Capítulo 32: "Desencadenante"
Sotmi, sin despegar sus ojos de Yirene y Naely, no podía creer lo que veía.
—¡¿Por qué?! ¡Les dije que por nada se podían dejar atrapar! —Les recriminó Sotmi, no enojado, más bien impotente por no haber podido evitar que las atraparan.
—No nos dejamos capturar por gusto, idiota... Estas basuras parece que tienen la vista compartida y con uno solo que nos vio ya todos sabían nuestra ubicación... —Naely, forcejeando con los clones, explicó lo sucedido.
—Eso no lo sabía... —Admitió el médico con desaliento.
—Bueno, dejen sus charlas inútiles para después. Si los reuní a todos aún con vida, es porque necesito hacerles un interrogatorio, con el que claramente van a colaborar —les comunicó el capitán.
Todos estaban cabizbajos, sin energías. Sentían mucha rabia del solo recordar que en un momento del combate ellos parecían tener el control y que ahora estaban totalmente bajo su poder.
—¡Déjalos ir, por favor! —Le suplicó Daine con lágrimas en los ojos, pareciendo haber recuperado la memoria y ser consciente de lo que estaba sucediendo.
—¡Oh, vaya! Por fin hablas, ¿has vuelto en si?, ¡eso es bueno! —Celebró el número 2.
—¡Si a mí es a quien buscas, déjalos en paz, no les hagas daño y yo haré lo que digas! —Agregó airado.
—¡No digas estupideces, todos vinimos hasta aquí sabiendo a lo que nos exponíamos, no te dejaremos solo! —Expresó su hermana con la voz quebrada.
—¿Cuándo les dije que hablaran? —El capitán cuestionó secamente —solo lo harán cuando yo les diga —afirmó —. Y tú, mi estimado Daine, no tienes que actuar como el héroe, si todos colaboran nada pasará —agregó con una sonrisa.
Los pobres muchachos trataban de zafarse de sus ataduras con desespero, pero todo era inútil, solo se desgastaban más de lo que ya estaban.
—¡Bien, ahora si empecemos! —El C2 se acercó a las chicas —quiero saber: ¿qué son ustedes 2 de Daine?, ¿cuánto hace que lo conocen?, ¿qué saben de él?, ¿alguna característica o suceso a resaltar? Por favor, sean concisas al responder y no me hagan esperar, detesto que eso pase.
A la primera que señaló para responder a sus preguntas fue a Naely.
—No te diré nada, enano de mierda... —Contestó tensionando fuertemente sus mandíbulas.
—Pierdes tu tiempo, ¡imbécil!... No importa lo que hagas... No te diremos nada —Yirene fue contundente con su respuesta.
—Bien —musitó el capitán. Al instante, 2 clones arrastraron a Reinder y lo acercaron a él.
—E-espera... ¿Qué vas a hacer? —Fainder preguntó preocupado al ver que sujetaban a su hermano.
—¿Algunas últimas palabras? —Susurró el C2 en el oído del mayor de los hermanos.
Reinder se quedó helado. No tenía que hacer preguntas para saber a qué venia todo esto.
—Fainder... Siempre te juzgue mal... ¡Por favor, vive! —Sin pensarlo demasiado, fue lo último que dijo Reinder con un profundo sentimiento.
Acto después, el capitán le traspasó una cuchilla por el cuello 3 veces seguidas; brotando a chorros el líquido carmesí, que transformó en menos de un santiamén todo el terreno en una horripilante escena de terror.
Todos estaban conmocionados. Claramente, el más afectado era Fainder, que desprendió un desgarrador grito que retumbó en todas las calles de la ciudad al ver a su hermano ser asesinado sin piedad.
—Cállenlo —ordenó el C2 a sus clones.
Obedeciéndole, una de sus replicas le propinó un puño en la cara al desconsolado joven, reventándole un labio.
—Por favor, dejemos el drama para luego —pidió el capitán sin una pizca de compasión.
Las chicas se sentían fatal, automáticamente se atribuyeron esa muerte. No contestar fue la condena para ese joven.
—Dijeron que no dirían nada sin importar lo que hiciese, ¿ahora sí importa?
El C2 se dirigió a las dos, pero ellas no tenían tiempo para sus palabras, todavía estaban consternadas por lo ocurrido.
—¿Qué se siente saber que por ustedes ese humano haya tenido que morir? —Les interrogó con una voz cargada de maldad —tengo más preguntas y si no me responden, aún me queda otro humano que pagará su necedad, ¿entienden? —Advirtió mirando a Fainder.
—¡Eres de lo más despreciable que hay en este mundo! —Sotmi aseguró enfurecido —¡deja de usarlos para tus sucios planes! ¡Ellos ni nosotros somos juguetes! —Añadió.
—¿Juguetes?... No los considero de esa forma, más bien, son herramientas para completar exitosamente mi misión —replicó egocéntrico.
Daine todavía no asimilaba todo lo que estaba pasando. Estaba inmóvil, ni siquiera podía gesticular palabra alguna, pero cuando vio "algo" asomarse tras la esquina de un muro, su corazón se aceleró más que nunca.
—N-no... Tú no... —Murmuró moviendo su cabeza de lado a lado.
Sin que nadie se percatara de lo que había dicho y visto Daine, el capitán se acercó a Sotmi para continuar su interrogatorio.
—Dejaré que ellas reflexionen un poco más, antes de volverles a preguntar. Así que ahora serás tú quien conteste mis inquietudes, no está de más recordar lo que pasará si no lo haces —le dijo mirando el filo de su cuchilla.
—¡Déjalos en paz! —Todos escucharon una voz temblorosa e infantil a unos metros.
Cuando el C2 vio de quien se trataba, frunció el ceño de lo extraño que resultaba aquella escena.
—¿Un niño?
—¡¿Qué haces?! ¡Vete de aquí! —Daine gritó rápidamente al pequeño, pues se trataba de Seck, el niño que se encontró en una de las viviendas de la ciudad mientras huía de los soldados del capitán.
Seck sostenía con temor un cuchillo con sus dos manos.
—N-no m-me iré... No cuando te tienen capturado —habló mirando a Daine.
—¡Estoy harto de las intromisiones! —Dictaminó el capitán dirigiéndose al pequeño.
—¡No le hagas daño, tan solo es un niño! ¡Por favor! —Daine rogaba intentándose poner de pie.
—Por eso mismo debe aprender a no molestar a los mayores.
El capitán esquivó con facilidad el ataque del menor y arrebatándole el arma le dio una fuerte bofetada que lo mandó al suelo.
—¡¡AHHH!! ¡Déjalo en paz! —Daine, pensando en ayudar a Seck, logró levantarse y con las manos atadas trató de darle un golpe al capitán, pero antes, uno de los clones lo lanzó al suelo con una patada en el abdomen, haciéndolo escupir unas cuantas gotas de saliva y sangre.
—Vaya, vaya, parece que este niño es importante para ti, ¿verdad?, entonces lo utilizaré —arrastrando al pequeño de un brazo lo puso en frente de Sotmi —me dirás todo lo que sabes de Daine, ahora.
El joven doctor se vio obligado a hablar:
—No se mucho, hace poco lo conocí... Sé que tiene 17 años... Es alguien bondadoso y de buen corazón... En realidad... No sé más —respondió lentamente.
El capitán acercó su rostro, clavando sus ojos amarillos inexpresivos en Sotmi.
—¿Seguro que no sabes nada más? Como por ejemplo; ¿quién es su familia?, ¿con quién vive?, o... ¿Si tiene alguna habilidad especial?
Sotmi se quedó en silencio, pero sabía que no podía demorarse en responder:
—Solo tiene a su hermana y a su madre, sobre si tiene alguna habilidad, no sé a qué te refieres...—Declaró.
El C2 alzó el brazo del niño y con el cuchillo le hizo una cortadura superficial, pero suficiente para que comenzaran a salir gotas de sangre, acompañados de quejidos de dolor por el pequeño.
—¿Seguro que no sabes nada más? —Continuó el capitán con sus preguntas.
—¡Desgraciado! —Bramó Naely furiosa, dándole un codazo y una patada a los 2 clones que la vigilaban, y rápidamente agarró como pudo con sus manos atadas una de las cuchillas para atacar al capitán.
El ataque fue detenido fácilmente por el ágil número 2.
—Es inútil... —Le susurró al oído para luego darle un puño en la cara a la pelinegra.
Sin embargo, en ese momento, él sintió un fuerte dolor en la parte posterior de su pierna derecha, y en un acto reflejo, arrojó al azar una puñalada con gran potencia hacia atrás de sí mismo.
Todos quedaron perplejos al notar que acababa de apuñalar violentamente a Seck en la espalda. El pequeño se derrumbó lentamente, tal como hoja seca cuando se desprende del árbol en otoño.
—Así que fue el mocoso quien me hirió... Bueno, no lo pensaba matar tan rápido, pero que se le va a hacer —expresó secamente, mientras el cuerpo se desangraba.
A Daine se le nubló la visión. Su corazón parecía latir más lento con cada segundo que pasaba, sintió que su respiración se detenía por un instante y en un último intento de alcanzar a Seck, extendió su mano por la tierra manchada de sangre, pero esta fue pisoteada por un clon. A pesar de ello, él no sintió ningún dolor, así que pudo alcanzar con sus dedos el mentón del pequeño.
—Por favor... Cuida a mi hermanita... Por fav-v... —Tras pronunciar sus últimas palabras, sus ojos se cerraron para siempre a la temprana edad de 8 años, que fue suficiente para conocer los horrores de la vida.
—N-no... E-espera... ¡Seck!... ¡¡Seck!!... ¡¡¡Seck!!! —Cada grito era más fuerte que el anterior.
Daine comenzó a golpear con gran fuerza el suelo con sus manos, sin importante que estas se hirieran en el proceso.
—¡¡TE MATARÉ!! —Grietas empezaron a formarse a su alrededor —¡¡TE HARÉ PEDAZOS!! —Una extraña brisa azul lo iba rodeando en forma de remolino —¡¡NO QUEDARÁ NADA DE TI!! —La atadura de sus manos se rompió en mil pedazos —¡¡ESCORIA!! —Sus ojos se blanquearon por completo.
Su hermana, sus amigos y hasta el mismo capitán, estaban sorprendidos por lo que estaba sucediendo.
—¿D-Daine?... ¿Eres tú?... —Murmuró Yirene sin dar crédito a lo que veían sus ojos.
—¿Alguien me puede explicar que le está pasando a Daine? —Inquirió boquiabierto Sotmi.
—Creo que la muerte de ese niño, fue el desencadenante del extraño poder que guarda Daine...—Naely supuso pensativa.
Fainder permaneció en silencio. Simplemente no comprendía lo que veía, al igual que todos.
—Ahora si no cabe duda que eres a quien buscamos... Pero hay tantas cosas raras, que no logró entender por completo todo esto —habló el capitán con muchas dudas en su cabeza.
En un abrir y cerrar de ojos, Daine atravesó con sus manos las frentes y entrecejos de los clones que lo vigilaban, borrándolos del mapa.
—¡Atrápenlo! —Ordenó el C2 a 2 de sus clones.
Antes de que pudieran hacer algo, desaparecieron al ser traspasados por un puño en su punto débil, y como un rayo, también eliminó a los clones que tenían capturados a sus amigos y hermana.
«Es muy veloz, casi que no puedo seguirlo con la mirada... ¿Pero por qué hasta ahora utiliza sus poderes?... Además, no tiene los supuestos anillos verdes que se nos indicó» el capitán seguía procesando la situación, «no importa... Sea como sea, tengo que atraparlo» se decidió.
—¡Formación C! —Indicó el C2 a sus clones restantes, unos 80.
De inmediato, todos formaron un círculo encerrando a Daine, y a la señal del original lanzaron sus cuchillas hacia él, tratando de no darle a órganos vitales. Mas este, —más veloz que nunca— lo esquivó todo, pasando derecho las filosas armas a las manos de los clones que estaban en el otro lado.
—Que veloz, ¡de nuevo! —A su mando, volvieron a atacar.
Esta vez Daine no evadió ninguna cuchilla, decidió atraparlas y al mismo tiempo devolvérselas a una velocidad descomunal. Sus movimientos eran prácticamente imperceptibles.
Todos estaban sin palabras ante lo que acababa de hacer, pero más al notar que no solo lanzó las cuchillas al azar, sino que incrustó una buena parte de estas en el punto débil de los clones, eliminándolos.
«Acabó con 20 como si nada... Es una locura» el número 2 no salía del asombro, cuando vio a Daine sujetando una enorme piedra con las manos.
—¡AHHH! —Bramando como una bestia, desquebrajó la roca en cientos de pedazos.
—¡Formación B, ahora! —Señaló el capitán a sus réplicas. Esta vez, se agruparon en parejas; uno adelante del otro, y en carrera dirigiéndose a Daine, el clon que iba primero lanzaba la cuchilla por arriba y el segundo lo hacía por abajo. De esta forma lo hicieron todos al tiempo.
Pero tampoco les dio resultados; fueron evadidas fácilmente. Sin perder el tiempo comenzó a arrojarles con gran fuerza aquellos pedazos de roca, directo al entrecejo. Los terrones fueron disparados tan rápido, que muchos clones no pudieron esquivarlos y más de la mitad sucumbieron.
El número 2 estaba atónito, aunque raramente sus emociones salían a la luz, esta era una de esas escasas ocasiones; el miedo poco a poco se apoderaba de su ser.
—No puede ser... Es más fuerte de lo que pensaba, en ningún momento dio indició de ser tan poderoso... —Masculló.
Sus sentidos se activaron al observar a Daine acercándose. Golpeaba a todos los clones que se encontraba en su camino.
—¡Protéjanme! —Ordenó a sus clones, quienes formando una fila, se hicieron adelante del capitán empuñando sus armas sin ningún temor, caso contrario al verdadero.
Daine cruzó sus brazos al frente y después los movió hacia atrás desprendiendo un gran grito, esto provocó una gran onda de aire que expulsó a la mayoría de las copias del capitán a cientos de metros por los cielos. Luego, evadiendo las cuchillas de los restantes, le propinó un puño en la frente al primero de la fila, ocasionando un efecto domino. Derribándolos al instante.
Sin preverlo, un múltiple ataque de cientos de cuchillas efectuado por el cuerpo original se dirigía él.
«Espero no muera... Si es tan poderoso, aunque sea impactado por unas cuantas no debería morir» pensaba con preocupación el capitán.
Mas sin embargo, la preocupación del capitán pasó a convertirse en asombro. Pues la brisa que rodeaba a Daine había detenido a cada una de las cuchillas, como si se tratase de un escudo impenetrable.
—¡Morirás! —En bien pronunció aquella palabra, el joven de mechones morados efectuó un extraordinario salto, llegando en segundos al frente del C2.
Logrando esquivar por suerte el primer movimiento de Daine, el capitán le lanzó una patada a la cara, pero al impactar, quien resultó herido fue él mismo; era como si su cuerpo fuera de metal. Al momento de detener un segundo golpe de Daine, el capitán se quebró un brazo.
—¡Ahhh...! —Gimió el número 2. Su sangre goteaba la polvorienta calle.
Daine, sin detenerse, volvió a tacar dirigiéndole una patada, que por poco acierta en la cara, sino fuera porque uno de los clones se atravesó recibiendo todo el impacto en su cabeza, despedazándose en mil pedazos. El C2 aprovechó para deslizarse por debajo de Daine y pasar por entre sus piernas y con un cuchillo lo intentó apuñalar en la espalda, pese a ello, no recibió ningún daño. El capitán, enfadado, lo intentó 2 veces más, pero tampoco resultó. Extrañamente su piel era demasiado resistente. En cambio, al capitán no le fue nada bien; fue lanzado como un muñeco de trapo por los aires, impactando contra la pared de una casa que se derrumbó en la colisión.
—¡Daine, cuidado! —Le avisó su hermana desde la lejanía.
Al girar, se dio cuenta que 3 clones le bolearon sus cuchillas; las primeras 2 solo rebotaron en su cuerpo, pero la última si le causó un corte en la espalda. De repente, aquella corriente de aire que lo rodeaba desapareció, y sus ojos volvieron a la normalidad y sin fuerzas se desvaneció.
Curiosamente, los clones restantes por ser derrotados, solamente se evaporaron.
Yirene y Fainder corrieron sin pensarlo para ayudar al chico de ojos verdes, mientras que Sotmi, empuñando el hacha y el arco de Yirene, se fue lo más rápido que su cuerpo le permitía hacia donde estaba el capitán.
Saliendo de los escombros de la casa, el C2 se encontraba muy malherido. Todo su cuerpo sangraba, cada movimiento que ejecutaba le producía un inmenso dolor. Al caminar arrastraba sus pies ya sin fuerzas.
«Ya no puedo seguir luchando, mi cuerpo no resistirá más... Para empeorar la situación, los clones que quedaban desaparecieron por mi falta de touzer para manejarlos... Ya utilice todo mi poder clonador... En pocas palabras estoy acabado... Pero al parecer él también lo está» reflexionaba.
Caminando apoyado en las paredes de las casas, se molestó considerablemente al ver a Sotmi aparecer al frente suyo.
—Vaya, y yo que me quejaba de mis heridas, pero viéndote capitán, estás peor que yo —declaró el joven.
—Es verdad... Por eso no pelearé más —al decir eso, sacudió una de sus mangas, cayendo de esta otro objeto redondo, que al oprimirlo emanó un inmenso humo negro que se disipó por todo el lugar.
—¡No, otra vez no! —Sotmi lanzó a la suerte su hacha y una flecha al sitio en donde estaba el capitán, pero no tuvo éxito, por lo que en medio de aquella oscura nube trataba de encontrarlo.
Por su parte, el C2 estaba caminando por entre las calles lo más rápido que podía, haciendo uso de todas sus energías restantes.
«Si logro llegar a la nave espacial antes de que me encuentren, me salvaré... Es lo último que puedo hacer » pensaba.
—Ya casi, ya casi, falta poco... —Susurraba al ver la nave cerca.
—¿Por qué tan agitado, capitán? —Él, al oír una voz femenina, se detuvo para corroborar de quien se trataba o si había escuchado mal y sus sentidos ya lo estaban engañando. Al hacerlo, sintió como sus entrañas se abrían para darle paso al filo de una espada, la cual le atravesó todo el vientre.
—Te tengo, enano problemático —al voltear la mirada, el número 2 se encontró con el frio rostro de Naely, que lo contemplaba sin retirar su espada.
Aunque trató zafarse, no le fue posible, y así como él lo había pensado hace instantes, estaba acabado.
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