Capítulo 27: "punto débil"
Daine no sabía que decir ante las palabras dichas por el capitán, solo permaneció con una mirada expectante viendo como él se le acercaba lentamente.
—Sé que lo que te pediré sonará sin sentido... Pero deberías considerarlo —anticipó el C2.
Daine no tenía ni idea a que se refería.
—¿Qué es?... —Inquirió arqueando una ceja.
—Déjate capturar sin oponer resistencia, por tu bien y el de tus amigos —le propuso el capitán con una fría voz.
Daine al escuchar semejante petición se exaltó considerablemente:
—¡¿Qué idioteces dices?! ¡¿Crees que he venido hasta aquí solo para dejarme capturar sin ningún motivo?! ¡Solo dices estupideces!
El C2 suspiró ante la airada respuesta de Daine.
—Piénsalo... Yo de ti aceptaría... Claro, lo haría si me interesara la vida de mis amigos —trató de convencerlo.
—¡Ni creas que caeré en tus sucias palabras! —Replicó sin pensarlo —y tranquilo, no tienes que preocuparte por mis amigos, ellos son fuertes y nada les pasará... ¡Entre todos te derrotaremos! —Afirmó empuñando una mano.
Al saber la respuesta de Daine el capitán solo hacía un gesto de negación moviendo la cabeza de lado a lado.
—Veo que no es posible razonar contigo... No me queda otra opción más que por la fuerza —declaró sujetando una cuchilla.
—Antes de empezar, necesito saber si eres el original, si es así, tengo que hacerte unas cuantas preguntas —dijo Daine mirándolo fijamente.
—¿Preguntas?... Que curioso... Sin embargo, solo responderé si aceptas mi propuesta —insistió el capitán.
—¡Eso es absurdo! —Recalcó —bueno, si no cooperarás tendré que hacerte hablar —Daine fijó las miras de las pistolas en el cuerpo del capitán.
Dado que ninguno de los 2 accedió a las peticiones del otro, dieron inicio al combate. Daine lo enfrentaba con las 2 armas de fuego más la lanza de doble punta, y por su parte el capitán lo hacía con las 2 cuchillas curvilíneas que tenía.
De vuelta con Yirene, las cosas se le estaban dificultando en su pelea contra el C2. Aunque ella logró darle un disparo en un brazo y en una pierna, él seguía como si nada, solo era un poco más lento de lo normal, pero a ella ya se le había agotado las municiones de la pistola, dejándola sin ningún arma de fuego utilizable.
Yirene sujetó el arco que traía colgado tras su espalda y tomando una flecha la posicionó en este.
«Dudo que ataques como estos tengan algún efecto en él... Si ni siquiera esas armas de los soldados pudo detenerlo... Mucho menos esto» reflexionaba estirando la cuerda.
—Esa es un arma interesante, se llama arco, ¿verdad? —Indagó el número 2.
—Así es, y será el motivo de tu muerte —sentenció haciendo el primer lanzamiento.
El capitán se arrojó al suelo esquivando por pocos segundos la flecha. Yirene rápidamente sacó otra flecha y la disparó, pero también fue evadida por él dando un giro como si se tratase de un gran acróbata. El C2 se incorporó y comenzó a correr hacia ella, al tiempo que eludía 2 flechas más. Ya a menos de 3 metros atrapó con una mano una tercera flecha y se la devolvió con bastante fuerza, afortunadamente ella la pudo sortear, aunque a lo siguiente no le pudo hacer frente; antes de que pudiera defenderse un fuerte golpe recibió en el abdomen, seguido por una patada lateral en sus costillas que la derrumbó de rodillas en el acto.
El C2 la agarró del cuello bruscamente con una mano dificultándole la respiración. Yirene, empuñando el cuchillo que tenía en su pantaloneta, intentó apuñalar al capitán, quien la detuvo sujetándola con su otra mano. Ella cada vez con menos oxigeno tomó una piedra de la calle y le dio un golpe en la cabeza al C2 haciéndolo sangrar, y repitió esta acción 3 veces más magullándole la sien tremendamente. A pesar de ello, él no la soltaba.
Las fuerzas se le acababan a Yirene que intentaba con otro golpe que la soltara del cuello, sorpresivamente así lo hizo, la mano que sujetaba su garganta la había dejado, y pudo tomar una bocanada de aire al instante, sintiendo que el alma le volvía al cuerpo. Pero su alivio se acabó cuando vio que ahora el capitán le dirigía una cuchillada directo a su cuello. En un acto de desesperación Yirene detuvo la filosa hoja con su mano izquierda hiriéndose horrorosamente, desprendiendo un ensordecedor grito de dolor.
El capitán parecía levemente asombrado por la voluntad de la chica por pelear, pero sin importarle eso y el sufrimiento que ella padecía, le propinó una patada en el abdomen quitándole el poco aire que había podido recuperar. Ya sin fuerzas Yirene soltó la cuchilla y cayó al piso, ya había perdido todas sus ganas de luchar y esperanzas de vivir, solo esperaba la llegada de su muerte.
—Eres de las pocas humanas que han podido hacerme frente, eso lo reconozco, pero si eso era todo, acabaré con tu miserable vida —sentenció alzando la cuchilla manchada de sangre, ella solamente cerró los ojos.
De un momento a otro Yirene pudo oír un extraño ruido acompañado de un tenue gemido cerca de ella, por lo cual abrió los ojos y observó con estupefacción que un hacha atravesaba el pecho del C2, quien estaba de rodillas y escupiendo sangre.
—¡Déjala en paz, desgraciado! —Gritó Sotmi aproximándose con prisa hacia ellos.
Yirene, aún no podía creer lo que había pasado, todo fue tan repentino que dudaba que eso fuera real.
El capitán se retiró el hacha y agarrándola se levantó lentamente, sus ojos desprendían odio hacia Sotmi y aunque estaba sangrando emprendió una carrera hacia él, pero 2 tiros impactaron en una de sus rodillas haciéndolo caer de cara contra la calle empedrada. Enseguida Sotmi le levantó la cara de una gran patada, el número 2 intentó atacarlo con el hacha como respuesta, mas no le fue posible gracias a la rápida reacción de Sotmi al esquivarlo y como un rayo con una mano le arrebató la filosa arma.
—Es inútil enano, estas acabado —pronunció Sotmi sujetándolo con una mano del cabello y ejerciendo una sorpréndete fuerza lo alzo, dejándolo suspendido en el aire, para luego pegarle dos puños en el estómago y rematar clavándole un cuchillo en el cuello, de donde comenzó a emanar un rio de sangre que recorría todo el pequeño cuerpo del C2 y también el brazo de Sotmi.
La impresión de lo que estaba sucediendo eran tan fuerte que la rubia solo se limitó a observar con la boca abierta.
—Eso te pasa por lastimarla —comentó Sotmi soltando el capitán al piso.
Sotmi se acercó a Yirene y agachándose sujetó su mentón con delicadeza para inspeccionar su rostro.
—¿Estás bien? ¿Alguna herida preocupante? —Le preguntó.
Yirene, con pocas fuerzas se incorporó y se puso de rodillas para quedar a una altura similar a la de él.
—Gracias... Por ayudarme... —Pronunció con una frágil voz.
—No tienes que agradecerme... Lo hiciste muy bien, sino fuera por la increíble resistencia de ese tipo, hubieras ganado —reconoció Sotmi.
—No importa, igualmente no pude... —Se lamentó sintiendo impotencia.
Con un cuchillo Sotmi rasgó un pedazo de su camisa y dándole una palmadita en la frente a Yirene le habló:
—¡¿Por qué no me respondes?! ¡Te dije que si tenías alguna herida grave! —Le reprochó al observar la herida profunda que tenía en la palma de la mano izquierda, que aunque ella trataba de ocultar no le fue posible.
—Esto... Umm... No es nada —trató de no darle importancia.
Sotmi sin prestarle atención a lo dicho, tomó su mano y comenzó a vendarla con el pedazo de trapo.
—Esto será suficiente por el momento, cuando acabemos con el capitán trataré mejor la herida con las pomadas y desinfectantes que dejamos en las afueras —le indicó terminando el vendaje.
Yirene intentó ponerse de pie pero en su intento casi se cae sino fuera porque Sotmi la sujeto por la cintura.
—Todavía estás débil, necesitas descansar —le aconsejó —te llevaré a alguna casa para que te recuperes —Sotmi sorpresivamente la cargó, pegando su esbelto cuerpo contra su pecho firme y musculoso.
—... ¿Q-que haces? ¡B-bájame! —Le exigió a la vez que su rostro se ruborizaba sobremanera.
Sotmi solo sonrió y comenzó a caminar hacia la vivienda más cercana, pero en ese instante Yirene vio algo atrás de él que la dejó aterrada.
—¡Cuidado! —Advirtió, pero como él estaba de espalda no podría reaccionar a tiempo, por lo que ella agarró a Sotmi por el cuello con los 2 brazos y con todas sus fuerzas hizo que se cayera junto con ella.
Sotmi estaba confundido por lo que acababa de pasar, mas sin embargo, cuando vio pasar una cuchilla arriba de su cabeza comprendió lo que Yirene hizo. Cuando él volteó a mirar la dirección de donde provenía el ataque quedó boquiabierto.
—¡Esto no es posible! —Entonó con una expresión incrédula al ver que quien había lanzado esa cuchilla era el clon con el que había peleado inicialmente. A pesar de tener el rostro y cráneo deformado por el disparo que él le había dado en la boca, estaba de pie y mirándolo atentamente.
—¡Mira eso! —Le dijo Yirene al observar que el otro sujeto que Sotmi acababa de apuñalar en la garganta se estaba levantando como si nada y ya había dejado de sangrar, aunque mantenía la herida abierta.
—¿Acaso no hay una forma en que se mueran? —Se cuestionó Sotmi al tiempo que se ponía de pie con Yirene.
—La razón por la que no se pueden eliminar estos sujetos es porque deben ser clones y por lo visto no tienen la capacidad de sentir, por eso no importa las heridas que les hagamos, no se detendrán... O eso pienso —Yirene le explicó lo que ella creía.
—Si eso es verdad... Este combate se va a prolongar demasiado —declaró el joven médico —aún así, debe tener algún punto débil o una forma de derrotarlo —agregó con esperanza, empuñando el hacha y la pistola.
Entre tanto, el capitán efectuaba rápidos e intensos ataques contra Naely con sus 2 armas cortantes, ante los cuales Naely confrontaba con una admirable destreza con su espada, sin embargo, ante un pequeño mal movimiento de ella el C2 aprovechó y enterró las cuchillas en un pequeño agujero que tenían las 2 armas de fuego de Naely y haciendo un movimiento de giro rápido y fuerte desbarató las pistolas. Ella al ver lo que hizo dio un salto alejándose de él.
«¿Cómo pudo dañarlas en una fracción de tiempo tan pequeña?... Este capitán es más ágil que el C1... Aunque con menos fuerza física» detalló mientras botaba las partes de las pistolas a la calle.
—¡Ya fue suficiente el calentamiento, ahora si te eliminaré! —Le advirtió Naely desenvainando la segunda espada.
—Otra espada no cambiará nada —habló el número 2 cruzando los brazos.
«Primera vez que pelearé manipulando 2 espadas al tiempo en una situación real de combate... El tarado de Sotmi tenía razón, este es un gran desafío para mí, así que debo intentarlo» reflexionó momentos antes de poner a prueba el resultado del entrenamiento.
Sin pensarlo más arremetió contra el capitán con las 2 armas, y aunque sus movimientos ahora eran un poco más lentos, podía defenderse mejor y proporcionar más ataques. Él pudo sortear sus primeros asaltos, pero en un momento determinado le fue imposible detener una de las espadas que terminó por rebanarle una mano, dando inicio a un importante derramamiento de sangre.
—¿Cómo te atreves? —Indagó el capitán, no con dolor, sino con ira, algo notable por primera vez en él.
El C2 la iba a atacar con la otra cuchilla cuando esta le fue zafada por un golpe de la espada de Naely, quien acto seguido le realizó un corte hasta llegar al hueso en una de sus piernas, provocando que este se desvaneciera inmediatamente.
—Y supuestamente 2 espadas no harían diferencia... ¿Ahora qué opinas, capitán? —Comentó arrogante viendo el charco azul de sangre que se iba formando alrededor de él.
Naely empuñando una de las espadas se disponía a cortarle la cabeza, pero segundos antes el C2 dio un veloz giro en el piso pegándole una patada en una rodilla alterándole el equilibrio, derribándola de rodillas. Velozmente agarró una cuchilla y la clavó en el pie derecho de ella logrando que soltara un quejido, pero gracias al calzado la herida no fue tan profunda. El capitán pensaba repetir el ataque, no obstante, Naely le enterró una espada en la cabeza deteniéndolo en seco, chispeándose de sangre todo el cuerpo.
Ella sacó la espada del cráneo del C2 y miró la escena con repulsión.
—Que asco... —la pelinegra se pensaba levantar cuando el rostro del capitán se levantó mirándola fijamente.
—¿A dónde vas? —cuestionó con una gran sonrisa.
Naely, aunque estaba ciertamente perturbada, no dudó y con la espada más pequeña lo atacó al rostro, para su sorpresa esta fue detenida por un mordisco del capitán, quien perdió varios dientes y recibió un corte tremendo en la boca al hacer eso. Ella intentaba zafar la espada pero no podía, él no la soltaba así se hiriera horrorosamente los labios y el paladar.
—¡¿Quién demonios es este tipo?! —Interrogó con impaciencia.
El capitán le lanzó una puñalada sin éxito al ser esquivada con cierta facilidad. Naely tomó su otra espada y le cortó la otra mano para que no pudiera volver a atacarla.
—¿Cómo puede seguir peleando en ese estado? Ha derramado demasiada sangre y las heridas son severas... No importa... Ya está mutilado, no me podrá hacer nada —habló para sí misma mientras se levantaba del suelo.
Ante la imposibilidad de poder erguirse, el C2 comenzó a arrastrarse como si fuera una serpiente hacia ella. A Naely le causaba mucha impresión ver lo que él hacía, congelándose por unos segundos sin saber que hacer hasta que se decidió y le hizo un corte en la nuca que casi lo parte en dos, aun así el capitán trató de morderla en un pie con las pocas fuerzas que le quedaban.
—¿Es que acaso no existe una forma de matarlo? —Naely estaba desesperada ante esta situación.
El clon sujetó con la boca la cuchilla y con mucho esfuerzo trataba de ponerse de pie, y aunque al final lo logró, la pierna que estaba herida quedó de rastras, por lo tanto todo el peso estaba en su otra pierna, dificultándole el poder moverse.
—Por lo que veo todavía tienes fuerzas... ¡Tal vez no sientas dolor, pero si te destrozo por completo ya no podrás hacer nada! —Exclamó Naely alzando la voz.
De inmediato, con sus dos espadas inició a proporcionarle múltiples cortes por todo su cuerpo, como si estuviera rebanando carne. El C2 le lanzó la cuchilla pero su ataque no tuvo resultado alguno al ser desviado por una de las espadas. Debido a tantos ataques el capitán cayó nuevamente a la tierra, en la cual poco o poco se iba formando un océano de sangre.
Las intensas arremetidas de Naely no paraban; cortes en los brazos, en las piernas, en el pecho, en el abdomen, en la cabeza, en el rostro y en la espalda no daban oportunidad para que él pudiera hacer algo. La respiración de Naely con cada movimiento de sus espadas se agitaba más y más, gotas de sudor comenzaron a bajar por su frente y el cansancio se hacía más notable, sin embargo, cuando uno entre todos los ataques impactó en el espacio existente entre los 2 ojos, el capitán desapareció por arte de magia, junto con toda la sangre derramada, como si nunca hubiese estado allí.
Antes que ella se diera cuenta de eso las espadas chocaron contra el suelo, retumbándole los brazos del golpe.
«Pero... ¿Qué acaba de pasar? ¿Dónde está? ¿Cómo pudo desaparecer? »Se preguntaba aún sin entender que pasaba. «Oh... Espera... El último ataque que le hice fue hacia su... Entrecejo... Bueno, lugar que debería existir si tuviera cejas» recordó el lugar en donde una de sus espadas hirió al capitán antes de que desapareciese.
—Acaso... ¡¿Ese es su punto débil?!... Sí, debe ser eso... ¡Tiene que serlo! —Dedujo al analizar lo ocurrido hace instantes —¡tengo que ir y decirle esto a los demás! —Se propuso y de prisa comenzó a dirigirse hacia donde estaba Daine peleando.
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