|| Capítulo 19 ||
19- CAPÍTULO
"PELEAS Y PROBLEMAS"
🍹| Blair Myers.
🗓️: Madrugada del 24 de noviembre del 2023
Había llegado ya a donde Arthur con la preocupación encima, me siento fatal que a pesar de tener a mi amiga enferma aún no se me olvida lo que he hecho con Aedus hace un minuto atrás.
Mis pasos eran tan apresurados como el interés y necesidad inmediata de saber que ocurre, porque si se alteran por algo peor que una posible resaca. Ya espero algo feo.
—¡Arthur! De verás discúlpame ¿Es algo de resaca o...
—No, se desmayó, cuando cayó al suelo eso despertó solo a... Adele, que no pensó ni llamarme —remarca lo ultimo con tal de que su hermana escuche, ¿es en serio?
¿Se desmaya mi mejor amiga y estos dos piensan pelear?
Suspiré sin comentar nada al respecto e ignoré a Arthur entrando a la habitación, el collar es lo primero que veo, alumbra demasiado así como me recordaba en Texas.
Pensé en que era algo de resaca en cuanto oigo arcadas, pero es sangre.
Está vomitando sangre.
—¿Dónde está Aline? —pregunto de inmediato consiguiendo de inmediato un paño, está pálida y sudando demasiado. Y sus ojos... parecen que se aclararon.
—Respuestas, respuestas... —susurra mirando a un punto fijo.
Mis cejas se arrugan demasiado del miedo de esto, su temperatura está demasiado caliente, y solo repite esa palabra como si estuviese poseída.
—Harper ya la fue a buscar, ¿qué está haciendo el idio...
—¡Detente, Adele! —hago una pausa aguantándome más de un kilo de paciencia encima—. Si esto será una nueva pelea de competencia es mejor que te detengas porque Zuri ahora mismo no necesita eso. Necesita. Ayuda.
Zuri se aleja del inodoro y se aferra a mi pecho en un abrazo repitiendo en susurros las mismas palabras, me abajé acariciando su cabeza con tal de ver sus ojos, que aún permanecen demasiado claros, como sus labios.
Adele se coloca de pie lentamente quedándose callada y baja la palanca.
—Ahora. Busca. A la bruja esa —exhalé todo el aire que me aguantaba encima con todo esto.
En cuanto ella se va obedeciendo, bajé la cabeza de nuevo con tal de vigilar a mi mejor amiga, que ahora mismo me asusta demasiado, no quiero pensar que es una posesión, está temblando, y en mis brazos arde bastante su piel.
Todo estaba bien, y de repente pasa esto, simplemente no entiendo. Algo estará haciendo Lee desde lejos que involucra su pobre hermana en ello, seguro no es nada malo pero aún así espero que se haya hecho una idea de que le pasaría a su hermana con lo que sea que haga.
Tragué saliva, lo pensé mejor y... preferí buscar una forma de intentar reanimarla:
—¡Oye, estoy aquí, es Blair, Zuri! ¡Por favor, reacciona! —le susurro agitada agarrándola de la cara con cuidado. Forcé en intentarlo de nuevo pero no hay nada de respuesta.
Intenté levantarme con ella pero ni siquiera quería, se aferró tanto a mi que me costaba mucho levantarme con ella encima, y aún me duele un poco el tobillo.
Aline llega y lo primero que hace es con rapidez ayudarme a levantarme con ella, en el suelo no era buena idea para chequearla, como pudimos entre las cuatro la sentamos en el inodoro, se veía más su cuerpo temblar.
—¿Crees que podría ser algo que esté haciendo Lee que pueda vincular a Zuri en eso? —preguntó Harper mirando a la bruja, está asintió lentamente.
—Puede ser, necesitaré que se salgan y nada más queden dos o uno porque, tanta... gente incomodarme. Se queda la de color tierra.
—Soy Blair —creo que tiene problemas de memoria o qué que ni recuerda mi nombre.
—Está bien, te quedas.
—Gracias —susurré en voz baja alejándome para permitirle a Aline poder chequear.
—Su hermana al parecer está haciendo un hechizo, pásame el collar para ver algo —pidió rápidamente lo cuál reaccione de inmediato y fui a por él.
Justo cuando había salido del baño, pude escuchar unas voces lejanas, eran de Aedus y de Arthur, y hablaban sobre mí.
Fruncí el ceño lentamente entregándole el collar cuando volví de regreso, de pronto esa curiosidad por saber que hablaban de mí se despierta. Porque escuché ciertas palabras que me llamaron la atención de forma sospechosa.
Miré a Zuri por unos momentos pensando en si es una buena idea irme por un momento para oír, y luego miré a Aline.
—Yo... ¿Puedo ir a buscar agua por un momento o me tengo que quedar?
—No te preocupes, quedará en buenas manos, Adele estará aquí incluso.
Miré a Adele por unos segundos cuando salí de la puerta del baño, y aparte la mirada.
—Blair, te pido perdón, yo...
—No es a mí a quién tienes que pedirle perdón —le interrumpo sin echarle ni un solo ojo encima—. Es a Zuri, y explicarle que es lo que sucede contigo y tú hermano.
Y con eso simplemente salí del cuarto, caminé hacia el otro lado hasta estar lo suficientemente cerca del dormitorio de Aedus para oír. No tengo mucho tiempo.
— ...¿Ibas a morderla? —creo que Arthur insistió, porque el tono sonaba serio e insistente.
—¡No la iba a morder, joder! Me gusta, ¿para qué iba a lastimarla? —Aedus parecía harto de repetir lo mismo, su tono era fácil de descifrar.
¿Le gusto?
Que novedad.
Las voces de ambos se escuchaban lejanas, pero podía oír todo claro con el silencio de la casa. Los demás con el problema de Zuri solo murmuran y susurran.
—Tú querías morderla, era lo que querías, y no voy a permitir que lo hagas. Aléjate de ella, porque te conozco, me estás mintiendo —se alteró Arthur hasta hablar en voz alta.
Ni siquiera pensaron en disimular que podría oír esto...
—¿Qué? —contestó el otro entre una risita con sorna—. ¿Ahora qué? ¿Te metes en mis decisiones? ¿En lo que haga y no haga? ¿Por qué crees que no puedo cambiar de opinión? Me gusta, como dije anteriormente, y no la lastimaré.
—¿Quieres que haga una lista de las personas que lastimabas mientras que te sentías atraído por ellas? ¿Quieres que te nombre las veces que cambias de decisiones y al final terminas haciendo lo contrario? —miré un punto fijo sin parpadear en lo absoluto, esas dos simples preguntas resonaban en mi cabeza, comenzando a crear dudas de el chico al que besé hace un rato y arrepentimientos poco a poco.
No estoy del todo segura de que Arthur era el que quería protegerme todo este rato mientras que a quien besé y estuve a punto de hacer algo, pues me quería lastimar.
Y me siento orgullosa de que Arthur abriera esa maldita puerta. Porque quizás iba a cometer un error, uno para nada pequeño, muy estúpido de mi parte fue el ilusionarme con que me besé a un vampiro y todo será lindo y romántico después de ahí.
Un ruido de una puerta cerrarse por el viento se escucha, reaccioné de inmediato viendo que se trata de Harper que para escuchar lo que sucedía ni siquiera se molestó en disimular tampoco. La cara de Arthur aparece de forma inesperada y lo que era una expresión de rareza se cambia a lastima, y quizás culpa.
Yo no quiero recibir explicaciones por ahora.
Me volteo de inmediato y empiezo a caminar hasta la habitación de Zuri a pasos rápidos. No vale la pena estar parada otro segundo más escuchando, Zuri me necesita, y desde ahora solo me centraré en ella.
De fondo escucho la voz de aquel posible monstruo llamando mi nombre e intentando acercarse a mí, pero solo lo ignoré hasta cerrar la puerta del dormitorio de Zuri sin tanta fuerza para estrellar como me gustaría, no es el momento.
Aline continuaba atendiendo a Zuri, pero se veía que había terminado, mi amiga tiene ciertas marcas, su textura parecía líquida y cristalina como el agua, son unos símbolos un poco notorios y raros, me daba lastima su aspecto, tragué saliva tomando asiento pasando una mano por mi cabello con desesperación. Todo lo que ha pasado el día de hoy anda como escenas rápidas en mi cabeza.
—¿Q-qué? —ambas escuchamos la voz de Zuri gesticular palabras diferentes que fuimos de inmediato a ver en el baño
Aline sonríe con sus cejas acostadas.
—¿Cómo te sientes? —Zuri primero limpió su nariz que tenía restos de tierra húmeda, se veía demasiado raro.
—Algo así... pero yo, yo ví a mi hermana, lo juro.
Sonreí a punto de llorar dramáticamente y corro a abrazarla apretujándola con fuerza.
—Me llevaste un gran maldito susto —susurré en el abrazo que a ella le costó corresponder por la fuerza, dejé de apretujarla y me separé limpiándome unas lágrimas.
—Está bien, Lee quería intentar comunicarse conmigo, y pasó esto, no es nada grave.
—¿No lo logró? —miré a ambas en busca de una respuesta, Zuri negó con la cabeza.
—No, no, pero veía lo que hacía y donde estaba.
—Quizás no era comunicación, te quería mostrar donde estaba la terrenal esa —Aline se sienta en el suelo igual o menos perdida que yo.
Se refiere a mostrarle dónde está Lee.
—¿Qué hacía?
—Pues habían muchos lobos... los del fondo, llamaban a alguien, no sé quién pero mi instinto decía que era a tú hermano Blair.
Alcé un poco las cejas dándole un chance a esto, no creo poder creérmelo desde ahora, no quiero discutir con Zuri. Conociendo a mi hermano, es la persona con la que menos debes de hablar sobre fantasía porque para él son solo cuentos que le metes a un niño de cinco años para que tenga una infancia divertida.
Yo tampoco creía en esto y terminé aquí dentro con unos vampiros, juraba que él se quedó atrapado pero no siendo quizás.. un lobo.
—Seguro está atrapado con esos lobos.
—O quizás es uno —contradijo Zuri enarcando una de sus cejas, suspiré apartando poco a poco la mirada.
—Conozco este pueblo de pies a cabeza, iré a por las pinturas y las brochas. ¡Me vas a describir ese lugar como lo viste! —creo que Aline es fanática de la pintura al igual que el dueño de este hogar, porque se acaba de entusiasmar con la idea de ir a por pinturas como una niña pequeña.
Remojo mis labios resecos en cuanto veo que entra Arthur para hablar con Zuri, cuando salí del baño para evitarlo y ver qué tal Adele, estaba sentada con cara de aburrida agarrando su cara con sus dos puños y sus codos apoyados en los muslos.
Aparté la mirada antes de que me mire a mi, y salí para esta vez ir al baño, justo tropecé por casualidades de la vida con él.
Hice como que no pasó nada y me fui sin pedir disculpas, hasta que él me agarra de la muñeca deteniéndome.
—No me toques, por favor —pedí en tono suave, no pienso alterarme.
—Blair, quiero hablar contigo.
—Yo no quiero —cierro los ojos y me devuelvo para tenerlo frente a frente y aclararle las cosas—, lo qué pasó en esa habitación fue un error. ¿De acuerdo? Ahora centrémonos en avanzar con lo mío y lo de Zuri y ustedes nos ayudarán a salir de aquí.
—¿Vas a escucharlo a él solamente entonces?
—Yo te escucharé cuando esté lista para hacerlo, ahora mismo no me siento lista porque me estoy centrando en mi amiga que necesita ayuda en este momento, y mi confianza hacia ustedes en este momento se está rompiendo. No hagas que se siga desvaneciendo si es lo que quieres —murmuré enterrando mi dedo índice en su pecho, no podía alterarme. Respiré profundo y me alejé hasta caminar a la cocina y alejarme de ellos por un momento.
Lo dejé sin palabras ahí parado, no escuché pasos de que se retiró o de que me esta siguiendo para insistir, y me pareció mucho mejor. Ahora estoy con dudas y no sé en quién creer hasta pensar mejor en todo esto.
Cuando entro, Zuri está pintando solo con tres colores de pintura, beige, azul, y verde. Estoy que pueda lograr describir bien con esos tres colores, lo importante es ver el lugar.
Aline está mirándola fijamente, todo esto me recuerdan a las escenas que veía yo de psicólogos pidiéndote dibujar algo.
Cuando ella termina, se seca las manos con un paño de tela y se pone de pie.
—Está mojado pero al menos hice algo —se conformó con lo que hizo y fue a lavarse las manos.
Aline y yo de inmediato le colocamos piedras al dibujo porque estaba por irse volando, justo ahí apareció un gato negro de ojos rojos mirándonos, mis labios se entreabrieron en shock.
Es que nunca he visto un gato de ojos rojos.
—¡Ey! ¡No lo mires! —Aline me rompe el contacto alterada y mueve sus manos en mis ojos.
—¿Qué-qu...
—Esos son gatos encantados, como los vampiros, su mirada es hipnotizante... ¡Pueden sacarte todas verdades en un segundo con tan solo mirar el reflejo de tus ojos! —con unas telas empieza a espantar al gato, este iba a atacar pero mejor saltó y se fue.
Pareció un gato enojado.
—¿Qué? ¡Yo... yo lo miré!
Ella arruga su nariz y como respuesta se encoge de hombros, dejándome por hecho que ya no queda nada que hacer.
—La única forma para hacerlo olvidar es matarlo.
—Yo no quiero matar a un animal —fue mi respuesta mirando al gato irse, ya de todos modos perdí la oportunidad.
Dejé el tema del gato a un lado y fruncí el ceño escuchando la voz de Zuri y de Adele desde el baño, están hablando, o eso creo.
— ...Te equivocas, Adele —masculló mi amiga al final, saliendo del baño, quedó de espaldas a nosotros, pero fue lo que pude oír por ahora. Esta se voltea observándonos.
—Después de todo tú amiguita andaba mirando un gato y ahora seguro el gato sabe verdades que pondrán en peligro —Aline me mira a punto de querer lanzarme cuchillas, no me creo lo traicionera que es.
—¿Blair? —Zuri jadeó sorprendida.
Aparté la mirada con los brazos cruzados y mejor opté por enarcar una ceja en cuanto Adele salió del baño mordiéndose una uña, no estaba preocupada, pero sí parecía que le rompieron el corazón.
Como a ti, mira que divertido.
Solo Aedus te celebraría eso.
—A ver, el gato se veía humilde, quizás no hará nada —declaré finalmente rascándome en la cabeza.
—No deberías de vivir aquí, crees que todos son humildes, pero al fin y al cabo no puedes confiar en nadie. Porque después todo sale a la luz —aquello que mencionó Aline me fue muy dentro en mi cabeza, recordándome a lo qué pasó hace rato.
—Tienes razón, podemos hacer algo con el gato, podemos atraerlo —respondió Zuri por mí ya que ella vió como me lo había tomado.
—¿Lo van a matar? —Aline se sorprendió.
—Bueno, no de la manera más fea del mundo pero...
—¿Qué? —me recuperé volviendo a la realidad.
—No... no lo maten, yo...
Esperamos a que Aline hablara, ya que se detuvo un poco incómoda. Alcé las cejas y bajé la cabeza atacándola para que hablara ahora.
Speak Nooow.
Vale, no es momento para ello.
—Puedo convertirme en gato.
Les prometo que estaba por emitir un chillido de ternura pero Zuri se me adelantó y se fue a abrazarla.
Es... demasiado loco, pero muy lindo.
—O convertirlo a él en manos y pies...
—¿No será en brujo? —intenté corregir.
—Lo que sea, pero no humano.
Aline es un caso, me aguanto una risa.
—¿Y entonces? ¿Cuando hablarán de mi dibujo? —Zuri cambió de tema con una sonrisita agarrándolo, ya está seco.
Aline lo agarra y empieza a ver por detalle como es, mientras lo hace. Quería aprovechar para enterarme de las novedades con el triángulo amoroso.
—Qué raro que no hablaste con Arturo —disimulé mal a propósito haciéndola enarcar una ceja.
—Los mandé a los dos a la mierda, cuando dejen de competir con quién me llevará a la cama primero me pondré más humilde —declaró en susurro igual que yo cruzando sus brazos.
Ambas miramos a Aline mientras para no perder la atención.
—Buena esa.
—¿Y tú con el otro?
Me mordí el labio inferior queriendo agarrarme las palabras y que no se me escapen, después dejo de hacerlo apartando la mirada porque no sé si decírselo.
—Nos besamos.
La boca de Zuri se abrió por completo en shock y mientas se iba cerrando las comisuras de sus labios se extendían contenta.
Cuando me iba a agarrar la mano, Aline interrumpió el momento.
—Está en un bosque lejos del pueblo de las brujas, está en lobos —Aline se asustó dejando el dibujo a un lado con brusquedad.
Arrugué las cejas sin comprender la exageración, pero relajo mis cejas de inmediato entendiendo de que sus emociones son diferentes a las mías. Un gatito seguro.
Un gato de dos años es.
Los niños deberían de dar ternura entonces.
—De acuerdo, de acuer...
Y justo Zuri iba a caer al suelo desmayada, y mencioné iba ya que cayó en mis brazos por suerte, horrible golpe se hubiera llevado.
Su piel se iba aclarando con si la sangre de su cuerpo se secara por completo o se la tragara una sanguijuela imaginaria. Me asusté por completo cuando sus venas otra vez brillaban.
—Están otra vez truqueando con la pobre niña —Aline suspira quitándola de mis brazos y ahora la lleva ella con los pies arrastrándose en el suelo y su cabeza en el pecho—. ¡Debe de ir en cama en lo que Aline encuentra que hacer!
—¿Aline? —hace una mueca enfurruñada cuando los dos hermanos están dentro, los peleados, por suerte— Ah sí, sí, de acuerdo.
Blair, piensa un poco.
Suspiro saliendo del cuarto detrás de Aline, que llevó a Zuri a la cama a acostarla con cuidado.
—¡Ustedes tres! —damos un respingo cuando vociferó—, traigan hielo, paños, sal...
—¿Qué? —repetí, Adele me mira con enojo y me jala del brazo.
No entiendo por qué se enoja o se irrita si la que está mal en este punto es ella, todavía sigue compitiendo con quien es el mejor para Zuri mientras que ella está en un estado delicado.
Pero si te besas a otro mientras tú amiga está en un estado delicado.
¿Podemos justificar eso como un acto de humildad y de respeto?
Ya, claro.
Que buen chiste hice ahí arriba seguro.
Creo haber chocado mi hombro con el cuerpo de aquel individuo, este no dijo nada, pero no sé por qué ahora me acosa después de lo que hizo. No quiero saber nada de él, así que me deje tranquila.
Alcanzo la cocina y recojo con Adele y Arthur, soy la única en terminar y lo primero que hago es atrasarme como lo idiota que soy.
Se me cayeron hielos.
Creo que Aline los necesita porque tendrá fiebre como ahorita. Ya arriba dejo el pequeño cubo de hielos en el suelo, suspirando, tenemos varias cubetas, porque no hay más grandes para esto.
—No sé cómo... hacer para que, detengan... esto, la magia de ellos... es más fuerte que la mía —murmura Aline agarrando las manos calientes de Zuri, su pecho sube y baja, y es lo que me alivia por ahora.
De repente, los tres me miran, buscaba un motivo con gestos en mi cara de cuál es la cosa, hasta que Aline suelta:
—Tienes que ir al territorio de los lobos, antes de que esto empeore. Creo sentir la presencia de un familiar tuyo, quizás no te maten, es la única forma de averiguar que sucede y seguro como detenerlo, su hermana es la que hace esto. El hechizo tiene como una barrera que no me permite hacer una obra de ayuda.
Quizás no la maten, vaya...
Asentí lentamente sin ningún problema, no me quejo de tener que arriesgar mi vida para salvarla. Ella es como una segunda hermana para mí, a pesar de que somos ex-novias, nuestra amistad de forma loca se fortaleció mucho.
—Iré —le aseguré, sonaba valiente de mi parte, pero la realidad es que por dentro no sé qué vaya a pasar.
Salí del dormitorio para poder llegar lo más rápido que se pueda, tengo que empacar un poco antes que todo.
Siento pasos detrás de mí, los ignoré porque total, no pienso invitar a nadie.
Agarré la mochila medio rota y abandonada y la abrí para empezar a echar solo lo más importante; un poco de comida, armas punzantes y algunas cosas del botiquín de primeros auxilios.
—Blair... —ya empezó Aedus de nuevo después de yo haberle pedido que me dejara en paz.
—Iré sola —le expliqué de prisa agachándome en la cama en busca de mis zapatos.
—Estamos hablando de licántropos, son bastante astutos, sabrán de inmediato que eres una humana —explica de forma tan tranquila que me hace querer mirarlo, está de brazos cruzados apoyándose del marco de la puerta.
Mi mirada se mantuvo en él por un rato, había contacto visual, y yo sabía que era yo la que debía de apartar la mirada en vez de él, pero me era imposible.
Verlo preocupado por mí me hacía pensar mucho las cosas desde ese beso, necesitaba una cachetada que me recordara que por ahora debo de mantenerme fuera de confianza de ellos.
Cuando Arthur habló en ese dormitorio, quería creer en lo que dice, pero no pensé tan temprano en que estamos hablando de otro vampiro por igual. Así que solo prefiero no creer en nadie hasta que me pueda dar una buena explicación.
Aparté la mirada observando debajo de la cama, sentí su mirada clavada en mí todavía, cuando encontré mis zapatos empecé a atar los cordones con rapidez.
—Si tanto quieres protegerme, me iré con Harper —fue mi respuesta y cambié de pie.
—Bien —no puso ni un solo pero y se retiró en busca de Harper.
####
Nunca pensé que Harper sería una buena compañía.
Nunca quiso acompañarnos, siempre se quiso quedar en casa, y ahora afuera, siento que la pobre se infravalora bastante, solo con verla digamos que me siento con una buena compañía. Es callada, no como sus amiguitos, y a pesar de que es un vampiro. Algo me dijo que daba igual, que no me iba a hacer daño.
—Me pareció raro que querías ir conmigo y no con el príncipe rojo —murmura la aludida, después de yo haber hablado de que es callada.
¿Callada?
Santa Madre de la Trinidad.
—No sé que me hablas.
—De Aedus, ¿de quién más, cariño? ¿Andas en un pentágono amoroso o qué?
Se me olvidó mencionar que... como ella tiene una velocidad extremadamente increíble, estoy encima de ella como caballito corriendo entre las dos por el bosque.
Aline quería ofrecer —antes de que nos fuéramos—, que nos lleváramos a Zuri, pero hay mucho riesgo para ello, y hay por entendido que lo que sea que tenga ella se lo pueden quitar desde donde sea que esté Lee.
—Ya quisieras, envidiosa —intenté joderla, esta se rió demostrando poca importancia y se detuvo en cuanto llegamos.
Es como cualquier otra entrada a otro bosque, no pensé que ella se sabía el camino de memoria. Supongo que es el olor a lobos o algo así.
—Aquí cuando entras... pues no se pueden usar tus habilidades sobrenaturales. Los licántropos lo ven como una amenaza —me quedé callada, caminando, pero está lo tomó como que yo no entendí—, ¿sabes cuando tienes algo rojo y hay un toro cerca de tuyo? Pues eso es lo qué pasa con los...
—Ya te entendí desde un principio, ¿sabías?
—Ah... es que yo no explico bien —comentó apretando sus labios, continuamos caminando hasta ver unas especies de casas parecidas a las de las brujas.
Pero al menos, estos en vez de vivir debajo de la tierra viven en cuevas y casas. Son muy pequeñas y abandonadas, más bien es como un pobre plagio de Crepúsculo, hasta que bueno, un rato después ya vi una gran cueva.
—Aline dijo que era cerca en una cueva un poco desmoronada —me recuerda Harper suspirando, me llevé una mano al cabello asomándome poco a poco.
—¿Cómo se supone que tengo que preguntar si hay alguien? —susurré en voz baja bastante perdida.
—Ay Blair... ni sé que haces en este pueblo —ella suspira lastimera y empezó a gritar—: ¡¿Hay alguien aquí?! ¿Licántropos o lo que sea..?
Y de pronto sale un moreno, lo primero en que pensé es que al fin ya hay un moreno en este lugar. Ya creía que eran unos racistas.
Apreté los labios viéndolo con una ropa un poco parecida a la de un mendigo, supongo que si este muchacho leyera pensamientos, podría matarme.
—Humana y un vampiro, muy interesante —fue su murmuro en cuanto nos observa con algo de diversión en su mirada.
Ya automáticamente me sentí incómoda.
Lo miré de arriba abajo y después observé a Harper, que al parecer iba a decir algo pero el cara de mendigo la interrumpió.
—¡Vengan chicos! Tenemos una... increíble visita —con tanta amabilidad era fácil de descifrar sus verdaderas intenciones, entreabrí mis labios.
—No, no... nosotros no...
Yo quería intentar gesticular algo, créanme, pero me quedé helada al ver a nada más ni nada menos a dos compañeros más. Y el último que salió andaba apresurado con ver que se trataba, ese último es mi hermano.
Chris.
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