Capitulo 17 MARATON parte 1
El camino hacia la plaza no fue tan largo, la verdad es que ambos estaban pasando muy bien en compañía del otro. En el trayecto, hablaron de trivialidades de cualquier tema que saliera, incluso de la misma gente que se encontraban en el camino aunque también aprovechaban para conocerse.
Alejandro le contó de su familia más de su madre que de otra cosa omitiendo a su primo y hermano mayor. Adamaris de su hermano y sus padres fallecidos trágica mente, Alejandro intento animarla cambiando de tema a cosas más triviales. En el camino comieron de todo lo que encontraban y fuera comida gracias al castaño quien no quería que la mujer se perdiera de nada como le prometió a su amigo. Al llegar a su destino, dieron un rápido paseo por el lugar, ambos se tomaron fotos en el kiosco en una de las fuentes, mientras Adamaris admiraba la catedral, también la llevó a conocer las calles de Benito Juarez además de que recorrieron el malecón
Llegaron hasta un grupo de gente aglomerada quienes observaban a una pareja que estaban cantando compitiendo para ganar un premio. La pareja perdio y sin que Adamaris se diera cuenta, Alejandro alzó la mano cuando el dueño del negocio gritaba que si alguien más quería intentarlo.
—¿Qué haces? —le pregunta, preocupada al sentir tantas miradas puestas en ella.
—¿Preparados? —le pregunta el hombre.
Adamaris negó a su dirección.
—Estamos más que listos —responde Alejandro. Adamaris lo mira como si estuviese loco—vamos a cantar. Es una competencia quien caiga en la nota es el ganador. Oh prepárate, soy muy bueno en esto —advierte.
—¡Querida gente! Esta pareja quiere enfrentarse al duelo que decidirá su matrimonio de hoy en adelante —Adamaris abrió mucho sus ojos y miró horrorizada hacia un sonriente Alejandro.
—¿Q-que haces? ¿Estas loco o como es la cosa? Tengo pánico me da terror solo imaginar que todo salga mal. Yo no se cantar, ni siquiera lo intento en la ducha.
—Relájate. Una mentira no le hace mal a nadie—le susurra en su defensa y cuando se aleja le pica el ojo. Adamaris abre la boca, indignada.
—¡Listos o no! —el animador le da play a la nueva canción tan rápido que Adamaris no reacciona a tiempo y Alejandro empieza a cantar ganándole un punto.
Alejandro le guiño un ojo a la castaña que blanqueo los ojos antes de empezar a cantar.
Puede ser que tú me has entendido mal, Puede ser que yo no me supe explicar, Estoy contigo pero no soy tuyo...
Ahora pueden ver quien eres de verdad, te salió al final el hembra irracional. Que tú me gustes no te da derecho ha comportarte igual que una mujer medieval
Tú no puedes exigirme, ni decirme a donde ir como vestirme, con quien hablo, ni pensar que es malo todo lo que hago, si te molesta ahí esta la puerta...
Adamaris Parpadeo anonada viendo como Alejandro se paseaba por el pequeño espacio mientras era elogiado por la multitud. Muchas veces la señalaba u abrazaba mientras la gente aplaudía o ahogaba gritos cuando este tenia gestos de afecto para con ella.
Tu no puedes controlarme, mucho menos intentar amenazarme, no ha nacido la hembra que me imponga sus caprichos, si te molesta ahí esta la puerta
—Ganare —le susurra.
¿Dónde fue a parar? la chica encantadora, Que me impresionó y me supo ganar con sus detalles, que bien lo ensayaste, Ahora pueden ver quien eres de verdad
Te salió al final la hembra irracional.
Que tú me gustes no te da derecho ha comportarte igual que una hembra medieval
Tú no puedes exigirme, ni decirme a donde ir, como vestirme, con quien hablo, ni pensar que es malo todo lo que hago, si te molesta ahí esta la puerta.
Tu no puedes controlarme, mucho menos intentar amenazarme, no ha nacido la hembra que me imponga sus caprichos, si te molesta ahí esta la puerta
Aquí termina el camino, te equivocaste con migo no no no
Tú no puedes exigirme, ni decirme a donde ir como vestirme, con quien hablo, ni pensar que es malo todo lo que hago, si te molesta ahí esta la puerta
Tu no puedes controlarme, mucho menos intentar amenazarme, no ha nacido la mujer que me imponga sus caprichos, si te molesta ahí esta la puerta
Al final, Alejandro se coloco en frente de la castaña en su rostro había una sonrisa petulante y sus ojos estaban cristalinos y sudoroso. Había disfrutado mucho estar así, cantándole a la gente se sintió leberador y sentir como esta dejaba lo que hacía por verle. Pero por más que su corazón saltaba de júbilo, este era más fuerte cuando veía el rostro de la castaña que no había paratado la mirada de cada uno de sus movimientos. La verdad es que todo lo hacía por que quería ver la reacción de la castaña. Cada rose, cada sonrisa cargada de petulancia y burla, cada mirada llena de reto era para probar la capacidad de competencia que manejaba la castaña.
—Espero que no te trabes—vocifera irónico, le entrega el micrófono y se aparta.
La castaña lo sigue con la mirada sin poder creerse ese momento.
El hombre más poderoso de México estaba a su lado y cantándole. Era de loco y su amiga no iba a creer todo lo que tenía que contarle.
—¡Excelente representación de esta gran canción, ¿o no gente?! —los espectadores gritan en coro—¡Esperemos que su contrincante supere este hitt! —oh ya no eran esposos. Genial. Adamaris suspira—¡Lista o no...!.
La canción empieza y al principio Adamaris parece desubicada. Aunque después reconoció de inmediato la canción y trataba de seguir le el ritmo lo mejor que podía.
Sabes una cosa...
Tengo algo de decirte
Y no se como empezar a explicar lo que te quiero contar...
Sabes una cosa
No encuentro las palabras
Ni versos, rima o prosa
Quizás con una rosa
Te lo pueda decir
Alejandro quedo prendido de su voz. Tanto que únicamente la miraba a ella.
Sabes una cosa...
No se ni desde cuando
Llegaste de repente
Mi corazón se puso a cantar
Sabes una cosa
Te quiero niño hermosa
Y te entrego en esta rosa
La vida que me pueda quedar
Doy gracias al cielo
Por haberte conocido
Por haberte conocido
Doy gracias al cielo
Y le cuento a las estrellas
Lo bonito que sentí
Lo bonito que sentí
Cuando te conocí.
Adamaris tomo aire escuchando los júbilo del público.? Realmente estaba cantando? ¡Era de loco!. Vio a Alejandro, este mantenía una sonrisa torcida complacido con el show que estaba dando Adamaris.
Sabes, sabes una cosa
Que yo te quiero
Que sin ti me muero
Si estas lejos
Sabes una cosa
Tengo algo de decirte
Y no se como empezar
A explicar lo que te quiero contar
Sabes una cosa
Te quiero y te venero
Te adoro y te deseo
Cariño ven y dejate amar
Doy gracias al cielo
Por haberte conocido
Por haberte conocido
Doy gracias al cielo
Y le cuento a las estrellas
Lo bonito que senti
Lo bonito que senti
Cuando te conocí
Sabes, sabes una cosa
Que yo te quiero
Que sin ti me muero
Si estas lejos
Sabes una cosa
Sabes una cosa
Miles de aplausos resonaron en los oídos de la castaña mientras veía a muchos sonrientes y silbando.
—Creo que aquí no hay nada que decir—se escucha la voz del locutor—la ganadora es ni más ni menos que... ¿Como te llamas?.
Adamaris Parpadeo hacia el.
—A-Adamaris —murmura entre jadeos.
—¡Adamaris! —exclama.
La gente estalla en aplausos y rápidamente le pasan una pequeña estatua con un micrófono incorporado y el lapaca se podía apreciar (primera ganadora) como título. A Alejandro le dieron una manilla como segundo lugar y a ambos le tomaron una foto.
—¡No que vergüenza!—exclamó la castaña ya lejos de tanta gente, tapándose los cachetes al sentirlos rojos.
Alejandro ríe siguiéndola.
—¡Oh vamos! Lo hicimos bien.
—Pasamos una vergüenza —insiste Adamaris.
—Que no, que no. Al contrario, la gente pareció amarnos, debemos montar un grupo. Solo tu y yo —bromea con la mirada luminosa. Adamaris tuerce la boca y lo mira mal.
Llegaron a la casa muy tarde en la noche. Lo mas divertido era que se habían devuelto por el mar y la fascinación en el rostro de la castaña no paso desapercibida para Alejandro y para el fue bastante raro no haberse detenido en otras ocasiones y admirar la tremenda vista que le ofrecía la ciudad, aunque la mayoría de veces que había estado en Acapulco sus planes no era precisamente disfrutar del paisaje... Que locura mas grande había cometido.
Hoy se sintió mas humano, mas cerca de la gente y cultura que frece este lugar. Sin duda, hoy conoció mucho mas de lo que aparentaba.
Y ahora, teniendo a la castaña en la segunda planta, seguro en su baño y dándose un relajante regaderaso y él, preparando la cena por un momento deseo tener una vida tranquila.
—Que mamaderia acabo de pensar —murmura colocando en bajo el fuego, agarra la hoya y cogiendo el colador hecha la pasta hasta vaciar la hoya, vuelve a colocarla sobre el fogón y le hecha aceite mientras abre la llave del lavaplatos y deja bajo este los fideos.
Recordó la voz de la castaña. Era como si su cuerpo no dejara de reproducir aquel sonido tan melodioso. Cerro los ojos al tener su voz presente en su cabeza, sin notar que su cuerpo estaba más y más relajado olvidando por un momento lo que estaba haciendo y por lo que tanto peleo y gano con la castaña.
La leve explosión del aceite lo sacaron del trance en que estaba.
—¡Madre mía!—se apresuro a agarrar el plato con los vagetales ya picados y los hecho a la hoya, revolvió y agrego la sal y demás condimentos. ¡Rayos! ¿Como él podía estar en una situación así? El nunca había cocinado para nadie que no fuese sido para el mismo.
Cayo en cuenta de algo que hasta el momento estaba ignorando y camuflado.
¿Estaba intentado impresionar aquella chica? ¿Acaso estaba loco? Ella no era cualquiera mujer... Ella era... Dulce... Amable... Era el ligue y futura ¿Que? ¿Ahora que son? De su amigo.
Soltó un resoplido y hecho los espaguetis de regreso a la hoya. Revolvió hasta que todo se mezclo y girándose, abrió la nevera saco el queso y cerrando la, se volvió a la estufa echando el queso previamente picado a lo que se estaba preparando.
Levantó la cabeza cuando sintió pisadas acercándose, vio a Adamaris al pie de la escalera. Traía su cabello suelto y rizado debido a que estaba en pleno proceso de secado. Estaba enfundada en un buscó gris de lana y un leggings negro, sus pies estaban al desnudos.
—Huele delicioso.
—Y sabe riquisimo también —vocifera llevándose los dedos a la boca y viendo a Adamaris sentándose en una de las sillas de enfrente—aquí esta tu plato. ¡Bon apetti!.
Adamaris ríe pero prueba del plato. Un jadeo involuntario nace desde lo mas profundo de su garganta, ambas miradas se encuentran y el brillo en estas hicieron su aparición.
—¡Uau, esto esta... delicioso!—exclama Adamaris. Alejandro infla su pecho, orgulloso y agradeciendo ese mini curso que su fallecida nana le dio cuando penas era crio.
—Gracias, gracias.
—¿Quien lo diría? ¡El gran Alejandro Alcalá sabe cocinar una buena pasta! ¡Como para no creerlo!—bromea, moviendo sus cejas arriba y abajo—me darán una fuerte cantidad de dinero por está valiosa información.
Sip, desde hace algunas horas habían estado bromeando con ese tipo de cosas. ¿Realmente ella estaba al lado de un hombre tan...tan...famoso?.
—Oh vamos señorita, si es por eso... —Alejandro mete la mano el bolsillo de su pantalón y sacando su móvil, lo enciende, teclea por algunos segundos, sonríe y extiende su móvil donde ella—...yo podría chantajearte con esto —Alejandro sonríe mostrando sus perfectos dientes cuando los ojos de la castaña se abren de par en par viendo cada una de las imágenes que Alejandro le mostraba.
Allí, salia el perfil en todos los ángulos de esta.
Fotos que Alejandro había tomado cuando Adamaris estaba descuidada.
—¿Quieres ver el vídeo? Adivina quien sale únicamente —y tuerce la sonrisa.
Adamaris lo mira y parpadea.
¿Como no se dio cuenta?.
Pequeños y pequeñas se acerca mi ¡Cumpleaños! Estoy muy emocionada, despido año y cumplo un año mas de vida -me estoy volviendo vieja- 😥 en fin... A partir de hoy se cuentan los días.
Día 1.
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