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Capítulo 74

POV Narrador


Tras dar por finalizada la llamada Keiko seguía shockeada por lo que el teñido le había contado, solamente por el odio que Nyoko le tenía a ella, había abusado de Kuroo junto a Akui en todo los sentidos.


—Kei, no sé que le ha pasado, pero Kuroo pesa menos que tú —habló el mayor justo cuando llegó a su lado y se sorprendió al ver el rostro de la castaña con los ojos llorosos —eh peque... —se sentó de cuclillas para secarle las lágrimas a la castaña —¿qué te pasa?

—Kenma me lo ha contado todo...no podemos dejar a Kuroo-san.

—Tranquila —la abrazó con cuidado —lo que tenemos que pensar como lo hacemos, podría venir con nosotros a los entrenamientos —al escucharlo la castaña se alarmó—.

—Kou, hay algo que no te he contado porque no quería preocuparte, pero a día de hoy y más por lo que acaba de pasar es importante que lo sepas.

—¿Ha ocurrido algo malo? —la castaña negó con la cabeza—.

—Es sobre Akui y la razón por la que intento nunca quedarme sola con él.

—Claro, dime lo que sea.

—Akui es el primo de Nyoko, ella lo mandó para vigilarme y él junto a ella han estado controlando a Kuroo.

—Sabía que no era de fiar —miró a la castaña —¿por qué no me lo has dicho antes?

—Porque no quería preocuparte.

—Ya hemos hablado de eso —dijo golpeando suavemente la frente de la castaña—.

—Sí, sí, perdón —dijo sonriéndole—.

—¿Tienes algo más que ocultarme?

—No, te lo prometo.

—Está bien —le acarició el cabello —sabes que más temprano o más tarde tendremos que decirle a Kuroo que no somos pareja.

—Lo sé —torció el labio de manera pensativa —podríamos meterlo en la habitación que tenemos vacía y así tú puedes volver a tu cama.

—Este fin de semana no tenemos entrenamiento, tendremos que aprovechar esos días para que Akui no sospeche.

—Kou...

—¿Qué?

—Gracias —dijo sonriéndole ampliamente haciendo que el mayor se sonrojara—.

—No tienes que agradecerme nada pequeñaja —le acarició el cabello eufóricamente ocasionando una carcajada de la castaña —ahora que lo pienso.

—¿Qué?

—No vas a contarle nada a Yaku, ¿verdad?

—No, me gustaría que mientras no sea necesario, solamente lo sepamos Kenma, tú y yo, ni siquiera los chicos deben de saberlo, prefiero no arriesgar.

—Está bien —el mayor se levantó del sofá —voy a preparar la cena.

—Perfecto —volvió a coger su teléfono y comenzó a mirar fotografías que esta se había hecho en el pasado con el azabache hasta que el mayor la llamó—.


Tras guardarse el celular en el bolsillo izquierdo del pantalón se dirigió a la cocina donde el mayor ya estaba colocando los platos sobre la mesa, al terminar dado que la castaña dijo que había sido un día muy largo ambos decidieron irse a dormir. Aunque hacía ya dos meses y medio que no dormían juntos, no les costó nada quedarse dormidos hasta la mañana siguiente.


A la mañana siguiente en la otra habitación la persona que allí se encontraba comenzó a abrir lentamente los ojos, se levantó quedando sentado en la cama y ahí volvió a verlo, a su yo de seis años sentado en el filo de la cama.


—¿Qué?

—No he dicho nada.

—Pero lo estás pensando.

—Bueno, correctamente lo estás pensando tú, te molesta que Keiko esté con Bokuto.

—No me molesta, pero... me gustaría ser yo quien durmiera con ella.

—Viene alguien —dijo el pequeño antes de desaparecer escuchándose dos suaves golpes en la puerta al momento y después esta se abrió un poco—.

—¿Kuroo-san?

—Estoy despierto Keiko —dijo sonriendo levemente—.

—¿Cómo estás? —dijo la castaña entrando en la habitación pero quedándose en la puerta—.

—Bien —dijo rascándose la nuca —¿hablaste con Kenma? —la castaña afirmó suavemente —¿quieres hablar de todo lo que te ha dicho? —la otra volvió a afirmar causando una risa del menor —¿Bokuto no quiere enterarse?

—Kou salió a correr hace media hora y tardará otra media hora, además prefiero hablar solamente contigo —al escucharla el mayor se fue hacia el lado de la cama pegado de la cama dejando un espacio libre para la castaña, la cual al ver el espacio no lo pensó dos veces y se sentó a su lado—.

—¿Por dónde quieres empezar a preguntar?

—Vamos a empezar por lo primero —tras decir eso golpeó levemente el brazo del más alto mientras mostraba un semblante molesto—.

—Auch, ¿por qué me golpeas?

—Porque fuiste un idiota, ¿de verdad tu mejor idea para que yo estudiase lo que me sería mejor era hacer que te odiara?

—En ese momento pensé que era lo mejor —dijo mientras se rascaba la nuca—.

—Es cierto que gracias a tu estupidez tengo que admitir que he conocido a personas que jamás pensé en conocer y lo agradezco pero de verdad no pensaste que había otra opción —el azabache negó—.

—Solo pensé en que sería mejor para ti.

—En estos años he aprendido una cosa y sabiendo todo lo ocurrido no me quedo tranquila hasta que lo aprendas, deja de preocuparte por los demás, por mí o incluso por Kenma y empieza a preocuparte por ti mismo, así que te lo pregunto porque quiero que me lo digas tú —miró al más alto a los ojos —¿qué quieres hacer? Aceptaré cualquier respuesta, sea o no de mi gusto —al escuchar la seriedad en la voz de la castaña, Kuroo comprendió que la Keiko que tenía delante suya no era la misma que él conocía hace cinco años, al contrario que él había avanzado en su vida personal—.

—Quiero quedarme contigo —dijo tomando suavemente la mano de la mayor y sonrió internamente al notar que la castaña apretó su agarre—.

—Pues empezaremos con preparar la habitación que queda libre a tu gusto —le mostró una gran sonrisa la cual fue acompañada por una más tímida del mayor, tras eso la mayor se levantó de la cama y se dirigió a la puerta de la habitación —vamos a desayunar.

—Keiko... —el más alto la llamó a la vez que se levantaba de la cama, haciendo que esta se girase hacia él—.

—¿Qué ocurre Kuroo-san? —al mirarla a los ojos lo que el mayor le quería decir se esfumó de su cabeza, prefería dejar las cosas como estaban en ese momento—.

—¿Tienes café? —esa pregunta le pilló por sorpresa a la castaña ya que no era la que se esperaba—.

—Oh, si claro —tras volver a sonreírle ambos bajaron a la cocina para desayunar mientras esperaban al mayor de los tres—.

Continuará...

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