Flores y raíces
—Te toca elegir nuestro próximo tatuaje. —Izuku dijo—. ¿Te parece bien?
Y Yui asintió, como normalmente solía hacer.
Había pasado más de una semana. Tiempo suficiente para que Yui intentara llamar la atención de sus compañeros, fallando de manera cruel en el proceso. Por más que estirase el brazo, tanto así que daba la sensación de que se separaría de su cuerpo, nadie se dio cuenta acerca de la tinta en su piel. Por otro lado, Izuku, quien no deseaba ser visto, hizo lo posible para ocultarlo, pero, por cada grado de esfuerzo que ponía en ello, más sus amigos se esforzaban en averiguar lo que se traía.
—Sigo pensando que s-se ve bien en ti. —Dijo Izuku, señalando los puntos que podía mirar a simple vista.
Yui sonrió, o lo intentó, pero a Izuku le bastaba.
—¿Puedo preguntarte algo? —Yui asintió, aunque, dentro de ella, quería bromear con que ya lo hizo—. Es que... Desde que empezamos con esto, ah, dijiste que te querías tatuar por querer destacar. —Izuku hablaba, mientras observaba los alrededores—. ¿A qué te referías?
Para Kodai, la respuesta era tan clara que le dio ganas de decirle tonto al pecoso. Desde que tuvo uso de razón, siempre fue pasada por alto, ya sea su apariencia o personalidad, entraba en un plano ajeno a los demás normalmente. Era la típica chica solitaria que todos creían que le gustaba estar sola, y no era así. Además, por más que intentase llamar la atención, más se dedicaban a ignorarla, ¿cómo se atrevían a pensar en lo último si ni siquiera se dignaban a prestarle atención?
No solo entró a la UA para convertirse en una heroína, también quiso tener, por fin, algún amigo. Si no fuera por la suerte de tener compañeras como Itsuka, Ibara o Setsuna, su vida social seguiría estancada en la soledad.
—Solo quiero destacar. —Respondió secamente.
Pero eso no le bastó. Ya no quería ser la aburrida del grupo, también quería ser alguien interesante, devolver las risas y momentos gratos que sus amigos le dieron, pero que no podía debido a su personalidad. En fin, para ella, alguien como Izuku no lo entendería.
—Bu-Bueno... —Izuku comprendió que ella no quería hablar acerca de ello—. Está bien.
Siguieron caminando, acercándose más a su destino. Ambos callados, pero uno más que él otro con ganas de interactuar.
—Me sorprendió mucho que me buscaras en la salida. —Izuku volvió a iniciar la conversación. Su timidez era fuerte, pero la incomodidad que sentía fue más.
Su actual travesía comenzó con una Yui esperándolo afuera de los salones. Aunque, en el aula 2-A sean veinte personas, veintiuno si se cuenta a Aizawa, solo una se dio cuenta de su presencia. Incluso, cuando Izuku la saludó, tanto Iida como Uraraka recién se habían dado cuenta de ella; obviamente, disculpándose por la falta de respeto.
—Yo, ah... Lamento mucho que mis amigos no te hayan notado a la primera. —Se rascó la nuca un poco avergonzado.
Yui respondió con una mirada, como si dijera que no se preocupara por ese detalle.
—Me alegro que no te moleste.
Dijo, aunque se arrepintió en segundos al ver como ella arrugaba el ceño.
—Ah, sí estabas enfadada. —Por lo menos, era sincera—. No entiendo...
Soltó ante la mirada espectante de Kodai.
—Es que, ya sabes, no entiendo como pasas desapercibida fácilmente. —Izuku sabía que se estaba metiendo en un campo minado—. O sea, yo sí puedo notarte, ¿no? —Preguntó ya sabiendo la respuesta.
Ella asintió con duda, sin saber que una pequeña sonrisa se manifestaba con cautela.
—En fin, creo que puedo suponer un poco, con lo que ha pasado, del porqué decidiste en acompañarme a hacer esta locura; aunque, no quiero inmiscuirme más a fondo si eso te incómoda, Kodai-san. —Volvió a señalar los puntos, a la vez aclaraba sus intenciones—. Pero, si quieres destacar, te ayudaré. —Levantó la mano mostrando su tatuaje—. Solo quiero que sepas que no estás sola en esto.
Yui ahora entendía porque Izuku era considerado un fiel candidato a estar en el top de los héroes. No es solo por su inmenso poder, también es por su compañerismo y amabilidad que podrían cautivar a cualquiera.
Cerró los ojos, en serio, había encontrado a un buen amigo.
—Oh, una tienda. —Señaló el pecoso—. Tengo sed, voy a comprar una bebida, ¿q-quieres? —Ella asintió sacando su billetera del bolso—. ¡No te preocupes! —Levantó un poco la voz—. Disculpa, y-yo, quise decir, yo invito. —Procedió a ir a la tienda, sin esperar la respuesta de su acompañante.
—Gracias. —Cuando Izuku volteó, su corazón dio un vuelco. Que ella hablara ya era una sorpresa, pero...
Yui estaba sonriendo, pero no duró tanto como él esperaba.
Pudo entender claramente su expresión por más fugaz que sea. En palabras de Izuku, Yui era un libro difícil de leer, pero con un gran mensaje por desentrañar. Un poema con sonetos cuyos dos cuartetos eran ininteligibles, mientras, los terceros pagaban las consecuencias de estos, generando que pocos aprecien el ritmo y la métrica que poseía.
Tal vez, Izuku sobrepensaba mucho las cosas, pero, esos cuatro segundos que duró esa sonrisa, valían un mundo.
—Hola, nena. —Un trío de chicos apareció de la nada, como si esperasen a que su acompañante se fuera para ellos, por fin, aparecer—. ¿Por qué tan sola? —Preguntó un tipo que tenía anillos en los dedos y collares dorados.
Yui los miró, rodó los ojos y dio algunos pasos hacia el costado.
—¿Sabes que no es de buena educación no responder a las preguntas? —Dijo otro, el cual se caracterizaba por tener un peinado raro.
Aun así, Yui no se inmutaba.
—Mira, nena. —El último, quien parecía el líder del grupo, parecía perder la paciencia—. Queremos invitarte al karaoke, ya que, vimos que tu acompañante te dejó. —Sonrió, sonrisa que asqueaba a la chica—. ¿Vienes?
Kodai negó con la cabeza. Respuesta que no agradó para nada al grupo, que al ver como ella se alejaba, se enojaron más de lo que estaban.
—No te creas tanto, zorra. —El del peinado raro intentó jalarle del brazo, mas no pudo, porque ella lo esquivó como si nada—. Maldita. —Sin pensarlo, la empujó, haciendo que ella cayera al suelo.
—¿Que haces?
Izuku, que vio a lo lejos, fue de inmediato hacia la escena. Se dirigió a ayudar a Yui, sin darse cuenta que ella agarró una pequeña roca.
—No es tu problema, imbécil. —El líder habló—. Ella se portó mal con nosotros. La invitamos a que se nos una y ni siquiera nos respondió con palabras, solo con maldito gesto.
—Ella dijo que no. —Izuku volteó a verla, encontrándose con una mirada enojada. Algo malo iba a pasar—. Además, ser violento tampoco es muy amable de su parte.
—Niño. —Suspiró con enojo—. Esto no hubiera pasado si ella hubiera aceptado-.
—O sea, están molestos porque ella no quiere ir con ustedes. —Afirmó Izuku, interrumpiendo al chico.
—Me estás colmando la paciencia, una más y te aseguro que querrás no haber venido-.
—Es que no tiene lógica lo que ustedes dicen. —Volvió a interrumpir. A pesar de ser lo más pacífico posible, aquel trío estalló de ira.
—¡Muévete, idiota! —El del pelo raro empujó a Izuku—. ¿Eh? —Grande fue su sorpresa que ni siquiera lo movió un milímetro—. ¡¿Quién mierda te crees?!
Cuando Izuku quiso volver a dialogar, los tres tipos ya estaban apunto de saltar encima de él.
—Abajo. —Yui decidió por hablar e Izuku, como fiel siervo, hizo caso sin pedir alguna explicación.
Lo siguiente que vio fue una piedra agrandándose más y más por cada centímetro recorrido. Al final, una enorme roca cayó sobre el grupo, dejando inmóviles a todos.
—¿Qué? —Izuku volteó a verla. Yui solo infló las mejillas, esquivando la mirada con los brazos cruzados—. Sé que se lo merecían, pero...
Más gente se reunía a los alrededores para ver lo que pasaba, incluso, Izuku pudo distinguir a lo lejos como un miembro de la policía se acercaba.
—¡Zorra de mierda! —Gritó el hombre de anillos.
—Cuando salga de aquí, ya verán. —Amenazó el del peinado raro.
—¡¿Qué pasó aquí?! —El policía ya había llegado.
Pudo ver al trío tirado con una gran roca encima de ellos y dos espaldas, un hombre y una mujer, entrando a un parque, corriendo a toda velocidad.
—¡Ustedes, deténganse!
Izuku, tomado de la mano de Yui, corría como si su futuro dependiera de ello, lo cual no era una exageración. Mientras tanto, Yui apreciaba el paisaje raudamente. Volvió a mirar atrás y vio como el policía los perseguía, pero cada segundo, ellos le sacaban más ventaja. Incluso, cuando entraron al campo de flores, el policía ya se había rendido, pero, ambos no se detuvieron para nada.
—Dios... —Izuku daba bocanadas. No por cansancio, sino, por preocupación—. Kodai-san, por favor, no vuelvas a usar tu Quirk en público si hay policías cerca.
Ella respondió con otra mirada.
—Sí, ellos fueron unos tontos, pero, tú hubieras sido la más perjudicada al usar tu Quirk, además, de que nuestro secreto pudo haberse revelado.
Señaló la tienda de tatuajes, a lo que Yui solo se inclinó un poco, en señal de disculpa.
—N-No te preocupes. —Alzó las manos—. En serio, me pareció genial como los dejaste en el suelo con una simple piedra. —Sonrió, contagiándola un poco—. Tu Quirk es increíble y... —El halago hizo que se sonrajara un poco—. Recuérdame no hacerte enojar.
Yui, que se caracterizaba por su rostro sin emociones, últimamente, sonreía y no solo eso, lo hacía hasta al punto de soltar una pequeña y linda risa. Manteniendo la mirada fija en Izuku, procedió a seguir sonriendo.
—Pensé que no reías. —Hideo abrió la puerta del loca, encontrándolos parados afuera. Además, sin darse cuenta, rompió la burbuja del dúo—. ¿Y por qué se agarran las manos?
Bien pudo explicar que escaparon de un policía, pero, Izuku no se había dado cuenta que seguía sujetando la mano de Yui, por lo que, su rostro se encendió en un rojo vivo.
—A-Ah, b-bueno, lo siento por eso. —Se disculpó—. Kodai-san, ¿ya decidiste que tatuaje hacernos?
Ella no lo había pensado con todo lo que pasó en su trayecto al lugar. Volvió a negar con la cabeza, mientras se separaba gentilmente del agarre.
—Supongo que dejaremos que Hideo o Michiko elijan de nuevo. —Suspiró. Él quería que ellos dieran el primer paso, no los tatuadores.
Kodai, al verlo desganado, frunció el ceño, pensando en que basar su nuevo tatuaje. Miró detalladamente a Izuku, recordando su día.
—Flores.
—¿Dónde? —Michiko ya tenía una idea.
—Pie.
—Uy. —Hideo admiró la determinación de la chica.
Nadie podía culparla, ni siquiera Izuku, quien estuvo de acuerdo de inmediato. Tener un pequeño recuerdo sobre lo surreal que fue huir de la policía dentro de un parque lleno de flores.
—¿Estás segura, niña? —Hideo se mostraba un poco preocupado.
—¿Va a doler? —Preguntó Izuku. Aunque no le importaba mucho.
—Como romperte un hueso. —Michiko respondió, apareciendo en escena.
—K-Ko-Kodai-san, ¿estás segura que podrás aguantar? —La llamó, pero ella ya estaba sentándose en el pequeño mueble. Giró a verlo y con la mirada le dijo que no se quedara quieto.
Resignado, Izuku caminó desganado hacia su tortuoso destino, pero, con una pequeña sonrisa.
Después de todo, romperse un hueso era cosa de todos los días.
Jello everyjuan xdxd
Bueno, como podrán ver, esta fue la historia ganadora mientras esperamos a que Entre manos y cicatrices llegue a la meta de votos.
Olvidando lo anterior, miren esta hermosa portada y dibujo hechos por ilirical
Es alguien súper talentosa y les recomiendo que la sigan en todas sus redes sociales, tanto Instagram como Twitter.
Y bueno, para los que lean esto, decidan que historia quieren que actualice a continuación (hola, mamá, gracias por tu apoyo xd)
Nah
Sin más que decir...
Soy DekuSama y muchas gracias por leer.
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