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Capítulo 23: "Entrenamiento"


Todos los capitanes desde sus respectivas naves espaciales estaban esperando el inicio de la reunión con el capitán supremo. Una gran pantalla proyectaba las cámaras de cada uno de ellos. 

El silencio reinaba hasta que fue interrumpido por uno de los presentes: 

—¡Vaya! Con que la número 5 ya está aquí en la Tierra —comentó el número 3 mirando fijamente la pantalla de la capitana. 

—Así es —contestó, mostrándose algo incómoda.   

—Y dime, ¿no me extrañas? —Volvió a hablar gesticulando una sonrisa. 

—No, ¿por qué lo haría? —Ella acariciaba su rubio cabello en un intentó de demostrar que no le importaba en lo más mínimo esa conversación. 

—Solo pensaba que sí, es decir, soy el más divertido de los capitanes, ¡sin mi, se deben sentir muy aburridos! —Fanfarroneó el C3. 

—¿Se pueden callar par de idiotas? —Cuestionó el capitán 4 cruzando los brazos. Demostrando su gran molestia. 

—Ya se enojó el número 4, ¡qué rápido! —Soltó una carcajada el C3. 

La capitana se indignó por la forma en que le hablo el número 4, por lo que enfocó su mirada en la pantalla que lo proyectaba para responderle: 

—¡A mí no me callas, grandulón! —Espetó —esperó que tu estancia en la Tierra no haya hecho que se te olviden los rangos de cada uno —agregó con un leve aire de supremacía. 

—Jum... ¿Por qué no se pueden quedar callados como el capitán 2? —Indagó frunciendo el ceño.

—Primero que todo; yo no comencé esta estúpida discusión, fue el imbécil del 3, así que a mí no me recrimines nada —se defendió la C5. 

El capitán 2 permanecía callado, sin prestarle la más mínima atención a la charla de sus compañeros, solo esperaba que se hiciese presente el líder y señor de los capitanes. 

—Tal vez se siente intimidado por ser el más débil de nosotros —supuso el capitán 3 engreídamente, observando la pantalla del 2. 

En ese momento, una quinta pantalla se encendió proyectando de manera sombría al capitán supremo, dejando ver únicamente su inexpresivo rostro, imagen que le hacía infundir un mayor porte de superioridad. De inmediato, todos los capitanes se levantaron de sus sillas e inclinando su rostro saludaron con mucho respeto a su jefe.  

—Bien, podemos dar inicio a la reunión —indicó el supremo con su característica voz oscura y serena —será algo rápido... Primero, necesito un breve informe del capitán 4 y de la 5, con los demás capitanes ya me había comunicado recientemente.

—Señor, por mi parte aún no he encontrado a ningún sujeto que cumpla las características estipuladas, a lo mucho solo una es identificada pero no coinciden en nada más... Desde que llegamos mis soldados han tratado de impedir que los humanos se escapen de la ciudad, pero no ha sido del todo posible... En la misión han muerto 6 de mis soldados por ataques humanos...—Hizo su reporte el capitán 4.  

—Ya veo... Capitana 5, adelante —señaló. 

Ella se notaba algo nerviosa por la forma en que movía sus manos, tomándose unos segundos para responder: 

—Sí señor... Lamentablemente, tampoco he encontrado nada... Tengo encerrada toda la ciudad con una de mis Serpilants para que no puedan escapar, sin embargo, antes de que hiciera eso es probable que algunos pudieran huir... La única característica que se ha podido hallar son los ojos verdes, parece que son más comunes de lo que pensábamos en los humanos —informó la C5 nerviosa. 

Todos quedaron en silencio por un momento, sentían que estaban defraudando a su poderoso líder y eso no era nada bueno. 

—Comprendo, conque todavía no hay nada —entrelazó los dedos y se acercó un poco más a la pantalla —por fortuna, el número 2 y 3 si han logrado hallar ciertas pistas —les comunicó. 

—¿En serio, mi señor? —Indagó el C4 con asombro.

—Así es, y es este el motivo de nuestro encuentro el día de hoy —expresó haciendo una pausa —de acuerdo a información recopilada en una misión que le encargue al capitán 2, quien derrotó al número 1 y a su ejército no solo fue un joven, sino un pequeño grupo de 4; 2 mujeres y 2 hombres. Los rasgos del sujeto coinciden altamente, ojos verdes y rayos morados en su cabello, pero no posee los anillos y aún no queda del todo claro si posee poderes...— Transmitió el supremo. 

Los capitanes escuchaban con suma atención cada una de las palabras de su líder, sin despegar los ojos de la pantalla. 

—Por otra parte, en la ciudad donde está el 3, un soldado vio por un momento a un hombre con ojos verdes y cabello grisáceo... No se sabe más, porque no ha sido capturado —agregó. 

—¿Dos individuos que se acoplan a nuestro objetivo? —Se preguntó algo sorprendida la única mujer en la reunión.   

—Claramente, eso es imposible, solo debe haber uno, nada más... Pero si es muy extraño, por eso el capitán 3 debe hacer una búsqueda más intensiva con su ejército —le hizo saber el capitán supremo con una fuerte voz. 

—¡Sí, señor! ¡Así será! —Replicó con rapidez el C3. 

—Capitán supremo, una pregunta —intervino por primera vez el pequeño capitán 2 —¿qué tan necesario es que el sujeto tenga los anillos?

Dicha inquietud parecía ser de interés para todos los capitanes, pues al instante, sus rostros denotaban curiosidad por conocer la respuesta a ese interrogante. 

—En teoría, debería ser imprescindible —replicó, dejando sorprendidos a sus subalternos —como saben, esa fue una pista que surgió a último momento, de la cual no teníamos conocimiento hasta que las investigaciones avanzadas por el cuerpo de científicos identificó que tales objetos deberían si o si estar presentes...

Tal información solo los dejó más confundidos.  

—Pero, ¿por qué?, entonces, ¿no habría problema si eliminamos a diestra y siniestra a todos los que no tengan esos anillos verdes? —Inquirió el C3 esbozando una breve sonrisa.  

—Como dije, en teoría debería ser así, no obstante, todavía no sabemos muchas cosas sobre el funcionamiento de esos objetos y si es posible que nuestro objetivo pueda estar sin ellos.  

—Comprendo... Gracias por responder, mi señor —le agradeció el número 2. 

—Por eso, es necesario que las búsquedas se sigan ejecutando con cautela —enfatizó el supremo —conozco el comportamiento de cada uno de ustedes, se que tan impulsivos e imprudentes pueden llegar a ser y saben que siempre les doy la libertad de operar en como se les venga en gana siempre y cuando cumplan con lo que les solicito, y aunque tal hombre no debería morir tan simplemente por un ataque, saben la importancia que este representa y si su muerte se da por un acto de descuido por parte de ustedes, ya saben que las consecuencias serán formidables, ¿verdad?

—¡Si, mi señor! —Todos replicaron al unísono con veneración. 

—Perfecto —entonó con un suspiro —teniendo claro lo anterior, todos ustedes desde el 2 hasta la 5 deben vigilar y buscar muy bien en sus ciudades y alrededores, ya que esos son los lugares más cercanos en donde se podría mover aquel hombre. Con el transporte tan atrasado que tienen no le será posible llegar a otra ciudad tan rápido, no sin antes ser detectado —les dio nuevas directrices.  

Los capitanes asintieron sin dudar a su pedido.

—La muerte del capitán número 1; aunque no deja de generar cierta sorpresa, era algo que esperaba que sucediera tarde o temprano, siendo el eslabón más bajo y con un potencial aún en desarrollo, no era un hecho imposible —manifestó sin demostrar sentimiento alguno —sin embargo, de ustedes espero un resultado diferente, ¡hagan valer el título de capitanes que cada uno de ustedes ostentan!  

—¡Cómo diga, mi señor! —De nuevo sus voces se unieron para responder con contundencia. 

—También les quería informar que hasta la capitana número 5 culmina la operación netamente de búsqueda, los demás capitanes comenzarán con la siguiente fase del "Plan Tierra" —les explicó. 

—¿Ya comenzará la segunda fase?... Comprendo —habló asombrado el C2. 

—Si, ya es tiempo —el capitán supremo se levantó de la silla, saliendo de pantalla su rostro —bien, eso era todo, ya saben lo que tienen que hacer, si surge nueva información relevante me la hacen llegar lo antes posible, de la misma manera les informaré si surge algún detalle por acá.

Los capitanes se despidieron de su líder poniéndose de pie e inclinando nuevamente sus cabezas. Cuando el supremo se retiró, los demás hicieron lo mismo, desconectándose de la reunión, apagando las pantallas. Cada capitán regresó a su misión tratando de perder el menor tiempo posible. 

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Pueblo Estación N°2 

Tras varias horas de descanso, Daine ya se sentía bien de aquel extraño episodio y retomó sus oficios en la casa. Sin embargo, Sotmi aún trataba de encontrar la razón de aquello que le había pasado, pero no hallaba una explicación sensata.  

Ya en la tarde, tras haber acabado con todas sus labores, los 4 jóvenes se reunieron en la parte trasera de la casa para seguir hablando sobre su próximo objetivo. 

—Antes de empezar con lo que vamos a hacer el día de hoy... —Comenzó a hablar Daine —quiero reconocer que el haber ido a la ciudad Mish fue algo impulsivo, a pesar de que no era nuestra intención enfrentar ese mismo día al capitán 1, el solo hecho de acércanos para obtener información representaba un alto riesgo teniendo en cuenta que no teníamos las habilidades adecuadas por si las cosas salían mal, como efectivamente lo hicieron... —Reconoció Daine, quien luego observó a su hermana —y quiero disculparme contigo, Yirene... Aunque no querías ir te arriesgaste para seguir mi idea influenciada por mi ira y sentimientos de venganza tras haber perdido todo... —declaró con pesadumbre. 

Yirene parecía incrédula al escuchar esas palabras viniendo de Daine, pero podía sentir que eran palabras sinceras. 

—Es bueno que lo reconozcas... Lo que tuvimos fue pura suerte, el hecho de que el capitán no tuviera a sus soldados junto a él y que Naely apareciera de sorpresa para ayudarnos fue lo que nos salvó... De lo contrario ya estaríamos sin nuestras cabezas —comentó su hermana cruzándose de brazos. 

—¡¿Y mi ayuda qué?! —Brincó Sotmi por no haber sido mencionado por la rubia, a lo cual ella simplemente levantó un hombro.   

—¡Sí, lo sé! ¡Y por eso te ofrezco disculpas, por prácticamente obligarte a ir! —Daine le respondió a su hermana, también ignorando a Sotmi —es por ello, que ahora no quiero presionarte... Si no quieres ir a pelear contra el C2, no tienes por qué hacerlo, creo que con Naely y Sotmi podemos hacerle frente sin tener que exponerte.

Yirene dio unos pasos al frente, acercándose a Daine.

—Como están ellos 2, ahora si no me necesitas, ¡¿verdad?! —Ella lo tomó de una oreja —en pocas palabras... ¡Ya soy un estorbo! —De alguna manera se sentía ofendida.

—¡No, eso no dije! —Le quitó la mano de encima —tú siempre has estado en desacuerdo con hacer esto, y sean las razones que tengas te puedo entender... Así que no tienes por qué arriesgarte si no lo deseas... Además, no me perdonaría si algo te pasara por mi culpa —se sinceró. 

Yirene alzó el rostro y respiró profundamente: 

—Como tu hermana mayor, no puedo dejar que vayas solo por ahí, así estén estos 2 —dijo señalando al coqueto médico y a la joven espadachín —así que yo iré, así me parezca una locura—Daine iba a comentar algo pero fue cortado por ella —¡y es mi decisión, no tienes por qué preocuparte de lo que llegue a pasar! ¿Entendido? 

Daine inspiró una buena bocanada de aire y tratando de entender el actuar de su hermana, no le quedó de otra que aceptar su decisión.  

—También quería decirles que conseguir alimento no es la única razón por la que pienso enfrentar al capitán 2... Quiero saber por qué el C1 me quería capturar... Hay muchas preguntas y solo ellos tienen las respuestas —les informó su otro motivo —se que esto puede parecer un tanto egoísta, pues ustedes también se estarán arriesgando para que yo pueda lograr esto y no me gusta... Pero no encuentro otra manera de despejar todas las dudas con las que mi mente me atormenta —se sinceró entrelazando sus manos tras la nuca, cerrando los ojos. 

—¡No te preocupes, mi hermano! Todos tenemos muchas incógnitas sobre esos seres que llegaron de repente a nuestro mundo, por eso comparto tu curiosidad —Sotmi le ofreció una cálida sonrisa —por otra parte, sobre tu hermana, entre más podamos ir será mejor, recuerda que la habilidad del número 2 es crear clones... De todas maneras, yo protegeré muy bien a tu hermosa hermana con todas mis fuerzas —Intervino Sotmi formando un corazón con sus manos en dirección a Yirene.  

—¡Gracias, pero no necesito tu protección! Idiota... —La rubia rechazó sus palabras.

—Nena, eres muy cruel —declaró haciendo pucheros.

—En serio que no puedo creer que ese idiota sea un médico... —Pronunció Naely viéndolo con molestia. 

—Chica, este "idiota" sabe hacer muchas cosas, de las cuales te sorprenderías —se defendió inflando el pecho. 

Naely solo rodó los ojos, ignorándolo.

—Daine, por primera vez comparto plenamente una idea tuya, sabemos tan poco de los capitanes que es tiempo de sacarles algo de información... —Añadió Yirene sobre lo expuesto por su hermano.

Con esto, todos estaban de acuerdo en ese punto. Conociendo más detalles sobre sus enemigos lograrían aclarar más las cosas que estaban sucediendo a su alrededor.   

—Por cierto, Naely... ¿Por qué nos ayudaste a pelear contra el C1? Si al parecer no querías y hasta mencionaste que no querías morir haciendo algo como eso —Daine pasó a otro tema, poniendo sus ojos en la joven en cuestión.  

A todos les pareció curiosa esa pregunta, ya que habían pasado varios días y hasta ahora Daine no había mencionado nada sobre ese tema.  

—¿En serio eso importa? —Naely le cuestionó con pereza, pero Daine insistió para conocer su respuesta —está bien... Me generó interés saber la forma en que conseguirían información del capitán, así que me escondí para seguirlos, sin embargo, cuando vi que unos soldados los perseguían casi abandono esa idea... Al recordar que ustedes pensaban enfrentarlo en algún momento, me hizo creer que eran muy buenos peleando o algo así, motivándome para ver lo que podían hacer, pero no... Eran un desastre, tuve que intervenir en el momento cuando los tenían atrapados —relató el porqué participó en el combate.

Daine se avergonzó un poco al escucharla hablar de lo desastrosos que fueron, apartando su mirada. 

—Igualmente, como ya dije, en ese y en este momento no es que le tenga miedo a la muerte, por lo que si podía ayudar a derrotar a uno de esos malditos, por lo menos eso daría algo de sentido a mi patética existencia —agregó secamente.

«Si eso fuera cierto, no hubieras dicho que no querías morir enfrentando al capitán...» Daine analizaba sus palabras.    

Los jóvenes una vez más quedaron sorprendidos con la simpleza que la pelinegra hablaba de la muerte, acaso, ¿no tenía a nadie especial a quien volver a ver?, ¿no tenía un sueño o meta por cumplir?, era muy joven como para pensar de esa forma.

—Algo desafortunado te ha pasado para que te arriesgues de esa forma a tal punto que la muerte no te importe, ¿verdad? —Habló Yirene, queriendo conocer un poco más de ella. 

—Eso no te importa —replicó con su tono cortante. 

—Lo tomaré como un sí... —Yirene no podía dejar de sentirse molesta por la manera en que ella continuaba respondiendo. 

El silencio reinó durante un incómodo minuto. Sin duda, ese tema —hablar de la muerte con tanta ligereza—, generaba discusión y opiniones diferentes en cada uno de los presentes, pero entendiendo que lo mejor era dejar hasta ahí esa conversación, avanzaron al asunto que los reunía en esa tarde. 

—Eh, bueno... Precisamente, para evitar que nuestro próximo combate vuelva a ser tan vergonzoso, nos hemos reunido hoy —Señaló Daine.

Enseguida, Sotmi acercó las maletas en donde habían traído las armas de la ciudad Mish.

—Vamos a entrenar unos días antes de ir a enfrentar al capitán 2 —les informó su idea, acomodando sus mechones morados que se le iban para la cara.

—Para ello, cada uno de nosotros se especializará en un arma de combate —agregó Sotmi abriendo una de las grandes maletas —aquí hay varias para escoger, sin embargo, todos debemos aprender a usar las armas que tenían los soldados del número 1, porque son muy efectivas. 

—Así es, debemos aprovechar todo lo que tenemos a nuestro alcance para derrotar al capitán... Sé que será difícil subir nuestro nivel en poco tiempo, pero debemos intentarlo —habló Daine entusiasmado. 

—Me parece bien, esta vez debemos elaborar un buen plan y no solo dejarnos llevar por nuestras emociones —afirmó Yirene, encestándole una filosa mirada a Daine. 

—Entonces, cada uno diga en qué es bueno o que quieren practicar para repartir el armamento—les dijo Sotmi mostrándoles todo lo que había. 

—Yo me quedo con mi espada, es en lo que soy buena, no la cambiare —les hizo saber Naely tajantemente. 

—Sí, lo sabemos, pero podrías intentar aprender otra cosa sin dejar de lado la espada —le sugirió Daine, no obstante ella se negó.

—Está bien, si eres buena en ello, sigue entrenando para ser aún mejor... ¿Pero qué tal si te propones un reto? —Expresó Sotmi sacando una espada de la maleta —¿por qué no intentas practicar con 2 espadas al tiempo? —Propuso. 

Naely levantó una ceja ante su propuesta y al ver que tenía una espada.

—Se puede saber, ¿de dónde sacaste esa espada? —Indagó —además, es más pequeña y desgastada que la mía, no me gusta —agregó observando con detalle la hoja de esta.  

—Esta espada fue la única que aún servía de las extintas fuerzas armadas de Mish, las demás estaban destrozadas, obra del ejército del C1 —contestó su pregunta —y con respecto a tu queja, ¿no te gusta o es que simplemente no puedes hacerlo? —Le cuestionó con una mirada retadora.

Naely, al límite de su paciencia, se le acercó y le quitó la espada de mala gana.   

—No tarado, claro que puedo, ¡ya lo veras! —Exclamó, dándole la espalda —¡pero no creas que acepto solo porque tú lo dices, lo hago porque yo quiero! —Declaró molesta. Sin darse cuenta había caído en la estrategia del joven médico.  

—Como digas, señorita espadachina —bromeó —bueno, ahora sigue mi hermosa princesa —comentó mirando a Yirene.  

—¿Quieres que tu princesa te rompa la cara? —Yirene sonrió sarcásticamente —¡No me llames así! —Suspiró profundamente —en fin... Nunca he sido buena en el combate en realidad, pero cuando estuvimos en la AEEC, lo que mejor se me daba era el arco.

—¡Entiendo! Conque ustedes estuvieron en la academia militar, ¡yo también lo hice! —Sotmi les contó muy animado. 

—Espera... ¿Luego que no estudiaste medicina? ¿También eres un militar? —Daine se sentía un poco confundido. 

El extrovertido joven se rascó la cabeza, viendo que ahora tendría que explicar un poco de su pasado.  

—A ver... Inicialmente hice el curso en la AEEC para ser militar y lo terminé con éxito, pero al poco tiempo de empezar mi servicio en las fuerzas armadas, me tuve que retirar por razones personales... —Al hablar sobre eso último, se reflejó un sentimiento de tristeza en su rostro —a mis 18 años comencé mis estudios en medicina, se me dificulto un poco, pero al final la culmine... ¡Esa es mi grandiosa historia! 

—Hey, tarado... —Naely dirigió sus ojos a Sotmi —tú fuiste uno de los militares que estuvo entre los mejores resultados a nivel nacional en el examen final de tu generación, ¿verdad? ¿O me equivoco?   

EL joven médico asintió con una de sus características sonrisas pero no agregó nada más. Los hermanos Lish estaban sorprendidos por ese dato, ¿entre los mejores a nivel nacional? ¡Era una locura!

—¡Eres sorprendente, Sotmi! —Exclamó Daine abriendo ampliamente sus ojos —¿cómo sabías eso, Naely?  

—Cuando estuve en la AEEC, uno de los generales encargados de instruir los entrenamientos alardeaba que 2 de sus estudiantes habían logrado destacarse a nivel nacional, entre esos mencionaba tu nombre... Me acordé de eso cuando te presentaste, pero no quise decir nada —la pelinegra explicó la forma en que sabía sobre ello.  

Pese a que Naely nunca había mencionado que también estuvo en la academia de entrenamiento, todos ya lo suponían; solos los militares y aspirantes a serlo podían portar espadas de forma legal. 

Los jóvenes se tomaron unos minutos para pensar sobre los nuevos datos que acaban de descubrir, ya entendían mejor cómo fue que él pudo hacerles frente a los soldados del capitán 1. Había sido uno de los mejores en su tiempo. 

—¡Retomando lo que estamos haciendo! Yirene, tu entrenarás con el arco, lo vital es mejorar tu puntería, esta es una excelente arma de larga distancia que te puede otorgar cierta seguridad sin tener que exponerte demasiado —habló Sotmi, haciendo que se centraran nuevamente en el tema. 

El joven le enseñó el pulgar con emoción, pero Yirene lo ignoró mirando hacia otro lugar, aún así, Sotmi sonrió de labios cerrados. 

—Ahora sigue Daine, ¡compadre!, ¿Qué quieres entrenar?

—Ya que estábamos hablando de nuestro pasado, con Yirene también estuvimos un tiempo en la academia. Desafortunadamente, se nos acabó el dinero y tuvimos que retirarnos faltando dos años para finalizar —narró Daine su experiencia, quien enseguida se tornó pensativo —me pasa lo mismo que mi hermana, no soy bueno en alguna arma en específico... ¡Pero intentaré practicar cualquiera, haré mi mejor esfuerzo! —Aseguró con determinación.

—¡Esa es la actitud! —Sotmi revisó las armas que tenían —veamos... ¿Qué tal si practicas con esta lanza de doble punta? —Preguntó mostrándole el arma en cuestión. 

—¡Sí, claro que sí! —Agarró la lanza con ilusión —esta es mucho mejor que con las que atacamos al capitán 1 —reveló.

—¡Listo! Ahora es mi turno, yo soy bueno con los cuchillos, son muy prácticos; fáciles de manipular, de llevar, nada pesados, al contrario que la espada —mencionó posando sus ojos en Naely —obviamente tiene sus desventajas, por ejemplo, al atacar a tu oponente si o si debes estar cerca y quedarás expuesto a un contraataque, sumando a eso es difícil hacer ataques de larga distancia, pero si la puntería es buena, puede funcionar —explicó.  

—De modo que cuchillos... ¡Genial! Definitivamente se ve que eres muy habilidoso —lo elogió Daine con brillo en sus ojos. 

—¡Gracias, mi hermano! Igualmente, se me da bien la resortera, así que la seguiré practicando y aparte de estas 2, entrenaré con esta hacha, no es mi favorita por su peso pero creo que puede ser de ayuda —Sotmi seleccionó sus armas.

—Como mencionó Sotmi, no solo practicaremos con estos elementos, también aprenderemos a utilizar las armas de los soldados del C1 —les recordó Daine a la vez que les fue repartiendo los extraños objetos —Sotmi nos enseñará su manejo, pues al vivir en la ciudad Mish y al enfrentarse con los soldados pudo darse cuenta de cómo las usaban.

—¡Así es! ¡Seré su maestro, mis pequeños saltamontes! —Proclamó inflando vigorosamente el pecho. 

A las chicas no les gustaba para nada la idea de que fuera Sotmi quien les enseñara, pero no había otra forma, él era el único que conocía su funcionamiento. Desde esa tarde los 4 jóvenes comenzaron a entrenar fuertemente con cada una de sus armas y a comprender el manejo del armamento alienígeno, que para su sorpresa no era tan complicado como ellos pensaban. 

Es de esta manera que durante los próximos 15 días dedicarían una parte de su tiempo al entrenamiento; no solo de las armas de guerra, también al combate cuerpo a cuerpo, al ejercicio físico, a la precisión y reflejos, principalmente. En general, tratarían de optimizar sus habilidades y condición física hasta donde les fuera posible, teniendo en cuenta que la escasa alimentación y el intenso tiempo lluvioso serían un gran problema en el proceso.  

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Información complementaria:

-La AEEC (Academia Especial de Entrenamiento Capital): es la institución que se encarga de entrenar y formar a las personas que integran a las fuerzas armadas de las ciudades. Para poder oficialmente ser reconocido como un militar, deben cursar 3 años en donde aprenderán sobre: manejo de las principales armas de combate, estrategia militar, combate cuerpo a cuerpo y demás funciones que implica el ser parte de esta institución. Finalmente, deben aprobar un examen que se aplica a nivel nacional en el cual se recopila todo lo visto.     

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