Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Solo se vive una vez

En la ciudad de Nueva York había un par de universidades muy prestigiosas que daban las mejores herramientas para que sus alumnos fueran profesionales en todas las áreas posibles. Pero, entre una de todas esas instituciones estaba la universidad superior O'connell, en la cual se desarrolla esta historia

Esta universidad era la mejor en el estado y tal vez también la del país, todos los jóvenes querían ir a estudiar a esa escuela, pero lamentablemente no todos los alumnos podían ir

Las personas que asistían allí venían de familias respetables y de economías muy abundantes, por lo que daban grandes donaciones a la institución para tener todo a su mejor conveniencia y al alcance

Había equipos para estudiar astrología, un laboratorio totalmente equipado a nivel profesional y que decir del área de deportes, era el orgullo de los maestros aquel lugar, pues contaban con canchas muy modernas tanto de tenis como para básquetbol, además de que contaba con una piscina olímpica bajo techo

Por ello, era muy común que en la institución patrocinara eventos deportivos con regularidad con futuras promesas del mundo del deporte... Y eso era lo que más entusiasmaba a cierto chico de lindas pecas

El mundo de la competencia acuática era su pasión desde pequeño, siempre observaba a los clavadistas y nadadores en las competencias en vivo cuándo la oportunidad se presentaba. Soñaba con ser cómo ellos algún día, igual de asombroso y talentoso que sus deportistas favoritos

Aunque no se decía lo mismo de su hermano de bellos ojos rojos, a él le encantaba más el lado de la ciencia y vaya que les sacaba provecho a los salones de química de la universidad pues dominaba aquellas áreas a pesar de su corta edad

A la hora del almuerzo, los cientos de estudiantes recorrían las diferentes áreas del campus hablando de cualquier cosa para pasar el tiempo, se notaba una emoción colectiva en el ambiente pues en unas horas serían libres para disfrutar del fin de semana

Un joven de cabellos naranjas rizados iba junto a su hermano dando pequeños saltitos con emoción mientras tenía algo entre sus suaves manos

-Donne, mira, esto te va a gustar- lo llamó sin despegar la vista de la revista que sostenía, sus ojos brillaban muy tiernamente con ilusión

El mayor no le había prestado demasiada atención a su hermanito así que esa frase captó un poco su curiosidad pues, aunque se llevaban bien, sus gustos eran astronómicamente diferentes

-¿Es sobre el nuevo computador de capacidad de más de 800 GB?- cuestionó levantando un poco la vista de su cuaderno de apuntes, vaya que sólo él se entendía por qué el pecoso lo volteó a ver con una expresión de confusión total

-... No, ni si quiera entendí qué fue lo que dijiste- en serio que las palabras de su hermano de alta estatura y complexión esbelta lograban confundirlo y por ello ladeó la cabeza de una manera muy linda

Aquel muchacho de cabellos morados frunció su ceño con cansancio pues no quería perder el tiempo con algo sin sentido -Entonces, ¿cómo sabes qué es lo que me puede llegar a interesar?- suspiró ya con resignación a escuchar algo probablemente muy aburrido a su punto de vista... Pero estaba profundamente equivocado

El de menor estatura sonrió esta vez de una manera diferente, mostrando su faceta más inocente. Volteó a ver de frente a su hermano y soltó una pequeña risa cómplice -Porqué, al igual que yo, estarás de acuerdo conmigo en que estos chicos están súper guapos y que tienen cuerpos muy atléticos- le enseñó la hoja que veía para que entendiera de qué personas hablaba

A ambos les atraían los chicos, pero no lo habían dicho a casi nadie... Porqué entre ellos ya hablaban demasiado del tema y con ello que la pasaban genial, no había día en el que no tocaran el tema con total confianza y normalidad... Pero esta ocasión sería diferente

-Mikey, no creo que me interes... Trae acá- le arrebató la revista en cuanto vio a los dos muchachos que modelaban ropa de verano y varios trajes de baño en el anuncio, sintió como la boca se le hizo agua, aunque lo disimulo ya que había personas alrededor y no quería llamar la atención

El menor rio divertido y se encogió de hombros al ver los ojos de su hermano, ya que sabía lo que estaba pensando -La compré con mis ahorros, así que nuestros padres no se enterarán- aclaró calmando así al esbelto muy rápido pues no se arriesgaría a comprar algo así con la tarjeta que les habían dado a ambos -Es la vestimenta de la temporada, pero más bien parece los papuchos de la temporada, porqué está escrito que ellos irán a los Olimpiadas de este año- dijo entre risas llenas de emoción, era de sus pasatiempos favoritos saber todo acerca del mundo de la competencia deportiva... Y la cosa mejoraba cuándo los competidores siempre tenían cuerpos tan envidiables

Ninguno despegaba la vista de las hojas en dónde aparecían aquellos chicos atractivos, no se veían mayores de edad que los hermanos, tal vez dos o tres años; uno era pelirrojo, tenía unos ojos verdes esmeralda bellísimos, su cuerpo entero era marcado por sus músculos, su compañero era ligeramente más alto y delgado que él, tenía cabello color azul que hacía juego con sus ojos zafiro, sus cuerpos eran muy similares... Parecían obras de arte sin una sola imperfección, y era por eso que las playeras, pantalones, shorts y demás ropa que modelaban remarcaban aún más sus esculturales figuras

Ambos hermanos empezaron a imaginar cosas no muy puras con aquellos deportistas, se dieron cuenta inmediatamente pues sus rostros se estaban empezando a poner rojos y la respiración se les fue agitando, pero había muchas personas alrededor, por lo que tomaron sus mochilas y corrieron a los baños más cercanos para poder liberar en cubículos separados la presión que empezó a incomodarles en sus entrepiernas

Los jóvenes por debajo de los cubículos intercambiaron un par de cosas, el más joven le dio la revista al inteligente y este le dio un preservativo, con eso no mancharían sus ropas, muchos preguntaran porque tenía condones el esbelto, muy fácil, cada vez eran más frecuentes los ataques de calor que tenían sus cuerpos, y era mejor estar prevenidos

Se habían asegurado de que nadie más estuviera en el baño, pero estaban en la hora de descanso así que era altamente probable que alguien entrara pronto... La adrenalina les recorría todo el cuerpo

–Demonios, mhg~– soltó un suspiro al liberar su erección, no solía calentarse en horario escolar pero las imágenes de aquellos deportistas sin duda eran excelentes –Nunca había estado tan tenso al hacer esto– mencionó soltando un pequeño gruñido mientras bajaba el zíper de sus pantalones por completo, sus ojos rojos estaban más oscuros de lo normal pues realmente estaba en su límite

–Claro que sí, yo te escuché en nuestro cuarto anoche... E-eres muy intenso– soltó un pequeño jadeo sin querer al recordar aquello, pero por la situación pudo ocultar la realidad bastante bien... El que se masturbaran para ellos ya era algo natural, ya que había extrema confianza en esos temas, por lo que hablar les ayudaba a no sentirse incómodos al respecto

Mikey sacó su celular de su pantalón y buscó la galería privada en la que tenía imágenes hasta el cansancio de aquellos musculosos clavadistas; mientras las veía masajeaba su miembro por encima de su ropa interior la cual ya estaba algo húmeda debido al líquido pre-seminal... Su linda cara ocultaba bastante bien que era una persona muy lasciva

El esbelto se sonrojó aún más y miró a su lado izquierdo dónde estaba su hermano en el siguiente cubículo, no sabía que Mikey lo podía escuchar directamente en las noches cuándo buscaba "relajarse" –¿Y p-por qué me espiabas?– sus respiraciones eran erráticas a ese punto, los dos ya tenían en sus manos sus erecciones y se complacían viendo las imágenes de aquellos músculos chicos fantaseando con ellos

El pecoso se insultó internamente pues hubiera sido mejor no confesar aquello, pero cuándo estaba excitado no pensaba con claridad las cosas que salían de su boca... A ese punto sólo podía hacerse el desentendido para escaparse de esa pregunta

–N-no aah~ no es mi c-culpa dormir en la m-misma habitación~– gimió entrecortado pues se estaba sintiendo tan bien que sus piernas le temblaron, con cada segundo sus manos se movían más rápido, imagen tras imagen los chicos se llenaban de lujuria y tenían que reprimir grandes jadeos mordiendo parte de sus ropas, porqué de otra forma toda la escuela los hubiera atrapado

Sintiendo que estaban cerca de venirse, se pusieron los condones y movieron de manera frenética sus manos sobre sus miembros... Pero, justo segundos antes de llegar al límite, escucharon la puerta del baño abrirse

–¿Entonces quieres hacer un partido en mi casa?– era uno de los muchos capitanes de básquetbol que había en la escuela, al parecer hablaba por teléfono –Bien, espero lleves las cervezas, sabes que esas te tocan a ti esta vez– rio amistosamente siendo totalmente ignorante de lo que estaba pasando en esa habitación, por suerte no había sospechado nada

Los hermanos escuchaban atentos, jadeaban y respiraban de forma agitada pues ya no podían aguantarse; habían dejado de moverse, por lo que sus miembros empezaron a doler al querer venirse ya, así que decidieron volver a estimularse, aunque de una forma lenta y tortuosa, era mejor que nada

El joven ajeno a lo que ocurría en los cubículos, lavó sus manos y salió dejando así que el de ojos celeste y ojos rubí soltaran todo lo que se habían guardado en esos largos minutos. Tal vez, si hubiera tardado unos segundos más, los hubiera atrapado

–¡¡Aahh~!!– les fue inevitable gritar al momento de expulsar sus fluidos llenando las pequeñas bolsas de látex en gran cantidad y a gran velocidad... Se habían sentido increíbles

Haber escuchado al otro los apenaba un poco, causa de que al momento de salir y tener que verse tenían un sonrojo en sus rostros. Se sonrieron con algo de vergüenza, pero sus mentes estaban en blanco, además de por obviamente lo que habían hecho, era la primera vez que se corrían al mismo tiempo, en el mismo lugar y de manera tan espontánea... Fue raro, pero extrañamente estimulante para ambos

El silencio ya se estaba haciendo demasiado largo así que Donatello le regresó la revista a su hermano y este la guardó en su mochila rápidamente con notables nervios, no es lo que tenía pensado cuándo la compró... Pero era claro que ninguno de los dos se arrepentía de lo que pasó

–Bueno eh yo... D-debo dejar unos libros a la biblioteca– trató de sonreír para calmarse, pero era claramente una excusa para no ver al menor en algunos minutos... Todo fue tan intenso que necesitaban reiniciar sus mentes

–Amm c-claro... Te veo en clase– salió presuroso del baño ya que llegaría tarde a una de sus clases pues la campana estaba por sonar. En todo el camino que tuvo que hacer se fue sujetando el pecho, pues sentía que el corazón se le saldría si no lo hacía... No entendía por qué aquello se había sentido tan bien, más que cuándo lo hacía por su cuenta

En cuánto escuchó el timbre anunciado el fin del receso el inteligente salió con calma para no llamar la atención, pero al doblar esquina en uno de los pasillos se encontró al director acompañado de un tipo grande y fornido que daba mucho miedo... Sintió que algo no estaba bien

Se escondió antes de que lo vieran y espió al hombre desconocido observando cómo entraban a la oficina del director. No era curioso cómo su hermano, pero algo lo impulsó a pegarse a la puerta y escuchar lo que hablarían... No tenía manera de saber que eso le cambiaría por completo la forma en la que veía todo a su alrededor

Dentro de la dirección el gran hombre terminó de explicarle la situación al director, quién de los nervios se secó el sudor de la frente con un pañuelo

–¿Dice que quiere que sus deportistas entrenen en mis instalaciones sin nadie alrededor?– suspiró sintiendo cómo estaba empezando a sudar frío, no era de las personas que se asustaban fácilmente, pero el señor que tenía delante era simplemente escalofriante, ocasionaba mucha impresión pues su expresión de molestia no había desaparecido en todo el tiempo que llevaba en la institución

-Así es, mis clientes no les gusta ser molestados mientras entrenan, puede afectar mucho sus resultados en las competencias de alto nivel, usted comprende que no pueden tener el más mínimo error– miró por un momento su reloj de mano y suspiró con cansancio, aún tenía que arreglar varias cosas para la siguiente competencia, no tenía tiempo para responder preguntas de nadie así que fue directo a lo que hacía que nadie quisiese negarse a darle lo que pedía –Tenga también en cuenta que usted recibirá una gran suma de dinero en agradecimiento por dejar que ellos entrenen en su escuela–

Eso el director no lo esperaba, de inmediato comenzó a pensar lo que haría con el dinero en beneficio a las instalaciones, tal vez por fin darle un mejor mantenimiento a la cancha de futbol y al gimnasio de básquetbol... Ciertamente no podía rechazar la oportunidad

Pasó saliva y asintió repetidamente –S-Si entiendo... Bueno, siendo así, creo que pueden tener lugar en la piscina de noche, yo mismo me encargo de que los que realizan el aseo no entren a la escuela en ese horario–

–Perfecto, en ese caso, necesito que me de las llaves para que haga unas copias y se las de a mis clientes. Yo tampoco estaré con ellos, pero son responsables de no compartirlas con terceros– de su abrigo tomó un pañuelo y lo puso en el escritorio, le dirigió una mirada al dueño del lugar que dejaba claro que no era alguien paciente

–Ah si si– apresurado sacó un juego de llaves de su cajón y separó dos llaves poniéndolas sobre la tela –La roja permite entrar a la escuela y la azul es para abrir los vestidores– trató de sonreír un poco para sentirse menos incómodo, pero no funcionó... Sin duda los deportistas debían ser bastante buenos si tenían a alguien tan inflexible cómo representante

-Se lo agradezco, y recuerde... No diga absolutamente nada acerca de la visita de mis clientes, no quiero que se arme un alboroto– recogió el pañuelo y lo volvió a guardar dentro de su saco al mismo tiempo que se ponía de pie –No tardaré en volver para entregarle las llaves–

Y sin más ese hombre intimidante salió de la dirección sin esperar respuesta alguna, pero antes de irse miró a ambos lados con cuidado revisando los alrededores de la oficina, pues había sentido una pequeña brisa, cómo si alguien hubiera estado ahí hacía unos pocos segundos... No vio a nadie así que no le dio más importancia, salió de la institución para dirigirse a su camioneta en el amplio estacionamiento y una vez estuvo dentro suspiró; le era inevitable recordar su juventud en momentos así

Muy en el fondo sabía que lo que hacía estaba mal, pues presionaba mucho a los jóvenes que estaban bajo su cuidado, su ambición lo cegaba y le obligaba a ser muy exigente con aquellos chicos, así tuviera que romperlos para poder tener esas medallas y trofeos que le fueron arrebatados... No se detendría jamás hasta lograr su objetivo tan egoísta

Tomó el volante y fue a hacer las copias de las llaves, decidió hacerlas en el mismo color que las originales para que no fuera complicado recordar qué puerta abrían, cada segundo que esperaba en el local recordaba cómo fue que llegó a ese punto de su vida. De forma inconsciente se sujetó su pierna derecha, pues en el pasado fue sometido a múltiples cirugías para que pudiera recuperar la movilidad en su pierna y aún sentía incomodidad muy seguido

La depresión que tuvo por años fue horrible, ganar reconocimientos y trofeos siempre fue su pasión, ver esas medallas con su nombre hacían más grande su ego, pero ya no pudo seguir... Se le diagnostico con la incapacidad de volver a competir, si lo hacía podía perder ambas piernas pues tuvo un accidente bastante grave y no tuvo más opción que retirarse del deporte cómo competidor, ahora sólo le quedaban esos jóvenes talentosos para seguir poniendo su nombre en alto

Sacudió su cabeza y se concentró, lo más importante ahora era que sus clientes le dieran esas medallas, era su único objetivo

Una vez le entregaron las llaves se dirigió a la universidad, al llegar fue directamente con el director. Salió nuevamente de la escuela al haber entregado el juego original, estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien había entrado a la oficina después de que el director salió

Con sigilo ninja, el intruso abrió el cajón del escritorio y tomó la llave roja. Sabía qué hacía algo malo, pero también sabía que podía hacer a alguien feliz, regresaría la llave en la mañana antes de que alguien notara que no estuvo en su lugar una noche... Era uno de los privilegios de nunca meterse en problemas y ser un excelente estudiante

Pasaron las horas y el último timbre sonó, todos los alumnos y maestros salieron poco a poco de todas partes del instituto felices de poder retirarse a sus casas creando bullicio entre los pasillos

El de ojos celestes estaba algo confundido ya que no había visto a su hermano la última clase, y era muy raro que Donatello faltara a las clases, así que estaba preocupado. Pero no tuvo tiempo de seguir pensando en eso pues escuchó que alguien dijo su nombre, volteó y se encontró con su hermano

Sonrió con alivio y se acercó al mayor –¿Qué pasó, D? Faltaste a la clase de Ciencias, eso no es normal en ti– se le quedó viendo con asombro ya que tenía una sonrisa peculiar en su rostro

–Tengo algo que decirte, verás que valió toda la pena del mundo haber faltado a la clase. Sé que te va a encantar– lo tomó de la muñeca y lo llevó corriendo al auto que compartían para dirigirse a su hogar, por qué no podía arriesgarse a que alguien más los escuchara, necesitaban la mayor discreción posible

Debido a que su familia era muy influyente, sus padres nunca estaban presentes en la casa, así que al llegar Donatello sentó a su hermanito en uno de los sillones de la habitación de videojuegos y lo miró muy entusiasmado, se moría de ganas de decir lo que había hecho, porqué ni él se lo creía del todo

–Escucha, unos deportistas estarán en la piscina de la escuela, no sé quiénes, pero oí que son de alto nivel– mientras hablaba se desplazaba por lo ancho de la habitación, y sintió la mirada del menor que expresaba más interés con cada palabra que decía

–¿Es verdad lo que me estás diciendo? ¿¡Clavadistas en la escuela!?– se levantó de golpe teniendo una amplia sonrisa bastante adorable en su rostro, no podía con la emoción que lo invadió –!Esto es genial!, ¿cuándo irán?– preguntó sujetando los hombros de Donatello con altas expectativas, no quería perdérselo por nada del mundo

–Esa es la noticia que se puede considerar mala o buena, dependiendo del enfoque– murmuró algo nervioso pues sabía que el pecoso se desanimaría un poco –Estarán de noche en la escuela, porqué al parecer les gusta concentrarse al 100% en lo que están haciendo– explicó con calma, pero, cómo lo esperaba eso desilusionó un poco al de ojos celestes, ya que entendió que podía ser imposible que pudiera pedirles mínimo un autógrafo

–Eso no se puede tomar cómo buena noticia, significa que no podré verlos– habló triste soltando los hombros de Donne para dejarse caer de nuevo en el cómodo sillón estando desilusionado, pero el mayor le tenía algo muy especial escondido

–Claro que es buena noticia hermanito, porqué sólo tú podrás ir a verlos– sin borrar su sonrisa sacó la llave y se la extendió, inevitablemente se le derritió el corazón al ver lo feliz que se había puesto el menor –Me la debes devolver cuándo regreses para que la pueda poner en su lugar mañana; esta llave abre la escuela así que podrás entrar con facilidad a la piscina– explicó revolviendo levemente los cabellos rizados de Mikey

La felicidad que sentía el pecoso desbordaba de su pecho, sintió la urgente necesidad de besar la mejilla de su hermano... Pero se contuvo y se limitó a brincar y gritar de emoción teniendo la llave en sus manos

–¡¡¡Siii!!! ¡Esto es tan cool! Pero no iré solo– miró con ilusión al esbelto y una sonrisa apareció en su rostro pues su hermano no entendió en ese momento que no se escaparía de esta –Quiero que tú vengas conmigo– se le quedó viendo mientras sonreía cómplice, no se iba a ir de la casa sin él, eso era un hecho

Claramente cómo respuesta Donatello mostró un gesto de desacuerdo al mismo tiempo que negaba con su cabeza y cerraba los ojos –No iré, suficiente remordimiento tengo con haber robado la llave del director– se cruzó de brazos y suspiró levemente, no era nada bueno lo que podía pasar –Si vamos los dos y nos atrapan, podemos meternos en serios problemas. No quiero arruinar mi promedio–

–Oh vamos, esta oportunidad es única, debemos ir ambos– le buscó la mirada hasta que logró convencerlo, pero sabía que eso no sería suficiente... Así que lo abrazó con fuerza hundiendo su rostro en el pecho de Donne con extrema ternura –Nada es divertido si no estás conmigo– murmuró algo tímido sintiendo cómo se le aceleró el corazón al decir eso, pero era la verdad así que no se arrepentía

–... Sólo porqué eres mi hermanito favorito– suspiró y lo estrechó más hacia su cuerpo con gran cariño, por un instante se perdió en lo bien que olía su hermanito... Siempre le había gustado demasiado su aroma a dulces, pero trato de eliminar esos pensamientos de su mete y concentrarse en las tiernas carcajadas que soltó el menor

–Jajaja somos los únicos en esta casa Donne– rio enternecido separándose un poco de su hermano para sonreírle y rodar los ojos con diversión, ambos eran unos bromistas y se entendían perfectamente... Por eso no podían perderse esa experiencia tan arriesgada

No necesitaron decirse nada y asintieron acordando que saldrían de su casa apenas apagaran las luces

Cerca de las 10 de la noche, los hermanos estaban fuera de casa yendo a la escuela, tenían ropa de color negro para que se pudieran camuflar bien entre las sombras y no notaran su presencia... Pero no tenían idea de que no les serviría mucho en esa noche tan peculiar

Lograron entrar a la escuela sin activar los sistemas de seguridad, gracias a la llave que el de cabellos morados se arriesgó para conseguir, y con mucha cautela caminaron a dónde estaba la gran alberca techada

Todo estaba bajo una gran oscuridad, excepto por el área de los vestidores y la luz de la piscina llegaba bastante bien al área de los trampolines. Los chicos asomaron un poco sus cabezas estando detrás de las puertas traseras del lugar y cuándo vieron a los que estaban entrenando, sus mandíbulas casi chocaban con el suelo de lo impresionados que quedaron

Dos jóvenes estaban en la plataforma de 10 metros, reían y hacían piruetas al saltar de los trampolines con el debido cuidado, estaban tan concentrados que los hermanos lo aprovecharon para meterse y cerrar la puerta con mucho cuidado detrás suyo. Al ver que los deportistas estaban por salir a tomar aire, les ganó el pánico y se fueron a esconder debajo de las grandes gradas

El primero en salir del agua rápidamente se acercó a la orilla de la piscina y colocó sus fuertes brazos sobre el borde, tomó impulso y salió del agua dejando a los intrusos muy sonrojados e impresionados... Parecía que brillaba por la forma en que todo su cuerpo se deshacía del agua fría con una extrema elegancia, era simplemente imposible voltear a otro lado

–No puedo creer que Splinter no se haya dado cuenta que pusiste un micrófono y cámara en su saco– reía el chico de hermosos ojos zafiros sin dejar de mover sus pies que habían quedado en la piscina, se notaba que la estaba pasando bastante bien con el que debía ser su compañero

El otro clavadista no se quedaba atrás, salió a la superficie y de inmediato se llevó la mano al cabello para hacérselo hacia atrás, al empezar a flotar un poco se notó de inmediato que tenía los músculos de sus brazos bastante bien marcados... Pero lo que no dejaba la menor duda de que también era alguien perfecto fue la traviesa sonrisa que puso de lado, ¿acaso eran humanos?

–Y dice que nunca tengo tacto para hacer las cosas– su blanca sonrisa deslumbraba en ese lugar semi oscuro al igual que su cabellera rojiza tan intensa. Se notaba que no estaba nada arrepentido de haber espiado a su representante pues pasar tiempo con su colega era lo mejor

Ambos rieron logrando erizarles la piel a los intrusos, porque se sentía la química que tenían... Y las cosas apenas estaban empezando

–Ya me imagino la cara del director al ver a Splinter, ¿qué mirada tenía? ¿La seria? ¿O la súper seria?– cuestionó curioso y divertido haciendo las caras que su representante solía hacer en ese tipo de situaciones, al estar tan cerca un evento era mucho más tenebroso y exigente de lo normal, pero ellos ya estaban más que acostumbrados a verlo así de intenso

Entre risas el de ojos tóxico imitó la pose en la que estaba su superior cuándo lo vio por última vez aquella mañana –Tenía la mirada ultra mega super sería y su voz extra grave– trató de imitar ese tono de voz, pero lo fue imposible no estallar de risa en el proceso, se habían hecho la fama de ser muy serios entre los demás deportistas, pero a decir verdad eran sólo chicos normales al cuidado de un adulto muy poco expresivo... Pero pretender ser reservados les servía mucho, aunque era un secreto para qué usaran toda esa privacidad que habían luchado tanto por mantener

Al ver que parecían ser amigables, Mikey quiso acercarse y pedirles un autógrafo pues pensó que no tendrían problemas con ello... Pero esa esperanza desapareció rápidamente con lo que dijo Leonardo en ese instante.

–Me hubiera gustado estar ahí, pero nunca podemos. Los fans se alocan al vernos, y después de la última vez que nos acosaron a los dos en la calle ya no debemos estar solos a la vista del público– su voz pasó de una alegre entusiasta a una apaga y triste en un segundo además de que su cara también reflejaba que no le gustaba para nada que los pusieran en esas situaciones. Odiaba que la gente, en especial los periodistas, fueran tan chismosos y se metieran en sus vidas, pero era una parte inevitable de ser un deportista joven y con bastante potencial

En ese segundo los hermanos se arrepintieron enormemente de estar ahí, no querían hacerlos sentir mal, era todo lo contrario de hecho pues los admiraban... Pero ya no podían irse tan fácil sin llamar la atención, se habían metido en una situación extremadamente complicada sin saberlo

El chico temperamental se le acercó y tomó su mentón para que lo viera directo a los ojos, nunca le había gustado verlo triste –Ya llegará el día en que podamos andar en la calle cómo cualquier persona normal, sin que nada nos importe. Ten paciencia, Leo– su voz era dulce y calmada, era obvio que le importaban demasiado los sentimientos del mayor, aunque por fuera siempre parecía ser alguien muy rudo

No era raro que Leonardo se pusiera nervioso antes de competir, pues era muy perfeccionista consigo mismo... Pero a Raphael le quedó claro que le estaba pasando algo más pues vio que sus ojos se le empezaban a poner llorosos

–Es que nada de eso es justo, es muy frustrante... Además, las finales se acercan y n-no se si logre tener compostura y paciencia para entonces– su cuerpo entero tembló con verdadero miedo, pero los brazos de su acompañante lo rodearon en un cálido abrazo inmediatamente antes de que se rompiera por completo

Ahora los dos estaban en el borde de la alberca realmente juntos, dándoles muy buena vista a los hermanos que seguían escondidos

–Tranquilo, yo estaré contigo– le acarició la espalda lentamente logrando calmarlo un poco, aunque en el fondo los dos se estremecieron pues sus torsos estaban desnudos así que sintieron demasiado el cuerpo del otro en esa pequeña acción

Leonardo se dejó llevar un poco más de la cuenta por ese abrazo pues realmente lo necesitaba, la escena realmente era muy linda... Sabía que con Rapha podía ser totalmente trasparente sin ser juzgado, aunque a veces tuvieran pequeños desacuerdos, sólo cuándo se trataba de las competencias

–Además, puedo fallar a propósito para que logres entrar– mencionó viéndolo a los ojos de forma determinada separándose un poco del abrazo, pero sus palabras sólo pusieron más nervioso a su acompañante de azul

–¿Estás loco? No creo que a Splinter le haga mucha gracia que lo hagas sólo por mí– se alejó del menor y se encogió de piernas tratando de evitar el contacto visual pues sentía muy acelerado el corazón y no quería hacerlo notar

–Esta es tu oportunidad de que vayas a un torneo de estos– una vez más lo tomó del mentón para seguir apreciando sus ojos azules que tanto le gustaban, no tenía ni una sola pizca de duda en su voz, estaba dispuesto a todo para verlo feliz –Además, si no entro en individual, entraré en salto sincronizado contigo. No te preocupes tanto– le acarició una mejilla para calmarlo e inevitablemente sonrió al verlo temblar un poco con pena

El de cabellos azules cerró los ojos y pegó más la mano de su compañero a su cara para sentir ese calor que tanto le encantaba, parecía un lindo gatito buscando el consuelo de su dueño... Pero no pudo disfrutar de ese momento pues no podía arriesgarse a que Splinter se enojara

–... No quiero que arruines tu puntuación sólo para que yo logre entrar– suspiró profundamente sintiendo una gran presión en el pecho, nadie dijo que los deportistas de alto nivel no fueran vulnerables y sensibles, Leonardo era uno de ellos y ponía el doble de presión en sus hombros al tratar de parecer perfecto ante los medios... Sólo Raphael sabía lo vulnerable que era realmente

–Y yo no quiero que por culpa mía no puedas entrar a la competencia– lo tomó de los hombros y le sonrió con calma, sabía la forma más efectiva de convencerlo y no dudaría en utilizarla –Te necesito ahí conmigo, sólo eso me importa– sus miradas cruzaron y se perdieron en la mirada del otro por un momento. A simple vista parecían amigos muy unidos... Pero había historia más profunda debajo de esas palabras

Terminaron asintiendo con alegría estando más calmados, a final de cuentas eran un equipo... Si algo difícil se presentaba podrían superarlo juntos

–Está bien, pero sólo si me prometes no fallar... También quiero competir a tu lado en individuales Rapha– lo abrazó para que el poco temblor que su cuerpo tenía se detuviera por completo, porqué ciertamente los fuertes brazos del temperamental eran muy reconfortantes, lo hacían sentirse muy seguro

Inmediatamente el menor le devolvió el abrazo teniendo una sonrisa muy linda, su amigo de la infancia nunca cambiaría y eso le encantaba –Esta bien, lo prometo– se separaron y se sonrieron de forma cómplice. Hacer eso, sólo concentrarse en el otro, era lo que más les entretenía y calmaba sus nervios, nunca fallaba –¿Qué tal si practicamos otro salto para sincronizado? Eso te ayudará a distraerte– propuso poniéndose de pie y le extendió la mano al de cabellos azules, realmente sabía cómo poner de buen humor a Leonardo aun cuando estuvieran en momentos estresantes

El mayor sólo pudo soltar una pequeña risa y tomó la mano de Raphael para levantarse, ambos se dirigieron a las escaleras y comenzaron a subirlas hasta llegar a las plataformas más altas. Se pusieron de espaldas al agua, saltaron hacia atrás, dieron 3 vueltas y media y entraron al agua de forma espectacular... Pero algo curioso pasó cuándo fue el momento de que tomaran aire

Leonardo salió a la superficie cómo lo hubiera hecho después de dar un salto así, pero se extrañó de no ver a su compañero a su lado. Volteó hacia el agua y se encontró con la silueta de Raphael haciendo movimientos extraños... La situación no era para nada buena

El de cabellos azules tomó una profunda bocanada de aire y se sumergió de nuevo para ver si todo estaba bien, dejando a los dos intrusos sumamente preocupados pues la expresión del deportista era de susto

No hubo rastro de los clavadistas por unos largos y preocupantes segundos que en realidad se sintieron cómo horas interminables, Donne y Mikey ya estaban comenzando a perder la cabeza por el miedo, no sabían si debían tirarse al agua y tratar de ayudar o si era necesario que salieran de su escondite para llamar a una ambulancia, muchas ideas les pasaron por la cabeza, pero pudieron respirar un poco cuándo finalmente los vieron salir del agua... Aunque, ese alivio no les duró mucho

Raphael estaba tosiendo mucho por haber tomado algo de agua y Leo lo estaba llevando a la orilla, algo no estaba bien

Cuando por fin llegaron al final de la piscina, el de ojos azules usó toda su fuerza para que lograran salir del agua lo más rápido posible, pues su amigo estaba soltando quejidos de dolor

–¿Qué pasó? ¿Te sientes mal?– cuestionó el mayor teniendo la respiración agitada, sin darse cuenta había terminado arriba del temperamental muy cerca de su rostro. El agua que se deslizaba por sus cuerpos les causaba unos cuantos escalofríos que los estremecía

–N-no ahh... Tengo un fuerte calambre en el muslo– respondió el temperamental cerrando los ojos con fuerza por el dolor, su respiración se le notaba cortada y aún tosía un poco para deshacerse del agua que había llegado hasta sus pulmones

Los deportistas estaban sobre el suelo bastante juntos, dándoles a sus admiradores escondidos una perfecta vista de lo que estaba pasando. Donne y Mikey no pudieron evitar pasar saliva por lo bien que se veían al estar empapados con sus apretados shorts de entrenamiento, eran en extremo atractivos y provocativos

Leonardo se aseguró de no estar aplastando el cuerpo de su compañero y lo miró preocupado –Déjame ayudarte– murmuró dirigiendo sus manos al muslo del menor con la intención de darle un masaje

Raphael sólo asistió repetidamente y soltó un pequeño gruñido cuando Leo comenzó a mover sus manos sobre su pierna, realmente parecía que ese tirón que tuvo en su muslo le estaba causando demasiada incomodidad

–¿No se siente mejor?– cuestionó el de cabellera azul sin dejar de masajear con cuidado la aparente lesión de su compañero. No era normal que les pasara algo así en los entrenamientos, pero no por ello no estaban preparados, sabían bastante bien cómo tratar cualquier situación, y siendo Leo el más responsable realmente estaba concentrado en hacer un buen trabajo... Por eso no se dio cuenta de lo que estaba pasando en realidad

En ese momento un brillo muy interesante apareció en los ojos verdes del menor, estaba muy cerca de lograr su objetivo de aquella noche

–M-más arriba– suspiró tratando de sentarse por su cuenta, aunque tardó un poco pero cuando lo logró tenía la vista perfecta del rostro de su compañero... Verlo tan concentrado y serio siempre le parecía la cosa más fascinante del mundo, nunca se cansaría de ver cómo el azul de sus ojos se volvía un poco más oscuro cuándo se preocupaba por las cosas más simples, era demasiado lindo

–¿Aquí?– subió sus manos con delicadeza y masajeó los músculos de Rapha teniendo su mirada hacia abajo para no distraerse, sin duda las gotas de agua que recorrían su cuerpo lo hacían verse muy seductor, por eso el contrario tuvo que pasar saliva y morderse el labio inferior para no decir nada inapropiado

–Un poco más– dijo ya a punto de no poder evitar hacer una cara muy curiosa, su corazón siempre empezaba a latir muy rápido cuándo su amigo de infancia se le acercaba de esa manera

–Está bien... – suspiró con calma y llegó hasta el final del muslo del temperamental, esta vez hizo movimientos más fuertes para tratar de acabar con el calambre de Raphael y que ambos pudieran regresar a casa... Aunque notó algo raro en el proceso –Pero no siento que tu pierna esté mal, parece que no tuvieras nada– dijo empezando a pensar que todo era una broma pesada, lo cuál no sería algo nuevo entre ellos

Una clara sonrisa de lado se dibujó en el rostro del menor, pero rápidamente la quitó antes de que Leo se diera cuenta... El momento estaba por mejorar

–En serio me duele, siento que está demasiado dura– hizo un pequeño puchero que le pareció demasiado tierno al mayor cómo para seguir desconfiando... Oh, tan iluso como de costumbre

–¿Dónde? Yo no siento nada– finalmente levantó la vista quedando de frente con el rostro del contrario y tuvo un escalofrío que recorrió toda su columna a gran velocidad... Nunca se acostumbraría del todo a la manera en que Raphael se lo devoraba sólo con una simple mirada

–Justo aquí– dijo tomando la mano de su compañero y la colocó sobre su miembro que empezaba a marcarse en su traje de baño, no pudo evitar soltar una carcajada cuándo vio el intenso tono de rojo que apareció sobre las mejillas de Leo –Te dije que era más arriba ¿no?– siguió riendo con gran satisfacción, romper la perfecta armadura de su colega era su pasatiempo favorito

Mikey y Donne sintieron la misma mezcla de pena y enojo qué pasó por la mente de Leonardo, sin duda no esperaban nada de eso al ir a espiarlos... Y las cosas apenas comenzaban a ponerse raras

–¡¿Estabas fingiéndolo!?– gritó indignado sintiendo que la sangre le hervía –¡Te he dicho que no bromees en los entrenamientos! ¡Es estúpidamente peligroso!– lo empujó con rabia y sus ojos se le pusieron opacos por lo molesto que estaba, porqué esa no era la primera vez que su compañero hacía algo así de irresponsable

Una incansable risa salía de la boca del menor, nunca se cansaría de ver la manera en la que el entrecejo de Leonardo se fruncía por las cosas más insignificantes, parecía un padre enojado regañando a su hijo por lo irresponsable que era... Pero así le gustaba, porqué era demasiado lindo cuándo se perdían todos sus escudos

–No pude evitarlo, te veías muy serio hace rato... Creí que una broma te pondría de mejor humor– dijo el temperamental entre pequeñas carcajadas al mismo tiempo que quitaba unas lágrimas. Ambos aún seguían en el suelo y por eso aprovechó que estaban cerca para apreciar esos lindos ojos azules por unos segundos más. Y sin que el otro lo notara, se le fue acercando sigilosamente

–¡Pues ahora estoy furioso!– gritó el de cabellera azul y trató de ponerse de pie para huir de esa situación, pero los fuertes brazos de su compañero lo hicieron acabar acostado sobre el frío suelo de concreto. Trató de defenderse, pero Raphael siempre había sido más fuerte por lo que le fue fácil someterlo

Acabaron con la respiración nuevamente agitada, las gotas que estaban del cuerpo del temperamental caían lentamente sobre el abdomen tan definido del mayor causándole pequeños escalofríos, sus ojos estaban puestos en el otro con tanta firmeza que se notaba una tensión muy fuerte... Y con la siguiente frase del pelirrojo les quedó claro a los espectadores de qué tipo de situación se trataba

–Aun así, me encantas– murmuró bastante coqueto y mostró una sonrisa malvada en cuánto vio el sonrojo sobre las mejillas de su compañero y, cómo ya lo conocía a la perfección, le sujetó las muñecas a ambos lados de su cabeza para evitar que siguiera resistiéndose

Miguel Ángel y Donatello sólo pudieron pasar saliva y apretar sus manos al mismo tiempo pues los atletas estaban a escasos milímetros de besarse, sin duda no esperaban presenciar algo tan espectacular cómo eso al ir a escondidas al entrenamiento de dos deportistas tan populares... Pero no estaban para nada arrepentidos

–Eres un idiota– soltó un suspiro de resignación al ver que sus intentos de sacárselo de encima eran inútiles, pero sin duda no pudo evitar sonreír ampliamente con lo que escuchó después

–Corrección... Soy TÚ idiota– rio mientras que con sus manos recorrió los muslos de su compañero a su antojo, sus ojos verdes estaban llenos de deseo y al contrario le quedó muy claro aquello

Los que estaban observando se quedaron sin respirar pues Leo y Rapha no tardaron un segundo más para comenzar a besarse muy apasionados, la respiración de los atletas se fue haciendo más alta a cada segundo que pasaba. Los hermanos sólo pudieron verse de reojo con mucha sorpresa y trataron muy fuertemente no gritar por lo que estaban presenciando

El líder azul llevó sus manos a la cabeza de Raphael y enredó sus dedos entre los cabellos rojos del menor para acercarlo más hacia él de manera desesperada. Los sonidos que estaban haciendo comenzaron a llenar el área de la piscina de forma rápida, creando un ambiente muy caliente en esa noche... Incluso para los que estaban espiándoles

Mikey tuvo que cubrirse la boca para que no los descubrieran, pero le estaba costando demasiado no explotar de la emoción porqué, además de disfrutar demasiado de las relaciones entre dos chicos, estaba viendo a sus deportistas favoritos tener una relación en secreto de todo el resto del mundo. Sería una verdadera sorpresa para toda la comunidad de fans que tenían, ni hablar de las organizaciones que los apoyaban... Sin duda se meterían en demasiados problemas si saliera a la luz que mantenían este tipo de actividades cuándo decían estar entrenando para sus competencias

Al también entender eso, Donne buscó con la mirada una manera de salir de ahí, pero no iban a poder salir de la misma forma en que entraron... Lo único que les quedaba era esperar una oportunidad para salir por la puerta principal sin que los vieran

–¿Qué dices... Lo hacemos aquí?– cuestionó bastante emocionado el temperamental al separarse del mayor, pero no dejó de apretar y acariciar muy pervertida mente los firmes muslos de Leonardo, se notaba que era uno de sus pasatiempos favoritos el jugar con el cuerpo de su compañero a su antojo

En ese instante Donatello le cubrió la boca a su hermano para que no hiciera un escándalo, lo cual fue buena idea porqué el pecoso casi se muere ahí mismo, era un gran admirador de ambos atletas desde hacía muchos años y ahora estaba presenciando algo tan fuerte que nadie más sabía, porqué en los medios Leonardo y Raphael siempre se mostraban cómo amigos de infancia y decían no querer tener parejas para concentrarse en las competencias... Les habían mentido a todos y ahora tenían dos testigos de ello

Mientras su hermano se estaba volviendo loco, Donatello no pudo despegar la vista de los deportistas porque se notaba una increíble tensión sexual entre ambos, la forma en la que se estaban devorando con los ojos era demasiado atrevida cómo para ignorarlo... No era super fan de ellos cómo Mikey, pero no iba a negar que su cuerpo estaba comenzando a calentarse al ver ese encuentro desde tan cerca

–Te mueres de ganas, ¿no es cierto?– el de cabellos azules rio ligeramente estando muy relajado, porque ya estaba más que acostumbrado a que su amigo se pusiera así de pervertido de repente... Aunque no negaría que le gustaban aquellos encuentros inesperados porqué siempre terminaba muy satisfecho gracias a la energía inagotable del temperamental

–Claro que sí, siempre quiero hacerlo dónde sea que estés tú– lo tomó de la nuca y se acercó a él para dejarle una profunda mordida en el centro de la garganta, disfrutando demasiado de cómo Leo se aferró a su cuerpo y gimió con fuerza

El mayor movió sus piernas un poco por reflejo ya que esa acción lo había excitado, su respiración se le descontroló, pero no quiso hacerlo notar demasiado... Aunque no podía ocultarle nada a su amigo de la infancia

–Dices eso, pero creo que tienes un fetiche con hacerlo en cualquier piscina en la que nos inviten– soltó una pequeña carcajada viendo el rostro tan atractivo de Raphael por unos segundos, no pudo aguantar más y comenzó a besarlo hasta que se quedaron sin aliento

Los hermanos se quedaron estáticos pues ahora sabían algo mucho más grave que lo anterior, si llegaban a decir algo ninguna escuela o institución los admitiría de nuevo para que participaran en más competencias si se llegaba a saber qué hacían cosas inapropiadas cuándo nadie miraba... Ya se estaban involucrando demasiado en la carrera de aquellos talentosos atletas debían salir lo más pronto posible

–Me conoces demasiado bien– respondió felizmente el de ojos verdes dándole un beso fugaz en los labios, para después bajar un poco hasta llegar al pecho de Leonardo, le dedicó una mirada muy atrevida y pasó a saborear uno de aquellos botones rosas con su lengua

La espalda del mayor se despegó un poco del frío suelo haciendo una curva perfecta, sin querer eso le hizo más fácil la tarea a Raphael de seguir profanado su pecho... Pero no pudo controlar su voz cuándo las fuertes manos de su compañero recorrieron su abdomen desnudo con total libertad

–A-ahh joder... Tus manos están muy frías– se quejó entre pequeños jadeos e intentó cubrirse el rostro con sus brazos pues sentía que lágrimas se empezaban a formar en sus ojos por lo bien que se estaba sintiendo, pero Raphael no iba a perderse esa grandiosa vista por nada del mundo

Ambos seguían empapados y era bastante tarde así que era obvio que el frío les ganaría tarde o temprano, por eso querían seguir con ese juego bajo el agua caliente de las duchas... Pero no sabían que sus planes de esa noche estaban a punto de cambiar

–¿En serio? Entonces...– Raphael quitó las manos del firme torso de su amigo dándole un respiro, pero eso sólo duró muy pocos segundos –Tendrás que ayudarme a calentarlas– sonrió de lado y sin una pizca de pena metió su mano en el traje deportivo de Leonardo para estimular su entrepierna

Naturalmente Leonardo soltó un gemido bastante alto que fue muy provocativo para todos los que estaban en la piscina, pero los hermanos no hubieran podido esperar lo que estaban por escuchar

–M-más...– casi gritó dejando que las lágrimas se escaparan de sus ojos, pero aprovecharía la oportunidad para provocar más a Raphael pues eso les encantaba a ambos –Tócame más– suplicó mordiendo su labio comenzando a desesperarse y movió sus caderas de una manera demasiado sugerente

La sorpresa fue tanta que Mikey se hizo para atrás por instinto y tropezó con una cubeta de limpieza que estaba detrás, obviamente eso llamó la atención de los atletas, quienes se detuvieron al instante y se pusieron de pie mientras guardaban silencio para averiguar qué había pasado

Rápidamente Donatello tomó del brazo a su hermano y se escondieron mejor detrás de las gradas, en la oscuridad no los verían con facilidad, pero ya era demasiado tarde... Se habían delatado, aunque les sorprendió ver que Leo y Rapha estaban muy calmados

El de cabellos azules le dio un pequeño beso en el cuello al temperamental y lo tomó de la mano muy gentilmente, ignorando por completo lo que había escuchado

–Vamos a las duchas... No puedo esperar más– hizo un pequeño puchero bastante convincente comenzando a caminar junto a Raphael, es por eso que los hermanos no se dieron cuenta de las grandes sonrisas que pusieron... Estaban por divertirse enormemente

Donne pudo suspirar tranquilo una vez que vio a la pareja entrar a los vestidores, pero aquella tranquilidad no le duró demasiado pues el pecoso salió del escondite con toda la intención de seguir espiando a sus ídolos

–¿¡Estás loco!?– Lo detuvo inmediatamente y lo regresó de golpe jalándolo del brazo –Casi nos atrapan, tenemos que salir de aquí ya- miró al menor con seriedad para luego verificar si la puerta principal seguía libre para poder irse... Parecía decidido, pero el pecoso lo haría cambiar de opinión en poco tiempo

–No te hagas el santo, quieres verlos también– se cruzó de brazos y mostró una sonrisa muy traviesa, estaba seguro de que ambos estaban completamente intrigados, no podían irse y perderse la mejor parte del espectáculo

Entonces los ojos rojos del esbelto se encendieron en frustración, claro que le había gustado mucho ver a los deportistas en aquella faceta desinhibida, pero debían volver a la realidad

–Si ellos dicen que estuvimos aquí, nos pueden expulsar, no me voy a arriesgar– miró fijamente a su hermano para dejarle claro que no estaba dispuesto a pasar por la peor situación que pudiera resultar de esa noche. Era de los mejores alumnos del campus así que debía ser perfecto en todo, no echaría a la basura todo el esfuerzo que había hecho hasta el momento sólo por ese par... ¿O sí?

El de ojos claros soltó una pequeña carcajada pues sabía exactamente cómo convencer a su hermano de portarse mal –No lo harán, porque no nos verán, seremos muy discretos esta vez– explicó teniendo una sonrisa muy entusiasmada en su rostro... Seguía siendo un niño al que era imposible negarle sus deseos

–... Realmente quieres hacerlo... Ahh no lo puedo creer– suspiró incrédulo tratando de no ver aquellos ojos de cachorrito que estaba poniendo su hermano, porqué era muy débil con Mikey cuándo se ponía de esa manera... Pero esa ocasión realmente no estaba pensando con lógica y responsabilidad cómo era su forma de ser, lo que había presenciado hacía unos instantes era imposible de ignorar

Y al entender que el esbelto estaba por ceder ante la curiosidad, el joven de pecas se colocó delante de Donne y le mostró una sonrisa cómplice, no tenía sentido que se fueran a ese punto... Sería un pecado no ver de cerca cómo dos personas atractivas tenían tan buena química

–Dijeron que irían a las duchas, sólo escucharemos desde los casilleros y nos vamos antes de que terminen– prometió dispuesto a no ser tan imprudente, realmente sólo quería echar un vistazo más... Pero no sabía que eso le saldría muy caro

La duda y sensación de alerta invadió al mayor ya que lograron escuchar un gemido alto proveniente de Leonardo desde los vestidores, se notaba que se estaban divirtiendo enserio... ¿Que tenía de malo ceder ante la curiosidad por una vez?

–... Tienes suerte de que sean malditamente atractivos, o de lo contrario ni loco te haría caso– suspiró ya resignado y ambos salieron de su escondite, trataría de que no los atraparan de nuevo... Pero no sabía con quienes se estaban metiendo

Caminaron hasta los vestidores teniendo cuidado de no volver a hacer algún ruido que los pudiera meter en problemas, pero al asomarse un poco al interior del lugar no vieron a nadie y tampoco escucharon el sonido del agua o alguna respiración. Entraron totalmente en la habitación siendo el esbelto quien iba enfrente pues no quería que su hermanito fuera demasiado obvio al espiar... Aunque eso ya no servía de nada

–¿Dónde están?– el menor miró a Donne muy fijamente pues estaban muy confundidos, pero una voz grave les sacudió todos sus sentidos y no pudieron moverse ni un poco

Unos ojos verdes alumbraron la oscuridad llenándoles el cuerpo de terror a los intrusos, habían caído en la trampa muy fácilmente –Que groseros... ¿No les enseñaron a tocar?– salió de detrás de la puerta y la cerró de un golpe poniendo el seguro, no les quitaba su fuerte mirada y los iba llevando contra los casilleros de dónde salió el lindo chico de cabello azul con una gran sonrisa adornando su rostro

Los hermanos se vieron rodeados y terminaron estando espalda con espalda, no tenían a dónde escapar y no tenían excusas que los sacaran de esa situación. Simplemente se quedaron callados y se dejaron dominar por el pánico. Mientras que los deportistas estaban en el cielo en ese momento, no era nada raro que los espiaran en su día a día pues después de todo eran muy conocidos, pero era la primera vez que alguien invadía sus intimidades tan a fondo, por esa razón se iban a asegurar de que jamás volvieran a intentar algo así de nuevo... Los iban a castigar bastante bien

El de cabellos azules estaba frente a Donatello y no pudo evitar sonreír al verlo tan asustado, no pensaba dejar que esa expresión se le fuera en toda la noche

–Vaya vaya, y el director nos prometió que sus alumnos no nos darían problemas... Que decepción– se acercó a los chicos quienes temblaban de miedo, vaya que se habían metido en un gran aprieto, pero no debían estar arrepentidos tan pronto, porque sólo había una salida de esta situación... Todos perdían o todos ganaban, y habiendo dos competidores profesionales en esa habitación era más que obvio que tenían cierta ventaja

–P-podemos explicarlo– dijo el esbelto tratando de sonar convincente, pero el nudo que tenía en la garganta no lo ayudo para nada. Sabía que, aunque tuvieran una excusa, haber sido tan ambiciosos les pasaría factura

La risa de ambos amantes resonó al unísono, expresaron tanta diversión en esa acción simultánea que a los hermanos los invadió con más fuerza el terror que sentían. Se acercaron más y disfrutaron tanto verlos sacudirse con vergüenza por lo que habían hecho, no podían dejarlos ir sin darles una lección

–Seguro que pueden... Pero no nos interesa escucharlos– aclaró el temperamental llevando su mano a la barbilla del pecoso y lo tomó con fuerza, no pudo evitar comérselo con la mirada por un momento al tenerlo tan cerca, pero recibió una señal de su compañero así que ambos tomaron a los intrusos por los brazos y los pusieron contra los casilleros con agresividad... El sonido del metal no fue nada comparado con los quejidos que soltaron sus pervertidas presas, eran muy provocadores sin duda alguna

Donne instintivamente volteó a ver a su hermanito para asegurarse de que estaba bien, pero lo que vio no le ayudó para nada a calmar el intenso calor que se estaba apoderando de sus sentidos. Raphael tenía a Mikey sometido sujetando su cabello con fuerza dejando su cuello expuesto ante sus dientes, lo estaba dominando al ponerle la rodilla entre las piernas y tenía muy bien agarradas sus muñecas detrás de su espalda... Era una excelente imagen, eso había que aceptarlo, pero Leonardo tampoco se quedaba atrás en hacerle las cosas difíciles por su propia cuenta, no lo dejó distraerse de aquella escena ni un poco

–¿Que tanto vieron?– cuestiono serio empujándolo más contra el casillero, tenían bastante fuerza y era obvio que se estaban conteniendo pues querían estar seguros bien hasta dónde se habían expuesto antes de comenzar a tomar justicia propia

Los menores intercambiaron miradas pensando en si era bueno tratar de mentir, pero no estaban lidiando con personas dispuestas a ser engañadas

–¡Ahh!– se escuchó el grito del pecoso pues estaban tardando demasiado en responder así que Raphael le tomó el brazo izquierdo y empezó a torcerlo sin duda alguna, por la mirada que puso Donatello le quedó claro que si quería respuestas le bastaba con ser un poco más rudo con Mikey para sacarle toda la verdad

–Verán, yo no soy tan paciente y amable cómo mi compañero...– le puso más presión al delicado cuerpo del de ojos claros sacándole un quejido alto que lo motivo más a seguir mostrando su verdadera naturaleza –Así que responde la maldita pregunta antes de que te rompa el brazo– murmuró con algo de impaciencia en su oído y le mordió ligeramente el lóbulo de la oreja para que reaccionara, lo cual funcionó inmediatamente

–L-lo vimos todo... Pero no fue nuestra intención, y-yo sólo quería verlos entrenar– soltó entre quejidos para ser soltado finalmente al terminar de hablar, pero seguirían acorralados contra los casilleros por cada deportista pues habían admitido la culpa

Los mayores suspiraron con frustración, esto nunca les había pasado pues siempre fueron cuidadosos y se aseguraban de ser los únicos con acceso a dónde fueran a entrenar para evitar ser vistos de esas maneras comprometedoras... No podían dejar que se fueran de ahí sin estar seguros de que no dirían nada de la interesante relación que tenían en secreto

Mientras tanto los contrarios estaban muriendo de pena cada vez más pues les fue inevitable que sus cuerpos se calentaran, tener un torso trabajado pegado a tu cuerpo puede causar muchos efectos, y en los hermanos sus entrepiernas empezaban a doler... No tenían planeado nada de esto así que sus mentes estaban en blanco, tenían miedo, pero al mismo tiempo les gustaba la idea de que los hubieran atrapado pues todo pintaba a que no los dejarían salir ilesos de los vestidores... La vena sumisa les saltó a ambos desde el primer segundo

–Tenía que ser un fan... Siempre dicen ser los que más apoyan, pero al final resultan ser muy molestos– Rapha bufó con disgusto cruzando sus brazos y rodando sus ojos, aunque pronto esa expresión se borró de su rostro por la observación que haría su compañero

–Tienes razón, aunque... Estos son bastante lindos– los ojos zafiro observaron con detenimiento el esbelto cuerpo de Donatello, una sonrisa maliciosa apareció en su rostro de la misma forma en que surgió en el rostro de Raphael, ciertamente era un detalle que no pasarían por alto

Los menores se pusieron nerviosos, no sólo porque a cualquier persona se le aceleraría el corazón al recibir ese cumplido de hombres sumamente guapos, pero las miradas que ahora estaban sobre ellos eran sumamente intensas... Sintieron que iban a ser devorados, lo cual fue una curiosa coincidencia con lo que estaba por decir el de cabellos rojos

–Mhh, es verdad– puso sus manos en las caderas de Mikey y de un rápido movimiento lo pegó a su trabajado cuerpo, fue imposible para el menor no gemir por esa brusca acción pues su cuerpo estaba en llamas y Raphael lo sabía perfectamente –Se miran muy deliciosos también– lo tomó del cuello sin hacer presión, pero le levantó la mirada, al ser tan pequeño pudo apreciar a detalle su rostro tan lindo... Iba a disfrutar probar su sabor en su debido momento

–¿Q-que están diciendo?– Donatello trató de separarse de Leo pero eso fue un error, y le quedó claro en cuánto lo obligó a sentarse en la larga banca de madera que estaba entre los casilleros con demasiada facilidad, el de cabellos azules era igual de fuerte que Raphael así que dejar que el esbelto hiciera lo que quisiese no estaba en sus planes

El líder del equipo vio de rejo a su compañero, pero entendió que se estaba divirtiendo mucho con Mikey al tenerlo sometido contra los casilleros así que lo dejaría seguir. Miró fijamente a Donatello y lo tomó de la barbilla para que no se distrajera con lo que le estaban haciendo a su hermanito, debía concentrarse en lo que estaba por venir

–Ya que ambos nos admiran, podemos hacer un trato– explicó con una linda sonrisa sobre su rostro, sabía que la mejor manera de que nunca se supiera su secreto era ceder un poco... Pero ellos también se divertirían bastante en ese intercambio pacifico

–¿Qué clase de trato?– suspiró tratando de sostenerle la mirada, pero le fue imposible no perder la cabeza cuándo sintió cómo con su pulgar le acarició el labio inferior, no necesitaba ser un genio para entender lo que querían hacerles... Y no hubiera tenido problemas con eso en otras circunstancias, pero no podía siquiera pensar en tener relaciones justo al lado de su hermano –N-no diremos nada, lo prometemos– trató de hacerlos cambiar de parecer, pero eso no sería posible, no tenían voto después de actuar cómo unos completos pervertidos

–Los dejaremos ir y ustedes no dirán absolutamente nada de esto, pero, para asegurar que no nos delatarán ante la prensa, les daremos exactamente lo que quieren de nosotros justo ahora– aclaró el de cabellos azules acercándose más al cuerpo de Donatello dejándolo sin aliento pues su cuerpo seguía mojado, en su mirada se notaba que estaba ansioso pues los habían interrumpido antes de poder llegar a la mejor parte de sus "entrenamientos"

Los hermanos pasaron saliva y sus caras se les pusieron totalmente rojas, era imposible esconder que eran unos pervertidos de primera pues ya los habían atrapado... Pero la última pizca de sentido común quiso hacer presencia en ambos antes de ceder por completo ante la situación tan inusual en la que estaban

–N-nosotros no queremos nada– dijo con una pena increíble el más pequeño, pero tuvo que callarse de inmediato pues su captor tenía toda la intención de hacerlo olvidarse de todo lo que creía era correcto, y su hermano iba a correr con la misma suerte

–¿En serio?– el pelirrojo rio incrédulo y bajó una de sus manos para masajear la entrepierna de Mikey mientras veía de reojo al esbelto con descaro para provocarlo –¿Entonces por qué los dos están excitados?– se relamió los labios al mismo tiempo que volteó el rostro del pecoso hacia dónde estaba su hermano para que ambos quedaran expuestos, claramente sus palabras eran verdad

Los deportistas tuvieron que contener un par de carcajadas por la forma en que los menores voltearon sus rostros de inmediato para no seguir viéndose... Eran tan lindos que sólo les abrían más el apetito

El de cabellos naranjas negó repetidamente causándole gracia a su captor –N-no es verdad... ¡Mhg!– de un segundo a otro quedó de espaldas a Raphael cómo al principio y por instinto puso sus manos en el casillero para tener algo de apoyo... Pero se quedó helado al sentir la profunda respiración del temperamental contra su nuca, realmente parecía un animal justo antes de tener su cena

–Mi vista no me falla, veo muy claramente que algo se puso bastante duro aquí– susurró cerca de su oído, pero a un volumen moderado para que los otros dos pudieran escuchar, la estaba pasando increíble sin lugar a dudas. Sin perder un segundo más le abrió el pantalón y empezó a masturbarlo, aunque se llevó la sorpresa de que no llevaba ropa interior puesta y ya se encontraba bastante húmedo... La situación se iba poniendo cada vez mejor

–N-no hagas e-eso ahh– se revolvió inquieto entre el casillero y el fuerte torso del pelirrojo, estaba demasiado sensible y no podía contener más su voz, y el hecho de que su hermano pudiera ver cómo lo tocaban lo tenía en su límite, sentía que el corazón le estallaría en cualquier segundo

El mayor tomó con cuidado el mentón de Mikey y se puso a la altura de su oído haciéndolo temblar –Para tener ese rostro tan lindo, eres un completo pervertido... Pe-que-ño– sonrió con malicia para dejar un recorrido de besos húmedos en el cuello y nuca del pecoso disfrutando de los jadeos que fue soltando

Mientras que el cuerpo del menor estaba siendo profanado por Raphael, Donatello por más que lo intentara y pusiera toda su voluntad en apartar la vista de aquello no podía dejar de ver aquel espectáculo, o así era hasta que escuchó una leve carcajada de quién era su captor... Por un momento se le había olvidado que también debía preocuparse por lo que le fueran a hacer a él

–Oh vaya, jaja...– colocó su rodilla izquierda entre los largos muslos del esbelto, lo tomó del rostro y lo obligó a mirarlo con una notable emoción, no pensó que las cosas le serían tan fáciles –¿Acaso te prende ver que sometan a alguien tan lindo frente a ti?– cuestionó incrédulo mostrando una amplia sonrisa, ahora tenían algo con que extorsionarlos también, eso igualaba las condiciones

–¡Es mi hermano!– gritó indignado teniendo el mayor ataque de vergüenza de su existencia, pero por la forma en la que había reaccionado antes era claro que se estaba mintiendo a sí mismo, era claro que sentía algo de atracción por Mikey, tal vez no todo el tiempo pero había cierta tensión que ambos habían estado ignorando desde hacía años

–Eso no responde mi pregunta– lo detuvo en seco cómo si supiera exactamente lo que estaba pasando por su mente, ciertamente era muy intuitivo

Aunque en ese momento estaba sintiendo que el alma se le salía del cuerpo, Mikey miró a su hermano con curiosidad y pena, siempre habían sido muy unidos y se tenían confianza extrema en absolutamente todo... Pero en el fondo tenían miedo de que ese sentimiento fuera en realidad algo inapropiado ante el ojo de la sociedad

–Y-yo no... No podría pensar de esa manera sobre mi hermano– murmuró el de cabellera morada bajando la mirada, obviamente no se le notaba nada convencido de sus palabras, por lo que recibió un par de risas cómo respuesta

Leonardo le levantó la mirada y sonrió con extrema emoción –Puedes tratar de engañarte a ti mismo, pero este amigo de aquí... Es bastante sincero– dirigió su mano hacia la entrepierna del menor y lo acarició muy lentamente sobre la tela, pudo sentir claramente cómo estaba duro cómo una piedra y por eso se relamió los labios

–B-basta, no... Es demasiado para una broma– se tensó por completo y cerró los ojos, todo estaba pasando tan rápido que se sentía aturdido... Pero en pocos minutos no recordaría ni su propio nombre

Leonardo tomó el cabello de Donne y se lo jaló hacia atrás, dejándole el cuello totalmente expuesto y a su alcance –¿Crees que no somos serios?– lo miró fijamente teniendo una mirada muy escalofriante, claramente no le había gustado nada la acusación del esbelto –¿Escuchaste eso, Rapha?– miró de reojo a su compañero y ambos parecían haberse encendido bastante, pues sus carreras estaban siendo amenazadas después de todo... Ya iban a dejar los juegos de lado

–Fuerte y claro... Parece que tendremos que usar nuestras mejores armas– gracias a que sus mochilas de entrenamiento estaban a su alcance, metió la mano en una de ellas y sacó lo que era un pequeño vibrador. No tardó ni un segundo y le bajó los pantalones al de ojos celeste e insertó el pequeño aparato en su interior

–¡A-AHG!– no sólo gritó de dolor, el placer empezaba a inundar su cuerpo, le habían metido el juguete encendido en el nivel 2 sin previo aviso... Sus piernas le temblaron y perdió la respiración por unos segundos

–¡No lo toques!– trató de levantarse e ir hacía su hermano para quitarle a Raphael de encima, pero su sorpresa fue demasiada al sentir cómo su captor lo tomó del cabello con más fuerza y lo obligó a acostarse sobre el suelo boca abajo.

Lógicamente el de ojos rojos quiso gritar y quejarse, pero Leonardo se puso sobre él, le colocó las manos detrás de la espalda y le cubrió la boca. Ahora ambos podían ver perfectamente lo que Raphael le estaba haciendo sentir al más pequeño con todo lujo de detalles

–Hablarás sólo cuándo yo te lo permita, Donatello– murmuró en su oído de forma grave haciendo que ambos quedaran de rodillas sobre el frío suelo

El cuerpo del menor quedó estático y su tono de piel se volvió aún más pálido de lo normal, ¿¡cómo rayos aquel chico sabía su nombre!? Y pareció ser adivino por lo que dijo después

–Si, sé tu nombre, también estoy consciente de lo buen alumno que dicen todos que eres– sonrió satisfecho pues, gracias a la cámara que Raphael había puesto en el saco de Splinter, había visto la pared que dedicaron a premiar a los mejores alumnos del campus. Había reconocido a los hermanos en cuánto entraron a los vestidores –Así que, dime, ¿qué pensarían si vieran que te excitan este tipo de cosas?– llevó su mano a la entrepierna del menor, donde empezó a tocarlo y le llenó el cuello de besos húmedos y marcas

Los hermanos sintieron más miedo que antes, si los profesores se llegaban a enterar de lo que habían hecho aquella noche sin duda la reputación de la familia entera se vería muy afectada; se habían puesto en jaque, escapar de ahí sin llegar a un acuerdo sería lo peor... Y claro que Leonardo tenía razón, Donatello no podía quitar la vista de las tiernas reacciones del pecoso

Los ojos claros del menor se habían llenado de lágrimas pues nunca había experimentado tantas sensaciones así de intensas juntas, pero por esas razones, no se daba cuenta de lo provocativo que se veía –D-Donnie mhh... N-no me veas– soltó un par de gemidos suaves tratando de cubrirse el rostro con las manos y juntar sus piernas para ocultar los hilos del líquido trasparente que empezaban a deslizarse desde su entrada hasta sus muslos... Pero, Raphael lo sentó en la banca de madera sobre él y le separó por completo las piernas dejándolo totalmente expuesto

El de cabellos naranjas se sintió muy avergonzado y trató de no ver a su hermano pues no quería hacer demasiado obvio que todo eso le estaba encantando, no tardó mucho en sentir las fuertes manos de Raphael jugar con su pecho y miembro al mismo tiempo, su espalda hizo una curva hacía delante provocando que el vibrador entrara un poco más en él

–¡MHP!– alcanzó a cubrirse la boca pero se notaba que se estaba derritiendo en vida

–No no no, ocultar una voz tan linda cómo la tuya debería ser ilegal– el pelirrojo le hizo quitar la mano de su boca y le dejó un par de besos húmedos en la nuca y hombros, se estaba encariñando con el menor pues era demasiado lindo, quería hacerle de todo de una manera que fuera imposible de olvidar –Déjame escuchar lo mucho que te gusta que te toque–

Mikey sólo obedeció y empezó a dejar libremente su voz, obviamente la pena aún lo invadía... Pero parecía olvidarse de eso cuándo Raphael lo empezó a besar en los labios desde atrás, el calor del mayor se sentía demasiado bien, por unos segundos logró hacerlo abstraerse de todo lo demás... Cosa que no puso nada feliz al de ojos rojos

Raphael no tardó nada en introducir su lengua a la boca del menor entre los besos y también con extrema delicadeza comenzó a acariciarle y jugar con su pecho sobre las telas que aún ocultaban su pequeño torso. El pecoso puso sus manos temblorosas sobre las de su captor y las apretó con la poca fuerza que le quedaba... Lo estaba invitando a continuar con aquello, pero la expresión de Donatello no pasó desapercibida para los deportistas, era evidente que se estaba muriendo de celos en ese momento

–Mhh~ mira eso– murmuró al separarse de los dulces labios del menor, para mostrarle una sonrisa pícara al esbelto, ambos intrusos eran demasiado malos ocultando cosas, sobre todo sus sentimientos –Creo que tu hermano también quiere hacerte sentir bien, Mikey–

El joven de ojos claros volteó su rostro para ver a Donne y confirmó que era cierto lo que decía el pelirrojo, pues, aunque Leonardo lo estaba haciendo sentir realmente bien, no pudo despegar sus ojos de Mikey en ningún momento

–¡No es así!– se negó una vez más a aceptar la verdad pues se estaba convenciendo a sí mismo de que sólo estaba preocupado de lo que pudieran hacerle a su hermano cómo precaución únicamente... Pero no era así, sus sentimientos estaban saliendo a la superficie y los celos fueron el primer síntoma de ello

–Vamos, deja de sobre pensar todo y déjate llevar por el momento– Leonardo lo tomó del mentón desde atrás y ambos quedaron viendo directamente a los contrarios, sería una tontería arrepentirse a ese momento –Te aseguro... Que lo que hagamos aquí, nadie lo sabrá nunca– sonrió estando bastante emocionado, porqué en los ojos de los menores claramente se podía apreciar un fuego que ya no podían ocultar. Era claro que, si esa situación no se hubiera dado entre los cuatro, tarde o temprano Mikey y Donne se hubieran declarado mutuamente con lo mucho que se deseaban, era un regalo del universo presenciar ese evento tan peculiar e intenso entre ellos

–¿Tú que dices pequeño?– lo despegó un poco de su pecho para quitarle la sudadera y playera negra que estaba usando, dejándolo totalmente desnudo y lo colocó frente a Donatello en el suelo –¿No te gustaría disfrutar de esta situación también sin pensar en las consecuencias?– soltó una pequeña risa al instante que los hermanos se vieron a los ojos y se sonrojaron al estar tan cerca... No había duda de que esa noche los vestidores iban inundarse de gemidos bastante fuertes

Las piernas de Mikey se cerraron inmediatamente, pero eso sólo lo hacía sentir el vibrador hacer un desastre en su interior, quería abrazar a Donne para sentirse a salvo, pero sabía que si lo tocaba no podría callar lo que realmente deseaba hacer

–Y-yo... ¡Mh!– Raphael se encargó de subir el nivel del juguete con un pequeño control a distancia, los tres chicos presentes se derritieron al ver los tiernos temblores que tuvo –N-no, no quiero e-eso– respondió de manera no muy convincente pues sus caderas empezaban a moverse de manera inconsciente, estaba a nada de perder la poca cordura que quedaba en su mente

–¿Tú también quieres mentir? Ja...– los ojos verdes del temperamental observaron rápidamente a los menores con gracia, ahora le quedaba claro que si eran hermanos, por qué no tendría sentido que dos personas que se tuvieran tantas ganas se negaran a aceptarlo justo cómo estaba pasando en esa situación –¿Entonces por qué estás goteando?– se relamió los labios al tener la vista perfecta del miembro del pecoso desde arriba

Inevitablemente Donatello bajó la mirada a la entrepierna de Mikey y tuvo que pasar saliva, su hermanito tenía los muslos empapados por los líquidos pre seminales que salían de su miembro... Parecía que estaba en su límite gracias a la adrenalina y al juguete de su interior

–Sólo mira cómo su cuerpo reacciona ante tu mirada, Donatello– Leo lo sujetó del mentón y ambos observaron la respiración tan irregular del más pequeño –¿Vas a dejar que tu hermanito sufra de esa manera?– de igual forma lo acercó dejándolo a la altura de su pecho, quedando así frente a los botones rosas de Mikey que pedían atención, aunque su dueño lo negara una y otra vez

–Se mira muy doloroso, ¿no lo crees?– Raphael no tardó en unirse a la incitación tomando al pecoso de los hombros y haciéndolo un poco hacia atrás, dejando ver su torso cómo si fuera un delicioso platillo ante el esbelto –¿Por qué no lo ayudas a sentirse bien?– lo invitó a profanar el tierno pecho del joven con una mirada que erizaba la piel... Evidentemente los deportistas eran demasiado buenos provocando a los demás

Finalmente, los hermanos intercambiaron miradas, no sabían lo que iba a pasarle a su relación fraternal después de esa noche... Pero ya no podían seguir manteniendo la farsa, se morían por continuar y llegar hasta el final

El primero en ceder fue Donne, se perdió por completo en los ojos llorosos y en la respiración cortada de Mikey que lo hicieron olvidarse de todo... Y al observar su cuerpo en esas condiciones tan lascivas, se le hizo agua la boca por lo lindo que siempre había sido ante sus ojos

–Mikey... Lo siento mucho, pero en serio ya no puedo resistirme más– sacó su lengua y empezó a pasarla por aquellos lindos pezones, chupándolos y succionándolos en el proceso. Sus manos atraparon las lindas caderas del contrario con algo de fuerza, se sintió increíble al descubrir por fin a qué sabía su suave piel... Era mucho mejor de lo que se había imaginado por tanto tiempo

Besos húmedos, lamidas y una que otra mordida se hicieron presentes sobre todo el delicado torso del pecoso, no se esperaba que su hermano realmente le fuera hacer caso a los deportistas... Estaba feliz, tanto que no pudo evitar llevar sus manos a la cabeza de Donatello y enredar sus dedos en ese largo cabello morado para atraerlo más hacia su cuerpo, se dejó llevar y finalmente se había rendido ante sus más fuertes deseos

–Mhg~ ... Donne– soltó un largo jadeo al sentir cómo este le hizo una marca en el centro del pecho. Acabaron viéndose y sonrió pues su hermano se preocupó de que le hubiera dolido lo que acababa de hacerle, era muy tierno –Más, por favor– pidió con una hermosa sonrisa y una voz tan dulce que volvió locos a los demás... Realmente parecía un ángel aún en una situación cómo esa, era increíble

El de cabellera morada soltó un pequeño suspiro, pues no creía lo que estaba por hacer. Tomó el rostro de su hermanito entre sus manos para plantarle un largo y profundo beso que ambos ya anhelaban con el alma

Soltaron un jadeo, ya que sintieron sorpresa y placer al sentir la boca del otro... Estaba mal, claro que sí por supuesto que lo sabían... Pero nada saldría de esa habitación, por eso decidieron ignorar lo "socialmente correcto" y disfrutar de todo lo máximo posible, pues entendieron que esa sería la única vez que podrían tener contacto físico con los clavadistas... Era una oportunidad única en el mundo

Los mayores inevitablemente sintieron emoción al ver que sus presas ya habían cedido ante sus impulsos, la tensión que sintieron entre los hermanos sin duda era de género romántico y sexual... Se alegraban de haberlos ayudado a ser claros entre si

–Son tan lindos cuándo renuncian a la moral, ¿no lo crees?– sonrió bastante entretenido el de ojos azules viendo a lo lejos a su compañero, la escena era conmovedora pero no tenían toda la noche. Debían darse prisa para tener la mayor diversión posible entre todos

–Totalmente, y ahora... Es nuestro turno– el pelirrojo mostró una amplia sonrisa de lado e intercambió miradas con Leo, sin decir nada acordaron que someterían a los menores a su propia manera por unos cuántos minutos antes de empezar con el acto principal. Después de todo, primero debían castigarlos por haberlos espiado anteriormente, todo antes de hacerlos sentir en el cielo.

De manera algo brusca, Raphael tomó el cabello rizado de Mikey entre su mano y lo despegó del esbelto, haciendo que Leonardo imitara esa acción con el de ojos rojos, los menores quedaron con hilos de sus salivas mezcladas en las comisuras de sus labios, les quedó claro que ahora les darían una verdadera lección por separado, y no podían hacer nada para evitarlo

–Vamos pequeño, sabes muy bien lo que debes hacer– el temperamental volteó el rostro del pecoso hacia su dirección y le acarició el labio inferior de manera muy provocativa, sintió ternura al ver la expresión de confusión que puso este al no entender lo que seguía –Ponte de rodillas y enséñame lo que esa linda boca es capaz de hacer– ordenó viendo fijamente todo el delicado ser del menor, vaya que se iba a divertir

El joven de ojos claros estaba sentado sobre el suelo, pero aun así sintió sus piernas temblar, pues Raphael bajó su traje de baño dejando ver su miembro total mente erecto. Las pecas de Mikey se ocultaron bajo un intenso color carmesí pues nunca había estado en una situación así, sinceramente no podía procesar por completo todo lo que sentía en ese instante

–P-pero yo... Yo nunca– balbuceó con nervios jugando con sus manos y bajó la mirada, pero su captor no lo dejó distraerse ni un segundo –¡AH!– sintió cómo lo jaló del cabello para acabar de rodillas a escasos centímetros de la entrepierna del mayor, se quedó totalmente helado al tener algo tan grande delante suyo

–Oh~ así que quieres que te obligue, ¿eh?– sonrió de lado al apreciar que el chico quedó hipnotizado y no pareció molestarle ser sujetado tan bruscamente –Al mirar esos ojos, me queda claro que eres un pervertido, aprenderás rápido– lo jaló de nuevo hacia él y metió la punta de su entrepierna en la suave boca del pecoso, tuvo un agradable escalofrío que le hizo cerrar los ojos, pues realmente estaba demasiado excitado a ese punto

–¡MHH!– los ojos se le llenaron de lágrimas y sintió que el corazón se le detuvo, pero no podía dejar de pensar en el gran tamaño del miembro de Raphael, apenas tenía el inicio en su boca y la mandíbula ya le empezaba a doler... Tenerlo dentro iba a ser una verdadera locura

Las pupilas azules del estudiante estaban temblando al igual que sus manos, pero trató de calmarse y comenzar a atender al temperamental, siendo algo lento y torpe al principio pues era la primera vez que hacía un oral, pero sin duda se estaba esforzando por hacer un buen trabajo

–Ahh si~ De eso estaba hablando– comenzó a acariciar sus rizados cabellos disfrutando demasiado de la vista –Oh mira eso, es tan grande que apenas puedes comerte la mitad... Eres tan adorable– suspiró comenzando a excitarse aún más con la inexperiencia de Mikey, no creía aguantar mucho pues ya quería hacerlo suyo, por supuesto, de una manera violenta para darle una lección

Por un instante el joven sintió la mirada de su hermano sobre su cuerpo desde atrás, pero no quiso pensar demasiado en lo que hacía así que comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo y masajeó lentamente la base de la extensión del clavadista lo mejor que pudo. Para ser su primera experiencia lo estaba haciendo bastante bien, pero su captor no era tan paciente

–Vamos, métela toda en tu boca... ¿O quieres que te ayude a hacerlo?– lo miró con un deseo muy palpable, cerró su mano sujetando los cabellos naranjas del chico estando preparado para ser brusco de nuevo, pero se sorprendió al ver que Mikey lo obedeció al instante

Pudo meterse todo el miembro en la boca, aunque sacrificó su respiración en el proceso, supo que la mandíbula le dolería al día siguiente, pero valía la pena pues le empezó a gustar el sabor del contrario; era tan fuerte que inundó todos sus sentidos y sólo quería más... Mucho más

Se escuchaban pequeñas arcadas venir del menor, un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas y su cuerpo se vio envuelto en una capa de sudor, pero no era porqué estuviera sufriendo o pasándola mal, era todo lo contrario. Empezó a agarrar el ritmo de las embestidas que daba con su boca y las caricias que le daba Raphael lo alentaban a seguir, estaba dejando de lado sus principios y se dejó llevar por sus instintos

–Mh~ que obediente... Buen chico– suspiró bastante satisfecho comenzando a sentirse bastante bien, el chico delante suyo era muy atractivo sin duda alguna, es por eso que estaba grabando cada detalle en su mente, se estaba divirtiendo bastante... Y cuándo volteó al frente, se sintió aún más caliente

Leonardo estaba dándole un beso de lengua a Donatello mientras lo comenzó a preparar con los dedos, la respiración de ambos estaba acelerada, pero los ojos del esbelto estaban fijos en la entrada de Mikey que ahora estaba totalmente expuesta ente él, y con esa imagen tan inapropiada se empezó a masturbar algo rápido. Se notaba que lo estaba disfrutando, por eso los deportistas decidieron subir el nivel de la situación para hacer las cosas más intensas

Con delicadeza, Raphael acarició con sus dedos la mejilla de su rehén llamando así su atención –Mikey, creo que tu hermano está disfrutando demasiado de la vista que le estás dando– hizo una señal con la mirada y el contrario miró de reojo a Donne, dándose cuenta de que era verdad

Pero, para sorpresa de todos, el esbelto no paró y se siguió deleitando con la imagen que tenía enfrente, los líquidos que salían del miembro de su hermanito fueron creando un recorrido por sus muslos que lo hacían ver demasiado erótico, pero lo mejor sin duda era ver cómo el vibrador en su interior iba haciendo que su pequeña entrada tuviera unos lindos espasmos. Era tan lindo que Donne simplemente no podía parar de mover su muñeca para disfrutar de las corrientes eléctricas que recorrieron su columna hasta la punta de sus dedos

Y cómo si los clavadistas no estuvieran ya lo suficientemente sorprendidos, Mikey llevó su mano temblorosa hasta su estrecha cavidad y lentamente metió dos de sus dedos, los cuáles se humedecieron rápidamente pues ya comenzaba a estar preparado para la siguiente parte

Los hermanos se vieron de reojo por unos segundos, y al hacerlo sintieron un fuerte espasmo debido a la gran cantidad de adrenalina que los invadió. Podían intentar pararlo todo, pero ya no podían dar marcha atrás... Lo dejaron bastante claro cuándo empezaron a aumentar la velocidad de sus acciones lascivas frente a los ojos del otro

Leonardo mostró una amplia sonrisa y aceleró las embestidas que le daba al joven de cabellos morados, pero su vista también estaba hacia enfrente pues el chico de ojos claros les estaba dando un espectáculo bastante entretenido –Ohh mira eso... Se está dilatando tan bien sólo para ti– rio ligeramente dejando un par de besos húmedos en su cuello, ya comenzaba a sentir cómo su traje de baño le hacía muy incómodo tenerlo puesto, ya que empezaba a crecerle una erección en ese momento

El sonido de los chapoteos ya estaba inundando los vestidores, la atmósfera cada vez era más caliente y los mayores comenzaban a llegar a su límite... Estaban por acabar con los juegos y de una vez comenzar a divertirse

El pelirrojo miró a Donne y señaló la bolsa que estaba en la banca de madera a su derecha –En esa mochila tenemos muchos juguetes, pero nada de lubricantes, porqué me encanta ser rudo– explicó con una despreocupación increíble, era claro que decía la verdad y eso tensó por un momento a los jóvenes –Pero, no creo que su delgado cuerpo soporte demasiado– vio de arriba a abajo a Mikey y sintió ternura por su expresión de miedo, pero no estaba tan molesto cómo para ser duro con él hasta el punto de lastimarlo de verdad. Por eso tenía un plan, pero no sería algo sencillo para los hermanos

Acarició lentamente los cabellos naranjas del chico que no había detenido sus movimientos sobre su miembro, le sonrió por un instante y finalmente miró al esbelto de una manera pícara, quería ver si sería capaz de dar un paso más grande

–Entonces, ¿por qué no lo ayudas a preparase por completo?– se inclinó hacia adelante, haciendo que su rehén se ahogara por un momento, y quitó la mano de Mikey del camino dejando ver así lo mojado que empezaba a estar

Donne pasó saliva y sus ojos se fueron oscureciendo, la tentación era demasiada cómo para apartar la vista, pero el último vestigio de cordura hizo presencia –N-no puedo... Es demasiado– murmuró tratando de ser firme, pero la verdad era que estaba hipnotizado por su hermanito y era tonto tratar de negarlo

Leonardo lo tomó del rostro y sonrió con confianza, porqué estaba viendo la mayor prueba de cooperación del chico enfrente suyo –Observa sus ojos, ya no puede más con la ansiedad... Te necesita justo en este instante– apreció las pequeñas lágrimas que se asomaban por esos lindos ojos celestes, cómo sus piernas estaban temblando y sus caderas parecían tener mente propia, era definitivamente muy lindo al tener ese cuerpo tan sincero

–Pero...– el esbelto se mordió el labio inferior estando aún algo indeciso, pero lo que su hermano haría lo volvería totalmente loco

De una manera algo apresurada, con sus dedos separó su entrada dejando ver muy claramente que el juguete no dejaba de hacer estragos en su interior, a ese punto estaba tan excitado que un rastro de líquido trasparente salió de su cavidad expuesta. Sus ojos realmente suplicaban ayuda

–M-Mikey qué... ¿Qué h-haces?– observó atónito lo que el menor hacía, sus manos le ardieron y sintió que la respiración se le cortó... ¿Por qué Mikey tenía que ser tan espectacularmente provocador sin darse cuenta?

El pecoso cerró sus ojos por un momento y sólo asintió muy levemente, pues no podía hacer más en la posición tan comprometedora en la que se encontraba, pero fue suficiente para enviar un mensaje bastante claro

–Te está invitando a entrar, ¿no es lindo?– Rapha sonrió bastante impresionado dándole pequeñas caricias en la mejilla cómo premio, realmente le estaba empezando a agarrar cariño al chico pues era mucho más determinado de lo que parecía

Al ver que su rehén no se movía, Leo se le acercó al oído y decidió darle un pequeño consejo que sin duda le sería bastante útil para que se decidiera a actuar en ese instante

–Si no te apresuras, te aseguro que no podrá ni levantarse en la mañana– susurró teniendo una sonrisa bastante peculiar sobre su atractivo y pálido rostro... Era porqué había experimentado el gran potencial sexual del pelirrojo en repetidas ocasiones, claramente sabía de lo que estaba hablando

Donatello simplemente asintió y suspiró un poco, se puso de rodillas detrás de Mikey y se agachó hasta estar a la altura de esa linda entrada para comenzar a lamerla muy lentamente, pues lo estaba disfrutando mucho. Rápidamente sus papilas gustativas se vieron saturadas del dulce sabor de los fluidos que soltaba su hermano, su propia sangre, su familia directa... Todo era tan incorrecto, tan vergonzoso... Y precisamente eso lo hacía todo mucho más disfrutable

El más pequeño soltó un gemido alto que lo hizo sacarse el gran miembro de Raphael de su boca, el atleta no se quejó ya que la voz de Mikey no tenía control alguno y ver eso en primera fila no tenía precio. Se estaba aferrando a él con todas sus fuerzas, aunque los brazos le temblaron, por eso el temperamental no pudo evitar devorarle los labios con demasiado deseo

El de cabellera morada le introdujo la lengua a su hermanito mientras le apretaba los muslos a su antojo hasta dejarle marcados los dedos por poco tiempo, se olvidó de todo por unos largos segundos, era tan intenso lo que sentía en ese momento que no podría describirlo con simples palabras... Quería hacer sentir bien a Mikey más que cualquier otra cosa en el mundo, eso le había quedado extremadamente claro

Ambos deportistas estaban gozando enormemente del momento, pero sus planes apenas comenzaban

Leonardo pasó sus manos por los costados de Donne hasta que le sujetó las caderas, se le notaba muy entusiasmado –Eso es, que obediente... Los chicos buenos merecen una recompensa– miró hacia la mochila y Raphael captó la indirecta inmediatamente y le pasó algo muy pequeño, pero sin duda era algo muy interesante –Esto te hará aguantar un poco más– le susurró pervertida mente en el oído del esbelto para, sin titubeo alguno, colocarle el pequeño objeto en la base de su miembro causándole un fuerte y delicioso escalofrío

Los ojos rojos del chico bajaron hasta su entrepierna y cuándo vio lo que había pasado, toda su cara se puso más roja que un tomate... Un círculo delgado de un plástico flexible se encontraba en su erección, era un juguete sexual bastante popular más sin embargo nunca había usado algo cómo eso

–¿Se siente bien?– cuestionó el chico de profundos ojos azules rozando con sus dedos la extensión del esbelto, disfrutando demasiado de ver cómo su mano quedó empapada al instante –Ya estás soltando esos sonidos tan hermosos, y ni siquiera está encendido– soltó una risa algo malvada para después encender el anillo, el pequeño aparato comenzó a sacudirse y el joven entre sus manos se desconectó de la realidad por un momento, su espalda se curveó un poco y soltó un jadeo muy revelador

Donne no sabía qué hacer, el anillo vibrador que tenía su miembro no le ayudaba a pensar, pero el sentir la lujuria crecer en él y ver a su hermano menor temblando de placer enfrente suyo fue lo que lo llevó a su límite y la cordura abandonó su cerebro... Así que siguió preparándolo mientras ahogaba su voz en la entrada del menor de una manera muy perversa

Mientras los hermanos seguían con sus provocaciones mutuas, Leonardo se puso de pie y se sentó en la banca de madera al lado izquierdo de Raphael, tomó un pequeño respiro y una vez que Donne notó su ausencia intercambiaron miradas. Con una sonrisa muy atractiva, le hizo un gesto con su dedo índice al esbelto para que se acercara, orden la cuál fue obedecida de inmediato sin objeciones

Una ligera risa se escapó de su boca al ver aquellas pupilas rojas temblar con deseo -Vamos, se ve que tienes un gran apetito- bajó su traje de baño liberando finalmente su avanzada erección, soltó un lindo jadeo y devoró al chico delante suyo -Cómela por completo- ordenó dulcemente mordiéndose el labio

El joven de cabellos morados tomó la extensión de Leo entre sus manos y comenzó a besar y a lamer la punta, se estaba tomando su tiempo de encontrar el ritmo apropiado para hacer sentir bien al deportista, aunque no tardó demasiado en lograrlo y fue metiendo ese gran miembro en su boca hasta que lo sintió golpear su garganta

–Mhg~– Leonardo jadeó un poco y cerró los ojos disfrutando de la cálida lengua de Donne, se dejó llevar por un momento por lo bien que se estaba sintiendo, después de todo los habían interrumpido justo antes de lo más emocionante de sus "entrenamientos"... Aunque eso no alegró del todo al pelirrojo

Raphael tomó el rostro de su compañero y le dio un profundo beso bastante dominante, le dejó claro que aunque fueran a tener relaciones con los hermanos, él era solamente suyo. No perdía la oportunidad de recordárselo siempre que podía, pero eso ya era un tema recurrente entre ellos

Los mayores bajaron sus miradas al terminar el beso y disfrutaron bastante de la imagen que les estaban regalando sus rehenes, ambos estaban sumamente concentrados en seguir haciendo el oral, eran sumamente adorables al darlo todo. Las rodillas se les empezaron a poner rojas, les dolerían al día siguiente, pero sin duda valía la pena pues sus cuerpos estaban completamente excitados y las corrientes eléctricas que los recorrían de principio a fin los estaban haciendo perder la cordura, todo era tan intenso y aún faltaba el evento principal

–Es una excelente vista– Leonardo se relamió los labios con una notable emoción, ya estaba impaciente por tomar la inocencia de los menores y eso se notaba en la manera que sus caderas se fueron moviendo, los pequeños gemidos ahogados de Donne contra su miembro lo hicieron morir de ternura

Las esmeraldas del temperamental se dirigieron hacia al suelo, justo al medio de dónde se encontraban los menores estando de rodillas, sonrió de lado al apreciar un detalle muy lindo. Miguel Ángel y Donatello estaban rozando sus manos sobre el suelo, aparentemente sin darse cuenta... Obviamente no podía ignorar aquello

–Por supuesto... Pero, siempre puede ser mejor– tomó algo de la bolsa que tenía a su lado derecho y no tardó nada en colocar algo interesante en las muñecas de los contrarios

Mikey paró con su labor y sintió un escalofrío al ver que no podría evitar estar muy cerca de su hermano ahora –¿Q-qué? ¿P-por qué nos esposan juntos?– balbuceó nervioso tratando de quitársela de su muñeca derecha, el metal estaba frío y sin duda eran demasiado resistentes cómo para no romperse aún si tiraban de ella con fuerza, necesitaban una llave que claramente no obtendrían gratis

Los deportistas no pudieron evitar sonreír con malicia, pues el miedo y vergüenza estaba tan claro en los rostros de aquellos pervertidos intrusos que era simplemente la venganza perfecta. Ellos mismo se habían metido en esa situación, así que los harían pagar mientras disfrutaban enormemente del proceso

Leonardo mostró sus blancos dientes que hicieron el contraste perfecto con sus ojos oscurecidos por la adrenalina y excitación –Son hermanos, deben estar acostumbrados a hacerlo todo juntos... ¿Qué tiene esto de diferente?– bromeó sabiendo que esposarlos tal vez era demasiado... Pero el silencio que inundó el lugar le dio escalofríos al igual que sucedió con su compañero

Los jóvenes desviaron sus miradas y lentamente sus rostros se fueron tiñendo de un color carmesí, se les notaba que escondían algo y que también pasaban unos recuerdos muy fuertes por sus mentes... Para su mala suerte, estaban delante de unos profesionales en encubrir actos que iban en contra de la moral

Raphael soltó una carcajada por la emoción, se sentía cómo en un sueño por la fluidez tan agradable en la que iba pasando todo –Ohh~ no me digas que... ¿Se han tocado juntos?– concluyó por las actitudes tan repentinas de los contrarios, pero sin duda no se había esperado haber dado justo en el clavo

–¡N-no!– el esbelto alzó la voz de inmediato, pero al analizar bien el pasado no tuvo más opción que bajar la cabeza con vergüenza –... No directamente– murmuró con la voz un poco temblorosa y sus manos le ardieron al recordar todas las veces que se había tocado en la habitación que compartían, por las noches era muy usual que ambos hicieran aquello bajo las sábanas... Pero ahora sabían que siempre habían pensado en el otro para hacer aquellos actos inapropiados

Un par de risas bastante sorprendidas resonaron en la habitación pues al ver a Mikey confirmaron que había historias bastante interesantes detrás de lo que acababa de decir Donatello, el pecoso estaba temblando demasiado y suspiró levemente con una notable culpa que se mezclaba con la excitación más auténtica del mundo... Simplemente eran una delicia de ver

Raphael tomó el adorable rostro de Mikey entre sus manos y le acarició los labios, su expresión de timidez era sumamente hermosa –Son tan lindos tratando aún de verse correctos... Pero podemos decir por sus miradas que se mueren por seguir– sonrió ya siendo muy evidente que había acabado con los juegos previos –Vengan aquí, los atenderemos muy bien– palmeó su rezago lentamente y sonrió ampliamente al ver que el menor lo obedeció de inmediato y se subió sobre él, aunque le costó un poco pues sus piernas a ese punto parecían echas de gelatina

Una vez tuvo al joven sobre sus piernas, el pelirrojo lo tomó de las caderas y de su esponjoso cabello naranja al mismo tiempo, y de una manera brusca, lo pegó a su cuerpo y lo obligó a dejar su cuello totalmente expuesto ante sus blancos dientes. El deportista no tardó nada en comenzar a dejarle marcas en esa delgada garganta y también por sus hombros

Mikey sólo podía soltar gemidos altos sin ningún tipo de control, sus hermosos ojos se fueron cerrando y unas cuantas lágrimas de placer rodaron por sus mejillas, su cuerpo estaba tan sensible que ya no le importó para nada dejar salir su voz y empezar a moverse sobre Raphael de una manera muy sugerente

–Oooh~ en verdad estás emocionado niño, puedo sentir algo duro que ruega por atención y tu entrada también se está estremeciendo– rio ligeramente contra el oído del chico para sujetarle las caderas y ayudarlo a moverse mejor, el miembro del pecoso se clavaba en su abdomen de una forma muy lasciva y sus muslos comenzaron a sentirse húmedos por los líquidos que rápidamente salían del interior de aquel pequeño y pervertido agujero

Un jadeo agudo salió del menor cuándo el pelirrojo comenzó a frotar su miembro contra su entrada, los dos estaban totalmente listos para comenzar a sentirse en su totalidad, la ansiedad de no poder esperar un solo segundo más era demasiado obvio que lo entendieron al ver los ojos del contrario

Raphael bajó su rostro hasta el pecho del joven y le fue dejando más marcas que desaparecerían en varios días, lo miró fijamente y sonrió con un gran apetito –¿Quieres que meta esta bestia gruesa dentro de ti, pequeño?– cuestionó en un profundo y áspero gruñido, pues sus impulsos ya eran incontrolables, necesitaba profanar la tierna inocencia del chico en ese instante

Los claros iris de Mikey se fueron oscureciendo, se mordió el labio y se negó a voltear a ver a su hermano y a Leo, su calentura no lo dejaría distraerse ni un poco

Llevó sus manos hacia atrás y alcanzó el miembro del deportista, con delicadeza lo fue tocando y no pudo evitar pasar saliva al calcular las proporciones con sus dedos... Iba a doler, era lo más lógico pues Raphael era mayor de edad y mucho más grande físicamente que él, pero realmente no le importó, lo deseaba tanto que empezó a moverse con más rapidez sobre aquella extensión que anhelaba sentir hasta lo más profundo de su interior

–Si, por favor ponlo por completo, mete ese monstruo en mí~– suspiró ya estando totalmente dominado por sus más bajos instintos, tomó con fuerza los hombros del deportista y se mordió el labio con perversión –Destrózame~– suplicó en un gemido desesperado, pero por eso mismo no tardó mucho en recibir exactamente lo que quería

Lentamente Raphael fue introduciendo su miembro en Mikey, lo tomó con fuerza de sus delgadas caderas hasta que le dejó marcado los dedos. Las piernas del chico comenzaron a temblar y sus manos se convirtieron en puños rápidamente, quería gritar y sentía que las lágrimas se le acumulaban en sus ojos, pero fue valiente y suspiró lentamente hasta tener aquella extensión dentro hasta la mitad

El deportista se sintió tan bien que tuvo que detenerse un momento, pues no quería terminar con la diversión. Se concentró en besarle el cuello y le acarició la espalda, sintiendo cómo cada hueso de su columna se le marcaba de una manera muy linda

El temperamental suspiró tratando de no dejar salir toda su calentura sobre Mikey, aunque le estaba costando demasiado pues era extremadamente adorable la forma en que este temblaba y trataba de contener su voz –Ahh joder~ eres tan suave aquí dentro también– dijo con una notable emoción tomándolo de las caderas para hacer movimientos circulares, ambos tuvieron agradables escalofríos

El pecoso soltaba pequeños quejidos y su cuerpo comenzó a envolverse en una capa brillante de sudor, se veía realmente lindo en ese momento... Pero sus sentidos estaban al límite cómo para darse cuenta de cómo estaba reaccionando su cuerpo, pues tenía un problema vergonzoso

–¡A-ah!– gimió cuándo Raphael lo penetró más, lo tomó de los hombros para llamar su atención pero sólo obtuvo una sonrisa pervertida cómo respuesta –¡N-no el... El vibrador aún e-está adentro!.– jadeó fuertemente estando claramente nervioso, no quería perder completamente el control sobre lo que estaba pasando... Aunque claramente ya no estaba en posición de tener voz y voto

Una carcajada salió de la boca del mayor, se comenzaba a notar que su respiración estaba agitada por el placer que lo hacía sentir el chico sobre su regazo –... ¿Y?– entró por completo en aquella lasciva cavidad y comenzó a moverse algo rápido, haciendo que el mencionado juguete le pusiera los ojos en blanco a Mikey –Se siente bien, ¿verdad?– susurró dejándole un par de besos en el cuello con delicadeza, al contrario de sus embestidas que comenzaron a ser salvajes

–D-demasiado... P-pero~ no puedo aguantar mucho a-así– suspiró de manera aguda sintiendo un cosquilleo en su vientre, estaba cerca de explotar y ya no podía ocultarlo, sus caderas se movían cada vez más rápido

Una tierna sonrisa adornó el rostro del mayor, se estaba concentrando demasiado para no venirse pues realmente el vibrador les estaba haciendo perder el aliento a ambos, pero las energías de Raphael no estaban ni cerca de agotarse... Darle una lección a ese par de hermanos era la única motivación que necesitaba para aguantar toda la noche

–No te preocupes por eso, quiero que tengas todos los orgasmos posibles– le besó el cuello dejando un par de notorias marcas sobre esa pálida piel –No te contengas, o te castigaré con más fuerza– murmuró de manera grave viéndolo fijamente a los ojos, ciertamente aquellas esmeraldas eran suficientes para causar escalofríos en cualquiera

Mikey sólo pudo asentir levemente con algo de vergüenza, ya que dada su inexperiencia no sabía qué debía hacer y eso lo estaba estresando, quería dejar claro que se estaba sintiendo bien pero no fue necesario que dijera nada pues sus pupilas no se habían despegado de los labios de Raphael, por lo que el atleta lo tomó con delicadeza del cabello y comenzó a besarlo hasta robarle el aliento

Una vez que comenzaron a intercambiar saliva entre besos, el menor tuvo agradables escalofríos pues las fuertes manos del contrario fueron bajando por sus costados, acariciándolo en el proceso, hasta que llegó a sus muslos y comenzó a embestirlo un poco más lento, causando así desesperación y confusión en el más joven

El pecoso comenzó a moverse por su cuenta teniendo el ceño algo fruncido, lo cual lo hacía verse sumamente lindo –Mhg~ – sus tiernos gemidos fueron silenciados por la boca del clavadista, pero sintió aún más confusión al sentir cómo este estaba sonriendo entre besos, parecía que se burlaba y eso lo hizo sonrojarse aún más

Raphael se separó un poco y dejó ver que efectivamente algo le estaba ocasionando mucha gracia y ternura a la vez –Vamos~ sé que puedes hacerlo mejor que esto– le besó los hombros pasando por su clavícula dejando un rastro de pequeñas mordidas, los jadeos que escuchó en respuesta lo estaban derritiendo sin duda –Muévete más, quiero sentir cómo aprietas cada centímetro de mi miembro– gruñó de manera grave estando claramente excitado por la orden que acababa de dar

Los latidos de su corazón resonaron con fuerza que el chico de cabellos naranjas no pudo razonar bien por un momento, todos sus instintos de querer huir de esa situación ya se habían esfumado por completo y ahora parecía que su cuerpo actuaba por su cuenta propia sin pedir permiso, pues empezó a dar pequeños saltos sobre el miembro del mayor repetidamente aumentando la velocidad gradualmente

–A-ahh, e-es tan grandee– un hilo de saliva salió de su boca recorriendo su mandíbula hasta llegar a su garganta, el vibrador estaba golpeando su punto sensible en cada movimiento y eso lo estaba enloqueciendo –Se siente... Tan bien– dijo elevando su rostro hasta estar viendo hacia el techo, estaba temblando tanto y se notaba que estaba fuera de sus cinco sentidos

–¿Ya no puedes más cierto? Tus ojos están en blanco– observó con emoción llevando su mano a los cabellos rizados del chico y tiró de ellos con un poco de fuerza causando que saliera un gemido en ambos –Voy a hacer que me recuerdes por el resto de tu vida, pequeño pervertido– lo embistió con fuerza haciendo que el vibrador llegara hasta lo más profundo de su ser

–¡AHHG!– gritó lleno de placer, esa embestida había dado con la fuerza precisa en su punto G provocando que soltara lágrimas y se corriera sobre el abdomen de ambos

Toda la fuerza del cuerpo del pecoso se desvaneció y al ser eso muy evidente pensó que tendría un pequeño descanso... Vaya que estaba equivocado

–Eso, grita más fuerte, hazme saber lo mucho que te gusta tenerme hasta el fondo– le mordió su manzana de Adán para disfrutar de sus lindos jadeos, lo tomó de las caderas y lo recostó sobre la banca de madera en la que estaban los cuatro sin dejar de penetrarlo bruscamente

Mientras aun lado de ellos Leo se encontraba dejando chupones y marcas alrededor de los lindos botones de Donatello, pero sin llegar a tocarlos, mientras tenía dos dedos en su interior, ver sus movimientos desesperados por querer que lo tocaran le era muy tierno

–Quién lo diría, a un estudiante de honor le encanta que jueguen con su lindo agujero de esta manera– murmuró de forma grave en su oído comenzando a hacer movimientos de tijera, rápidamente su mano comenzó a sentirse deliciosamente húmeda

Lógicamente el esbelto se sintió muy avergonzado de escuchar esas palabras, ya que eran totalmente ciertas, pero no tuvo tiempo a siquiera pensar en quejarse pues Leonardo no tardó mucho en encontrar su punto dulce

–Ahh t-tus dedos, mmhg~ están muy a-adentro– soltó un jadeo bastante revelador, su poca cordura lo abandonó en esos minutos, dejando su cuerpo a la lujuria y a merced del atractivo chico delante suyo para que le hiciera lo que quisiese

El deportista se encargó de robarle unos profundos besos de lengua a su presa mientras seguía revolviendo su interior con sólo dos dedos, pero no resistía por meter su miembro... Aunque no había olvidado que se trataba de un castigo, debía ser fuerte y demandante al igual que su compañero temperamental

Dirigió sus brillantes zafiros hacia Donne y lo tomó de su larga cola de caballo con una lujuria incalculable –Ruégame, suplica para que esto esté dentro de ti– movió su pelvis para que la punta de su miembro chocara con su entrada justo al mismo tiempo que sacó sus dedos de forma brusca, logró estremecer tanto al menor que por un segundo sus ojos se le pusieron blancos

Las temblorosas manos del esbelto sujetaron los fuertes hombros del atleta y unas cuantas lágrimas de pena rodaron por sus mejillas pues sentía unos hilos de líquido salir de su interior hasta llegar al regazo de su captor. Después de que recuperó el aliento, levantó la vista y se mordió el labio inferior, perdería su orgullo, pero ya no podía negar lo que su cuerpo y mente querían

Abrazó al mayor por sobre sus hombros y se levantó un poco para lo que seguía –Hazlo~ realmente lo... Lo quiero d-dentro ¡mmg!– suplicó de una manera dulce, pero no pudo evitar gemir cuándo sintió algo bastante duro introducirse en su cavidad

Aun cuando estaba tratando con todas sus fuerzas recuperar su aliento, sus pupilas rojas inevitablemente bajaron un poco hacia dónde estaba Mikey, ahora podía ver todas sus expresiones más claramente y eso era realmente tentador... Pero no podría concentrarse en lo que hacían los contrarios pues el mayor tenía muy claro lo que hacía

–No no, no te distraigas, a menos que quieras que te deje sin caminar– dijo estando sumamente concentrado en no olvidar el punto exacto que haría gritar a su presa toda la noche –Encárgate de lo que provocaste– entró un poco más en él haciendo que ambos jadearan

Los hermosos ojos del esbelto se cerraron con fuerza, sintió un poco de dolor, pero no era por eso que estaba temblando, tenía miedo por hacer algo mal, para su suerte la persona con la que tendría intimidad era un experto y muy considerado

–¿Tu primera vez?– cuestionó tranquilo y le acarició dulcemente la mejilla para quitar las lágrimas que habían quedado en el camino –Tranquilo, no seré tan rudo cómo mi compañero, no es tanto mi estilo– sonrío para darle tranquilidad ya que no mentía, aunque al darle otro vistazo a Donne quiso arrepentirse, pues tenía una espectacular imagen en ese momento

La blanca piel del joven estaba envuelta en pequeñas gotas de sudor que lo hacían ver como si estuviera brillando, sus mejillas, hombros y rodillas estaban igual de rojos que sus iris, salían pequeñas hondas de vapor de su boca y lágrimas de placer seguían saliendo de sus órbitas. Su pecho subía y bajaba tan rápidamente que hizo lucir sus lindos botones cómo si fueran dos pequeñas cerezas, justamente por eso el mayor no pudo resistir un segundo más sus impulsos

-¡Mhp!- el esbelto tuvo un sobresalto al sentir los dientes de Leo sobre su pecho, lo mordió y jaló un poco sus pezones haciéndolo estremecer totalmente fuera de control. Inconscientemente se aferró a los hombros del deportista haciéndole más fácil el trabajo

Los zafiros del contrario analizaron fijamente al menor y sonrió con un notable apetito –Pero claro, si pones esa cara... No me será posible contenerme– soltó una melodiosa carcajada al ver los tiernos espasmos de Donne

Ya siendo incapaz de soportar la sensación que su miembro le daba, Leonardo comenzó a frotarse contra la dulce entrada del joven, ambos sintieron arder sus cuerpos en un deseo abrumador

El de cabellera azul tomó las caderas del esbelto y sin dudarlo más lo fue penetrando de forma constante, ambos ya estaban demasiado excitados así que no les fue nada difícil derretirse con el calor del otro. Comenzaron a besarse e intercambiaron saliva, podían escuchar con total claridad los salvajes gemidos que los contrarios no tenían problema en soltar, pero estaban tan inmersos en su propio placer que ignoraron aquellos sonidos obscenos para concentrarse únicamente en lo que seguía

Leonardo agarró del cuello a su presa y apretó hasta escuchar sus jadeos ahogados –Se siente bien, ¿no?– cuestionó teniendo la respiración algo cortada, pues empezó a moverse para que ambos se derritieran en el placer más profundo del mundo

Donatello quiso responder, por supuesto que sí, pero lo único que su cuerpo le permitió hacer fue poner sus ojos en blanco y dejar que un hilo de saliva se deslizara hasta su barbilla. Las constantes embestidas del mayor estaban torturándolo de una manera muy deliciosa, pues estaba tan cerca de su punto dulce y no lo estaba tocando directamente a propósito, justamente por eso el esbelto tuvo que hacer algo para comunicar su sentir sin utilizar la voz

Levantó su mano derecha que no tenía esposas y la llevo a su miembro, que a ese punto estaba goteando sin control sobre el regazo del clavadista. Comenzó a masturbarse viendo fijamente a Leo y, para provocarlo aún más, movió sus caderas de enfrente hacia adelante bastante rápido, ambos se estremecieron pues estaban bastante cerca de venirse

–Ohh~ así que eres más engreído de lo que pareces– sonrío impresionado quitando la mano de Donne del camino para darle placer por su cuenta –No olvides que esto no debe ser tan divertido para ustedes– le devolvió la mirada y, con una malicia muy grande, utilizó su pulgar para cubrirle el glande y así prolongar la diversión un rato más

Los rubíes del menor se llenaron de lágrimas, la desesperación de estar tan cerca y no poder liberarse era demasiada cómo para controlarse. Comenzó a revolverse lentamente sobre el regazo de Leo, lo cual obviamente fue un error, ya que el miembro del contrario estaba tan adentro suyo que cada pequeño roce los hacía enloquecer a ambos

Soltaron un par de jadeos al unísono y se miraron fijamente por unos segundos, en los que el mayor no tardó mucho en devorar aquellos labios rosas que suplicaban atención. Un par de mordidas aparecieron en el camino, quitándole el aliento al estudiante.... Pero nada se podía comparar con el escalofrío que lo invadió al tener esos ojos tan azules viéndolo como si fuera una simple mascota

–Si quieres correrte, tendrás que ganártelo– explicó en un gruñido profundo apretando el agarre sobre el miembro del menor para escuchar sus tiernos suspiros –Suplica, ruega para que tenga piedad contigo– mostró una sonrisa algo impaciente al mismo tiempo que dio una fuerte embestida para motivarlo a cumplir con sus exigencias

Después de soltar un gemido alto, por lo inesperado que había sido el movimiento de Leo, suspiró lentamente al no creer lo que estaba por hacer... Todos sus principios habían sido completamente destruidos esa misma noche por los deportistas que estaban en esa misma habitación, pero, increíblemente, aun así, no quería parar... Deseaba tanto que lo poseyeran en ese momento que no cuestionó absolutamente nada

–... P-por favor, e-en serio lo necesito– dijo algo tímido y bajó la mirada, tratando de esconderse de los instintos animales de Leonardo... Y, claramente, eso no funcionó –¡MHH!– tuvo un violento espasmo al recibir otra brusca embestida sin previo aviso, a ese punto su mente estaba tan nublada que no podía ni siquiera pensar en quejarse

Una pequeña carcajada salió de la boca del deportista al ver lo tierno que se veía su presa –Alguien tan inteligente cómo tú debería poder esforzarse más– comenzó a masturbarlo rápidamente sin quitarle el pulgar del pequeño orificio del glande, deleitándose así con los quejidos de placer que soltó el contrario al instante –Déjame ver que tan pervertido puedes ser– se le acercó hasta alcanzar a morderle el lóbulo de su oreja con un notable apetito por más

Cómo si fuera una orden directa, Donatello se acercó al mayor y lo rodeó con sus brazos por sobre sus fuertes hombros, lo cual le costó pues todas sus extremidades habían perdido toda la fuerza vital desde hacía un rato. Acomodó sus piernas a los costados de Leo para estar de rodillas sobre la banca y, con la poca energía que le quedaba, fue saltando sobre el regazo del contrario

Debido a lo lento que estaba yendo, el clavadista pensó en provocar a Donne una vez más, pero se sorprendió demasiado al ver cómo de un momento a otro este comenzó a actuar cómo un profesional, dando unos deliciosos movimientos circulares sobre el gran miembro que tenía dentro suyo... Ambos se calentaron enormemente y sus respiraciones lo hicieron notar de inmediato

–Ahh maldición, de eso estaba hablando– cerró sus ojos unos cuantos segundos sintiéndose realmente bien, con la mano que tenía libre lo tomó de la cadera y lo penetró con fuerza estando coordinado con los saltos que este daba –Mhh estás tan emocionado de repente, ¿quieres a un hombre grande para llenar cada centímetro de ese lascivo hueco tuyo?– sonrío satisfecho y comenzó a dejarle grandes marcas en el cuello, también lo estaba sujetando tan fuerte que sus dedos quedarían marcados sobre esa pálida piel

Los sonidos de chapoteo y los cuerpos de ambos chocando repetidamente llenaron por completo los sentidos del esbelto, la respiración agitada de Leonardo sobre su garganta le erizaba la piel, lo bien que se estaba sintiendo en ese momento no era nada normal... Por eso ya no quedaba ni una pizca de autocontrol en su mente, diría exactamente lo que estaba pensando por su mente

–S-si joder, tan adentro~ Tu pene es asombrooooso~– gimió de manera aguda estando bastante cerca de llegar a su límite, sus ojos en blanco y la saliva que se deslizaba por la comisura de sus labios dejaban en claro que estaba pasando un excelente rato

–Ya lo creo, basta con ver cómo cabalgas sobre mí– sonrío con un gran apetito y finalmente dejó libre el miembro del contrario para tomarlo de los muslos y hacer más profundas las embestidas, teniendo que retener una pequeña carcajada al ver que esa simple acción logró hacer temblar a Donne de una manera muy linda –No te detengas, mueve más tus caderas, se nota que te encanta–

A ese punto sus voces comenzaron a sincronizarse, estaban casi gritando por la enorme estimulación que estaban obteniendo del otro, estaban dando todo de sí para aguantar lo máximo posible pues la estaban pasando increíble... Lástima que el cuerpo humano no podía aguantar esa abrumadora calidez por siempre

El placentero cosquilleo en su vientre estaba derritiendo al esbelto, por eso miró a Leo a los ojos y gimió con desesperación –A-Ahhh, y-ya no puedo– se aferró a los fuertes hombros del mayor e inevitablemente su interior se contrajo haciendo bastante feliz al atleta

–Eso es, sé un buen niño y di lo que quieres que haga con tu cuerpo– murmuró de forma grave pasando a devorarle la manzana de Adán logrando clavar los dientes en esa blanca y dulce piel

Donne no podía formular una oración en ese momento, ya que sus gemidos y jadeos se interponían en el camino pero, una vez que Leo dejó libre su garganta, le plantó un lindo y fugaz beso que expresó lo cerca que estaba de acabar fuertemente sobre su abdomen aun contando con el hecho de que tenía un anillo en su miembro que le haría difícil liberarse al 100%

–P-por favor, hazlo d-dentro... Q-quiero que me llenes– logró decir al fin entre jadeos agudos soltando un par de lágrimas de excitación en el proceso

Una radiante sonrisa adornó el rostro del clavadista, estaba tan caliente por la cooperación del contrario que ya no podría resistirse –Mh me estás apretando tanto que es casi imposible no darte lo que quieres... Más te vale que no te quejes después– le apretó sus largos y apetecibles muslos para dar los últimos movimientos bruscos en su interior hasta que ambos acabaron soltando unos gemidos bastante fuertes

El cálido semen del mayor rápidamente hizo que la cavidad de Donatello estuviera aún más húmeda, por eso el dominante no dudó en darle unas embestidas más; dado que ambos estaban muy sensibles esos movimientos los hicieron tocar el cielo por unos segundos extras bastantes placenteros

–¡AHH!– el estudiante volvió a gritar con fuerza al sentir cómo se seguía corriendo sobre el trabajado abdomen de Leonardo sin poder contenerse. Perdió la fuerza de su cuerpo por un instante y por poco se iba de espalda hacia el suelo, pero, gracias a los excelentes reflejos del contrario, pudo descansar un poco en el pecho del deportista

Con una sonrisa llena de ternura, acarició lentamente los largos cabellos morados de Donatello y le dejó un cálido beso en su cabeza mientras ambos trataban de recuperar el aliento. Los zafiros del atleta se dirigieron levemente hacia su costado derecho para evaluar la situación, no le sorprendió descubrir que su colega le había dado demasiada diversión al pequeño pecoso

–Ahh... ¿Cómo vas por ahí, Rapha?– cuestionó teniendo una sonrisa bastante adorable sobre su rostro, pero no esperó una respuesta para comenzar a darle caricias el esbelto por todo lo largo de su espalda, teniendo que detener una pequeña risa cargada de ternura cuándo este tembló dulcemente

El temperamental tenía su mano derecha alrededor del cuello de Mikey, lo estaba ahorcado de la manera adecuada para darle placer, pero lentamente sus embestidas fueron bajando de velocidad, pues ambos ya habían tenido una rondo bastante buena

–Este niño no se cansa, acaba de venirse y aun así sigue moviendo sus caderas– dijo sonriendo de lado con sorpresa, pero claro que iba a aprovechar el libido del chico bajo su cuerpo hasta que estuvieran totalmente satisfechos... Y eso definitivamente tomaría un tiempo más

Leonardo les dio un rápido vistazo a los hermanos y, al verlos todavía duros, decidió que era momento de hablar en serio –Es verdad... Creo que ya es hora de que acabemos con los calentamientos– murmuró serio para, sin nada de esfuerzo aparente, llevar el cuerpo del esbelto sobre la banca de madera haciendo que los hermanos estuvieran hombro con hombro

Las pupilas del esbelto se hicieron diminutas por la impresión, pudo jurar que en ese momento su sangre se le congeló por los nervios –¿¡C-calentamientos!?– tartamudeó incrédulo teniendo el corazón a mil por hora... ¿¡Acaso ellos no tenían un límite!?

El temperamental fue el primero en soltar una carcajada, ya que realmente no estaba ni un poco cansado –¿Acaso creyeron que ejercitarnos sólo sirve para las competencias?– sonrío de lado mostrando sus dientes blancos, era claro que podrían seguir por horas si así lo deseaban

Ambos hermanos tuvieron escalofríos y suspiraron al mismo tiempo con una clara excitación, ya habían tenido suficiente... Pero querían más, aunque era seguro que se arrepentirían al día siguiente, deseaban perder todo rastro de cordura por el mayor tiempo posible; pensamientos que fueron descifrados inmediatamente por los mayores

–Jaja~ son tan lindos... Casi quisiera conservarlos cómo nuestras mascotas– acarició el labio inferior del pecoso, para recoger los hilos de saliva que habían quedado ahí, mientras mostraba una sonrisa perversa

Ese comentario rápidamente llamó la atención de Leonardo, pero al ver aquellas esmeraldas sobre su cuerpo, le quedó claro que no tenía de qué preocuparse, esa mirada del contrario era bastante clara

–Sólo lo dices para ponerme celoso– afiló levemente sus ojos entendiendo que Raphael sólo bromeaba, no por qué no la estuvieran pasando bien con los chicos, sino porqué tenían un acuerdo entre ellos que decía que no tendrían nada serio o recurrente con otras personas

El pelirrojo rio un poco pues le encantaba provocar a su compañero siempre que tenía la oportunidad –Y está funcionando, así que me encanta y no me detendré– se le acercó para dejarle un beso rápido, pero dominante, en sus dulces labios

Y aunque ese gesto fue muy lindo, un tercero sintió las consecuencias –¡Mhg!– Mikey arqueó su espalda y se aferró a la banca con fuerza, ya que el miembro de Raphael había entrado más en él cuándo este se movió

–Lo siento pequeño, me moví sin querer– se disculpó sinceramente, pero no pudo evitar sonreír al apreciar el rostro sumiso del chico bajo su cuerpo –Oh... Así que esto te encanta, ¿no es verdad?– acercó su mano al cabello rizado del menor y lo tomó con algo de fuerza, para apreciar a detalle lo brillante que se le veían esos ojos celestes gracias a las pequeñas lágrimas de placer que amenazaban con salir en cualquier segundo

Asintió repetidamente teniendo agradables escalofríos en su espina dorsal al ser sujetado de esa manera por alguien que parecía irreal por lo atractivo que era –S-si... Quiero m-más– dijo en un suspiro agudo volviendo a mover sus caderas, aunque se sorprendió un poco al sentir una cálida presencia a su lado... No se había dado cuenta que su hermano ahora estaba a escasos centímetros de su rostro

Una pequeña risa salió del deportista de cabellera azul, jamás hubiera imaginado que esa noche se encontraría con dos personas tan interesantes –Parece que estaba tan inmerso en su placer que no escuchó ni una palabra de lo que dijimos... Dios, en serio que son una ternura– murmuró perdiéndose un instante en la gran imagen que los hermanos les estaban regalando, la inocencia y perversión más puras estaban mezcladas a la perfección en aquellos jóvenes sin que ellos mismos se percataran de ello

Raphael sonrió ampliamente mientras tomaba las tiernas caderas del pecoso entre sus fuertes manos, el descanso había terminado -Lo sé... Lástima que lo único que merecen estos pervertidos en este momento es gritar hasta quedarse afónicos- embistió con fuerza al chico debajo suyo, su compañero hizo lo mismo con Donne; no los dejarían escapar hasta que ellos se disculparan de forma sincera por haberlos espiado

Los jadeos y quejidos de placer de los cuatro volvieron a inundar los vestidores con rapidez, aunque ahora se sumaba el crujir de la madera del largo banco en el que estaban los chicos y el tintinear de la cadena que mantenía unidos a los hermanos. No estaban preocupados en ese momento de mantener las cosas discretas por lo que para su suerte no había nadie en los alrededores, parecían animales en celo, claramente no se detendrían hasta que quedaran completamente agotados

Embestida tras embestida, gemido tras gemido, toda la escena desbordaba una salvaje excitación, cualquiera diría que estaban liberando todas sus frustraciones de cada aspecto de sus vidas en ese encuentro tan intenso... Prueba de ello fue algo que rápidamente captó la atención del mayor de profundos ojos azules

-Wow, mira esto Rapha- llamó la atención de su compañero teniendo la respiración un tanto agitada, aunque el sudor que se deslizaba por sus fuertes abdominales lo hizo lucir muy atractivo -Nuestros lindos acosadores son tan pequeñitos y delgados que se pueden notar nuestros miembros en sus estómagos- observó fijamente a los hermanos para confirmar lo que decía, un bulto sobresalía de sus vientres muy claramente... Los clavadistas se excitaron aún más, creciendo dentro de los chicos haciendo que estos gimieran con asombro y apetito

Donne y Mikey bajaron la mirada para ver sus cuerpos, pensaron que Leonardo estaba bromeando, pero comenzaron a sudar frío en cuánto vieron que realmente algo sobresalía en ellos. La sensación era muy extraña, no dolía, pero era tan inusual que no tuvieron tiempo ni de procesarlo, pues sus captores no iban a desaprovechar algo tan erótico

El temperamental rozó con sus dedos muy gentilmente el abdomen del pecoso, para segundos después poner una expresión sumamente peligrosa -Es cierto... Ahora no creo poder controlarme- suspiró fingiendo no tener opción alguna en ese momento, pero era evidente que sus siguientes acciones serían un tanto egoístas por la calentura del momento

Segundos después de soltar esas palabras, los deportistas reiniciaron sus acciones sobre los pobres jóvenes que no tardaron en poner sus ojos en blanco por milésima ocasión en aquella noche. Estaban gozando enormemente de todo lo que Raphael y Leonardo les estaban haciendo, ya era imposible que trataran de contenerse

-¡A-AHG!- el más pequeño gritó lleno de puro placer dejando que unos hilos de saliva llegaran hasta su barbilla -¡S-se siente tan bien!- se aferró con fuerza a la madera mientras arqueaba su espalda hacia enfrente, para así tener el miembro del pelirrojo lo más adentro que fuera posible. Sus mejillas y hombros estaban rojos, el pecho le subía y bajaba rápidamente, estaba tan cerca de enloquecer y eso Raphael lo entendió inmediatamente

Se le acercó hasta tenerlo sumamente cerca, para susurrarle al oído de manera extremadamente dominante -Eso es, dime cuánto te gusta- sonrío pasando a morderle el cuello, sus ojos verdes se cerraron al poco tiempo pues el joven lo estaba apretando de forma exagerada, no tardarían demasiado en llegar a otro delicioso orgasmo

Los contrarios no se quedaban atrás, Leonardo seguía dando su mejor esfuerzo para hacer sentir bien al chico de lindos rubíes, pero notó que este se estaba revolviendo más que antes y sus labios temblaban bastante, por eso se detuvo y lo miró fijamente para comprobar si todo estaba bien... Y claro, la respuesta que obtendría lo dejaría bastante sorprendido

Donne parpadeo un poco al darse cuenta de que el mayor había parado, unas pequeñas lágrimas se deslizaron por sus mejillas al instante que volvió a ver su abdomen, no podían procesarlo todavía... ¿Cómo era posible que algo así se pudiera distinguir desde fuera? Estaba muerto de la vergüenza

-... Te mueves tan f-fuerte, se siente r-raro- trató de explicar lo que pasaba por su mente, pero no podía con tantas cosas nuevas a la vez, estaba comenzando a entrar en pánico.... Suerte para él, no estaba con alguien inexperto o cruel

Leonardo se agachó hasta estar a la perfecta altura para dejar un suave y comprensivo beso en los labios del chico, se tomó su tiempo para que el contrario se tranquilizara dándole pequeñas caricias en su cadera y muslos. Al separarse, unas leves, pero sinceras, sonrisas adornaron sus rostros

-No es "raro", sólo que te sientes demasiado estimulando que no puedes procesarlo- explicó con calma besándole la frente, lo tomó de la mano derecha y se la colocó en el abdomen -Siente tu vientre, mira lo conectados que estamos en este momento- sonrío de manera cálida, muriendo de ternura casi al instante pues Donne se había sonrojado bastante... Quería comérselo ahí mismo, pero sería paciente y considerado ya que era su naturaleza

Dudando demasiado al principio, el esbelto remarcó el bulto que ahora estaba en su piel con los dedos, unos escalofríos le recorrieron la columna hasta llegar a cada parte de su cuerpo, claramente una ola de calor lo hizo temblar y sonreír inconscientemente.

–Es impresionante, ¿verdad?– besó cálidamente al esbelto una y otra vez, mientras se movía lentamente una vez que sintió que Donatello comenzó a moverse por su cuenta –Sólo relájate y deja que te haga olvidar de todo– lo besó en los labios de una manera tan perfecta que fue imposible para el otro no derretirse en vida

El esbelto se aferró con fuerza a la tonificada espalda de Leo por un momento, pero tuvo que soltarlo pues si seguía recibiendo tales embestidas no podría resistirse a hacerle marcas y eso sería malo para los deportistas así que rasguñó la madera debajo suyo, justo cómo su hermano, antes de perder la mínima cordura que le quedaba

Los mayores no se contuvieron y los sonidos lascivos de sus cuerpos entrando y saliendo de los jóvenes eran cada vez más ruidosos hasta el punto de escucharse cómo golpes, no aguantarían mucho más y sus voces los delataban –¡MHHG!– gimieron con fuerza todos estando realmente cerca, era claro que al siguiente movimiento brusco llegarían a otro intenso orgasmo... Pero el temperamental quería hacer algo antes

Leonardo sintió la penetrante mirada de su compañero sobre su cuerpo, tembló un poco pues esas esmeraldas se oscurecían cuándo estaba tramando algo pervertido

–¿Q-qué pasa?– cuestionó pasando un poco de saliva tratando de recuperar el aliento, pero no pudo evitar suspirar un poco cuándo Raphael lo tomó del mentón y lo acercó hacia su cuerpo

–Ven aquí, necesito besarte o me volveré completamente loco– murmuró estando cómo en un trance de excitación pura, pasó de sujetarle la barbilla a tomarlo del cuello y lo besó con pasión en los labios, al hacer ese movimiento tuvieron que tomar a los menores por los muslos y pegarlos más hacia ellos para poder alcanzarse, por lo que los hermanos ahora tenían los labios del otro a milímetros de distancia, lo cual no desaprovecharon

Mikey tomó la iniciativa y besó a su hermano, para su sorpresa esta vez Donne le correspondió de inmediato con fuerza, no querían separarse... Aunque cuándo los deportistas volvieron a embestirlos casi lo hacen, pero lograron resistir y así más gemidos ahogados inundaron los vestidores

Poco tiempo les tomó alcanzar otro orgasmo simultáneo, los menores se separaron rompiendo el beso pues necesitaban recuperar aire, al contrario de los clavadistas que siguieron intercambiando saliva por unos segundos más, finalmente comenzaron a cansarse un poco

Leonardo sonrío entre el beso y suspiró con satisfacción al separarse de su compañero –A-ahh... Eso se sintió muy bien– se relamió los labios mientras disfrutaba de las contracciones que tenía Donatello en su interior después de venirse

El temperamental bajó la mirada y una idea maligna surgió en su mente, aún tenían energías suficientes para hacer un espectáculo para que los jóvenes recordaran por siempre

–Si, pero míralos... No están nada arrepentidos de habernos acosado– se cruzó de brazos analizando a profundidad el aspecto de los chicos delante suyo, no estaría tranquilo hasta realmente dejarlos totalmente fuera de combate

Ambos estaban con la respiración a mil por hora, tenían los ojos hacia atrás por el placer de haberse corrido tantas veces en tan poco tiempo, sus cuerpos estaban llenos de marcas y de fluidos... Pero no estaban sufriendo para nada las consecuencias de haber invadido la privacidad de los mayores, eso era seguro

–Es verdad... No podemos permitirlo– el mayor negó levemente con la cabeza y, aprovechado que los hermanos seguían en trance, le susurró al temperamental lo que harían, no tardaron en hacer su siguiente movimiento

Mikey sintió las fuertes manos de Raphael tomarlo por los brazos, no opuso resistencia alguna hasta que se dio cuenta de que los habían volteado y ahora tenía a Donatello sentado frente suyo –M-mhh, ¿q-qué?– se revolvió un poco pues la respiración de su hermano comenzó a chocar contra su cuello, estaban bastante juntos y eso los hizo reaccionar de inmediato

Raphael no tardó en entrar una vez más en el pecoso, lo tenía sobre sus piernas y lo abra desde atrás para que no tratara de escapar, pues lo que seguía era algo bastante interesante –Tranquilo, no dolerá.... Aunque recordarán esto por el resto de sus vidas– rio lentamente en el oído del chico al ver que el plan ya comenzaba a funcionar

Los rubíes del esbelto estaban temblando bastante, el calor de su hermanito estaba rozando su cuerpo y eso lo estaba haciendo perder la razón –N-no, esto es d-demasiado– trató de retroceder, pero las manos de Leonardo sobre sus caderas lo impidieron

El mayor penetró con extrema facilidad al joven haciéndolo callar, se le notó la emoción en los ojos al sentir cómo era la realidad –No trates de negarlo, esto te encanta, porqué puedo comprobar lo húmedo que estás justo ahora– murmuró de manera grave para acercarlo más hacia Mikey, la reacción de ambos hizo reír a los deportistas

Los mayores no tardaron en comenzar en moverse, juntando completamente a los hermanos sin detenerse, por lo que sus miembros rozaban con el otro. Obviamente gimieron con vergüenza y los ojos se les llenaron de lágrimas por lo intenso que se sentía todo, no podían hacer nada más que dejarse llevar por cada roce y embestida que recibían

–Ya no es tan divertido, ¿o si?– Raphael tomó el mentón del menor para verlo mejor desde atrás, mostrando una amplia sonrisa al confirmar que ahora no estaban tan relajados –Sus caras están más rojas que mi cabello, eso es bastante impresionante– bromeó dejando un par de mordidas en la nuca del chico para escuchar sus tiernos jadeos en respuesta

Mikey ya no podía más y entendió que su hermano estaba igual, que sus entrepiernas estuvieran haciendo fricción por los movimientos de ambos clavadistas los estaba haciendo perder totalmente la cabeza, estaban completamente pegados y el calor del otro los estaba derritiendo... Era la mejor manera de perder la cordura que pudiera existir en un éxtasis infinito

Leonardo comenzó a recorrer el pecho de Donne con sus manos, acariciando cada centímetro de manera experta –Pero están tocando el cielo, ¿cierto?– besó los hombros del joven sobre su regazo sin dejar de moverse –Sólo que no lo aceptarán con palabras– aceleró sus embestidas y por un segundo intercambió miradas con su compañero, dejando claro lo que debían hacer

Cómo los cuatro estaban prácticamente pegados, fue bastante fácil para los deportistas intercambiar besos con el hermano contrario al que habían estado atormentando en todo ese rato. Raphael le mordió deliciosamente los labios a Donne, mientras que Leo fue más calmado e intercambió saliva con el pecoso de manera dulce

La escena fue bastante tierna, a decir verdad, pues dejando de lado que todo había empezado cómo un castigo, era innegable que se habían tomado cariño en ese corto periodo de tiempo... Llegaron a pensar que, en un futuro, podrían llegar a tener otro encuentro cómo este, y eso los emocionó pues la química que surgió entre aquellos jóvenes era sumamente fuerte

Aunque, claro, al volver a la realidad entendieron que ya no podían resistir. Debían culminar su calentura de forma espectacular, para que todo hubiera valido la pena

Aumentado más sus fuertes movimientos, el temperamental tomó el torso de Mikey y lo pegó contra Donne de manera completamente intencional, creando así más fricción entre los sumisos –Discúlpense y los dejaremos acabar– explicó pues, sin perder un solo segundo, Leo había tomado el miembro de los menores entre sus manos y los comenzó a estimular sin titubear, los estaban torturando de una forma muy exquisita

Teniendo ya la cabeza en las nubes por tantas corrientes eléctricas que lo hacían temblar, el de ojos claros no pudo callarse y gimió muy tiernamente –E-en serio l-lo lamento– jadeó siendo totalmente sincero en su disculpa, pero a ese punto haría cualquier cosa que los mayores le pidieran... Si pudiera volver en el tiempo, definitivamente hubiera hecho todo exactamente igual, pues estaba en un limbo de placer del que no quería escapar, lo cual era evidente para cualquiera que lo viese

No pasó mucho para que su hermano le siguiera en la disculpa, pues sintió claramente cómo un líquido trasparente se escapaba de ambos para comenzar a empapar la mano de Leonardo –S-si, por favor... N-no lo volveremos a h-hacer– prometió estando al borde del llanto, su garganta le dolía por tantos fuertes gemidos que había soltado en esa noche, ya no había manera de resistirse a lo mucho que quería acabar sobre el lindo pecho de su hermanito con fuerza

Las sonrisas que pusieron los mayores fueron sumamente atractivas, estaban más que conformes con ver a sus presas entender que meterse con ellos no fue la mejor idea... Pero no estaba de más dejarlo sumamente claro

El mayor quitó lentamente sus manos de los jóvenes y se concentró en sujetar las delgadas caderas del esbelto –Es obvio que no lo harán de nuevo...– rio ligeramente contra el oído de Donne, pues sabía que su compañero sabría exactamente qué decir en breves

–Por qué no los dejaremos escapar hasta romperlos por la mitad– terminó la frase para, sin poder controlarse, dar las últimas violentas embestidas al chico sobre su cuerpo

Y sin poder evitarlo, entre toda esa mezcla de fluidos, gemidos graves y agudos, besos húmedos y mordidas suaves, los cuatro alcanzaron el mayor éxtasis posible

–¡HHAA!– gritaron al mismo tiempo expresando lo aliviados y satisfechos que se encontraban, los cuerpos de los dominantes se tensaron, mientras que los sumisos sintieron cómo sus cavidades se contarían hasta apretar aún más a Leo y Rapha

Mientras trataban de recuperar la respiración, les fue inevitable a los deportistas no darse cuenta del desastre pegajoso del que tendrían que encargarse, pero querían hacerlo con calma y cuidado, pues era la parte que más disfrutaban

Con delicadeza fueron separando a los hermanos y salieron de ellos, para abrazarlos por detrás y repartir besos sobre sus hombros en lo que comenzaban a recuperar sus cinco sentidos. Les quitaron las esposas y alcanzaron una de sus maletas que contenía sus objetos de aseo personal para después de los entrenamientos, asi podrían darles una muy agradable ducha a los hermanos

Leonardo mostró una amplia sonrisa llena de ternura, realmente estaba disfrutando demasiado de la vista –Aww están exhaustos... No creo que puedan ducharse solos– analizó la situación con una palpable emoción, ahora parecía un cachorro ansioso por dar mimos y caricias

Los menores intercambiaron miradas y no pudieron evitar sonrojarse un poco, ya que la idea les pareció muy linda... Podrían jurar que estaban compartiendo el mismo sueño, pues todo parecía sumamente perfecto

Las esmeraldas del temperamental mostraron un brillo de emoción de la misma forma que los zafiros de su compañero, eran iguales cuando se les pasaba la calentura –Y están sonriendo de nuevo, pero creo que ya aprendieron su lección... Los ayudaremos– besó por última vez los hombros de Mikey para ayudarlo a ponerse de pie, siendo seguido por los contrarios al instante, aunque la mirada de su compañero lo hizo detenerse antes de entrar a las duchas

–Creo que sería mejor intercambiar, así podremos darles una dulce despedida– propuso viendo al pecoso sonrojarse bastante, le acarició la mejilla y, al escuchar un jadeo en respuesta, supo que la idea le había gustado

Las piernas de Donatello flaquearon un poco, por lo que tuvo que apoyarse en Leonardo, dándole una vista más clara al pelirrojo de su cuerpo... Mikey sólo escuchó cómo su captor pasó saliva al ver que un rastro de semen se deslizó por aquellos muslos largos, Raphael tendría que estar loco para no querer consentir al pelimorado

–Me parece bien, no quería irme sin probar a dos estudiantes de primera– bromeó un poco intercambiando parejas con cuidado, pues los chicos apenas si podían mantenerse firmes. En cuánto tuvieron al hermano contrario entre sus brazos, los besaron lentamente y con cariño hasta llevarlos bajo las regaderas

Mikey se sujetó de los azulejos blancos mientras Leonardo abría la llave, ambos se fueron mojando lentamente y la sensación fue bastante agradable, pero los ojos claros del menor no pudieron evitar cerrarse al momento que las manos del clavadista lo tomaron desde atrás de manera protectora

–¿El agua está lo suficientemente cálida?– cuestionó mientras dibujaba figuras invisibles en el abdomen del pecoso, su voz fue grave pero considerada y atenta a la vez... Realmente era el paquete completo

–S-si... Se siente b-bastante bien– murmuró disfrutando enormemente de las atenciones de uno de sus ídolos, no pudo evitar que el sonrojo se le extendiera hasta los hombros, lo cual fue bastante fácil de percibir para el contrario

–Eres muy tierno– sonrío tomando el jabón y una esponja suave de sus cosas para comenzar a limpiarlo con toda la delicadeza del mundo... Aunque tuvo que tener especial cuidado en las zonas que ahora tenían tonos rojos y morados –Lamento que mi compañero te haya dejado tantas marcas, tendrás que usar cuellos de tortuga por unas semanas– dijo mientras besaba las mismas que le habían quedado en sus hombros, haciendo que el dolor disminuyera considerablemente

El estudiante no pudo evitar sonreír de manera temblorosa, pues su cuerpo aún estaba viviendo cada roce que Raphael le había dado, las corrientes eléctricas que terminaban en sus dedos y vientre lo tenían aún en las nubes –No me molesta... Lo disfruté–

Leonardo soltó una pequeña risa, pues tuvo nostalgia al recordar su primera vez con Raphael... Sabía perfectamente lo que le esperaba –Si, aunque probablemente no pienses eso mañana cuándo te duelan las caderas– advirtió tratando de no reír, pasando a tallar esos cabellos rizados tan adorables con shampoo

Un cálido escalofrío recorrió el cuerpo de Mikey, pues se dio cuenta de que era el mismo aroma a arándanos que Leonardo tenía... Oler cómo uno de sus atletas favoritos lo llenó de ilusión, pero tuvo que volver a ponerse alerta pues sintió las manos del contrario dirigirse hacia su sensible entrada mientras sentía el pequeño vibrador salir de su cuerpo, aunque ya estaba apagado

Todo su cuerpo se erizó y tuvo que recargarse una vez más en la pared, sus piernas estaban flaqueando a ese punto –A-ahh~ e-espera~– se revolvió un poco, soltando varios jadeos sin poder evitarlo pues hasta ese momento nada había salido de su interior, tenía demasiada vergüenza de que los líquidos de Raphael se escaparan de su interior en ese instante

–Si no sacamos todo, te dolerá el estómago después– los dedos del deportista fueron entrando muy fácilmente en el pecoso, al hacer movimientos de tijeras logró que un poco de la esencia del temperamental se deslizara fuera, pero aún faltaba bastante

Mikey sólo podía gemir y aferrarse a la pared, pero las cosas cambiaron cuándo Leonardo lo volteó, ahora podía apreciar el atractivo rostro del contrario.... Lo cual lo excitó de nuevo, cosa que sería imposible de ignorar para su captor

–Tranquilo, ya casi termino– le susurró al oído mientras seguía estirando su entrada, sonriendo con apetito al entender que podrían tener una ronda extra, aunque esta sería mucho más tranquila y cálida

Al saber que no podría callarse, porqué se estaba sintiendo demasiado bien, Mikey comenzó a besar a Leo, haciendo que ambos se perdieran por la calidez del otro –M-mhg– gimió contra los labios del mayor cuándo toda la sustancia viscosa se deslizó de por sus piernas, sintió alivio al ya no tener aquello tan cálido en su vientre, pero a la vez se sintió algo vacío... Suerte para él, eso se resolvería pronto

Dejando suaves besos en aquellos labios rosas, Leonardo fue acariciándole las caderas con delicadeza –Eso es, has sido un muy buen niño– lo tomó con ambas manos y lo recargó contra la pared, ambos se miraron a los ojos y percibieron aquel brillo de lujuria en el contrario –Déjame darte un pequeño premio por eso– sonrío de lado para comenzar a darle besos más apasionados, siendo correspondido al instante

Y, a pocos metros de distancia, los contrarios también estaban actuando de manera provocativa

–¡A-ah!– el esbelto soltó un gemido de alivio en cuánto Raphael lo liberó de aquel anillo que tenía en su miembro, inevitablemente un rastro de fluido pre-seminal salió con algo de fuerza, provocando aún más al pelirrojo

–Espero que te sientas mejor sin este juguete– dejó un beso en la mejilla del joven con ternura, pero tuvo que separarse un poco pues notó cómo Donatello comenzó a temblar y a dejar salir unas lágrimas de sus hermosos ojos rojos –Oww tranquilo, pronto dejará de doler– trató de calmarlo mientras dejaba pequeñas caricias en sus caderas, pero se sorprendió bastante con la respuesta que obtuvo

–N-no es que me duela...– se aferró a los fuertes hombros del clavadista y mostró la expresión más sumisa que pudo, ya que el calor de su cuerpo no planeaba desaparecer pronto –Sigo demasiado e-excitado~– explicó en un suspiro algo desesperado, quería más, quería tener las grandes manos de Raphael por todo su cuerpo hasta perder la noción de la realidad

Los ojos verdes del contrario bajaron y se notó la erección que tenía el estudiante –Oh, entiendo– murmuró estando cómo ido, pues sus energías rápidamente volvieron a recargarse –Será mejor que nos encarguemos de eso entonces– lo puso contra la pared y comenzó a besarle el cuello, recibiendo gemidos de placer en respuesta

Así pasaron los últimos minutos, en los que aquellos jóvenes tuvieron otro encuentro apasionado e inolvidable, gemidos y gritos de puro placer adornaron el ambiente hasta que los cuatro estuvieron completamente satisfechos

Después de que la diversión terminara, Leonardo y Raphael se vistieron y ayudaron a los chicos a hacer lo mismo, pues estos apenas si podían mantenerse despiertos, estaban completamente fuera de combate, lo cual era en extremo adorable

Se fueron en el auto que los deportistas tenían destinado para sus prácticas, el cuál siempre tenía a un conductor, que por suerte era alguien de extrema confianza por lo que no diría ni una palabra sobre lo que había pasado esa noche. Donatello les dio la dirección de su casa a los mayores estando medio dormido, no le ayudó mucho que su hermanito lo estuviera abrazando cómo un koala; a los pocos segundos de adentrarse en el auto ambos cayeron rendidos ante el agotamiento de toda esa experiencia

(...)

Pasaron 40 minutos desde que los atletas dejaron a los hermanos acostados y arropados en sus camas y se retiraron sin dejar huella de sus presencias. Los chicos empezaron a despertar y tardaron unos segundos para reaccionar y que todos sus recuerdos volvieran a ellos de golpe, dándose cuenta de que no había sido un sueño

Se sentaron y al voltear a ver al contrario rápidamente desviaron la mirada, la pena se apoderaba de ellos, pero, más que eso, entendieron que se acercaba un tema de conversación no muy agradable que habían estado evitando por años... Pero el momento finalmente había llegado

Sin mirarse aún, se pusieron de pie y al instante cayeron al suelo soltando pequeños quejidos, debido a que el dolor en sus caderas había aparecido y eso aumentó el color rojo en sus rostros; al no poder levantarse de nuevo, con cuidado se acomodaron y quedaron frente al otro

Mikey jugó con sus manos para tratar de alejar sus nervios, pero el corazón le retumbaba tan rápido que no pudo mantener la concentración, debía confirmar una cosa antes de enloquecer por la curiosidad

-... ¿T-te gustó?- no sabía de qué otra forma entablar conversación con el esbelto, pero por la mirada de pánico que recibió cómo respuesta decidió ser más específico -Lo que e-ellos nos hicieron... ¿Te gustó?- murmuró bajando la mirada sintiendo su cara arder, sin duda no iban a olvidar ningún detalle de aquella noche jamás

El de cabellera morada sintió su pecho arder al igual que su rostro por todos los recuerdos que invadieron su mente, había sido tan bueno... Pero aceptar eso sería demasiado fuerte porqué había un detalle que no quería mencionar, pues involucraba lo mucho que le había encantado probar el cuerpo de su hermanito

-Ahh s-si, pero ya no hay que hablar de eso... Fue vergonzoso- soltó un suspiro desviando la mirada, se estaba muriendo porque esa noche llegara a su fin y poder tratar de alejar esos pensamientos impuros de su mente... Aunque era lógico que no podrían pasar un día sin hablar de lo que habían hecho

-Oh si, entiendo- bajó la mirada y se sintió triste pues Donne era su mejor amigo y siempre se contaban absolutamente todo, sólo jugó con sus dedos tratando de concentrarse en algo más... Pero le fue imposible por su personalidad sumamente curiosa -Pero, ¿de verdad te excitaste sólo por verme?- recordó aquel momento teniendo un brillo intenso en sus ojitos, realmente deseaba escuchar una respuesta, pero no se esperaba la reacción del mayor

-¡Dije que no hay que hablar de eso!- gritó tan fuerte que asustó al pecoso y cuándo vio su error, trató de acercarse y calmarlo, se le notaba el arrepentimiento en la cara -L-Lo siento, no quería asustarte, e-es sólo que, bueno yo...-

El mayor se quedó sin habla al ver la expresión triste de Mikey, quería explicar tantas cosas, pero su mente estaba bloqueada... ¿Cómo podía admitir en voz alta que ver a su hermano menor completamente sometido lo excitó de sobremanera? No sería algo fácil pues estaba mal en cada sentido y, claro, el contrario no podía leerle la mente y por ello se estaba haciendo muchas ideas equivocadas

-Tú si me gustas- murmuró serio haciéndose bolita y dejando caer lágrimas de sus ojos, su voz estaba quebrada pues estaba muy decepcionado -Ya vi que no sientes lo mismo, así que está bien... Olvídalo y sigamos siendo hermanos, porqué eso es lo único que seré para ti- se levantó y trató de correr lejos de su cuarto, yendo a refugiarse al área de videojuegos, dónde tenían una enorme pantalla de plasma siendo ese su lugar favorito en toda la casa, aunque le costó bastante debido al dolor

Donatello quedó estático en su lugar sintiéndose muy mal, su sentido común le gritaba que esto estaba terriblemente incorrecto, pero su prioridad era ver a su hermano feliz. Con cuidado se levantó y lo siguió, mientras pensaba en las palabras apropiadas para pedir una disculpa y dejar todo claro entre ambos

Al entrar lo halló llorando sentado en uno de los sillones del lugar, suspiró en silencio y se le acercó hasta que estuvo atrás suyo. Lo abrazó despacio y le acarició el abdomen con cariño, en el proceso, sonrió enternecido en cuánto sintió que su hermano dejó de llorar y disfrutó de su calor, era muy tierno

-Lo siento... No quería gritarte- se disculpó una vez más apretando un poco más el cuerpo de su hermanito hacia él -Sabes que esto no está bien, ¿verdad?- le habló calmado pero aun así se le notaba la preocupación en la voz, no podían tomar todo ese asunto tan a la ligera

El pecoso se tensó un poco entre los brazos del mayor, pero estaba más que dispuesto a tomar la responsabilidad de ser sincero con sus sentimientos

-Si, lo sé... Pero puede ser un secreto, nadie más lo necesita saber- acarició los brazos de su hermano y lo veía de reojo, los nervios invadían su mente pues si Donne no quería seguirle el juego se sentiría pésimo...Pero sin duda se sorprendió de la respuesta que obtuvo

-También me gustas, y no es lastima, lo digo muy en serio- confesó sonriendo sin darse cuenta, pues se sintió demasiado aliviado al ser sincero en voz alta

El corazón del menor se le detuvo por un segundo de la emoción, sus mejillas se le pusieron rojas y las lágrimas pararon de inmediato, su humor había mejorado de sobremanera, aunque sabía que no podrían decírselo a nadie jamás, no le importó pues sólo necesitaba a Donne, todo lo demás dejaba de tener relevancia en su vida.

-Entonces... ¿Podemos ser novios en secreto?- volteó a verlo con una carita de cachorrito triste, cómo suplicando obtener una respuesta afirmativa, lo cual obviamente funcionó pues el esbelto nunca podría resistirse ante esa habilidad

Donne le sujetó las mejillas y le acarició las pecas con sus dedos de forma muy tierna, estaba por decir una locura y aún estaba a tiempo de arrepentirse... Pero era claro que no iba a dar marcha atrás, pues ya había probado lo bien que sabía el pecado, no había manera de renunciar a ello. Iba a hacer feliz a su hermanito de todas las maneras posibles.

-Claro que si Mikey, si podemos- le sonrió y le besó con ternura sus labios por unos segundos, fue dulce y tierno así que al separarse soltaron un suspiro satisfecho -Porqué siento lo mismo que tú, te amo- sonrió ampliamente pasando a dejar otro perfecto beso sobre los suaves labios del menor, el cuál fue correspondido inmediatamente de manera emocionada

Ambos hermanos sintieron una gran calidez aparecer en sus pechos, estaban tranquilos por fin y se sonrieron con determinación, pues sabían que lo que les esperaba no sería nada fácil... Pero se tenían el uno al otro, eso era más que suficiente

El esbelto dejó un pequeño beso en la frente de Mikey y le acarició el cabello pues aún lo notaba un poco tenso por lo que había pasado con los clavadistas, necesitaban relajarse y conocía la manera perfecta de hacerlo

-¿Quieres ver una película?- sonrió con calma y alivio al ver el destello de ilusión que apareció sobre esos ojos claros que tanto amaba

-¡Si, una de caricaturas!- respondió inmediatamente con toda la energía y felicidad del universo juntas, seguía pareciendo un niño sin duda alguna

El más alto río enternecido, amaba cada parte del menor y ya no le molestaba aceptarlo. Se dirigió al estante dónde guardaban las películas y eligió una que a su hermano le encantaba ver una y otra vez, para otras personas les podía parecer muy tedioso, pero a Donne le encantaba ver a su hermano disfrutar de cada pequeña cosa y no se cansaría de ello jamás

Una vez que la película estuvo en el reproductor de video, se acomodaron en los sillones, se cubrieron con unas mantas calientitas y prendieron la televisión poniéndose muy cómodos. Donatello tenía abrazado a su hermanito desde atrás, haciendo la función de la cuchara grande de aquella posición tan reconfortante

Casi al inicio de la película, el menor volteó a ver a su ahora novio con unos ojos muy adorables, por la sonrisa que tenía sobre sus labios era claro que estaba por pedir algo

-Donita, ¿me puedes dar un beso?- murmuró de manera soñolienta pues ya era basta tarde, pero quería sentir el calor del esbelto una vez más antes de ceder por completo ante el cansancio

Al de cabellera morada se le derritió el corazón, pues hacía demasiado tiempo que su hermano no lo llamaba así, era señal de que las cosas iban en serio si comenzaba a utilizar apodos tiernos... No cabía duda de que se iban a volver mucho más unidos de lo que ya eran, después de todo, ya sabían sus puntos más débiles gracias a los clavadistas y era más que obvio que utilizarían esa información en repetidas ocasiones en el futuro

-Todos los que quieras, mi pecoso amor- rio con ternura para repartir un par de besos tiernamente sobre los labios y mejillas del menor, ambos sonrieron y se abrazaron para a los pocos minutos quedar profundamente dormidos abrazados mientras la película infantil sonaba a lo lejos, sin duda era una escena adorable

Mientras ellos convivían en su burbuja de miel, en su habitación, dos posters estaban firmados y con notas pequeñas de quienes salían en aquellos posters:

"Para nuestros más grandes admiradores, Mikey y Donne, esperamos verlos en algún futuro cercano para ser buenos amigos, y tal vez pasarla bien todos juntos.

Atte.: Leonardo y Raphael"

________________________

Bueno esto aún no termina aquí, aun falta la última parte de este gran proyecto, de verdad publicarlo significa mucho para mi pues marca un antes y después

Agradezco infinitamente a AzulZoldyck por haber aceptado y haberme ayudado en este proyecto que también es suyo ^^ ✨

Espero pronto traerles la segunda parte de esta historia, voten y dejen sus comentarios diganme si les gustó nos vemos pronto

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro