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Capítulo 6.- Laohen, el Caballero Platino del Tigre

Una vez que Hyoga logró conseguir la entrada a la Casa del Tigre, comenzó a dar sus pasos a través de aquella casa. El lugar era silente. Las paredes lucían demasiado relucientes. En ese entonces, Hyoga comenzó a sentir una presencia que le era algo familiar.

En ese momento, Hyoga recordó aquellas noches frías que había pasado en Siberia, presenciando las estrellas del cielo, y la aurora boreal. Pero en esta ocasión todo es diferente: Ya no se encontraba en la tundra helada en la que solía vivir; ahora estaba en la cima de una montaña en medio de un gran desierto, en un templo custodiado por Caballeros con poderes similares a los de un Dios.

Hyoga: Todo este lugar es demasiado silencioso. Parece como si no hubiera nadie aquí...

No podía negarse la oportunidad de poder enfrentarse a un enemigo tan poderoso, así que se quedó sentado en medio del lugar, esperando a que el guardián de dicha casa comenzara a llegar. De repente, comenzó a llegar un animal, un tigre feroz que ya se encontraba dentro de este templo para picar el anzuelo y eliminar al caballero dorado de Acuario, quien no se estaba percatando de su presencia...

???: ¡Detente!

Una voz poderosa hizo que el tigre feroz no atacase a Hyoga, quien inmediatamente se dio cuenta de la presencia del tigre. Aquella voz poderosa correspondía al guardián del Templo del Tigre.

Hyoga: ¿¡Un Tigre!? (piensa un momento) ¡Pero si ésta es la Casa del Tigre! Entonces su guardián debe de ser...

???: Caballero Dorado de Acuario... Lamento no haber podido recibirte con toda la virtud, la fuerza y el conocimiento necesarios para enfrentar a un gran rival. Me temo que te envié una prueba demasiado fácil. Tú, que a pesar de todo lo que eres, entre los doce caballeros dorados al servicio de la diosa griega Athena, que han llegado al Gran Templo del Zodiaco Chino, quizás seas el más hábil...

Finalmente aquél caballero se mostró ante Hyoga. La Armadura Platina del Tigre guardaba ciertas similitudes con la Armadura Dorada de Leo, pero poseía algunas características que la hacían distinguida. Una de esas características es su escudo, el cual poseía el símbolo del Ying y el Yang.

Hyoga: ¿Quién eres tú? ¡Quiero saberlo!

Laohen: Mi nombre es Laohen, soy el Caballero Platino de la constelación del Tigre. ¡El que preside la Casa del Tigre posa en el antiguo dualismo del Yin-Yang y en la preservación del orden natural de las cosas, la fuente de su inmenso poder proviene de este gran escudo (presume su escudo a Hyoga) Acuario, tal vez tengas unas técnicas impesionantes, pero te falta mucho por hacer... ¡Estate en guardia, amigo mío!

Hyoga: ¿Así que quieres que me ponga en guardia, verdad? ¡Entendido, como usted lo desee!

Laohen: Ahora prepárate para recibir la siguiente técnica: ¡Arco Eléctrico del Tigre Violento!

El ataque de Laohen comienza a tumbar a Hyoga al suelo. Sin embargo, Hyoga se levanta fácilmente y se prepara para el contraataque.

Hyoga: Ahora es mi turno: ¡Polvo de Diamante!

Hyoga lanza su Polvo de Diamante contra Laohen, al que le congela un brazo. Inmediatamente, el escudo que Laohen tenía en su brazo congelado comenzó a encenderse y derrite los hielos ocasionados por el Polvo de Diamante.

Hyoga: ¡No puede ser! ¡El escudo que tiene el Caballero del Tigre es bastante poderoso! 

Laohen: Acabas de subestimar mi poder, Acuario. No puedes alterar a la naturaleza, tienes que adaptarte tú a ella; si quieres que todo siempre te salga bien, deberás de entender que no todo es blanco y negro. Y ahora, me encargaré de vencerte con mi... ¡Plasma Relámpago del Tigre Oiental!

Hoyga: ¡Basta! ¡Ya me tienes harto! ¡Rayo de Aurora!

El Plasma Relámpago del Tigre Oiental de Laohen y el Rayo de Aurora de Hyoga comienzan a chocar fuertemente, pero el poder de Laohen comenzó a superar al de Hyoga, haciendo que éste último termine siendo derribado por el fuerte golpe.

Hyoga: Pero... (se levanta) ¿porqué derretiste el hielo con tu escudo?, ¿cómo es que tu escudo pueda hacer este tipo de cosas?, ¿porqué no sucumbes ante un ataque tan poderoso, como todos hacemos?, ¿acaso no te duele, ni te incomoda?

Laohen: ¿Acaso eres un ignorante o un estúpido? (comienza a reír) ¡Se te ha olvidado que tengo sangre divina en mis venas, aunque sólo sea la mitad de mi sangre!

Hyoga: No me importa si presumes tu divinidad... ¡No me iré de aquí hasta vencerte!

Hyoga comenzó a mostrarse inmóvil, no pudo hacer nada, sino mantener los ojos abiertos. El poderoso escudo de Laohen hacía que éste dominara una técnica defensiva de la talla del "Om"; no había duda de que aquella técnica de Laohen era muy similar a la del Caballero Dorado de Virgo. Esto ciertamente no fue auspicioso; el antecesor de Shun, Shaka, no solo había sido el más arduo de los adversarios de Seiya y sus compañeros... Incluso la misma Athena lo había elegido para ser acompañada en el Inframundo en la batalla contra Hades, el primer Caballero Dorado en adquirir el Octavo Sentido... En en resumen, el santo más poderoso en defensa de su diosa... ¿Y si Laohen hubiera sido incluso superior?

Laohen: Como usted lo acaba de presenciar, mi ataque mental se debe a que mi escudo protector me permite lanzar ataques, incluso si no tengo que usar mis puños y mis patadas; ¡Mis poderosas técnicas superan a los de todos los Caballeros Dorados juntos! (ríe descaradamente)

Hyoga: (recupera la movilidad) ¡Veremos si tus poderosas técnicas estarán a la altura de las técnicas de los Caballeros Dorados! ¡Recibe mi más poderosa técnica! ¡EJECUCIÓN DE AURORA!

De los puños de Hyoga llegaron docenas de ráfagas de hielo que llega al Cero Absoluto, pero cada una de ellas se dirigía velozmente hacia la brillante armadura que cubría el cuerpo de Laohen. Impasivamente, Laohen giró su mirada hacia Hyoga, penetrando su mirada de manera tajante: los ojos del caballero platino lo miraba ahora como los de un felino al acecho, causando escalofríos y temblando a lo largo de la columna vertebral. En ese mismo momento, Laohen recibe una y otra y otra vez los ataques de la poderosa Ejecución de Aurora de Hyoga.

Laohen: (tras recibir varias veces la Ejucución de Aurora comienza a pensar): ¿Qué? ¿Qué es esto? La armadura platina que llevo puesta está completamente congelada. Así que éste es el poder del Cero Absoluto del Caballero de Acuario. (después comienza a dirigir su palabra hacia Hyoga) Hyoga, creo que tus numerosos ataques han hecho que tu cuerpo comenzara a debilitarse. Ahora Hyoga, ya no te queda nada más que puedas hacer contra mí. Eso significa que perderás de todas formas, Hyoga. 

Apuntando a la cara del oponente, Hyoga intentó establecer una derecha firme, pero su puño fue bloqueado por las muñecas trenzadas de Laohen, quien, agarrando las piernas medio dobladas del caballero dorado, lo hizo darse la vuelta detrás de él. Hyoga logró volver al combate, pero en un giro rápido, recibió un ataque de piernas, que lo hizo caer hacia atrás y estrellarse contra una columna detrás de él. Levantándose de dolor, el caballero dorado de Acuario se dio cuenta de que se enfrentaba a un oponente verdaderamente formidable y, a su manera, inusual.

Laohen: Has demostrado ser un buen rival, Hyoga. Pero no lo olvides nunca: El Caballero del Tigre, que se encuentra dentro de los más altos rangos del Ejército de Platino, ha dominado las artes marciales del Oriente desde el principio de los tiempos, mucho antes de que se le otorgara el mismo conocimiento a los hombres. Cada uno de estos estilos de pelea reverencia a Laohen como un caballero descendiente de una casta distinguida. Porque fui yo quien dio lugar a las danzas de lucha que hoy se conocen en el mundo como artes marciales.

En esos momentos, Hyoga comienza a despertar su cosmos, y lo eleva hacia su ponto máximo. En ese entonces, Laohen comenzó a sentir una especie de perturbación dentro de su propio ser.

Hyoga: Bien, Laohen. Has subestimado el enorme poder que llevo escondido dentro de mi ser, pero me he dado cuenta de que en el fondo eres una buena persona, lo que significa que te honraré con un ataque directo. Esta vez voy a vencerte con esta... ¡Ejecución de Aurora! 

Hyoga, con el cosmos elevado hacia su punto final, logra atacar en repetidas veces a Laohen, quien recibe ese ataque una y otra vez.

Laohen: Pero... ¿Qué? ¿Qué es lo que usted está tratando de hacer? ¡No puedo creerlo! ¿Eso es Ejecución de Aurora? ¡Qué tontería! ¿Acaso ya lo olvidaste, Acuario? ¡Una técnica no funciona dos veces contra un caballero! ¡Ahora que no tienes nada con qué atacarme, voy a utilizar mi más poderosa arma como mi ultima oportunidad para liquidarte! ¡No tiene caso que sigas peleando conmigo! ¡RELÁMPAGO BLANCO DEL TIGRE ORIENTAL!

Laohen lanza su más potente ataque, con el objetivo de asestar el golpe final contra Hyoga, pero éste último logra esquivarlo. Aprovechando que el enemigo comience a distraerse, Hyoga lanza su Anillo Congelante y lo lanza hacia el punto débil de Laohen. El caballero platino del Tigre comenzó a quedarse inmóvil y comenzó a congelarse.

Hyoga: Como te lo he dicho antes, has subestimado el enorme poder que llevo escondido dentro de mi ser; espero que en ésta ocasión te sirva para que aprendas.

Laohen: Acuario... ¿Por qué no puedo moverme?¿Acaso mis poderes mentales se volvieron en contra mía? Hyoga, quisiera saber la respuesta a esto.

Hyoga: Nosotros, los Caballeros Dorados de Athena, tenemos la misión de recorrer las doce casas del Zodiaco Chino con el fin de que los Caballeros Platinos recapaciten y nos ayuden a abrir la gran puerta celestial.

Laohen: ¿Lo dices en serio?

Hyoga: Sí, así es.

Laohen comenzó a congelarse, y su cuerpo había dejado de sufrir las dolencias ocasionadas por los ataques de Hyoga, pero de algún modo, todavía sentía un fuerte frío dentro de su cuerpo. No podía creerlo tampoco, pero podía recuperar la respiración y el resto de los sentidos. Y entonces notó que comenzó a sentir una enorme calma y un sentimiento que nunca había sentido desde que se convirtió en un caballero de platino. No sentía dolor, ni debilidad. Sino todo lo contrario. Comenzó a sentir que los caballeros dorados, lejos de ser enemigos mortales, eran en realidad aliados que querían ayudarlos a detener a Marishi-Ten, quien recientemente había despertado de su largo sueño.

Laohen: (antes de caer inconsciente) Muy bien Hyoga; esta batalla fue tan difícil para nosotros, pero acabas de lograr lo que nungún otro guerrero pudo haber hecho: Vencerme. Has ganado, caballero de Acuario, y fue por tu propio mérito. Te has convertido en un buen rival. Adquiriste un poder que acaba de superar al mio. Por fin pude darme cuenta que tu causa es completamente justa. Lograste superar mis poderes divinos y al fin despertaste un enorme poder, uno que jamás he conocido en mi vida. Tu fe y tus convicciones te han mantenido firme, y esto fue lo que te llevó a la victoria. Y deseo poder verte de nuevo Hyoga, y espero que en esta ocasión podamos ser buenos amigos.

Hyoga: (antes de caer inconsciente) Laohen, cuanto te conocí, te he visto como un acérrimo enemigo, fuerte y poderoso; pero ahora, ahora te acabo de ver como un buen amigo y un potencial compañero de batalla. Jamás olvidaré todas las cosas que los dos descubrimos en esta tremenda batalla. Gracias, Laohen. Espero poder vernos después.

El caballero dorado de Acuario y el caballero platino del Tigre, cayeron inconscientes al suelo. En ese mismo momento, un silencio absoluto comenzó a sentirse en la Casa del Tigre. Hyoga decidió combatir sólo a Laohen, y dicha batalla llevó a ambos a desgastar sus fuerzas hasta el límite. Mientras ambos caballeros seguían en trance, sus mentes aún repasaban lo que habían vivido, y los dos seguían respirando. En ese momento, el tigre que protegía la casa del Tigre se llevó a ambos caballeros y los llevó hacia donde se encontraban Seiya y Shaina, quienes apenas podían despertarse tras la feroz batalla de la casa de la Rata.  En ese momento, el horizonte comenzó a dividirse en dos mitades: una que emitía una luz dorada, y otra que emitía una luz platina. Aquellas luces correspondían a Hyoga y Laohen; dos guerreros que se enfrentaron a una fuerte batalla, y que ambos rompieron sus propios límites.

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