One & Only
Holi! xD
Meh, bien... Yo nunca he escrito un Meanie pese a que me gustan mucho, tanto SEVENTEEN como ellos, son la shipp suprema (para mí) del grupo, quiero decir, todo mi trabajo es relacionado a EXO pero ¡tenía que quitarme esa espinita de escribir algo de mi bello MEANIE! ¡Es qué mírenlos! ¡Son tan agñklsja!
Así que hice este OS con amor, son mi placer culposo y pues aquí está, tal vez algún día les escriba un fanfic, idk, últimamente me encantan demasiado, pero no lo sé jajajajaj
Enjoy!
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WonWoo odia su trabajo. No sólo lo explotan físicamente, sino que también tiene que soportar a gente incompetente, grosera, altanera y por sí fuera poco, estar de pie ocho horas continuas y sin derecho a sentarse. Ser mesero luce mil veces más fácil en la televisión, en la vida real apesta, pero todo sea por ese Mustang clásico en oferta.
—¡Estoy en casa! —el pelinegro avisa, se quita los zapatos lanzándolos a donde sea y percibe un olor ahumado en el departamento—Por favor que no se haya acercado a la estufa, por favor que no se haya acercado a la estufa—recita mientras camina a la cocina—Por favor que no se haya...—WonWoo entra a la cocina y jadea—Se acercó a la estufa...
—¡Hola, mi amor, bienvenido de nuevo! —un chico alto y de pelo grisáceo lo saluda felizmente—Hice paninis para la cena, o algo así, tal vez sea comestible, pero también pedí comida tailandesa en caso de que nada de lo que hice pueda comerse, te amo. Voy a lavarme las manos, cambiarme la camisa y regreso ¿ya dije que te amo? —WonWoo asiente—Meh, te amo.
Dejando un sonoro beso en la mejilla del pelinegro, el chico feliz camina lejos de la cocina tarareando una alegre melodía; WonWoo alterna su vista de la estufa a la mesa y sonríe forzadamente, pues hay una pila de cacerolas y sartenes sucios en el fregadero, un desastre de jugo de tomate, lechuga y aceite regado en la encimera más migajas de pan por donde sea, en la mesa el escenario no es mejor, se supone que hay paninis para la cena, se supone. WonWoo sólo ve pan quemado relleno de lechuga y tomate, tal vez ni tengan pollo o jamón.
Su adorada cocina es un desastre, pero dejando todo eso de lado junto al cansancio del trabajo, el pelinegro se permite sonreír ahora de manera enamorada, desastre o no, su pareja se tomó el tiempo de hacer que sus torpes manos intentaran prepararle una cena casera sabiendo que el trabajo lo deja medio muerto. No lo merece.
El feliz sujeto que trató de cocinar es Kim Mingyu, pareja de WonWoo desde hace tres años y posiblemente el amor de su vida, no importa que sea un año menor. Es alto, moreno, sexy, divertido y perfecto.
—Ah, Mingyu ¿qué voy a hacer contigo?
Mientras el siempre feliz Mingyu se cambia de ropa para cenar, WonWoo saca la vajilla para cenar, probó uno de los paninis y si ignoras lo quemado, sabe bien, aún así piensa completar su alimentación con esa comida a domicilio que llega justo a tiempo.
—¡Yo abro, no quiero que el repartidor vea tu carita hermosa! —Mingyu pasa corriendo a la puerta.
—Jodido celoso.
La puerta se cierra, el platinado regresa felizmente al comedor, pone la comida en la mesa y saluda propiamente al pelinegro, sujetándole de la cintura para después exigir un beso de esos labios que tanto le gustan, dos besos después (y porque el mesero tiene hambre) deciden sentarse y compartir su extraña cena, paninis quemados y comida tailandesa mientras charlan del agotado día de WonWoo y sus interminables quejas acerca de su trabajo, que ciertamente no necesita porque es hijo de una poderosa familia que puede comprar diez de esos autos, incluso Mingyu puede regalarle ese mismo auto porque también se pudre en dinero.
Pero WonWoo tiene orgullo y va a comprarse ese auto con el dinero que tanto le está costando ganar.
Al final de la cena Mingyu incita a su amado gruñón a que tome un baño con sales aromáticas para que se relaje, su oferta es escuchada y funcional, pues al final del día WonWoo se siente más relajado y menos enojado con la vida.
—Ah, estoy muerto—el pelinegro sale del baño envuelto en su bata—¿A dónde vas? —pregunta cuando ve a su pareja tomar su chaqueta—Y sin mí.
—Al mini super, mi amor, se acabó tu leche de almendras, más bien me la terminé. No tardaré, te amo.
El platinado deja un besito en los labios del mayor. —Hoy he escuchado mil veces esas dos palabras.
—Porque te amo, voy y vengo.
Mingyu sale de la habitación dejando a WonWoo sólo por unos instantes, a quien le es inevitable no sonreír como colegiala enamorada de lo perfecto que es su novio, en verdad no lo merece. Él es malhumorado, si pudiera golpearía a la gente cada que lo fastidian, odia las películas románticas y no suele ser muy meloso, el menor es quien toma la iniciativa para todo.
—Ouh, mis piernas arden demasiado...
La segunda cosa mala de ser mesero es el dolor en las piernas subsecuente al turno. WonWoo también odia esa parte, pero se recuerda mentalmente que todo es por ese Mustang en oferta, lo que sea por ese auto para viajar con Mingyu por la costa en medio de la noche y detenerse en algún punto solitario a hacer el amor. Sí. Lo que sea por ese Mustang negro.
Hasta ponerse esas ridículas medias de compresión con líneas de colores en el elástico. No había otro modelo y uno de sus compañeros aseguran que funcionan.
WonWoo desliza las apretadas medias por sus bien torneadas piernas para mejorar esas cosas de la circulación, cubren hasta su rodilla, pican un poco y son ligeramente incómodas, pero sí funcionan, la presión se siente relajante. La noche se siente algo cálida y el pelinegro decide usar un short deportivo para dormir, la prenda apenas le cubre el tercio superior de los muslos y es tan holgada que deja mucho espacio entre su piel y la tela, sus piernas están bien, son largas, delgadas y muy pálidas. No están mal.
Ahora el mesero está tarareando una canción cualquiera mientras se pone loción para después de la ducha, hace un baile extraño y deja caer la botella de loción, la cual rueda hasta quedar debajo de la cama.
—Maldición.
Sin más remedio que agacharse a buscar la botella, WonWoo se apoya en el colchón para primero buscar lo que tiró, una vez lo ubica lidia con su brazo para tratar de alcanzarlo, pero no lo logra e inclina todo su cuerpo hacia el suelo apoyándose en uno de sus codos, dejando levantado el trasero y haciendo que el largo del short se acorte y se pegue a sus glúteos.
—Maldita botella, ven aquí—estirándose lo más que puede consigue tomar la botella y sacarla—¡Te tengo! —WonWoo se levanta del suelo dando la vuelta para acomodar la botella, pero se topa de frente con su pareja—¡Ah carajo, me espantaste!
Mingyu no contesta. Se lame lascivamente los labios mientras recorre el cuerpo de su adorado gruñón, sonriendo al notar esas ajustadas medias que aprietan las piernas de su amado y la cortita prenda en la que se ha metido, apenitas le cubre los muslos y cuando llegó y lo vio de rodillas en el suelo con la tela bien pegada a su trasero, no pudo evitar excitarse. Por su parte WonWoo se siente expuesto y susceptible, la fría mirada que lo sigue recorriendo de pies a cabeza lo tiene sintiendo escalofríos e inútilmente trata de bajar el short para cubrirse, siente que lo van a devorar.
—¿T-Trajiste la leche?
—Vaya que la traje.
El moreno sonríe mientras jala al mayor hacia él tomándolo del trasero y estrujándoselo con fuerza para después besarlo apasionadamente al mismo tiempo que restriega su ya formada erección contra la pelvis contraria, dejándole saber lo que provoca en él. WonWoo jadea, pero se contagia del deseo que le profesas y lleva sus manos a la nuca del alto, enredando sus cabellos mientras corresponde el ansioso beso dando mordiscos de vez en vez o lamiendo ansiosamente los belfos del menor.
Los dos saben que no hay vuelta atrás.
Mingyu cuela sus manos a través de la holgada tela para acariciar los muslos y las nalgas de WonWoo, éste gime despacio y batalla para deshacerse de la ropa del menor a la par que le besa el cuello y lame su mandíbula, pero no logra su cometido de desnudarlo, pues una de sus piernas es apoyada en el antebrazo del moreno y con una simulación de embiste logra sacarlo de si, a este empuje le siguen más y pronto está gimiendo un poco más alto por el simple contacto superficial.
Sus jugueteos no duran mucho más, el platinado se cansa de no poder tocar directamente a su amado, con prisa tumba al mayor en la cama y se deshace de toda la ropa que le estorba menos de las ajustadas medias blancas con líneas de colores, de algún modo le dan un toque más sensual, lo hacen lucir "inocente", listo para ser corrompido.
—Mierda, WonWoo eres perfecto—dice lamiéndose los labios—Te ves tan sexy así, dispuesto e indefenso...
—Cierra la boca—responde tratando de quitarse las medias, pero lo detienen—¿Qué demonios?
—Déjalas.
El pelinegro quiere protestar, pero la mano de su pareja deslizándose por su erección le roba la voz y lo limita a responder con espasmos, espasmos que incitan a que más movimientos lentos y tortuosos le roben la cordura, su espalda se arquea involuntariamente presa del placer, su voz se quiebra ansiosamente y es que Mingyu tiene esa chispa que lo lleva al punto más alto de lo erótico así sea que sólo lo esté acariciando, ese hombre es la personificación de la lujuria misma.
Y arrastra a WonWoo aún más adentro del abismo sexual cuando toma entre sus labios su humedecido glande, besándolo tiernamente para después absorber todo su miembro sensualmente, subiendo y bajando por toda la longitud a un ritmo lento que culmina en caricias linguales en la punta, el mayor gime sonoramente aferrándose a los grisáceos mechones de su pareja mientras dobla las piernas y trata de embestir la boca que lo desquicia, evidentemente se lo impiden y como castigo le dan un azote en los muslos, lo que genera mayor placer y gemidos más altos.
Mingyu deja de lamer el miembro del mayor, levantándose para observar lo necesitado que luce su pareja, es entonces que comienza a desnudarse, gruñendo cuando WonWoo desliza una de sus piernas por su pelvis, deteniéndose para acariciar su pene erecto mientras le sonríe juguetonamente, esas benditas medias le dan un toque tan atrevido y sensual que la cordura se le va y termina desnudándose a medias, pues sólo se baja los pantalones junto a al ropa interior, jala a su pareja de los muslos poniendo una de sus piernas en su hombro y sin dilatación previa lo penetra de una sola estocada que arranca un sonoro gemido al que le siguen más gracias a la fuerza y precisión de las embestidas.
El pelinegro no es más que un desastre de alaridos sensuales, sonoros y sollozantes que claman por más fuerza, Mingyu no se siente nadie para desobedecer y mientras continua embistiendo con fuerza dentro de su amado, tira del elástico de sus medias de vez en vez para que la tela se impacte en esas bonitas piernas y añadan un tono doloroso a su sesión candente.
Las sensaciones son tan placenteras y nublan tanto su cordura que todo sucede casi inconscientemente, pues WonWoo no puede recordar cuando es que lo pusieron sobre sus rodillas y con el trasero al aire empezaron a embestirlo con brutalidad, siempre acertando en su punto dulce mientras le aprietan las nalgas azotándolo una que otra vez y siempre estirando ese elástico en sus medias para que impacte sonoramente contra su piel.
Todo es tan ardiente y sensual; desde la fina capa de sudor que recorre sus cuerpos hasta los jadeos y gemidos incontrolables que los hacen querer más de esa lujuria incontenible.
Ahora el pelinegro está apoyado en uno de sus costados, masturbándose al ritmo de las embestidas y apretando las sabanas con su mano libre mientras lo penetran con una de sus piernas apoyada en el hombro del moreno, no tienen piedad de su muy cansado cuerpo y cuando está a punto de correrse, cortan su orgasmo para colocarlo en una posición diferente. Una parte de él lo agradece, porque no es muy común que se lo follen en el sentido estricto de la palabra, casi siempre le hacen el amor y lo tratan como una pieza de porcelana.
Así que está agradecido de que ahora Mingyu quiera que lo monte llevándolo al pequeño sofá frente al ventanal, en donde se sienta para después ponerlo sobre su erección dejando un viril azote en el trasero de su amante; antes de permitirle moverse lo besa desesperadamente, le muerde el cuello y las clavículas, le estruja las nalgas y le acaricia las piernas sintiendo la áspera tela de las medias rozar con su piel.
—Muévete—susurra con su gruesa voz ahogada en placer—Muévete ahora.
Esa orden es sencilla y WonWoo está más que complacido por cumplirla, se apoya bien sobre sus rodillas y comienza a girar las caderas, alternando el movimiento por balanceos de atrás hacia delante que le valen más fuertes apretones en los glúteos y gruñidos sensuales hasta que él mismo decide que quiere más y comienza a brincar enérgicamente sobre el firme eje, sintiéndolo incluso más adentro y llegando más fácilmente a su punto dulce, su voz se quiebra sonoramente mientras le muerden los pezones y lo empujan hacia abajo con fuerza, deteniéndolo algunos momentos para embestirle desde abajo o bien besarle con ansía.
Así permanecen hasta que sus cuerpos no pueden más y el orgasmo estalla violentamente para los dos, Mingyu ahoga su gruñido final mordiendo el cuello del pelinegro, éste no se contuvo y gritó con claridad el nombre de su amante, sufriendo espasmos por su propia liberación y al sentir el semen del menor esparciéndose en su interior.
Después del frenesí sexual comparten un beso cargado de sentimiento, la luz de la luna ilumina sus cuerpos, tiñendo sus sudorosas anatomías de un tono aperlado y bajo la cual comparten una sonrisa enamorada antes de buscar ropa interior limpia y meterse en las sabanas. Mingyu no dejó que WonWoo se deshiciera de esas medias.
—Pervertido fetichista—WonWoo habla besando el cuello del moreno.
—Es tu culpa, te veías tan sexy ahí de rodillas y con ese short bien pegado al trasero más esas medias, caray, creo que quiero una segunda ronda.
—Vas a matarme, Kim Mingyu—habla mientras el menor se acomoda sobre él—Pero que buena manera de morir.
Esa noche tienen sexo salvaje hasta que el sol está a punto de salir sin ser conscientes de que eso sucede.
Al día siguiente WonWoo abre los ojos pesadamente, se estira en la cama y jadea cuando la punzada proveniente de su espalda baja le recuerda que anoche hizo el amor con Mingyu hasta que ya no pudieron más, ese hecho lo hace sonreír y removerse en las sabanas, sintiendo aún esas ajustadas medias que mejoran su circulación, pero no a su pareja.
—¿Gyu? —pregunta sentándose cómodamente en la cama, le duele el trasero—¿Qué hora es?
—Mediodía—Mingyu responde desde algún lado de la alcoba.
—¿Eh? —talla sus ojos para después ubicar a su novio en la puerta—¿Qué hora es?
—Uhm... Mediodía...
—Medio... ¡¿MEDIODÍA?! ¡MALDITA SEA ES TARDE Y HOY TENEMOS UN BANQUETE CON GENTE IMPORTANTE! —WonWoo sale de la cama sollozando por el dolor en su trasero, pero no puede ser despedido, no cuando le faltan dos cheques para poder comprar el auto, así que se envuelve en una sábana mientras grita—¡Ayúdame tarado! ¡Habla con mi jefe y dile que hay una manifestación o algo así y que por eso me retrasé, pero que ya voy! —Mingyu no se mueve—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Toma el maldito teléfono y llama!
—Es qué, uhm, bien ¿cómo decirlo? Ehm, te despidieron.
WonWoo se queda quieto. —¿Qué, me qué? ¿Qué?
—Te despidieron... Traté de convencerles de que ya ibas, pero me mandaron al diablo, nos mandaron al diablo... Aunque puedes pasar por tu liquidación de lunes a sábado de ocho de la mañana a ocho de la noche... ¿Te acompaño?
—¡Voy a matarte! ¡Es tu culpa! —WonWoo grita comenzando a lanzar todo lo que encuentra en su camino, almohadas, ropa sucia, zapatos, todo—¡Sí no fueras un maldito pervertido fetichista de medias no me habrían despedido!
—¡Cálmate!
—¡Voy a lanzarte de la maldita azotea!
—¡Es tu culpa por verte tan sexy usando calcetines largos!
—¡KIM MINGYU NO ME VENGAS CON ESAS ESTUPIDECES! ¡SON MEDIAS DE COMPRESIÓN!
Mingyu es golpeado la mayor parte del día y WonWoo lo deja encerrado en la habitación por el mismo tiempo, incluso ordena una pizza y come helado mientras escucha como su novio se disculpa y lloriquea de hambre desde su prisión.
Cómo "castigo" por su lujuria, Mingyu tiene que soportar un mes viendo como WonWoo se pasea en diminutos shorts por todos lados mientras usa sus largas medias y no puede tocarlo, sí lo hace lo dejarán en abstinencia hasta que el mayor compre ese auto y sin trabajo de por medio, suena a un tiempo muy largo.
—WooWoo no me hagas esto. Quiero tocarte.
—Te jodes, maldito caliente.
A Mingyu le gustan los calcetines de WonWoo, pero ese gusto le está saliendo caro.
Es el día dos de treinta.
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