En una ciudad en dónde apenas la industria a logrado apoderarse de la mayoría del mundo, no puede decirse que todos son beneficiados al respecto, pero hay algunos que llegan a ser afortunados, Seúl es reconocida como una capital mundial en dónde la prosperidad se gana con sudor y esfuerzo total.

Comenzar desde cero es complicado para algunos, y muchas de esas personas pueden inclusive lograr grandes cosas con su esfuerzo, pero hay otros que simplemente lo dejan para poderse ganar una vida más simple y sencilla.

Pero ese no era el caso de la familia Min, quienes habían logrado construir un imperio con una industria reconocida en llevar acabo los mejores trajes y vestidos para las personas de la clase alta de la ciudad.

- Un viaje de negocios siempre es importante, pequeño -menciono la señora Min mientras veía como su hijo mayor seguía sentado en su cama observando las ropas que ella planeaba llevarse-, no debes preocupar por nosotros, regresaremos de inmediato.

Yoongi es el hijo mayor de la familia Min, y prácticamente podían considerarle el favorito de la familia, Yoongi es apreciado por todas las personas que llegan a conocerle en primera instancia, inclusive es halagado, a pesar de su mayoría de edad, el chico no ha logrado presentarse aún, lo que preocupa levemente a sus padres.

- ¿En dónde está Jindae? -Yoongi levanto sus hombros, a lo que la señora Min simplemente soltó un suspiro.

Min Jindae había nacido producto de un amorío que ella había tenido, algunos decían que era deshonroso para la familia Min, y definitivamente ella se sentía muy culpable por ello, se había sentido atraída por un alfa amigo de su esposo, y como producto de aquel desliz había nacido Jindae, a pesar de ellos, y de los problemas que se habían dado en casa, el señor Min le perdono, después de todo el amor era más fuerte que el impulso de querer separarse, y lo agradecía de por medio.

Yoongi siempre se encontraba preocupado por su hermano menor, y más cuando no sabía en dónde podría encontrarse como ahora, que no sabía lo que le había pasado, y eso en verdad lo tiene que el pendiente, su hermano podía llegar a meterse en grandes problemas y Yoongi casi siempre era quien le ayudaba a salir de aquellos asuntos.

- Debemos irnos -anuncio el señor Min a lo que ella asintió, miro a su hijo mayor-, bien cachorro, tenemos que partir ya.

- ¿No es demasiado pronto? -pregunto Yoongi-. Deberían quedarse aunque sea a comer algo antes de irse.

- Lamento que no podamos, hijo mío -sonrió el señor Min hacía Yoongi-, pero te prometo que cuando estemos de regreso llevarte a ti y a tu hermano a comer, ¿bien?

Yoongi dio un asentimiento.

- Bueno, hora de irnos, cuida bien de Jindae y de ti en lo que volvemos.

- Eso haré, descuiden, y no se olviden de regresar con bien a casa.

La despedida había sido larga, llena de abrazos de parte de la señora Min hacía su hijo mayor y el señor Min también no se quedaba atrás, Yoongi en verdad no quería que se fuesen tan pronto, inclusive le hubiera gustado más acompañarles, pero sus padres habían sido específicos, no querían que fuese, pues había cosas más importantes que hacer en casa.

Y los obedecería como siempre lo hace.

- Adiós, cachorro, te queremos pequeño -menciono su madre dándole un ultimo beso de despedida, como quisiera que su hermano menor estuviese allí presente para despedirlos.

- ¡Y yo a ustedes! 

Y así, fue como Yoongi había visto partir a sus padres, subiendo a aquel carro negro y por fin saliendo de casa, miro como se alejaban por completo por la carretera, tal vez le miraron por ultima vez, pero no estaba seguro de ello, aún así se quedo allí parado en la entrada, observando hasta que el automóvil por fin se había perdido de su campo de vista.

-Próximamente.