Capítulo 41
María se abrió paso a la habitación de Adamaris.
La castaña se encontraba acostada y cuando la sintió entrar se apresuró a secarse las lágrimas pretendiendo ser discreta, pero María ya las había visto.
⚊Pensé que estabas durmiendo ⚊le dijo, sentandose a su lado. Adamaris se enderesa y le da una sonrisa escueta⚊. ¿te encuentras bien? ⚊Adamaris asiente y parpadea rápidamente tratando de espantar las lágrimas⚊. Mientes fatal. Dime, ¿qué pasa? ¿acaso no soy tu amiga?.
Adamaris hace un puchero y suspira profundo, votando el aíre por la boca.
⚊Le dije toda la verdad a Joel... y eventualmente lo dejé.
⚊¡¿Qué?! ¡¿le dijiste que te besaste con Alejandro?!.
⚊Nooo, ¿có-cómo crees? Y baja la voz que te pueden escuchar. Ese es un secreto que me lo voy a llevar a la tumba. Aparte, no podía seguir partiendole el corazón más de lo que ya estaba ⚊declara exaltada⚊. Así que preferí callar. No voy arrebatarle una amistad de años por... por una cosa que no va a volver a suceder.
María hizo una mueca.
⚊¡Vaya, que considerada! ¿No crees que Alejandro también debería asumir su responsabilidad en todo esto? ¡Yo nada más digo!, no todos los muertos te los tienes que hechar tú ⚊puntualiza⚊. Porque para besarse se necesitan dos. Al menos de que lo hubieras protegido.
⚊No es eso. María entiende, saber que le fuí infiel es suficiente. No voy interferir en una amistad de años ⚊Adamaris suspira y pasa saliva⚊. Suficiente es tener que cargar con el cargo de conciencia por lo que le hice.
María que no estaba para nada de acuerdo con lo que su amiga hizo, volvió a refutar.
⚊Pues entonces no lo cargues tu sola ⚊Adamaris niega. María coloca los ojos en blanco⚊. ¿y cómo tomó enterarse de que le fuiste infiel?.
⚊Se quedó en shock. Sencillamente no lo podía creer ⚊responde recordando el cambio brusco de su rostro⚊. ¿Sabes lo que me dijo después? Que me perdonaba y que lo volvieramos a intentar ¿puedes creerlo?. Pero no puede, no pude simplemente pasar página. Sabes que yo pasé por una infidelidad y fue doloroso, sin contar las repercuciones psicológicas que eso acarrea para la persona engañada.
Adamaris sabía muy bien de lo que hablaba. Cuando descubrió que Ricardo le había sido infiel en su noche de soltería quiso morirse; fue el dolor más infernal que había experimentado y del que aún le quedan recuerdo dolorosos. Ella estuvo dispuesta a perdonarlo, incluso asistió a la iglesia ese día pero eventualmente él nunca llegó. Pero ya nada le podía partir más el corazón cuando ya lo tenía roto. Por lo que no podía hacer pasar a otra persona por lo que ella vivió.
En ese punto María tenía que darle la razón, pero seguía pensando que su amiga no debe asumir todo ese daño sola. María le agarra las manos y le sonríe.
⚊Bueno amiga lo único que puedo decir es que si esa es tu decisión yo te apoyo. Aunque sigo insistiendo en que tú sola no debes cargar con esa cruz.
Se le llenaron los ojos de lágrimas y lloró. María la abraza, tratando de consolarla. Aún quedaban algunas preguntas que la morena quería hacerle a su amiga pero comprendía que no mencionar el tema sería lo mejor. Adamaris se durmió llorando y María salió de la habitación para dejarla descansar.
⚊¿Por qué estaba llorando Adamaris? ⚊le pregunta Alan, saliendo de la habitación de su tía. María pega un brinco por el susto y se llevó una mano al peecho y la otra a la boca, ahogando un grito.
⚊¡Por dios Alan! Casi me matas de un susto. ¿qué no sabes que por eso podría hasta morir? ⚊le reprocha viendolo alarmada.
⚊Lo siento. Ahora contesta, ¿por qué Adamaris estaba llorando?.
⚊¿Por qué mejor no se lo preguntas a ella? Yo estoy demasiado cansada.
⚊No le pregunté porque tú te me adelantaste y ahora está dormida. Por favor te pido que me digas lo que pasa.
⚊Termino con Joel. Eso es todo lo que te puedo decir.
María sigue su camino hasta entrar a la habitación. Alan se queda un momento de pie aun procesando lo que acababa de escuchar y con miles de preguntas rondando en su cabeza.
Sin embargo, Adamaris no dejó espacio para conversar con su hermano. Está procuraba no tener ningún tipo de contacto o plática con Alan, y procuraba esquivar cualquier pregunta que este intentaba hacerle con respecto a su relación con Joel. Ese día no salieron a correr y Adamaris salió de su casa muy tarde, llamó a María en el transcurso del recorrido hacía el trabajo pretendiendo dictar indicaciones o pretender perderse en una conversación sin sentido. Pese a que Alan había dejado de insistir a la primera no podía dejar de fruncir el ceño con los intentos de su hermana por esquivar dicha charla y solo podía pensar que no habían terminado en buenos terminos, pero tampoco quería seguir interviniendo.
Sabía que Adamaris ya no era una niña y que debia aceptar que su hermana tenia el derecho de tomar sus propias decisiones, pese a no estar de acuerdo con ella.
Y aunque sabía todo eso, no pudo evitar agarrar su teléfono y marcar el número de Joel, pero después de algunos segundos en espera se rindió.
La reunión se había alargado hasta altas horas de la noche. Alejandro no estuvo cien por ciento concentrado en ella motivo por el que su prima le regaño y en algunas ocasiones salían del tema que estaban tratando.
Se apresuro a recoger sus pertenencias y salir de la oficina. Estaba por salir del edificio cuando su celular sonó. Era de Joel, se detuvo en seco, recordando que Adamaris le había dicho toda la verdad a Joel. Su amigo seguro tenía ganas de matarlo y lo merecía. Tuvo que repetirse que todos los actos tenían consecuencia y que muy seguramente él también estaría igual si la persona que estuviera con él lo engañará con su mejor amigo. conectó el cable y contestó, saliendo del edificio.
⚊¿Si?
⚊¡Buenos mal que contestas! ⚊la preocupada voz de Agustín sonó en altavoz. Agustín suspiró y se pasó las manos por el cabello, despeinandolo.
⚊¿Qué pasa?.
⚊Alejandro, Joel no aparece. E llamado a todos nuestros conocido, e visitado todos los posibles lugares donde estaría, e llamado a su trabajo. Nadie sabe de él. Salí solo un momento y-y cuando regresé ya no estaba, no se llevó su teléfono pero si su cartera y acaba de retirar una gruesa suma de dinero de una de sus cuentas ⚊mientras más hablaba, la desesperación y el miedo crecía en el interior de Agustín. Sentía un mal palpito y estaba apunto de volverse loco. Después de dejar a su hijo recostado en su cama aún en estado de shock salió a recibir un domicilio y cuando volvió ya no estaba. Lo buscó en toda la habitación, después en la de él, por todo el departamento, en todo el edificio, el celador había revisado las cámaras de seguridad. Estas grabaron el momento exacto en que Agustín salió, después Joel, salieron casi parejos pero nadie lo notó porque había salido por las escaleras de emergencias. Estás que daban al primer parqueadero y el más solitario, donde agarro un taxi. Debido a que la cámara central estaba dañada no había logrado captar la placa del taxi⚊. No se donde está y-y ya es muy tarde. Me preocupa que le pase algo. Él todavía está convaleciente, necesita si o si descansar. Estoy desesperado.
Alejandro ya se había desviado y estaba en camino al departamento de su mejor amigo. Su pecho empezó a doler y se mordio el labio.
⚊Voy en camino. Llego en quince ⚊anuncia y cuelga la llamada.
Joel no era de las personas que se desaparecian sin despedirse o avisar. Sin embargo, conocía que en estos momentos debes estar odiándolos y no quería hablar ni saber nada de nadie, y mucho menos de ellos. Pero como amigo debía encontrarlo y asumir las consecuencias de sus actos. No se arrepentía, pero tampoco estaba en sus planes hacerlo sufrir.
Llegó tan pronto como fue posible al apartamento de su amigo. Brenda fue quien le abrió, la rubia le sonrió y permitio pasar. Agustín se levanta del sofá y va a su encuentro, apretando la mano en forma de saludo.
⚊¿Se a sabido algo sobre Joel? ⚊preguntó.
Agustín negó en respuesta.
⚊La policía ya está al tanto, pero no hay noticías.
Alejandro suspiro profundo y se sentó en el sofá.
⚊¡¿No tienen ninguna idea de donde puso haber ido?!.
Estos negaron en respuesta.
⚊Llame a cada aerolinea pero Joel no registrado en ningun vuelo ⚊comenta Brenda, pero el llanto de su hija la hace levantar e ir a su encuentro.
Alejandro no aguantaba más la incertidumbre y aprovechando que Branda los había dejado solos, no lo dudó ni un segundo, y habló.
⚊¿Cómo es que sucedió todo esto?.
Agustín que estaba absorto en sus pemsamientos que parecían torturarlo, alzó la cabeza desorientado y lo miró. Su expresión era tan desgarradora que conmovio al empresario.
⚊No lo sé... no lo sé yo... sabes que no tengo mucha comunicación con Joel. Tampoco e podido hablar con Adamaris, no me contesta las llamadas, ¡Y no e querido insistir! ⚊la manera en que Agustín hablaba era de completa desesperación y miedo. Agustín temia que a su hijo le sucediera lo peor, temía quedarse solo nuevamente en el mundo⚊. ¡Mi hijo está desaparecido y yo no sé los motivos ni donde está! Esta es la clase de padre que soy.
Alejandro se aclara la garganta empezandose a sentir incomodo.
⚊Por lo que sé... ellos... ellos terminaron ⚊le dice pasando saliva y sintiéndose abrumado e infeliz.
Agustín quién ya se hacia una idea de los motivos por los que su hijo habia huído, asintio.
⚊Ya me imaginó porque, pero ¿sabes? Es mejor perder un amor que una amistad chico.
Los ojos de Alejandro se agrandan de par en par y su respiración se detiene cuando Agustín terminó de hablar. Sus miradas eran tan diferentes, pero muy por el contrario de lo que Alejandro esperaba, en los ojos del padre de su amigo no habia reproches
⚊¿Cómo...? ⚊intentó preguntar pero Agustín le palmea el hombro.
⚊No te preocupes, no creo que Joel lo sepa.
⚊¿Por qué...?
Brenda aparece con Lucia en brazos, Alejandro se calla y aprieta su mandibula.
⚊¿La policia no a llamado? ⚊pregunta.
Alejandro pasa saliva y Agustín niega. Brenda suspira pronfundo y se sienta al lado de Agustín, coloca a la bebé en sus piernas y le empieza a darle el biberón preocupada por el bienestar de Joel.
Sentía la imperiosa necesidad de respirar y el silencio que se había instalado entre ellos lo estaba asfixiando. Sin embargo, era lo que le había dicho Agustín lo que permanecia en su cabeza. Sin bien este aseguraba que Joel no sabía lo que pasaba entre Adamaris y él, tampoco podia estar seguro.
La culpa empezó a carcomer su consciencia y ante la falta de palabras necesitaba desesperadamente tomar aire.
⚊Oh, oh, simplemente no me puedo quedar aquí ⚊dice Alejandro levantándose de mueble individual. Seguido por Agustín.
⚊¿A dónde vas? ⚊le pregunta Brenda viendolos ponerse de piel.
⚊Voy a buscarlo así sea por debajo de las piedras, pero de que Joel aparece, aparece ⚊asegura hablando con rápidez.
Alejandro se apresura a salir del departamento. Recorrió cada establecimiento que se encontraba abierto e incluso repartio su tarjeta a los dueños solo por si lo veían, pero al final del día tuvo que volver hacía el departamento de su amigo. Aún no había noticias y faltaban algunas horas para que oficialmente lo pudieran declarar como desaparecido.
A la mañana siguiente la noticia de la desaparición de Joel se propagó rápidamente y no habia lugar donde no hablaran de empresario. Los medios estaban muy pendiente y espectantes, más que todo porque Alejandro estaba involucrado.
Los hermanos Gutierrez fruncieron su ceño mirando a los periodistas aglomerados en la entrada.
⚊¿Qué está pasando ahí? ⚊murmura Alan.
Salieron de taxi, fue un trajín abrirse paso hacia la entrada pero nadie parecia prestarles atención. Los periodistas estaban esperando al empresario.
Curioso, Alan le preguntó al celado lo que pasaba, y este abrumado por ver a tantas personas juntas, respondió:
⚊Desde que se conoció la noticia de que el joven Joel se encuentra desaparecido empezaron aglomerarse desde bien temprano en la madrugada, a la espera de conseguir una entrevista del jefe.
Adamaria parpadeo incapaz de procesar lo que habia escuchado. A su mente llegó el recuerdo de la última vez que se habia visto, como la expresión feliz de su rostro cambio bruscamente cuando ella le habia confesado su infidelidad y lo desolado que se vio cuando esta rechazó su oferta de olvidar e iniciar nuevamente.
Alan también estaba igual, pero al ver a su hermana encimismada por lo que habia escuchado. Voltea a ver al hombre y regalándole una sonrisa al celador guia a su hermana hasta dentro.
⚊¿Te encuentras bien? ⚊le pregunta al oído. Alan la sienta en un silla y se sienta a su lado⚊. ¿Ahora me puedes decir, qué es lo que pasa? ¿por qué terminaste con Joel?.
Su hermana lo miró y aunque abrió y cerro la boca nada salio de esta.
Los periodistas se disiparon cerca del medio día. Alejandro no les concedio la entravista y tampoco se dejó ver por estos. Adamaris intentó hablar con él, pero le daba vergüenza y Julio tampoco le daba espacio para ir en su busqueda.
No fue hasta que salio del trabajo que Adamaris encendio su teléfono despues de varios días de tenerlo apagado. Salio de la empresa y empieza alejarse. La patalla se iluminó y en cuestion de segundos su teléfono empieza a vibrar, cantidades de notificaciones llegaron, al revizar observó con asombro que tenia cantidades de llamadas perdidas desde diferentes números telefónicos. Sintió curiosidad porque tal vez alguno de esos números podía localizar a Joel. Sin embargo, tenía un asunto importante que arreglar.
Marco el número de su amiga y esta contestó al tercer tono.
⚊Adamaris que bueno hablar contigo, ¿cómo vas? ⚊la voz de Mónica sonó en la otra linea. Adamaris tomó aire y se detuvo a la espera de un taxi.
⚊Muy bien ¿y tu? ⚊contesta despues de suspirar⚊. Mira, ¿tienes tiempo para encontrarnos ahora?.
Mónica dudó. Realmente esta vez no podía correr a su cuentro. Era su primer caso como abogada en formación y no quería perderse de ningun dato inportante.
⚊Ay Ada, llamas en un muy mal momento. Ahora estoy en jusgado hoy tengo mi primera audiencia de un caso.
Adamaris asiente, comprendiendo las palabras de la rubia. A lo lejos observa un taxi y saca la mano para llamarlo.
⚊Oh, disculpa pensé que estabas libre ⚊suspira⚊. Entonces, ¿qué te parece encontrarnos mañana?
⚊Me parece muy bien, ¿cenamos?.
Las personas en el jusgado estan empezando a entrar, puesto que juicio está por iniciar. Mónica estaba nerviosa aunque trataba de imponer de aquella seguridad que tanto alardeaba poseer.
⚊Muy bien. Mira ya es el primer llamado. Te quiero mucho, deseame suerte.
⚊Tu no necesitas de eso ⚊contraataca esta evitando reírse, se monta en el taxi y con gestos le dice al conductor que avance.
Mónica tuerce una sonrisa y su tonco se irgue.
⚊Lo sé, adiós. ¡Ah! Y no te pierdas por favor. Te mando un beso.
⚊Adiós, igual. Besos.
Adamaris suspira y corta la llamada. Después, se irgue hacia el conductor.
⚊Señor, cambio de planes. Necesito que me lleve a la dirección que le voy a dictar.
El taxista asiente a la dirección que esta le menciona y Adamaris vuelve a sumergirse en su asiento.
⚊¿Qué haces aquí? ⚊la histerica voz de la madre de Mónica resuena en cada rincon de la sala.
Adamaris hace una mueca al escucharla y se voltea, enfrentandola.
⚊Como usted muy bien lo sabe no estoy aquí por gusto ⚊le dice, mete la mano en la bolsillo del leggins y le tiende el cheque que Alejandro le habia girado⚊. Espero que esa suficiente para usted.
Esta agarra el cheque procurando no tocarla, su mirada seguia siendo tan altuva como la última vez que estuvo frente a ella y ese porte orgulloso que la caracterizaba era un fastido. Adamaris suspiro profundo y observa fascinada como abre muchos ojos ojos cuando su mirada vé la cantidad que esta le estaba entregando.
⚊Con ese dinero queda saldada la deuda que mi hermano tiene con usted ⚊le dice, llamando su atención. Alfonsina chista los dientes y su mirada cambia a una de burla. Sin embargo, Adamaris ignora ese gesto⚊. Ahora si, espero no verla nunca más.
Al pronunciar esas palabras, alza su mentón con orgullo, le da la espalda y abandona la casona. Al salir una brisa fresca golpeo su rostro, esta sonrío y siguio caminando. Se sentía feliz, ahora si podía hechar andar sus planes de volver a juntar a su mejor amiga y su hermano. Era la única forma que sabia para redimir un poco todo el sacrificio que este hizo por ella y devolverle la felicidad era su prioridad.
Ahora podía volver de regreso a su trabajo.
Adamaris estaba esperando a que Alejandro regresara de casa de Joel y cuando lo vio aparecerse en la oficina se apresuró a su encuentro.
⚊Alejandro que bueno que estas aquí, ¿has sabido algo de Joel? ⚊le pregunta Adamaris abordandolo justo antes de que entrara a su oficina.
¿De qué se sorprende que ella esté enterada cuando medio mundo ya lo sabe?.
⚊No, todavía lo está buscando la policía ⚊le respondo antes de suspirar⚊. Pero no hablemos aquí, agamoslo adentro.
Abre la puerta y se adentran, pero no llegaron a dar dos pasos cuando vieron una escena para nada agradable. Alejandro se apresuró a tapar los ojos de Adamaris, escondiendo su rostro en su pecho y tapando sus propios ojos.
Al mismo tiempo que la española ahoga un grito y se apresura a taparse su cuerpo desnudo.
⚊¡Joder! ⚊exclama a todo pulmón.
La idea era esperar a que el heredero llegará a la oficina para mostrarle lo que habia planeado. Había comprado un juego completo de lenceria, aprovechado de Susana no se encintraba en su puesto se metio a la oficina y desocupó la mesa, para echarse en esta. Pero todos sus planes se derrumbaron cuando efectivamente este aparecio, acompañado.
Esta se apresuró a cubrirse, maldiciendose mentalmente por tener la tonta idea de quitarse la lenceria. Agarro el saco con el que habia escondido
⚊¡¿Qué clase de burla es está?! ¡Tápate! ⚊pregunta Alejandro, alzando la voz.
⚊¡Ostia Alejandro! Yo... yo solo quería sorprenderte ⚊dice está, desesperada. Sin saber en que hueco esconderse.
Gruñó.
⚊¡Largo de mi oficina! ¡estás despedida! ¡no quiero verte más! ⚊grita.
Esta se congela al escucharlo y su cabeza se queda en blanco. Susana que acaba de llegar frunce el ceño al oír gritar a Alejandro y rápidamente se acerca a la oficina. Tiene la misma reacción
⚊¿Qué pasa aquí?.
Alejandro se destapa sus ojos y mira a sus asistente. Susana se paraliza al tener su intensa mirada sobre ella.
⚊Esto pasó por tu culpa, si estuvieras en tu puesto de trabajo ningun intruso se meteria a MI oficina ⚊cuestiona incapaz de controlar su enojo⚊. ¡Tu también estas despedida! ¡Largo! No las quiero ver a ninguna de las dos.
⚊Pe-pero... ¡jefe!.
⚊¡Alejandro... déjame explicarte...!
Ambas intentan desesperadamente hablar, pero sin permitirselos Alejandro sale de la oficina arrastrando a Adamaris consigo, se adentra al ascensor y solo cuando las puertas de estas se cierran, suspira y se alejan. La atmosfera se volvió tensa e incomoda, ninguno de los dos sabía que decir pese a que tenían miles de palabras flotando por su cabeza.
No era habitual en él quedarse sin palabras, pero la vergüenza que sentía por el momento tan incomodo que acababa de vivir en su vida era mucho más grande. De verdad sentía que podía ser tragado por ls tierra e irse sin problema.
Por otro lado, Adamaris estaba aturdida, no sabía como procesar lo que había visto y la imágen del cuerpo desnudo de aquella modelo. Su pecho dolió y por alguna razón quería volvera la oficina y sacar a la española por las greñas.
Pero... ¿con qué derecho iba hacer eso?.
Suspira profundo.
Alejandro detuvo el ascensor y se gira hacía ella, dispuesto arreglar cualquier mala impresión que ésta debe estar pensando. Por instinto Adamaris se aparta, dando pasos hacia atrás chocando con el frío metal de la pared del ascensor.
⚊No es lo que... ⚊había intentado decirle que no era lo que estaba pensando, sin embargo, su teléfono suena interrumpiendolo.
Cierra los ojos impotente, mete las manos en el bolsillo, saca el teléfono y contestá.
⚊Habla Alejandro ⚊dice arrastrando las palabras.
Del otro lado se escuchó un ajetreo.
⚊Encontraron a Joel. Se encuentra en la clinica #46.
Alejandro se aleja rápidamente de Adamaris, le da la espalda, oprime nuevamente el boton para que el ascensor se mueva mientras pregunta.
⚊¿Cuándo?.
⚊Me acaban de avisar. Voy en camino con Brenda.
⚊No te han revelado nada de su estado, ¿por qué está en la clínica?.
Adamaris comprendió que estaban hablando de Joel y escucha atenta sin moverse de donde estaba.
⚊No. Tengo que colgar, nos vemos acá.
Cuelgan y este se guarda el móvil. Suspira frutrado mientras se masajea la cien.
⚊¿Joel ya apareció? ⚊le pregunta Adamaris, rompiendo el silencio.
Alejandro asiente en respuesta.
⚊Entonces... ¡Yo voy contigo! ⚊se apresura hablar, agarrando su brazo.
Alejandro trató de ocultar la ira que estaba empezando a sentir.
⚊¿Y para qué? ⚊le pregunta. Su tono de voz fue grave, profundo y aunque él no lo quería tosco.
Adamaris apartó la mano, viendolo desconcertada incapaz de creer el tono que habia usado para dirigirse a ella.
Se sintió triste así que prefirió alejarse.
⚊No sé. Para sentirme bien, para liviar mi consciencia tal vez ⚊contesta, atropellando las palabras.
Suspira y se gira hacia ella.
⚊Perdona, no debí haberte hablado así.
⚊No, más bien perdóname tú a mí, yo... no debí haber alzado la voz.
Alejandro niega e intenta hablar, pero las puertas del ascensor se abren obligandolos apartarse y salir.
⚊¿Entonces si me permites ir contigo? ⚊le pregunta Adamaris, siguiéndolo.
Alejandro asiente con la cabeza, le quita el seguro al auto, Adamaris se sube y despues Alejandro.
Se fueron en silencio. No era uno incomodo, pero ninguno de los dos queria hablar con el otro. Estaban absortos en sus propios pensamientos.
⚊¿Aún amas a Joel? ⚊la pregunta tomó por sorpresa a la castaña.
Ésta lo mira por un largo tiempo, Alejandro también lo hace pero de reojo sin apartar la mirada de la carretera.
⚊No ⚊dice sin dudar sorprendiéndolo y toma aire⚊. Antes, mi corazón revoloteaba cada que lo tenía cerca, me volvía tan tímida pero e descubierto que puedo ser tímida en todos los aspectos de mi vida y que mi corazón puede revolotear en todo momento ⚊voltea a mirarlo.
Alejandro detuvo el auto y se estaciona. Decir que estaba conmocionado era poco, estaba en estado catatónico sientiendo su corazón palpitar con fuerza y su pecho subir y bajar. Tiene tantas emociones rondando por su cabeza y tanto que decir que no encuentra las palabras para expresarlo.
⚊¿Estás segura que ya no estas enamorada de Joel? ¿segura? ⚊repite. Mirandola fijamente.
Adamaris duda. Pero no era porque no estaba segura de su respuesta, era el hecho de que éste la miraba tan directamente, parecia espectante y aquello la intimidaba.
Niega muy despacio.
Alejandro suspira profundo y audible.
Sonríe. Simplemente no lo puede evitar, su corazón se acelera y siente sus ojos picar. Parpadea para enfocar mejor el rostro confundido de la castaña. Suspira profundo como ejercicio de relajación y vuelve a intentar poner el auto en marcha, pero cuando sus manos agarran el volante se queda prendado a este.
⚊¿E dicho algo malo? ⚊cuestiona la castaña sin apartar su mirada de él.
Alejandro pensó que su color de ojo habia cambiado.
⚊Tu nunca haces nada malo. Pero tu respuesta me conmovio bastante.
⚊¿Por qué? ¿no era la que esperabas?.
⚊No. Definitivamente no.
Adamaris asiente y recuesta su cabeza en el espaldor del asiento, imitándolo.
⚊Entonces... ¿respondí mal? ⚊pregunta. Pero no se sentia extraña.
⚊Tampoco.
⚊Entonces no entiendo ⚊hace una mueca.
Alejandro toma aire y lo expulsa por la boca.
⚊¿Sabes lo que eso significa? ⚊niega⚊. Me gustas. Eso es un hecho ⚊declara.
Adamaris sintió los nervios acumularse en sus ojos, por lo que se acomodó y suspiró.
⚊Alejandro... ⚊le dijo, y su voz tembló.
⚊Pero no haré nada. No por ahora.
Adamaris suelta una risilla.
⚊Eso es imposible ⚊le dijo, pero no estaba segura.
Alejandro ladeo una sonrisa.
⚊¿Sabes lo que es imposible? ⚊cuestiona de vuelta⚊. Que yo no intente tener algo contigo.
Alejandro separó sus labios e inclino hacia la castaña. Más que un impulso fue la exigencia de su cuerpo. Adamaris también se inclino, solo un poco sin apartar su cuerpo del asiento y recibio el beso cerrando los ojos en el proceso.
Labios suaves y sincronizados, una explosión de emociones recorrer su cuerpo. El beso fue lento, ambos estaban disfrutando, reconociéndose y amandose.
Al separarse ambos sonrieron mirandose fijamente con sus corazones desbordados. Sus pechos subían y bajaban. Alejandro fue quien entrelazó sus dedos y puso en marcha el auto.
El ambiente fue mucho más ameno pese a que ninguno de los emitia alguna palabra. La castaña no dejó de mirar en ningun momento las manos unidas, preguntándose con incertidumbre lo que eran y un cuestionamiento surgía a raiz de otro; ¿cuántas veces este no habria tomado de la mano alguna amante mientras conducía? Porque vaya que si sabia lo que hacía, se veía comodo, relajado y hasta confiado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro