-OO4-
Frunció el ceño al sentir leves cosquillas cerca de su frente, pero no quería abrir los ojos, aunque todo se sentía demasiado distinto ahora, no recuerda haber comido galletas, sus manos parecían sentir moronas, pero era distinto, casi como el polvo, su abuela lo mataría si es que ve esto, pero no recuerda haberse llevado galletas para un bocadillo nocturno, de nuevo aquel cosquilleo, pero esta vez al estirar la mano sintió que le había dado a algo.
Abrió los ojos despacio, y tal vez no lo hubiese hecho. Allí estaba frente a él, unos ojos profundamente negros, una pequeña nariz que formaba la punta moviéndose a una alta velocidad y esas orejas redondas, además del cuerpo que era un poco pequeño, Yoongi no le tenía miedo a muchas cosas, pero los ratones en verdad que le asustaban, se levanto en un rápido movimiento asustado por la sorpresa de tener aquel pequeño roedor cerca de su rostro, y soltó un pequeño grito que logro hacer que el ratón saliese corriendo para esconderse detrás de unas cajas de madera.
- ¿Cajas? -se pregunto así mismo, eso era imposible, seguramente estaba soñando, un sueño demasiado real.
Su madre antes le decía que si sentía que un sueño era demasiado real, lo mejor era darse un leve pellizco en el brazo, y en verdad Yoongi deseaba que eso fuese un sueño, cerro los ojos llevo su mano cerca de su brazo y se pellizco, soltó un leve quejido, para después tragar grueso, eso no era un sueño.
Miro a ambos lados, del lado izquierdo había una pared de ladrillo mientras que del otro habían personas caminando de un lado a otro, eran bastantes, ¿en dónde estaba?
Se quedo pensando, mirando su regazo, encontrándose con sus ropas manchadas de polvo y sus manos sobre sus piernas que estaban grises debido a la suciedad del lugar, lo ultimo que recuerda es haber cenado junto a su hermano.
Jindae se veía animado esa noche, estaban hablando de muchas cosas, sobre los divertidos momentos que pasaban con sus padres, de como la abuela le encantaba imponerles reglas que ambos consideraban innecesarias, y de los sabores preferidos de té que les gustaban.
Té... eso fue lo que bebieron ambos, frunció el ceño, recordaba que después de dar el ultimo sorbo se sintió levemente mareado y con unas enormes ganas de irse a dormir, Jindae había insistido en ayudarlo a llegar a sus aposentos porque parecía no estar estabilizándose bien y podría caerse, recuerda que estaban ambos por el pasillo y lo demás estaba oscuro en sus memorias, ¿se habría desmayado?
Pero ¿cómo es que había llegado a ese lugar? No entiende absolutamente nada de esto.
Se incorporo sintiendo como su cabeza le daba leves punzadas, pero eso no le interesaba ahora, tenía que averiguar en dónde se encontraba, camino despacio afuera de ese callejón sin salida y miro a su alrededor, abrió en grande sus ojos al percatarse del lugar, pues había pocos carros y las personas caminaban tranquilas inclusive en la carretera, ni siquiera había acera, ¿qué se supone que harían si un vehículo los alcanzaba? No entendía nada.
Camino un poco más mirando a su alrededor, restaurantes, barberías, consultorios, había de todo en aquel lugar, pero las personas parecían muy distintas a las que estaban en su hogar, todas tenían sonrisas, se veían tranquilas, los niños corrían por el lugar evitando chocar con los adultos, algunos se les podía ver la seriedad en el rostro pero al saludar se mostraban amables, no entendía ese lugar, definitivamente no lo hacía.
Necesitaba ayuda, mucha ayuda, pero no podía concentrarse del todo, no con esa pequeña punzada en su vientre bajo, apretó los labios para evitar soltar un quejido, pues la punzada había dolido demasiado haciendo que casi termine por doblarse en su lugar, sentía inclusive que las piernas le flaqueaban un poco.
- ¡Vengan, vengan! -menciono un pequeño niño que pasaba corriendo al lado de Yoongi y se acercaba a otros-. ¡Jimin va a empezar con sus turcos!
- Papá dice que ese charlatán solo los hace para sacar dinero -menciono una pequeña niña-, pero a mí me gustan.
- Mi mamá me dijo que dejase de prestarle atención a ese tonto, porque todo lo que hace es falso.
- ¡No es cierto! Él es increíble ¿quieren venir a verlo? -pregunto animado.
- ¡Sí! -contestaron los demás haciendo que Yoongi los mirase como corrían pasando de nuevo a su lado y dejándolo atrás.
Con cuidado y con su mano cerca del vientre camino despacio siguiendo a esos niños, pues pensaba que quizás viendo un pequeño espectáculo como ese se le olvidaría el dolor para poder continuar con su labor de buscar ayuda, apretó los dientes al volver a sentir una nueva punzada, pero no permitiría que eso le detuviera.
- Damas y caballeros -Yoongi logro escuchar aquella voz un poco lejos, pero logro mirar hacía el frente, encontrándose con una pequeña multitud que rodeaba a un chico que se encontraba arriba de una caja de madera algo pequeña-, ¡pequeños y pequeñas! Alfas fuertes y omegas hermosos, permitanme presentarles el más asombroso truco que sus ojos jamás han visto.
Yoongi no pudo evitar sonreír ante tales palabras, y más al ver los ojos de los niños que parecían más asombrados que los adultos. De nueva cuenta una punzada, pero esta en verdad que era dolorosa, no pudo siquiera retener el quejido, pero al menos no había llamado la atención de nadie, o eso pensaba.
De repente los gritos de asombro lo hicieron mirar de nuevo al frente encontrándose con lo que le parecía un poco impresionante, pues al publico lo habían rodeado con lo que parecía ser algún polvo brillante, se había perdido el truco, pero al menos podía ver los restos que había dejado.
- ¿Impresionante no crees? -una voz le había sacado de sus pensamientos, había alguien a su lado, recargado como si no importase nada-, ese charlatán siempre sabe como sacar aplausos y sonrisas.
- N-no parece ser un charlatán -menciono Yoongi entre dientes. Un aroma singular parecía venir de Yoongi, pero ni siquiera él comprendía lo que estaba pasando, pero el alfa que se encontraba a su lado lo sabía-. A-ah...
- ¿Quieres que te ayude? -Yoongi le miro, ni siquiera sabía el por qué de aquel ofrecimiento tan repentino, pero si se asusto un poco al ver los ojos de aquel hombre, pues tenía las pupilas dilatadas y pudo ver los caninos de ese sujeto, un alfa-. Vamos, no tengas miedo, pequeño.
Yoongi quería irse, en verdad lo quería hacer, pero ese tipo le había tomado su antebrazo por sorpresa.
- S-suélteme...
- ¿Y por qué debería? Un omega no puede andar solo por estás calles y menos si esta en celo.
¿Un omega? Él no es un omega, ni siquiera se ha presentado aún, de nueva cuenta otra punzada, sus piernas no ayudaban mucho al hacerlo sentir que pronto dejarían de sostenerlo.
- Y ahora... -Jimin dejo de hablar en alto al ver lo que pasaba frente a sus ojos, frunció el ceño, odia que ese Mark siempre se pase por las calles en busca de algún omega indefenso, y lo peor era que aquel omega en verdad estaba muy indefenso-... el espectáculo termina por hoy mi publico.
Los niños se mostraron decepcionados con aquello.
- Tranquilos, mañana o por la tarde vendré para hacer más trucos -la emoción pudo escucharse y poco a poco las personas se dispersaron de su alrededor, miro aquel sombrero que estaba en el suelo con algunas monedas que le habían dado, vació el contenido en una de sus manos para depositarlas dentro de uno de los bolsillos de su pantalón y miro hacía el frente, dónde Mark parecía luchar para que ese omega se fuese con él.
Yoongi rogaba que alguien le ayudase, no quería irse con aquel sujeto, que ya inclusive parecía amenazarle con usar la horrible voz de mando para controlarlo, lo que Yoongi consideraba imposible al momento.
- ¡Hey Mark! ¿Molestando de nuevo? -el mencionado gruño y dejo de forcejear con el omega que parecía haber dejado de intenta soltarse de él.
- Mira quien lo dice, ¿sabes? Deberías dejar de engañar a las personas con esos trucos baratos tuyos.
A las fosas nasales de Jimin llego aquel aroma del omega, joder, si que era increíble, por unos momentos se había sentido en el mismo paraíso, pero tenía que concentrarse, debía impedir que ese tonto le hiciera algo, después de todo aquel omega no parecía ser de Wonju.
- Lo que yo haga no es nada de tu incumbencia -menciono Jimin.
- Y lo mismo va para ti -miro al omega-, vamos.
Yoongi de nueva cuenta puso resistencia mientras negaba.
- ¡Oye! Déjalo tranquilo, él no quiere ir contigo.
- ¿Y? ¿Crees acaso que me importa? Vamos omega, te gustará lo que te haré.
- ¡He dicho que lo dejes! -gruño Jimin, quitando bruscamente el agarre que Mark imponía en aquel chico de piel pálida.
- Park, no deberías de meterte en lo que no te importa, Park, ¿quieres pelar? Entonces lo haremos, pero créeme que no saldrás muy beneficiado del todo.
Jimin sonrió ladino, como si se burlase de Mark, lo que por supuesto molesto mucho a Mark.
- Hazlo y verás como te va.
Mark rodó los ojos.
- ¿Qué? Piensas que con ese grupito de idiotas que están contigo podrá derrotarme.
- No -menciono Jimin-, pero puedo decirle a mis amigos de allá -señalo con la barbilla hacía atrás, Mark miro por sobre su hombro, allí estaban unos oficiales de policía-, que no paras de molestar a mi omega, sé que te han intentado atrapar casi por tres semanas debido al otro omega que decidió confesar lo que le hiciste.
- No tienes la valentía para hacerlo, Park.
- ¿Quieres ver como lo hago?
Mark no quería arriesgarse, apenas y habían pruebas de lo que lo acusaban, si sabían que quería intentar volver a tener relaciones con otro omega sin el consentimiento del omega, entonces esta vez si lo llevarían a prisión.
- Ganas por esta vez, bastardo -Jimin sonrió triunfante-, de todas formas un recién presentado no sirve de mucho -y sin más se fue.
¿Recién presentado? Ahora Yoongi entendía un poco, era un omega, pero aún así las punzadas seguían y eran horribles.
- Hey... -la voz de aquel alfa que antes hacía trucos de magia lo saco de sus pensamientos-, ¿estás bien? Estás algo pálido -soltó una pequeña risa ante su comentario, pues aquel omega tenía una piel demasiado nívea.
- E-estoy...
Jimin lo atrapo en sus brazos al ver que el omega cerraba sus ojos, tal vez había sido demasiado esfuerzo el que había provocado aquello, después de todo una presentación y el lidiar con idiotas hace que las energías se acaben pronto.
- Tranquilo... estás a salvo -menciono Jimin en voz baja, esperando que aquel omega les escuchase, aunque lo dudaba.
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