Me gustaría regresar el tiempo para cambiar muchas cosas, y una de ellas fue no haberlo conocido, o tal vez si, pero de una manera tan diferente de modo de que no me doliera tanto lo que hizo y así poder llorar menos cada noche.

El marcó mi vida de una manera tan significativa que me dolió haberlo perdido, pero lamentablemente no puedo hacer nada para recuperarlo, porque creo que me odia, no hice nada para que me odie al tal punto de que casi me golpea por tratar de al menos hablar con él. Me levanto cada día teniendo la esperanza de que pueda perdonarme ¿De que? No lo sé. O por lo menos pedirme una disculpa al menos, pero no será en este día, ni en el siguiente, ni en un mes y tampoco creo que en esta vida.

Créeme que a pesar de lo que me ha hecho pasar y de lo que me ha hecho llorar, no puedo impedir que mi corazón le dedique un latido y mi boca un suspiro, porque me duele el pecho pero yo sé que un día dejara de hacerlo, pero no sera hoy.

Me gusta pensar que me quiere todavía, aunque me demuestre lo contrario y mi cerebro me diga que ya no soy importante para el como un día lo fuí, odio saber que si un día él llegara verme con un ramo de flores y pidiéndome perdón, yo lo perdonaría sin dudarlo ni un segundo a pesar de lo que me hizo. Lo que me mantiene despierto cada noche pensando es ¿Me odia a mí, o lo que le dijeron sobre mi?

Fue como un disparo que fue directo a mi inocente y pobre corazón, yo no tengo la valentía para poner límites a los demás porque siento que me vería mal.
Pero bueno tal vez no soy como los demás y creo que eso está bien mientras mis problemas no le hagan daño a nadie.

—¡Mamá, Hugo está hablando solo!—Esa maldita voz yo la conozco, es mi hermana burlándose de que digo lo que pienso en voz alta, es una chismosa.

—¿¡Es enserio!? ¿No me puedes dejar de molestar un segundo?—Le grité desdé el baño de mi cuarto y creo que grité muy fuerte cuando escuché que mi mamá venía a regañarme por haber gritado, escuché como abrió la puerta de mi cuarto para darme un sermón de eso que no tiene sentido alguno.

—A ver si dejas de perder el tiempo Hugo Armando Pérez Reyes, ojalá te apuraras como gritas a lo loco eh.—¿De verdad era necesario usar mi nombre completo para el regaño?, mejor no digo nada porque me soltaría un golpe que me sacaría los dientes y tendría que ir al otro extremo del baño a recogerlos.—¿Sigues en pijama Hugo? Ay dios mío, de verdad como pierdes el tiempo ¡Apúrate que se te hace tarde!

En eso tenía razón mi mamá, hace como unos treinta minutos que debía estar con el uniforme de la escuela. Pero no hay problema porque en menos de cinco minutos estoy listo y eso es una enorme ventaja... eso creó.

—Ya voy mamá, ya voy.—Me quite mi hermosa y caliente pijama por el feo y frío uniforme escolar que para ser sinceros solo me gusta el pantalón porque odio las camisas y los zapatos, el suéter lo llegó a tolerar pero la camisa no. Son muy incómodas, siento que es muy formal y que en vez de ir a una escuela voy a un velorio aunque no haya mucha diferencia, porque a quien velo cada día es a mi pobre mente que se pierde y se muere con cada clase.—¿¡Mamá puedo faltar a la escuela!?

—¡No!—Apuesto cinco pesos a qué me va a decir un sermón del porque es malo faltar a la escuela y que yo ya estoy pasando la "raya".—¡Ya lo tuyo es avaricia Hugo, ya faltaste todo un mes a la escuela! ¿¡Pues quien te crees que eres!?

Tal vez en eso tenga mucha razón mi mamá y no lo voy a negar, si he faltado un mes a la escuela o incluso más de un mes y no entiendo porque no me han dado de baja en la escuela ¿Tanta es la necesidad de la escuela por tener alumnos?, pues yo creó que la verdad sí.

—¡Mamá, te doy diez pesos si me dejas faltar!

—¡Estás loco Hugo!—Rayos, yo pensé que la iba a convencer con esa oferta imperdible por cualquier ser humano.—Más te vale que ya estés vestido porque hoy vas a la escuela porque vas.

—¡Ya voy madre, no me presiones!—Al parecer no tengo más remedio que ir a la escuela después de tanto tiempo ¿Que habrá cambiado? ¿Se acordarán de mí? ¿Notaron mi ausencia o simplemente soy invisible para la mayoría? Dudo que alguien me extrañará, ni mis "amigos" me mandaron mensaje porque no fui por un mes a la escuela.

Cómo sea, últimamente no me dan ganas de nada desdé que el no está, bueno si está, pero no de la forma en la que yo quiero. Ya no más de ese modo.

Después de un rato baje las escaleras con el uniforme de la escuela por fin, me sentía raro y ansioso por ir de nuevo a ese lugar, estaba tan bien cuando recibía educación en casa luego a mi mamá se me ocurrió la idea revolucionaria del siglo, mandarme a una escuela la cual no me gusta ni aunque me pagarán por ir.

Perdí todo y lo peor de todo es que yo no tuve la culpa de nada, simplemente la vida, el mundo y el universo me odia...o simplemente me dicen que algo mejor vendrá.