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Capítulo 17: "Misión en Mish"


De camino al pueblo, los hermanos Lish y sus 2 nuevos acompañantes fueron a la finca del señor Marc, tratando de encontrar algo de la comida que él aseguraba que tenía para cosechar. Si bien, habían algunos frutales y tubérculos, muchos de los alimentos ya estaban podridos, por lo que no fue mucho lo que pudieron llevar, pero si lo suficiente para sobrevivir unos cuantos días más.  

Durante el camino al pueblo Estación N.º 2, Yirene en varias ocasiones trató de persuadir a Sotmi para que no los acompañara, comentando lo largo, cansado y aburrido que sería el viaje, pero aún así, eso no desanimaba para nada al empedernido joven. 

Pasadas varias horas, el silencio fue interrumpido por Sotmi:

—Oye, Yirene, ¿tú tienes novio? — Preguntó con una sonrisa picarona. 

Todos quedaron pasmados con la imprevista pregunta. 

Yirene, aunque sonrojada, le propinó una fuerte cachetada.

—¡No! Aunque, ¡¿eso que te importa?! — Contestó alterada —mira estúpido, yo no soy ese tipo de mujer a quien le llama la atención esas cosas del amor, así que si estas soñando algo conmigo, te recomiendo que te vayas bajando de esa nube ¿me escuchaste? — Agregó tajante.  

—Si nena, te escuche, pero pronto caerás en mis brazos — le respondió Sotmi presumidamente con una sonrisa, a la vez que se sobaba la mejilla.

—Ni que fueras el último hombre en la tierra seria tu novia — replicó enseguida.

—¿Se pueden callar idiotas? ¡Me incomodan! — Sin previo aviso la conversación fue interrumpida por Naely, protestando con una mala cara. 

—Primero que todo, la culpa es de Sotmi por molestarme y en segundo lugar, ¡tú no tienes el derecho de gritarme! — Contestó Yirene indignada.

—Tranquila chica — Intervino Sotmi —por lo que veo, Yirene no es la única con un carácter fuerte — bromeó.

—Sí siguen haciendo este viaje incomodo, prefiero no ir con ustedes — advirtió Naely. 

Daine puso sus manos en los hombros de Naely e intentó calmarla:

—Tranquila, ellos ya no van a molestar más.

Naely no dijo nada, solo miró hacia otro lado, como ignorando la situación.

Daine se acercó a Yirene y a Sotmi, y en voz baja les pidió que no pelearan más, casi implorando les dijo que por favor no incomodaran a Naely durante el viaje, a lo cual su hermana le reprochó malhumorada, alegando que ella no era nadie especial como para tener esas consideraciones. 

Naely escuchó lo dicho por Yirene y poniéndose de pie comentó:

—Bueno, me voy.

—¡No! ¡Espera, Naely! — Suplicó exaltado Daine —¡chicos, por favor! Entiendan que la necesitamos, ella es muy fuerte, sin duda alguna será de gran ayuda si decidimos enfrentar a otro capitán — les explicó con cierto afán. 

—Umm... — Murmuró Sotmi observando a Naely —con que esa chica es fuerte... Quisiera comprobarlo en un combate.

—¡¿Pero qué dices?! No dig... — Daine Dio un grito en el cielo para posteriormente ser interrumpido por Naely. 

—Si quieres pelear conmigo, entonces hagámoslo de una vez — señaló a Sotmi con el filo de su espada y como si de una orden se tratase se dirigió a Daine —para los caballos, ahora mismo.

Daine quería morirse en ese momento.

—¡¿Por qué me tiene que pasar esto?! — Gritó de forma dramática. 

Sotmi soltó una carcajada ante la reacción de su nuevo compañero.

—Bueno, acepto tu duelo — contestó el joven con un tono presumido, colocando su mirada en quien lo desafió.  

—Bueno, si van a matarse háganlo ahora, que yo sí quiero llegar a la casa lo antes posible — Yirene mencionó estresada al tiempo que detenía la carreta. 

—¡¿Estás loca?! ¡Cállate! — A Daine casi le dio un infarto por las palabras de su hermana. 

—¡Cállate tú! Además, si a alguno de esos 2 les pasa algo, no me importa en lo más mínimo, son bastante molestos — aunque lo dijo en broma, la verdad es que sonó muy real, espantando a su hermano.  

—Cállate rubia, mi asunto no es contigo — comentó Naely empuñando con fuerza su espada —y tú, tarado, vamos a combatir y te cerraré la boca — clavó sus ojos en Sotmi. 

—Está bien — Sotmi se levantó y se posicionó al frente de ella, pero al segundo volvió a sentarse —pero otro día, hoy tengo pereza... Y sumando el hecho de qué aún no te recuperas de tus heridas, no es un buen momento para probar tus fuerzas — suspiró. 

Ella frunció el ceño y colocando su espada a centímetros de su cuello le advirtió:

—Mira retrasado, no me vuelvas a provocar y a jugar conmigo, ten seriedad en las cosas que dices, porque en una próxima ocasión no tendré tanta paciencia para tus bromas, ¿entendido?

—Sí, sí, nena, como dicen por ahí, "perro que ladra no muerde" y así eres tú — Sotmi respondió haciendo movimientos burlescos con sus manos. 

—Sigue jugando conmigo y no te ira nada bien... — Suspiró, tratando de contenerse, y guardando su espada tomó asiento. 

Daine, al ver que las cosas se tranquilizaron, se relajó, haciendo que sus pulsaciones bajaran, ya que estaban por los cielos de solo imaginar una pelea entre ellos 2.  

—Bueno, dejando estos malos momentos atrás, sigamos con nuestro recorrido mis queridos amigos y colegas — comentó con cierto humor el joven de los rayos morados, tratando de disminuir el tenso ambiente sin éxito. 

Yirene, haciendo muecas de aburrimiento, puso en marcha nuevamente a los caballos. De esta forma, sorteando estos pequeños inconvenientes, los cuatro jóvenes siguieron su largo y agotador camino.

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Ciudad Derec

Un hombre de piel azul con cabello castaño, llamado Mairmen —el líder del ejército del capitán 2— se dirigió hacia el interior de la nave espacial para hablar con su capitán.

—Señor, con los solados hemos terminado de capturar a todos los jóvenes entre 15 y 25 años — el capitán pareció ignorarlo —son 400 en total, con esto, hemos concluido con el primer filtro de búsqueda, quedo a sus órdenes para seguir con el siguiente paso — agregó. 

El capitán giró la silla donde estaba sentado.

—Bien, ¿seguro que ningún humano entre esas edades escapó de la ciudad? — Cuestionó mientras miraba una pantalla de la nave.  

—Umm, es posible, señor... — Respondió con cierto titubeo —a pesar de que en un principio fuimos a los campos cercanos de la ciudad para traer a los que trataban de escapar, no somos suficientes soldados para impedir que escapen y controlar todas las calles — Mairmen bajó el rostro ofreciendo disculpas.  

—No hay problema, entiendo la situación, pero no puedo hacer nada para aumentar el número de soldados, esos fueron los asignados por el capitán supremo, y es por ello que he estado ayudando con mis clones en la búsqueda — comentó el C2 con un rostro inexpresivo.

—Gracias por la comprensión, mi capitán — dio un leve suspiro —en adición a eso, hay un problema, señor... Los humanos capturados están comenzando a sufrir de hambre, incluso algunos se han desmayado... Debemos hacer algo o puede darse la situación de que el hombre a quien buscamos muera debido a esto — informó con cierta preocupación.  

El capitán fijó su mirada en Mairmen:

—En ese caso tendremos que... — En ese momento fue frenado debido a una llamada por medio del Leiter  (el comunicador en su oreja), el tocó el pequeño dispositivo con su dedo índice derecho —aquí el capitán número 2, ¿con quién hablo?  

—Yo, el capitán supremo — dijo la fría voz a través del comunicador. 

Ante esas palabras, el semblante del C2 cambió drásticamente, y surgió algo de tensión en él, tomándose unos cuantos segundos antes de responder.  

—¡Q-que gusto escucharlo, mi señor! 

—Hasta ahora me puedo comunicar contigo, tras esperar las 3 horas necesarias para establecer conexión con el planeta Tierra, se suma que la señal ha estado pésima últimamente... — Vaciló por unos segundos —en fin, te llamo para encargarte una misión. 

—¿Ah?, sí señor, dígame, ¿qué tengo que hacer? — El C2 se asombró un poco por lo dicho.  

—Al parecer, Naro ha sido asesinado junto con todo su ejército y aunque no es seguro, ese sujeto que lo derrotó puede ser nuestro objetivo, es por ello que necesito que envíes a algunos de tus hombres a la ciudad Mish para que recuperen la nave espacial y el dyer del capitán 1. A parte de eso, deben buscar si aquel sujeto aún se encuentra allí para que lo capturen, sin embargo, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, es probable que ya haya partido.    

El capitán 2 quedó mudo al escuchar la notica de la muerte del capitán 1 y tardó unos cuantos segundos en volver en sí mismo.

—Perdón, capitán supremo, estaba procesando la información... Claro, haré lo que me pide ahora mismo, aunque, ¿no sería mejor que yo mismo fuera y lo buscara?  

—Como te dije, no es seguro que ese hombre sea a quien buscamos y por ello tú debes seguir con la búsqueda en la ciudad en donde estas. Además, si ese sujeto no vive en la ciudad Mish, es difícil saber a qué lugar se dirigió después de luchar contra el C1. Haciendo una búsqueda por medio del satélite, no hay más ciudades cercanas en esa zona, aparte de donde estás tú y el capitán 3, así que solo quedaría el campo, pero es inmenso... — Exhaló el supremo después de dar la explicación. 

—Ya entiendo, si donde se refugia no es en una ciudad o un asentamiento lo suficientemente poblado, es imposible ubicarlo por nuestro satélite. Señor, de todas maneras tenga certeza que se hará todo lo posible por encontrarlo — habló decidido el C2.  

—Sin más que decir, te dejo, Arlic — el Capitán supremo finalizo la llamada.

Mairmen, tras ver la inquietante reacción de su capitán después de haber recibido esa llamada, le preguntó con curiosidad:

—¿Paso algo, capitán? 

El C2 se levantó de su silla y se acercó a su soldado, deteniendose a centímetros de él.

—El capitán número 1 ha sido eliminado por un hombre en la ciudad Mish.

Mairmen quedó boquiabierto tras la noticia.  

—Por ello, el capitán supremo me contactó para encargarme una misión — añadió el C2.

—¿Qué misión? — Interrogó el líder del ejército.  

—¡Prepara a 20 soldados para que vayan a la ciudad Mish y recuperen el dyer del C1 y su nave espacial! — Dijo alzando la voz —como segunda misión; deben averiguar si el sujeto que mató al capitán aún está en la ciudad, si es así, deben capturarlo con vida y traerlo ante mí. Claramente, tú estarás a cargo.   

—¡Sí señor, como ordene! — Replicó sin vacilar.

Los 2 se dirigieron a un compartimento de la parte baja de la nave espacial en donde se encontraban 2 aparatos triangulares de color naranja con negro, similares al tamaño de una lancha.  

—Señor, no cabremos únicamente en estos dos flyxairs (naves voladoras), tendremos que reducir el número de soldados — mencionó Mairmen.   

El capitán efectuó un pequeño gesto de burla.

—Eso no será problema — el número 2 se acercó a uno de los aparatos y colocó encima una de sus manos —¡clonación! — Dicho esto, aparecieron otras 2 naves voladoras exactamente iguales. 

—Lo siento señor, olvidaba que disponemos de su gran habilidad — Mairmen parecía algo sorprendido y a la vez avergonzado. 

—No pasa nada. Ahora apresúrate y haz lo que te encargue. No te preocupes por quitar a los soldados de sus puestos de vigilancia y búsqueda, yo los remplazaré por mis clones entretanto tú regresas — le comunicó el capitán antes de marcharse, a lo cual él asintió con la cabeza.   

Mairmen llamó a través de su Leiter a 19 soldados para realizar aquella misión. Los reunió a todos y les comunicó la orden del capitán 2. Dadas las instrucciones, sacaron los 4 flyxairs de la nave espacial, se subieron y se marcharon de enseguida, sobrevolando la carretera que conducía a la ciudad Mish.   

Luego, el capitán ordenó a 2 de sus soldados que buscaran en la casas de la ciudad alimento del que consumían las personas y lo trajeran a él. Después de un tiempo, los soldados llegaron con 2 panes y unas cuantas frutas de dudosa calidad. El capitán se dirigió con la comida a las celdas donde tenían a los jóvenes encerrados y observó que efectivamente el hambre estaba haciendo de las suyas con el cuerpo y salud de los hombres.  

—Traje algo de comida, mis apreciados humanos — dijo de forma bromista. 

Los prisioneros vieron con indignación la forma en que se burlaba de ellos, ofreciéndoles solo eso para 400 hombres. 

—Pero quiten esas caras... Por fortuna, para ustedes, no puedo dejar que se mueran sin antes ser observados e interrogados a profundidad. Por ello, les daré algo de comida, ¿qué amable soy, verdad? — Expresó con ironía. La mayoría no tenían ni energías para maldecir al capitán y solo mostraron un rostro de ira. 

El C2 dejo la comida en el suelo y agachándose puso su mano sobre las frutas:

—¡Clonación! — En un instante el lugar quedó lleno de centenares de frutas.

Los prisioneros se sorprendieron gratamente al ver tanta comida, así no estuviera en las mejores condiciones. De inmediato, se agolparon contra las rejas deseando comer desesperadamente.

—¡Calma, bestias! Se les dará solo lo necesario para seguir viviendo y más tarde seguiremos con el segundo filtro de la búsqueda — informó el capitán, quien ordenó a los soldados repartir el alimento a los hambrientos humanos. 

Tiempo después de que comieron aunque sea una fruta, se reanudó la búsqueda y para ello el capitán creo 20 clones de sí mismo para sustituir a los soldados que se fueron a la misión encargada. El siguiente paso a seguir fue la observación de las características físicas (color de los ojos y cabello principalmente), acompañada de un interrogatorio sobre si poseían anillos verdes y si tenían alguna habilidad o cualidad destacable. Efectivamente esta no sería una tarea sencilla ni mucho menos rápida, la cual les llevaría un tiempo considerable. 

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Información complementaria:

- El dyer  es un dispositivo que se encuentra incrustado internamente en el dorso de la mano de todos los capitanes, el cual sirve para proteger la nave espacial y como último recurso para enviar un mensaje de audio.

- El Flyxair es un tipo de vehículo volador con el que disponen las naves espaciales de los capitanes, sobrevuelan a una altura máxima de 5 metros y a una velocidad límite de 100 km/h. 

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