Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 39

Es una escena tan tierna como desgarradora. Pese al poco tiempo que llevaban de novios le removió oscuros heridas al verlo junto a otra. No sabía como sentirse ni mucho menos cómo actuar. De lo único que estaba segura era qué no podía sentirse enojada cuando ella también le había sido infiel, aunque eso tampoco justifica su actuar. Y de la peor manera, con la persona menos esperada y cercana a su novio.  Ella seguía siendo una horrible persona.

Era lo justo después de todo, seguramente éste se sentirá peor cuando se entere de lo que Alejandro y ella habían hecho.

Entonces no podía comparar lo que sentía ahora con lo que seguramente Joel sentirá después.

Sin emitir ningúna palabra caminó lejos de la habitación. Sus pasos cada vez más pesados alertaron a los tortolos quienes giraron sus rostros y miraron a Karol justo cuándo Adamaris salía del departamento. Esta cambia la expresión de su rostro y los mira con recelo frunciendo el ceño y los labios, aparta la mirada cuando Brenda le sonríe.

⚊Adamaris se acaba de ir ⚊anuncia despectivamente y los deja solos.

A Joel se le van los colores de la cara y luchando con las muletas se apresura a seguirla. Pero con dificultad debido al yeso de su pierna, preocupado aceleró el pasó y en medio de su desespero cayó al suelo, al enredarse la muleta con el pie. Karol ya se encontraba en la sala y cuando lo ve caer no se inmuta por ayudarlo, aunque su mente se lo pida a gritos. Brenda, que lo seguía de cerca se acerca preocupada porque se haya lastimado en la caída.

⚊¡Joel! ¡Espera un momento! Te vas a lastimar. ¡mira como estas!⚊exclama Brenda ayudando a levantarlo y sentándose en el sofá.

⚊Pásame mi teléfono por favor ⚊le pide con su rostro rojo a causa del dolor, se estira para agarrar las muletas y trata de colocarse de pie. Pero Brenda se lo impide.

⚊Voy a traerte el teléfono, quédate aquí ⚊le dice. Al ver que este arruga la frente esta frunce el entrecejo. Como Joel se rinde vuelca su mirada a Karol quien aparta la suya rápidamente y se cruza de brazos. Brenda suspira y levantandose, los deja solo para ir por su movil.

Joel mira a su empleado.

⚊¿Por qué se fue así de repente? ⚊le pregunta ansioso.

A Karol le da un tic en el ojo y lo mira ofendida, tratando de controlarse para no soltar alguna palabrota agarra su mochila y saca los documentos, alejándose lo más posible de éste. Joel la mira confuso, sin entender las acciones de su empleada. Karol se encoje de hombros y cierra su bolso, volviendolo a echarselo sobre sus hombros.

⚊Esto se lo dejaron a usted, se lo entrego. El señor que los fue a llevar se llamaba Aldair Mufarto y como mensaje le dice que lo llame con urgencia ⚊quería decir más pero no lo creyó prudente. Suspira⚊. Ahora, me retiro. Tengo que ir a la universidad.

⚊Espera, aún no me has respondido lo que te pregunte ⚊la retiene, tirandose hacia ella y agarrando su muñeca.

Karol tuerce la boca y asesina con la mirada el piso.

⚊Si usted la viera en brazos de otro hombre no se quedaría de brazos cruzados ⚊vocifera. Esas palabras cayeron como valde de agua helada obligándolo a que su mano cediera lo que Karol aprovechó para apartarse del toque cubriéndose la zona de contacto instantáneamente⚊. Ahí tiene la respuesta a su pregunta.

A paso acelerado sale del departamento sin mirar atras. En ese instante Branda regresa y le entrega el aparato. Éste se apresura a marcar pero en el segundo tono la contestadora fue quién le habló mandandolo al busón de mensaje.

Maldijo y tira el movil, estrellándose contra el suelo. Brenda pega un brinco asustada y sorprendida presintiendo que toda esa situación se habia presentado por su culpa. En un intento por reconfrontarlo y para alivianar un poco el ambiente se acerca sentandose a su lado y le da palmaditas en su espalda con ganas de hablar pero sabiendo que no es el momento para hacerlo. Al final, sentía que los días escondida se estaban acabando.

El ruido de campanas estremecian los oídos pero enfocaban la vista al lugar. Estaban en la Catedral Metropolitana De México una de las mayores obras arquitectonicas más grandes de toda América Latina y el hogar de númeroso tesoros de arte.

No podía parar de mirar a todas partes, como si buscará a alguien, incluso llego a girar hacia atras para comprobar que la persona a quien buscaba no estuviera detras de ella.

Cuándo se detuvo en todo el centro del coro pareciera como si empezara a observar el lugar, era magestioso y trasmitía tanta paz a su corazón, de pronto dos bruscas manos rodearon su cintura. Lo más normal en esos casos era asustarse, sin embargo, complacida por aquella acción acomoda torso en su fuerte pecho, descansando su cabeza en su hombro derecho mientras sus brazos rozan la piel tersa hasta llegar a su brazo y entrelazar sus dedos.

Le encantaba esa sensación. El contacto de sus pieles descargaban una placentera electricidad que los hizo sonreír. Adamaris cerró los ojos, giró su rostro y sus labios chocaron contra los labios de Alejandro, quien también la buscaron. Sus bocas bailan al ritmo lento y emocional. Incluso sonrieron mientras sus labios aún se rozan. En eso, la mano derecha de Alejandro subió hasta su mentón, atrapando sus labios nuevamente y profundizando el beso convirtiendolo en uno más pasional y sensasual.

Todo pareció girar el camara lenta, pero Adamaris aún no lograba conocer el rostro del individio con quien se estaba besando.
La falta de oxigeno empezó a escacer justo cuando el beso empezó hacer mucho más demandante a tal punto que se volvio incomodo cuando Alejandro empezó a manosear su cuerpo. No sabía en que momento este había logrado girarla y pegarla completamente a su cuerpo pero sus manos subían y bajaban por toda su espalda y la pelvis de este estaba cada vez más cerca de su intimidad produciendole asco. Esta forcejeo por ser libre, incluso dejo de corresponder su beso y cuando abrió sus ojos se sorprendio por ver el rostro sonriente de Alejandro, quién estaba disfrutando de su dolor.

En el sueño le gritó pero no logró escuchar que le dijo. El empresario se ríe de su intento por escapar y entierra su rostro en su cuello, mordiendoselo. Produciendole ardor.

Los soñadores se levanta del dueño. Uno quedandose en el placido primer beso, y la otra hasta la escena inquietante que se repite una y otra vez en su cabeza. Adamaris esta bañada en sudor, tapandose la zona que en el sueño estaba siendo lastimada, a su lado, su tía duerme placidamente sin percatarse de los movimientos bruscos que hacia esta. No podía explicar las razones por las que habia tenido ese tipo de pesadilla y tampoco le gustaba lo que estaba soñando. Mientras que Alejandro pataleo por haberse levantado, pero rápidamente vuelve a colocarse las sabanas en la cara y cierra los ojos contando obejas para volver a conciliar el sueño rogando para si tener el mismo sueño y que este empiece por la parte en que se habia quedado.

Adamaris mira el despertador, eran las tres de la madrugada. Suspira y se levanta de la cama, tenía mucha sed y necesitaba refrescarse. A paso acelerado pero silenciosa llego a la cocina. Tanteo el terreno a oscuras hasta llegar a la nevera. La abrio, agarro la botella con agua, un vaso y se sirvio.

⚊¿No puedes dormir? ⚊la gruesa voz de Alan resuena por la pequeña cocina y asusta a su hermana que se atraganta y moja su pijama.

⚊¿Alan? ¿eres tú? ⚊pregunta agudizando su visión pero no podía ver nada. Todo estaba demasiado oscuro.

⚊Noooo, su fantasma ⚊bromea desde la mesa del comedor.

Adamaris deja la botella en congelador y se acerca a su hermano, sentándose a su lado.

⚊Ey, ¿qué haces aquí tan solo? No deberías estar aquí. Debes estar descansando ¿o por qué crees que mi tía esta durmiendo conmigo? ⚊le pregunta esta.

Alan ríe a carcajada, pero se acuerdan que no estaban solos en casa y decide reirse en silencio. Como extrañaba sus encuentros con Adamaris en la madrugada, ya se le había olvidado lo bueno que era escaparse en las noche para atacar la alacena.

⚊Pensando ⚊su respuesta fue tan simple y escueta que Adamaris se preocupó.

⚊¿En qué piensas?.

⚊En cosas hermana.

⚊Yo sé que en cosas, pero ¿qué cosas?.

Alan no se apresura en contestar. Agarra la última galleta del plato y se la lleva a la boca, la mastica y traga, despues bebe hasta acabar su leche.

⚊Simples cosas hermanas ⚊repite y besando su frente agarra los utencilios utilizados y la deja sola.

Adamaris observa la amplia espalda de su hermano alejarse hasta que se pierde en la oscuridad pero los sonidos de los platos siendo dejados en lava vajillas la alcanzaron.
Se termina de beber el agua y se va acostar.

A la mañana siguiente Alan ya no estaba en casa cuando Adamaris despertó. Al preguntar, no obtuvo respuesta de su paradero preocupandola. No lo llamó porque tenia el teléfono apagado y no queria encenderlo así que resignada se ocupó en prepararse para salir al trabajo. Sin embargo, mientras lo hacía estaba pendiente a cada ruido de la puerta pero los únicos que salieron fueron María y su hijo. Incluso cuando salio de su casa tuvo la esperanza de encontrarselo, pero no ocurrio y se tuvo que conformar con verlo en el almuerzo. Tenía tantas preguntas pero quería esperar a que fuera su hermano quien decidiera empezar hablar. Claramente ese día no llegaría pronto, Alan era demasiado reservado y muy poco le gustaba hablar sobre sus cosas así que los que lo queran tenian que conformarse con esperar.

No tuvo tiempo de pasar por la oficina de su hermano puesto que Julio la había retenido apenas puso un pie dentro de la empresa. Adamaris estuvo todo el día detras del diseñador, organizando bocetos, ordenando telas y supervisando los ajustes del los atuendos.

Adamaris llegó hasta la oficina de presidencia. Alejandro la había mandado a llamar y no tuvo más remedio que asistir. Susana anuncia su llegada y ésta se adentra a la oficina. La oficina de Alejandro era justo como lo describian las revistas. Un lugar amplio, moderno, con una excelente vista al exterior y amueblada.
A paso lento se acerca hasta el escritorio de Alejandro, pese a que sabe que ya estaba en frente no alza la mirada.

⚊¿Me llamaste? ⚊le pregunta después de algunos minutos en completo silencio. Alejandro suspira, cierra la carpeta que estaba ojeando, agarra el sobre que estaba a su lado y se lo tiende.

La castaña frunce el ceño pero agarra el sobre, lo abre y leé, pero a medida que va leyendo un nuedo se forma en su garganta.

⚊¿Alan a renunciado? ⚊pregunta, dejando de leer y mirandolo desconcertada.

Alejandro agarra otra carpeta y la abre.

⚊Pensé aque le gustaba estar aquí, que era su más grande anhelo. No logró entender por qué de la noche a la mañana presenta su carta de renuncia... ⚊se interrumpe al alzar la mirada y verla.

Estaba tan hermosa ese día.

Definitivamente el blanco en su traje sastre sentaba armonia en su angelical aspecto.

⚊Hablaré con él ⚊comenta. Alejandro tambien lo hace y la acompaña hasta la puerta. Pero Adamaris se gira hacia él⚊. ¿Sería mucho pedir irme temprano a casa? Es que me gustaría...

⚊Si quieres te puedes ir ahora. Por mi no hay problema ⚊la interrumpe y le abre la puerta. Adamaris le agradece con la mirada y sale de la oficina⚊. Un momento⚊la detiene. Adamaris lo mira⚊. ¿por qué no le has contestado las llamadas a Joel?⚊le pregunta.

⚊No tengo porque contestar a esa pregunta ⚊le dice⚊.  Permiso.

El empresario la sigue con la mirada hasta perderla de vista. Y después de algunos minutos, cerró la puerta de su oficina y se apoya en esta sintiendo su pecho adolorido, despues regresa a trabajo.

Adamaris llega a su casa con una gran angustia en medio de su pecho. Todo estaba mal, muy mal y debía hablar imediatamente con su hermano, pero este se encontraba encerrado en su habitación sin ganas de hablar con nadie queriendo estar solo para poder hundirse en su agonia.

Ahora entendía que ya la había perdido, Mónica ahora era de otro y se había repetido que no importaba, que todo estaría perfecto si ella podia conseguir a alguien mejor que él.

Pero como dolia.

Por su parte, Adamaris toca a su puerta con insistencia. Debía hablar con su hermano, porque si el motivo de su renuncia eran las que se estaba imaginando tendrían una muy fuerte discución.

⚊Alan, abre, sé que estas ahí ⚊dice, nadie responde⚊. Alan, hermano por favor vamos hablar. Abre, ¿si?.

Escucha pisadas y la puerta abrirar, Adamaris retrocede.
El rostro de su hermano parece luciendo inexpresivo.

⚊¿Qué pasa? ⚊le pregunta Alan.

⚊Tu sabes lo que pasa y porque estoy aquí.

La quijada de Alan se aprieta, al igual que sus manos.

⚊Ya déjalo, pasará ⚊asegura y se adentra a la habitación.

Adamaris niega y lo sigue de cerca, cerrando la puerta en el proceso.

⚊Nada pasará Alan porque estas dolido, por favor hablemos. No puedes dejar la empresa así como así.

⚊¡Pues mira como si lo hago! ⚊exclama, girandose sobre sus talones y enfrentandola⚊.No quiero hablar Adamaris, no quiero hablar ⚊vocifera despues de suspirar.

⚊Pero tienes que hacerlo ⚊insiste⚊. No puedes cállarte todo lo que sientes, no es bueno.

⚊¡Te dije que ya pasará! ⚊insiste, alzando la voz.

⚊¡Pues por lo visto no lo hará, renunciaste a tu trabajo! ¡Y lo hiciste por Mónica!.

⚊¡Cállate! ¡Era lo mejor!.

¿Por qué su hermano estaba siendo tan irracional?.

⚊¡¿Lo mejor para quién?! ¡¿te estas escuchando?! Ese trabajo era todo lo que querías en tu vida Alan.

⚊¡¿Y tu qué sabes de lo que queria?! No sabes nada, ¡nada!.

⚊¡Entonces explícame! Dime lo que no sé. No te cálles, ¡¿por qué no hablas?!, ¡¿por qué aquí no eres valiente?! ⚊dice, señalandole el pecho justo donde estaba su corazón.

Ambos estaban peligrosamente cerca, botando chispas por los ojos. Desde otro enfoqué, parecian dos volcanes a punto de explotar.

⚊Salte de mi habitación.

⚊No lo voy hacer hasta que no hables. Mírate Alan, este no es el Alan que yo conozco, con el quién me crié. Alan, estas dejando ir al amor de tu vida y no haces nada para impedirlo. ¡Tienes que entender que lo que pasó con Ricardo es cosa del paso!, ya yo no siento ningun tipo de sentimiento hacia él y Mónica no tiene nada que ver con lo que me hizo, ¿por qué es tan díficil de entenderlo?

Alan aspira aire por la nariz y niega con la cabeza. Se aleja de su hermana y vuelve a negar.

⚊No lo entiendes, no lo entiendes y ya déjame, salte, desaparece ⚊dice empujándola fuera de su habitacion incapaz de controlarse⚊, márchate, ¿por qué aún sigues aquí? ⚊insiste.

⚊¡Porque soy tu hermana! ¡Confia en mi Alan!, dime lo que con tanto esmero ocultas, por favor.

Y entonces, Alan explota cuentádole todo, todo lo que con tanto esmero le tocó ocultar. Adamaris no podía creer lo que estaba escuchando. Su pecho dolió y su cabeza empezó a picar ante aquella revelación. El mundo se abrió bajo ella y comprendio tanta hostilidad hacia Mónica.

No era por lo que Ricardo le había hecho, sino por otro hecho aun más doloroso, terrorífico y malvado.

Adamaris abrazó a su hermano al final, Alan esta vez no le devolvió el abrazo pero tampoco la aparto. El pecho de éste subía y bajaba freneticamente. Lo había gritado al fin, y sentía una inmensa paz brotar en su pecho mezclada con agonia.

Esa noche Adamaris se comunicó con Mónica, sin embargo su amiga no contestó y dejó de insistir. Su amiga no le había contestado en todas las llamadas que le hacía y temía que no le contestará. Adamaris solo quería saber como se encontraba.

Alan no cenó con ellas y cuando su tía intentó buscar los motivos Adamaris tuvo que intervenir.
En el transcurso de la noche y parte de la madrugada había pensado la forma de solucionar eo error de su hermano, pero por más que trataba de idear alguna manera la única opción que se le venia a la mente la enfermaba.

Estar enfrente de aquella casona le daba un mal sabor de boca. Una vez se habia jurado que no volvería a entrar a ese lugar pero antes no sabia el gran sacrificio que su hermano habia hecho por ella. Ahora que tiene conocimiento de lo que Alan había hecho, su decisión quedaba en un segundo lugar y ahora no debía arrepentirse.

Pero jamás imaginó encontrarla tan vacía y casi en penunbras. Recuerda que esta estaba adornada con famosas pinturas, uno que otro objeto extraño y decorativo, sus pisos como pareces y techo relucian de lo limpio incluso tu reflejo se podía notar en el suelo del piso.

La familia Durán tenía al menos siete u ocho trabajadores si no era un poco más.

⚊¿Qué haces tú aquí? ⚊la aspera y fría voz de la madre de su amiga resuena por todo el lugar.

Adamaris se gira sobre sus talones y la enfrenta. Llevaba muchos años de no verla, pero era exactamente como la recordaba, incluso peor. Y ahora que la veía sintió unas tremendas ganas de darle unas buenas bofetadas. Había escuchado suficiente de su hermano que era totalmente justificable el uso de violencia contra la mujer que tenía enfrente.

⚊No estoy aquí por gusto señora. Pero si vine a decirle un par de verdades.

Ésta se acerca a grandes pasos. Quería intimidarla, pero muy por el contrario de lo que esperaba, Adamaris se enfrentó a ella. Alzando su cabeza y colocando sus hombros tenzo y rectos.

⚊No tienes absolutamente nada que hacer el mi casa... gata igualada, casa fortunas. ¡Yo pensé que te habías muerto! Pero por lo que veo hierba mala nunca mueres.

Las dos mujeres estaban exaltadas. Sus pechos subían y bajaban pero ninguna de las dos iba a bajar la guardia.

⚊No le respondo como se merece señora porque no me voy a rebajar a su nivel, pero le exijo respeto. Y sí, por lo que puede ver no estoy muerta, estoy bien viva, y vengo a decirle que puede que usted me haya destruido mi vida, pero no lo va seguir haciendo con la de mi hermano ⚊vocifera y mientras hablaba, saca de su bolsa un sobre y se lo estrella entre su pecho, pero ésta no alcanza agarrarlo y el sobre cae al suelo⚊. No es todo señora, pero no voy a descansar hasta devolverle el último centavo de su cochino dinero. Y cuando lo haga, no dudaré en buscar la forma en que mi hermano vuelva con Mónica. ¡Y ni se le ocurra intentar algo o su hija se enterara de todas las porquerias que usted a hecho! ⚊la ferocidad con que pronuncio aquellas palabras encendieron la ira de Alfonsina.

Sin embargo, Adamaris paso por su lado golpeándole el hombro para retirarse. Alfonsina, salió detrás de esta.

⚊¡Tú a mí no me amenazas maldita! ¿qué te estas creyendo que eres? ¡¿sabes quién soy yo?! ¡¿mi posición?! ¡con solo una llamada puedo provocar mucho daño!.

Adamaris ya se encontraba a fuera de la casa, bajando las escaleras. Se detiene y girando su torso la enfrenta, asesinandola con la mirada.

⚊Yo no le tengo miedo a sus amenazas. En realidad nunca se lo había tenido ⚊le dice.

Ambas se asesinan con la mirada y la castaña baja las escaleras y se marcha sin mirar atras.

Alfonsina grita y entra a la casa, donde su marido la espera al pie de la escalera. Había escuchado los gritos desde la sala de estudio y salió a ver qué era lo que estaba pasando. Su sorpresa fue más que notoria al encontrarse con la ex de su hijo, estaba muy diferente a como la recordaba, veía en ella lo que carecía en aquella época, y aquello le agradaba lo que estaba viendo.

Se sorprendió bastante oír que Adamaris ya sabía lo que su mujer había hecho y que ese habia sido el motivo de su enfrentamiento.

Adamaris sale de la propiedad con la respira acelerada y una punzada de dolor expandise por toda la cabeza y unas ganas enormes de vomitar. Intentó calmarse, realizar los ejercicios de relajación que le habian enseñado, pero nada funcionó y cada vez era menos aire que llegaba a sus pulmones.

Solo cuando en otra nueva ahorcada vomitó y fue que se empezó a sentir mejor. Adamaris expulsó aquello que le estaba la estaba asfixiando desde hace demasiados años. Había sido tan valiente en presentarse en aquella casa y enfrentarse aquella desalmada mujer. Era una verdadera lástima que su amiga tuviera como madre a una persona tan malvada, y que al mismo tiempo, a esta no le impotara la felicidad de su hija.

Como pudo se colocó derecha y empezo a caminar, alejandose de la casona. Tenia que llegar a trabajar e iba retrasada. Aparte, la ciudad aún estaba sumida en los efectos de terremoto que habian sucedido hace pocos días. Pero no se libró de la reprimenda que Julio le dio por su llegada tarde y la mando a por unas telas.

Alejandro aborda a la castaña cuando se encuentran por el pasillo. La ase por su muñeca llevandola hasta una de las oficinas, le permite que entre primero y agarra las telas que esta llevaba y las coloca en el mueble más proximo.

⚊¿Qué dijo Alan? ¿aún quiere renunciar? ⚊le pregunta.

Adamaris suspira con pesar y asienta. Alejandro también lo hace, pero en el sillón cerca de la puerta. No quería estar cerca de ella. Por otro lado, habia estado super ansioso esperando respuesta de la castaña, pero estas nunca llegaron mientras se tuvo que contener para ir a buscarlas por su cuenta. Ese día tenía la esperanza que Alan apareciera para dar explicación, sin embargo, no lo hizo, y él tampoco iba a dejar perder a un excelente profesional.

⚊Alan es muy terco y cuando toma una decisión es implacable, y lo cumple hasta el final. Así que no creo que vuelva ⚊aquellas palabras le dejaron un mal sabor de boca, sobretodo porque sabia los motivos por los que su hermano estaba sufriendo.

Alejandro gruñe y se reincorpora.

⚊¿Qué hice entonces? ¿por qué tu hermano quiere renunciar cuando lleva tan poco tiempo en está empresa? ¿trabajar aquí no era su sueño?⚊cuestiona.

Adamaris lo mira con pesar. Debía entender los cuestionamientos del empresario, éste no estaba enterado de lo que ella sabía, por lo tanto tenia todo el derecho de enojarse.

Se sienta del lado derecho de la mesa y esconde su cabeza entre sus manos.

⚊No entiendes, no entiendes nada ⚊murmura y niega.

⚊¡Pues entonces explicame! Creo que tengo derecho a saber, ¿no? Hace menos de veinticuatro horas estaba contento de estar aquí,¿qué cambió?.

Adamaris no contesta. Ni siquiera sabe que decir, no logra colocar su mente en blanco o poder pensar en alguna palabra coherente para responder. Le empezaba a doler la cabeza de tanto pensar y sentir culpa a la vez. ¿Qué más podía hacer? Ahora que su hermano renunciaba oficialmente toda la carga volvía a ella.

Pese a que quiso mantener su distancia entre los dos, Alejandro no pudo contener la impotencia de verla emocionalmente devastada y sin salida. Tampoco comprendía lo que sucedia, pero presentía que la mujer que anhelaba lo sabia y por ese mismo motivo se encontraba tan mal. Pero iba a a comprenderlo a como diera lugar.

Guiado por sus instintos se levanta, y con un poco de temor, se acerca a la castaña. Se muerde el labio nervioso, chista un poco sus dientes y lleva su mano hasta el hombro izquierdo de esta. Adamaris se sobresalta por el contacto y lo mira.

⚊No debería decirte esto. ¡Ni siquiera sé porque estoy aquí!.

Al empresario se le arruga el corazón y le agarra las manos, besándolas. A esta se le desencaja la quijada y su mirada se suavisa. Sus corazones empezaron a latir con rápidez.

⚊Antes que todo esto pasara eramos amigos, ¿si recuerdas? Puede que ahora me gustes como algo más que simples amigos, pero por favor ahora sé mi amiga. Porque no soporto verte sufrir.

Adamaris suspira hondo y aprieta el agarre de sus manos. Lo que estaba por contar ya no era doloroso, pero si lo que sucedio despues de eso. Estaba emocionalmente cansada.

⚊¿Recuerdas que una vez te dije que yo... me iba a casar? ⚊le pregunta. Alejandro pasa saliva y asiente. La castaña vuelve a exhalar⚊. Bueno el hombre con el que lo iba hacer era Ricardo, el hermano de Mónica.

El agarre que ejercia sobre esta se suavisa de la conmoción.

⚊¡¿Qué?! Tu-tu... ¿con Ricardo? ¿Ricardo Duran? ⚊pregunta, alzando la voz. Su pecho empezó a subir y bajar y un dolor punsante ejercia presión en todo su pecho. No creía lo que habia oído.

Ese maldito... ¿cómo podía dejar plantado a la persona más adorable del planeta? ¿cómo siquiera una persona como Adamaris se puede fijar en aquel desgraciado? Alejandro tuvo que controlarse y no pedir a gritos explicacion donde no las habia porque por más doloroso que fuera ellos no eran nada.

Adamaris asiente.

⚊Pero eso ya paso ⚊declara⚊. Quedó en el pasado. Sin embargo, me dolió en su momento. Tanto que sentía que me moria... de hecho llegó hacerlo, a tal punto que... que mi corazón falló ⚊Alejandro la escuchaba atento. No podía dejar pasar ningúna palabra por eso se mantenía atento, ansioso por escuchar las palabras siguientes. A medida que Adamaris hablaba el agarre de sus manos volvia agarrar fuerza⚊, ¿Sabes lo que me enteré ayer? ⚊el rostro de Adamaris se arruga y gruesas lágrimas salen de sus ojos sin que ellapueda controlarlas⚊. Alan... mi querido hermano sacrificó su amor por mi. No sabes las ganas que tengo de gritar, de... pegarle a alguien. La culpa no deja ⚊Alejandro la abraza cuando esta llora desconsolada, repitiendo sus palabras⚊. Sacrificó su amor por mí.

Adamaris llora hasta que sus ojos se secaron y empezaron a picar. Alejandro estuvo todo el tiempo pendiente a ella, abrazandola y besando su cabello sintiendose impotente al no hallar como calmarla.

Después, Adamaris permite que el empresario secará su rostro ya que su maquillaje se habia corrido y porque este no soportaba ver lágrimas exparsirse en su rostro. Pero solo empezó a limpiarla cuando solo quedaban sollozos dolorosos.

⚊Siento haber ensuciado tu saco ⚊le dice observando la gran mancha que adornaba el saco de este, justo en su pectoral derecho.

Alejandro se enconje de hombros como si no le importara y continua limpiando su rostro con extrema suavidad. Cuando acabo, le sonrió con calidez.

⚊¿Mejor? ⚊le pregunta este.

Adamaris niega y solloza, pero ya no se siente capaz de seguir llorando.

⚊Todo va a estar bien, ¿okay? Yo voy hablar con Alan y le voy a explicar todo.

⚊No, no hagas eso. Alan no te va a escuchar, él cree que tú y Mónica andan, yo voy a tratar de insistir y...

⚊Y nada. Yo fuí quién desató todo lo que está pasando y voy asumir mi responsabilidad. Tampoco voy a dejar que un potensial empleado abandone la empresa... Ovo'Alcalá lo necesita.

Adamaris le sonríe.

⚊Está bien, voy a regresar a mi trabajo y Alejandro, gracias por escucharme ⚊le dice y aproximandose a él planta un beso en su cachete. Alejandro cierra los ojos, disfrutando el toque y sonríendo. Su corazón desbordaba alegria y revoloteaba queriendose salir de su pecho.

Adamaris se levanta del asiente, pero Alejandro le agarra la mano impidiendo que esta abandonara la sala. Adamaris lo mira sin entender. Alejandro aún tenía que despejar una duda.

⚊Cuando dijiste que Alan sacruficó su amor por ti, ¿a qué te referías?.

⚊No sé si deba decirte esto, pero... Los padres de Mónica pagaron todos mis gastos hospitalarios a cambió de que éste dejará a su hija. Y así lo hizo. Alan sacrificó el amor de su vida por mí y ahora tengo que buscar la forma de redimirle. Ya empecé esta mañana ⚊Alejandro fruncio el ceño. No le sorprendía mucho ese tipo de comportamiento de los padres de la rubia. Los Durán eran personas que este conocía muy bien y de las debía tener cuidado, aunque ahora prácticamente esten en la ruina sabía que la union de su hija con él les regresaria la posición que alguna vez tuvieron. Pero solo si él se lo permitía⚊. Fuí a la casa de los Durán y les entregué todo mi sueldo del trabajo anterior. No era mucho pero pienso pagar todo el dinero para poder liberar a mi hermano.

Conforme con la respuesta, Alejandro libera a la castaña, permitiendo que esta se fuera. El también abandonó la oficina, yendo a la suya en donde recogió sus cosas y volvió a salir, en el mismo momento en que Susana llegaba a su lugar de trabajo. Alejandro se detuvo y la mira.

⚊Salgo en un momento, cancela todo el itinerario de hoy y que nadie entre a mi oficina ⚊le dice⚊. Ah, se me olvidaba. ¿No has recibido ninguna carta en estos días? ⚊le pregunta. Susana se tensa sabiendo a lo que se refería cuando este habla de la carta que guardado en el cajón de su escritorio, pero niega. Alejandro no le cree pero más tarde se ocuparía de acersela llegar⚊. Muy bien, que sea la última vez que estes fuera del puesto.

Alejandro espera que el ascensor abra sus puerta y se adentra.

Al verse sola, Susana golpea la mesa con fuerza, conteniéndose para no gritar. Debían de actuar rápido, sin embargo, Nelsón aun no había dado la ordenes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro