúntale algo a alguien en la entrada, pero suponía que estaría hablando con su manager o Khalan al teléfono o con la persona con la venía así que no le di mucha importancia y esperé, revisando el mensaje que le iba a enviar a Minho, a que entraran.
—Bueno, ella es... —escuché decir a una voz, pero se calló enseguida al abrirse la puerta.
No aparté la mirada del teléfono después de enviarle el mensaje Minho, deslicé el dedo por la pantalla hasta el larguísimo mensaje que me había mandado para poder leérselo a Mike.
—Mike, no te vas a creer lo que me ha contado Minho.
Iba a añadirle unos emojis de caras riéndose seguido del mensaje que había enviado, pero la voz de Mike me detuvo.
—Primero, esta persona estaba en la calle preguntando por una chica que se tiene tu nombre y tu apellido, la he traído pensando que podría ser algún pariente tuyo.
Las palabras de Mike me desconcertaron. Bloqueé el teléfono y subí mi vista hasta clavarla en su figura, había alguien detrás de él. Mi inclinación por no resistirme a los misterios ni los acertijos me hizo preguntarle quien era. La silueta de la persona que había detrás de mi novio no revelaba quien podría ser, pero mi cuerpo entero tembló como si me advirtiera de que yo sabía quién era aunque mi mente no relacionara alguien de mis recuerdos con esa misteriosa persona.
Mike animó a la persona a salir de detrás suyo y en cuanto sus ojos asomaron por un de los costados de mi novio y se encontraron con los míos todo mi cuerpo vibró al reconocer quien era. El teléfono se resbaló de mi mano e impactó en el suelo mientras mis manos se convertían en dos puños blancos que quería estrellar en su cara.
—¡Tu! —rugí con toda la ira y resentimiento que había en mí. ¿Cómo se atrevía a volver? ¿Cómo? ¿Por qué ahora después de cuatro años? Mi sangre hervía— ¡Lárgate de mi casa ahora mismo!
Mike estaba a cuadros, desviando la mirada de mi hacía el hombre que había salido de detrás de su cuerpo. Estaba segura de que Mike nunca me había visto en esta faceta. Llorando, cabreada, incluso feliz, pero nunca echando humo por la nariz y con la convicción de que si ese hombre no se iba de nuestra casa ahora mismo pensaba darle una paliza.
—Sun... —gruñí al escucharlo pronunciar mi nombre. Tenía una mirada lastimera, como si se arrepintiera y así pudiera hacer que lo escuchara. No iba a escuchar nada de lo que dijera. Mi ira incrementó— ... Déjame explicarte...
—¡He dicho que te largues!
Iba a lanzarle cualquier cosa que encontrara en mi campo de visión como no se largara en los próximos tres segundos. Mike decidió intervenir entre ambos antes de que terminara saltando sobre su invitado y lo estrangulara con mis manos.
—Creo que será mejor que te vayas ahora —Mike lo acompañó hasta la puerta mientras yo explotaba y me ensañaba a puñetazos con los cojines del sofá.
¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ!? ¿Por qué había vuelto ahora? ¿Qué pretendía? ¿Creía que con su simple presencia yo volvería a ser aquella niña que en cuanto lo veía se lanzaba a su cuello reclamando su atención? Lo odiaba. ¿No podía haber vuelto antes? ¿Cómo se atrevía a volver semanas después de la muerte de mamá? ¿No había tenido la decencia de volver antes? ¿Solo cuando su esposa ya había muerto volvía? No lo iba a perdonar nunca.
Seguí dándole puñetazos a los cojines tratando de descargar mi ira cuando escuché los pasos de Mike de vuelta al salón y traté de serenarme. Él no tenía la culpa, él no sabía quién era ni lo que significaba ese hombre para mí. Bueno, lo que ya no significaba.
—¿Sun? —escuchar su voz hizo que me dejase caer sentada en el sofá más tranquila, pero la sangre todavía seguía hirviendo dentro de mí. Mike ocupó asiento a mi lado y me miró preocupado por mi reacción—¿Qué ha pasado? ¿Quién era exactamente? Me iba a contar quien era cuando te ha visto y se ha escondido detrás de mí. Solamente lo he traído porque estaba en la calle preguntado por ti, pensé que lo conocías...
Levanté una de mis manos para pedirle que dejara de hablar. No tenía la culpa. No le había contado todo lo que había sucedido en mi pasado. Solo conocía la parte dolorosa de mi madre y su muerte, nunca pensé que tendría que contarle la otra parte de la historia.
—Ese es el problema Mike, que lo conozco por más que quiera borrarlo de todos mis recuerdos. Esto parece una broma de muy mal gusto —Mike se quedó desconcertado al escucharme decir que si lo conocía. Definitivamente no debería encajarle que hubiera reaccionado de esa manera ante alguien que conocía. Nunca le conté a Mike mucho a cerca de mi vida. Tan solo le dejé creer que mi madre, Minho y mis tíos eran toda la familia que tenía, nunca me molesté en corregirle ni añadir nada más a su idea. Pero todavía faltaba añadir ese factor Y que había convivido conmigo durante toda mi infancia y que él no había sumado a mi ecuación familiar—. Ese hombre... es al que cuando era pequeña solía llamar papá.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
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