¿Por qué?
Una semana había pasado desde que Ivlis había vuelto con sus manos descamadas, ya no era tanto el dolor que sentía, agradecía en su alma que Rieta, Licorice, Poemi y hasta Emalf habían cuidado de él durante éste tiempo, Poemi le daba de comer, Licorice lo peinaba, Emalf lo ayudaba a cuidar de sus hijos y en lo que se le ofreciera durante el día y Rieta le ayudaba a vestirse en las mañana y cambiarse a pijama en las noches, además de bañarse, si bien le daba bastante vergüenza lo último, Rieta era su demonio de más confianza, por lo que era la única a la que le permitía acercarse más, además, no quería que sus hijos vieran su dañado cuerpo ni menos como estaban sus manos bajo las vendas que día a día Rieta cambiaba y de paso desinfectaba.
-Sus manos ya se ven mejor señor Ivlis –dijo la demonio mientras curaba sus heridas, si bien sus escamas las cuales protegían su piel no habían vuelto, su piel parecía estar prácticamente curada – sus manos son muy suaves ahora señor Ivlis –sonrió Rieta amable y se retiró del lugar, el diablo la miró y suspiro, era cierto que por fin sus manos ya estaban curadas, sin embargo era tan extraño no contar con sus escamas, pronto hizo una flama en su palma se sentía muy caliente, al menos antes sus manos estaban protegidas, ahora las sentía muy sensibles, se tocó la cara entonces realmente su piel era muy suave, abrió los ojos grandes y sonrió travieso, era hora de tocar diferentes cosas para ver si podía sentirlas tal como sentía antes, inicio por las almohadas, se sentían tan suaves al contacto con su piel directa, toco muchas cosas, su pelo, su cara, su cicatriz, etc. Tiempo pasó y escuchó unos gritos en el comedor, voló a ver lo que pasaba, ya que aún estaba algo convaleciente de la golpiza que le había dado Satanick hace unos días y le dolía el caminar, al llegar al lugar notó que el que gritaba era su torturador numero uno, quien estaba siendo cortado con una de las lanzas de Licorice y tenía como 20 de estas clavadas en distintas partes de su cuerpo el cual estaba botado en el suelo sobre un charco de sangre, Licorice parecía furioso y gritaba que lo odiaba mientras parecía que no tenía control de tanta furia acumulada que tenía, si seguía así iba a matar a su padre, Ivlis tragó saliva, realmente detestaba a Satanick por las cosas que le hacía, pero no quería que su hijo fuese un asesino, por lo que voló rápidamente donde el menor - ¡ya basta Licorice!- lo miró serio, el niño quien estaba en su versión adulta quedó inmóvil cuando vio a su madre con esa cara tan seria y fría mirándolo, entonces miró hacia abajo triste, había hecho algo malo y lo sabía, una lagrima se asomó de uno de sus ojos – pe...perdón mami... no ... no debí descontrolarme de esa manera, pero este sujeto tiene toda la culpa... -
-Lo sé Licorice, pero no quiero que te conviertas en un asesino – ve y llama a un médico, tampoco quiero que se muera, aunque sea una mierda –Licorice tragó saliva y fue entonces por un médico para que atendiese al diablo inconsciente en el suelo, no lograba entender por más que lo intentara por qué no le permitía matar a Satanick, el no sufriría por hacerlo, ni Glasses tampoco sufriría si lo mataba, los dos odiaban a su padre, el matarlo no sería algo problemático para nadie ¿por qué se preocupaba tanto de dejarlo vivo si lo pasaba torturando? No podía entender en que pensaba, miró entonces a su madre y vio que no paraba de ver a Satanick con una cara de lastima, Licorice tragó saliva y salió corriendo por el médico.
Ivlis miraba al diablo que sangraba en el suelo, notó que una lagrima se asomaba por su ojo, entonces se agachó para notarlo mejor, esa lagrima corrió por la mejilla del más alto e Ivlis se la limpio –no puedo creer que des tanta lastima hoy, eres patético- dijo el diablo de las llamas – ¿no te cansas de demostrar de esta manera que quieres a alguien? - lo seguía mirando en forma monótona y el otro no parecía responder – sé que no te gusta este tipo de situación, ni la forma que eres, no creas que no me he dado cuenta de la verdad, estúpido diablo – se volvió a colocar de pie y ahora le dio la espalda- si fueses menos sádicos... quizás... quizás yo... yo...-
-¿tu... me amarías? jeje- se escuchó una leve voz desde el suelo el cual hizo sonrojar al diablo de las llamas quien se dio rápidamente vuelta con la cara encendida de vergüenza ¿Satanick había estado todo este tiempo despierto? Tragó saliva y los ojos se le colocaron lagrimosos, se dio vuelta entonces nuevamente y dijo de forma engreída –¡Ja! Ni en tus sueños estúpido diablo-
-Jajaja tsk cofcof – escupió un poco de sangre y volvió a desmayarse, había perdido demasiada sangre ya estaba perdiendo signos vitales, la golpiza que le había dado su hijo menor había sido demasiada hasta para él, fue entonces que Licorice llegó con el doctor el cual a ver a Satanick quedó impresionado, comenzó a tratarlo.
El niño notó que Ivlis miraba atento lo que el doctor le hacía al diablo, con una cara algo preocupada, sentía tanto rencor que su madre colocara esa cara tan linda por preocuparse de su asqueroso padre, no lo podía comprender, realmente no lo podía comprender – te odio papá... te odio con todas mis fuerzas-
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comentario: ¬////¬ no me juzguen yo quiero romance xD aslkdlaskdjlsa
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