¡Chiste ocho!
SeokJin caminaba en dirección al centro comercial para comprar los condimentos para la cena de ese día. Tras él iban JiMin y JungKook sumidos en una conversación sobre el mal humor de YoonGi.
— Chicos — habló el mayor interrumpiendo a los dos chicos.
— ¿Sucede algo, hyung? — cuestionó JungKook.
— Si todas las multas son delito... Lito debería de estar en la cárcel.
— ¿Por qué aceptamos venir? — susurró JungKook.
El pelinegro comenzó a reír enérgicamente, por lo que JiMin no pudo aguantar y comenzó a soltar unas cuantas carcajadas.
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