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Capítulo 26: "Entra en acción el Capitán 2"


Después de luchar contra los soldados, por fin hacía acto de presencia su objetivo, el capitán número 2, el cual los observaba con una mirada de indiferencia. Como nunca lo habían visto inicialmente no lo identificaron, pero al observarlo mejor lo comprendieron. 

—¿Acaso él es el capitán 2? —Se preguntó Yirene clavando su vista en aquel hombre que vestía el mismo uniforme que el C1; camisa roja y pantalones dorados. 

Naely lo miró de arriba abajo con detenimiento para después hablar:

—Es lo más seguro, su ropa es diferente a la de los soldados... Además, de acuerdo a los relatos se dice que es un sujeto de baja estatura y de cabello dorado, así que concuerda a la perfección —concluyó.  

—Sí, es verdad. Y si se fijan bien, en su uniforme, dice "C2" en la parte derecha de su camisa —se percató Sotmi de ese detalle al observarlo mejor.

Las chicas dirigieron sus ojos a esa zona de su ropa y efectivamente tenia marcado dicho número en su uniforme, dejando las dudas esclarecidas en su totalidad. 

—¡Pero vaya, sí que es muy pequeño! —Soltó una carcajada Sotmi —¡parece un niño de 10 años! —Agregó de forma burlona.

—Es cierto, se ve pequeño y frágil... —Yirene le dio la razón —pero volviendo a lo importante, tenemos que ayudar a Diane, no nos podemos separar —les recordó. 

—Sí, sí, lo sé —Sotmi dio unos pasos hacia el capitán empuñando el hacha —ustedes vayan a buscar a Daine, yo me encargaré de esto mientras tanto —les indicó con la confianza que lo caracterizaba. 

Las dos asintieron y aunque les parecía algo arriesgado dejarlo solo, lo hicieron de todos modos, dando una curva para tomar otro camino. Iban con ligereza buscando a Daine cuando de un techo saltó un sujeto, y ese sujeto era nada más y nada menos que el C2. 

Ellas intercambiaron miradas de desconcierto, pues se suponía que el capitán estaba con Sotmi, así que de inmediato voltearon a ver y efectivamente así era, allí estaba, por lo tanto recordaron su habilidad.

—Ya veo... Ya está utilizando sus poderes, pero... ¿Cuál es el verdadero? ¡Se ven exactamente iguales! —Comentó preocupada Yirene.

Naely se hizo adelante de la rubia sin previo aviso.  

—Continua buscando a Daine, yo detendré a este individuo —dijo colocando la mira de la pistola en el capitán.

—De acuerdo. Cuídate, por favor —Yirene cambió de calle y apresuradamente buscaba a su hermano.

Desde la distancia pudo ver a 2 soldados que al parecer estaban persiguiendo a alguien por un callejón.

«¡Allá debe de estar Daine!» Habló para sí misma con angustia.

Repentinamente, detrás de una casa salió otro clon que bloqueó el trayecto de Yirene.

«¿Mas? No quiere que nos acerquemos a Daine... » Supuso.

—¿Tu eres el verdadero capitán 2? ¿O solo otro clon? —Le cuestionó alzando la voz. 

—No lo sé, ¿tú que crees? —Le respondió con otra pregunta, sin denotar expresión alguna. 

Yirene se molestó, y sin tiempo para tener ese tipo de conversaciones le disparó 2 veces seguidas, balas que con éxito fueron esquivadas por el capitán.

—No puede ser... —Expresó aterrada ante la gran velocidad de reacción del número 2.

El capitán sacó de un bolsillo un tipo de cuchilla curvilínea de gran filo y sin mediar palabra se fue hacia Yirene. Ella volvió a atacar con las pistolas, sin embargo él evadió todos los tiros ágilmente. Su pequeña estatura definitivamente le ayudaba a ser un blanco difícil de acertar.

Ya cerca de Yirene, le lanzó una puñalada hacia el vientre, que la rubia pudo evitar por pocos centímetros al girarse. El C2 arremetió nuevamente, y al estar tan cerca ella ya no podía dispararle, así que tomó un cuchillo que tenía atado en su pantaloneta y detuvo el ataque; chocándose los 2 filos de las armas blancas. 

Ellos forcejearon unos cuanto segundos, hasta que la cuchilla se deslizó haciendo un corte en los dedos de Yirene, quien gimió del dolor retrocediendo unos cuantos pasos. El número 2, velozmente, le propinó un puño en el abdomen logrando que ella se inclinara del golpe, acción que aprovechó para tomarla del cabello y tirarla de este hacia él, para darle un golpe en el rostro, rasgándole un labio, luego le dio una patada en un costado lanzándola al piso como un costal de papas.  

Yirene quedó inmóvil apretándose el abdomen y la boca para tratar de reducir el malestar, pero al ver que el capitán empuñaba la cuchilla pensando darle el golpe final, con ligereza agarró un puñado de tierra y se la lanzó a los ojos, nublándole así la visión. Aún teniendo los ojos cerrados, el pequeño ser le dirigió una puñalada a Yirene, siendo un intento fallido al ser fácilmente esquivada por ella. 

Poniéndose de pie, Yirene le dio un puño en la cara y una patada en el estómago logrando derribarlo.

—¡Maldito, pagarás lo que me has hecho! —Declaró furiosa, encestándole 2 cuchillazos en la espalda.

A pesar del daño recibido él no mostraba ninguna señal de dolor o sufrimiento. Ella se alejó un poco del capitán y apuntándole con la pistola pensaba darle el tiro de gracia, mas cuando apretó el gatillo nada pasó. 

—¿Por qué no disparó? —Se preguntó confundida.

—Tal vez le falta la munición... ¿No crees? —Comentó el C2 incorporándose lentamente.

Yirene revisó la pistola y se dio cuenta de que en efecto estaba vacía, pero no debería ser así, estaba segura que aún le quedaba más de la mitad de las balas, entonces volteó a ver al capitán y se dio cuenta que él tenía en su mano los proyectiles. 

—¿Pero en qué momento?... No tiene sentido —declaró con consternación.

Yirene no se percató que cuando la sujetó del cabello y la golpeó, él extrajo con sigilo las balas de una de las armas que sostenía en sus antebrazos.

El capitán arrojó la munición varios metros atrás de él, entre las piedras y hojas que adornaban las calles.  

—Eres muy lenta.

—¡No creas que has ganado solo por eso! —Ella botó el arma vacía al piso y le apuntó con la otra pistola que tenía sujeta en su brazo izquierdo —a esta si no le pudiste quitar las balas.

—No importa, igual perderás —mencionó despreocupado acercándose a ella.

«No entiendo... Lo apuñale 2 veces en la espalda, no debería poder moverse así como si nada, es como si no sintiese dolor... Tal vez los clones no son capaces de sentir, y si es así, este es uno de ellos y no el verdadero C2» analizó tratando de entender a su enemigo.  

Al combate de Yirene, simultáneamente se adelantaban las otras 2 batallas individuales de Sotmi y Naely.

El joven médico ya había podido propiciarle unos cuantos golpes y heridas a su rival, que a pesar de su gran agilidad, no era tan superior a la de Sotmi.

—Te preguntaré una vez más, ¿tú eres el verdadero capitán número 2? ¿O solo un simple clon? —Preguntó como por cuarta vez en lo que iba del combate.  

—Eso no es de importancia —contestó lanzándole una cuchilla.

Sotmi reaccionó a tiempo logrando esquivarla.

—De acuerdo... sí no me lo dirás, tendré que averiguarlo por mi propia cuenta —se propuso.

El capitán tomó otra cuchilla y corrió hacia él. Enseguida Sotmi le disparó, aún así, los proyectiles fueron desviados por el arma blanca con maestría, pero continuo de ese ataque le siguieron 2 cuchillos que no pudo esquivar, los cuales impactaron en una pierna y en el pecho del capitán. 

—¡Si, toma eso, enano! —Festejó al tiempo que sacaba del estuche el hacha para seguir con su arremetida. 

El capitán, pareciendo ser inmune al dolor, se extrajo los cuchillos y le devolvió el ataque, que  debido a la distancia tan corta entre los 2, Sotmi no pudo protegerse bien y recibió una cortadura en el mentón y un chuzón en un antebrazo. Sin perder un segundo, el capitán hizo un extraordinario salto en el cual dio un giro encestándole una patada en la cara al joven pelinegro, desestabilizándolo, logrando que se cayera de espalda contra la tierra. El C2 agarró uno de los cuchillos de Sotmi y se abalanzó hacia su rostro, sin embargo, gracias a la oportuna reacción del médico la filosa hoja se incrustó en el terreno y no en él.

En un pestañeo, Sotmi lo agarró de su dorado cabello y le pegó un cabezazo que lo aturdió momentáneamente, seguido a eso, le estampó un puño en la mandíbula quitándoselo de encima. Sotmi se levantó y echándose sobre el C2 le molió el rostro a puños, hasta que se cansó.

—Eso te mereces, desgraciado... —Comentó agitado —no creo que seas el auténtico capitán, así que muere.

Sotmi le introdujo el cañón de la pistola en la boca para segundos después disparar, volándole todos los dientes y perforándole el cráneo salvajemente. 

—Que color de sangre más interesante —expresó al ver el líquido color azulejo oscuro verter del cuerpo del capitán —bueno, no importa, tengo que ayudar a los demás.

Sotmi recogió sus armas de combate y se dirigió hacia donde estaba Naely, quien aún batallaba intensamente contra otro número 2. 

—¿Necesitas ayuda? —Le interrogó.

—No hay necesidad... Más bien busca a Daine que aún no aparece o ayuda a Yirene, que creo lo está pasando mal —respondió Naely sin perder de vista por ningún momento los ataques que le hacía el capitán con 2 cuchillas.

Sotmi hizo caso a lo dicho por ella y primero comenzó a buscar a Yirene para ayudarle en su pelea, pues era bien sabido que ella era la más vulnerable del grupo. 


Por su parte, Daine todavía estaba enfrentándose con los últimos soldados que quedaban. Hasta el momento había logrado derrotar a uno de ellos, quedando solo 2, quienes con el escudo se protegían de los disparos que él les hacía. 

—¡Desgraciado humano, no te escondas! —Le gritaban a Daine, que nuevamente se había escabullido en alguna de las viviendas cercanas.

Daine se encontraba en la primera planta de una casa de 2 pisos; estaba tras una pared de la cocina, cuando de repente escuchó un extraño ruido cerca de él, al girar su cabeza vio con sorpresa que un pequeño niño lo observaba con miedo debajo de una mesa.

—¿Qué haces acá? —Le preguntó acercándose muy despacio al pequeño.

—Esta es mi casa... —Contestó echando su cuerpo para atrás sintiendo temor de Daine. 

Daine se detuvo para hablarle: 

—Tranquilo, no voy a hacerte daño, de hecho vine aquí para derrotar al capitán 2 —le hizo saber con un tono amable para que confiara en él. 

El niño no articuló palabra alguna, solo lo miraba con extrañeza y dudando de que fuera alguien de confiar. 

—Lo siento por haber entrado de esta forma a tu casa... Pero necesitaba escapar —agregó posando su mano derecha en la cabeza del niño.

—¿En serio vas a acabar con el capitán 2? —Cuestionó el pequeño ya con más tranquilidad. 

—Sí, bueno... No solo yo, también un grupo de amigos que en este momento ya deben estar peleando contra el capitán —le informó con una cálida sonrisa.

El pequeño parecía no comprender lo que Daine decía, no podía asimilar que alguien le fuese a hacer frente al capitán, a ese ser que en su mente se dibujaba como el monstruo más grande y aterrador jamás visto.    

—Por cierto... ¿tú vives solo? ¿Cómo has podido sobrevivir este tiempo? —Daine indagó sintiendo curiosidad.

El niño salió de la mesa acercándose a Daine.

—No, vivo con mi hermana menor de 5 años que está enferma... Mis papás no los he visto desde hace semanas... No sé si están vivos o muertos —declaró con tristeza —hemos podido sobrevivir gracias a un pequeño huerto que mi papá había hecho en el patio trasero de la casa y también robando comida de las casas cercanas que están abandonadas —añadió con una débil voz. 

Daine estaba impactado por lo que acababa de escuchar, el solo saber que un niño tan pequeño estaba pasando por todo eso le partía el corazón en mil pedazos.

—Lo siento... Has pasado por mucho a tu corta edad... —Manifestó regalándole un abrazo —¿dónde está tu hermana?

—En el piso de arriba, acostada en la cama... Desde hace días siente un fuerte dolor de estómago —le informó señalando la dirección del cuarto.

Daine pensaba hablar más con el pequeño, pero un sonido lo interrumpió, eran los soldados que ya habían llegado a la casa.

—¡Maldición, ya están aquí! —Daine tomó al infante de un brazo y subió las escaleras para encontrarse con la hermana del menor tendida en la cama aparentemente dormida.

—Necesito de tu ayuda para deshacerme de esos sujetos... Sé que sonará algo peligroso, pero confía en mí, yo los protegeré —le dijo Daine tomándolo de las manos. 

El pequeño no supo que decir, solo siguió escuchando con atención las palabras del joven de rayos morados. 

—Presta atención, cuando esos soldados entren aquí a la casa, tú deberás hacer algún tipo de ruido en este piso, para llamar su atención y piensen que estoy aquí arriba, pero en realidad estaré en el piso de abajo esperando el momento en que estén de espaldas ante mi para poder dispararles, ya que el escudo que los protegen frontalmente ha sido un problema —le comunicó su plan al niño.

—¡Está bien, te ayudaré! ¡Todo sea por eliminar a esos hombres tan malos! —Dictaminó con determinación.  

Daine se conmovió por el ánimo del pequeñín y no pudo resistirse a darle otro tierno abrazo. Luego le entregó la lanza que traía por si algo salía mal y él tenía que defenderse momentáneamente. Después de ello, Daine bajó al primer piso y se escondió tras la puerta del baño. 

—¿Estás seguro que entró aquí? —Preguntó uno de los soldados a su compañero.

—Sí, alcance a ver que entró por esa ventana del frente —le ratificó lo visto.

Así que sin más demora entraron cuidadosamente a la casa, observando cada lugar de esta. Cuando se estaban aproximando al lugar donde estaba Daine, escucharon el ruido producido por el niño en el segundo piso.

—¿Escuchaste eso? Fueron como pasos, debe estar arriba —comentó uno de ellos.

Los 2 caminaron hacia la escalera y poniéndose de acuerdo uno de ellos comenzó a subir primero, mientras que el otro se quedó en el primer escalón cuidándole la espalda. Esto dificulto un poco las cosas para Daine, pero tenía que actuar ahora mimo si no quería que algo les pasara a aquellos niños.

Cuando el primer soldado ya casi llegaba al segundo piso, el que se quedó abajo le dio la espalda a Daine por un pequeño instante, ya que quería ver donde iba su compañero, y es en ese momento que Daine se asomó por la puerta y comenzó a dispararles con las 2 pistolas repetidas veces, los 2 soldados no pudieron evadir los proyectiles y cayeron como moscas.

—¡Sí, por fin me libre de ellos! —Festejó viendo los cuerpos inmóviles.

Al rato salió el pequeño niño con mucho sigilo y al mirar que los soldados ya estaban muertos se alivió.

—¡Lo lograste!

Daine subió las escaleras con emoción hasta llegar a él:

—Sí, y fue gracias a tu valiosa ayuda —dijo sonriente —tengo que ir a luchar contra el capitán, pero antes dime tu nombre —le pidió.

—Me llamo Seck —contestó efusivo —¿y tú?

—¡Mucho gusto Seck, yo soy Daine! —Replicó estrechando su mano con la del niño.

Si bien, no quería dejarlo solo, era tiempo de salir y ayudar a sus amigos en la batalla contra el capitán. 

—Muy bien, luego nos vemos... Por favor, no salgas de esta casa y cuida a tu hermana hasta que acabemos con el C2 —le encargó amablemente.

—¡Si! ¡Derrótalo por favor! —Le suplicó entrelazando las manos.

—¡Claro que sí! —Daine tomó la lanza y se despidió del niño. Al salir de la casa, cerró la puerta con cuidado para no hacer ruido y dando una última mirada hacia la vivienda, se marchó para encontrarse con los demás. 

Daine pudo oír unos disparos cercanos, por consiguiente siguió la dirección desde donde estos provinieron. Al atravesar una calle divisó a Naely quien se enfrentaba con el capitán 2.

—¡Naely, ya voy a ayudarte! —Gritó Daine, ella volteó rápidamente para verlo y se sintió más tranquila al saber que estaba bien, sin embargo no le dijo nada y siguió combatiendo.

Daine estaba corriendo hacia ella cuando una cuchilla pasó a centímetros de su rostro, al girarse se dio cuenta que apareció otro capitán 2 desde una casa cercana. 

«Hay 2 seres idénticos... Eso quiere decir que está utilizando su poder... Lo difícil es saber cuál es el verdadero capitán» pensó al verlo. 

El número 2 se acercó hacia Daine y gesticuló una leve sonrisa:

—A ti es a quien buscaba. Por fin llegaste, mi estimado, es un honor conocer al asesino del capitán 1.  

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