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-O59-

Riel, había logrado conseguir que algunos oficiales de policía ingresaran a la casa para que pudieran detener a Jindae, los hombres uniformados no tardaron en ingresar a la oficina de la señora Min, y en cuanto vieron a los lobos que se encontraban encima de Min Jindae, no dudaron en ir hacia ellos para detenerlo. Se lo llevaron de inmediato, Min Jindae estaba más que furioso, la herida sobre su brazo no dejaba de dolerle, inclusive la sangre que brotaba de ella no parecía importarle, porque estaba más que enojado por lo que había pasado, esos tipos que acompañaban a su hermano le habían atacado y para colmo habían ayudado a Yoongi a regresar, ¿acaso no podían meterse en sus propios asuntos? Pero lo que más le hacía hervir la sangre era el hecho de volver a ver a Yoongi, apretó los dientes con fuerza mientras sentía como colocaban las esposas en sus muñecas y los oficiales apresaban su cuerpo con brusquedad para que no intentase una estupidez, gruño en lo alto al ver a su hermano todavía en el suelo cuidando de aquel alfa que le había salvado la vida.

—Maldito seas —mascullo por lo bajo, ganándose las miradas de los demás presentes, pero Jindae solamente miraba a Yoongi—, juro que cuando salga te daré tu merecido, Yoongi, y no creas que esta vez dejaré que alguno de tus perros guardianes estará allí para proteger tu pellejo.

Los gruñidos del lobo negro y el lobo gris no tardaron en escucharse, Jindae sintió un escalofrío recorrerlo al escucharlos, la amenaza en esos guturales reclamos caninos era una clara amenaza, no pudo evitar mirar hacia esos dos animales, y allí los vio, mostrándole esos filosos dientes, trago saliva con pesadez al ver el hocico del lobo gris con algunos vestigios de su propia sangre, además de que sus dientes aún tenían un leve color rojizo, indicando que también tenían sangre, su sangre.

—¿Miedo? —pregunto Taehyung al ver la expresión llena de terror que Jindae trataba de ocultar—. Será mejor que dejes tus amenazas vacías en otro lado —el joven alfa lo miro—, porque te juro que, si vuelves e intentas tocar un solo cabello de Yoongi, haré que no vuelvas a ver la luz del día —un ladrido se hizo presente, Taehyung sonrió—, aunque quizás, ellos te quieran acabar primero.

Jindae apretó los dientes con impotencia, ¿ser devorado por cambia formas? Eso no es algo que quiere experimentar, miro de nueva cuanta a Yoongi, su hermano ya ni siquiera lo miro, estaba más concentrado en querer ayudar a ese otro alfa, no dijo nada más, en cuanto sintió como los policías que sostenían cada uno de sus brazos lo empujaban para que comenzase a caminar, no dudo en hacerlo, los pasos fueron alejándose poco a poco, y Min Jindae fue sacado de la casa Min y de la vida de la familia, para siempre.



...




—Agradezco mucho que hayan venido, oficiales —menciono la señora Min, dando una pequeña reverencia con la cabeza, el capitán de aquellos oficiales no dudo en darle una sonrisa.

—Fue un placer, señora Min, es nuestro deber protegerlos como ciudadanos —miro detrás, los demás estaban ingresando a Jindae a una de las patrullas para que se lo llevarán—, ese bastardo recibirá atención medica en prisión, no queremos que trate de escapar si es que lo llevamos al hospital.

—Me parece una grandiosa idea, oficial —el hombre frente a ella dio un asentimiento con la cabeza.

El capitán se trata de un alfa sumamente listo, y en cuanto uno de los hombres que trabajaban a su lado le menciono que habían encontrado a tres de los alfas más buscados por Seúl, se sorprendió, pero pudo comprobarlo, Park Jimin estaba ahí, al igual que Jung Hoseok y Kim Namjoon, esos tres eran a los que más habían estado buscando por diversos sucesos en sus pasados, debían ir a prisión y pagar su condena.

—Señora Min —la mujer volvió a mirarlo—, tengo algo que comentarle, es respecto a esos alfas que llegaron junto a su hijo.

—Sí, ¿qué pasa con ellos? —pregunto.

—Estoy seguro que usted es una de las personas que se mantiene al tanto de las noticias de nuestra querida capital —la mujer relajo levemente sus facciones—, y debo decirle que tres de los hombres que se encuentran dentro de su residencia, son los más buscados, y por los que se ofrece una recompensa.

La señora Min contrajo ligeramente sus labios al escuchar eso, no quería hacerse la sorprendida, porque en realidad no lo estaba, tenía claro que eran ellos, porque logró reconocer los rostros, ella sabía muy bien que había visto aquellos rostros en algún lado, además también tenía la certeza que los rostros de los tres restantes alfas también los había visto, y seguramente era en las mismas circunstancias, en los periódicos, siempre había un anuncio de los más buscados y criminales de bajo rango que debían ser atrapados en otros lugares, pero claro no les prestaba la suficiente atención, pues sabe que la probabilidad de encontrárselos era prácticamente mínima.

Ahora, aquí el problema era que si debía entregarlos a la justicia o no, por unos momentos por sus pensamientos paso la idea de entregarlos, quería hacerlo, porque todo criminal debía tener su merecido, así como ahora Jindae lo había tenido, pero, en cuanto pensó en eso, no pudo evitar que la imagen de Yoongi apareciera en sus pensamientos, esos seis alfas se habían tomado la molestia de regresar a Yoongi a casa, le habían dado un lugar en donde no pudiera pasar frío, le brindaron protección y también alimento y vestido, no pudo evitar mirar hacia la casa, sabiendo que seguramente estaba Yoongi junto a esos alfas, y apostaba a que todos le preguntaban cómo se encuentra.

Recordar lo que había pasado hace poco tampoco le ayudaba, porque ver a esos cambia formas defender a Yoongi, y a ese otro alfa que se había arriesgado a morir por un disparo solamente para salvarle la vida al omega... ¿acaso esas se podían considerar malas personas? Esos alfas le habían traído a lo que más extrañaba en el mundo, le habían regresado a su pequeño Yoongi, la señora Min podría ser una mujer severa, pero cuando supo del nacimiento de Yoongi, su corazón se ablando a más no poder, puede que siempre haya sido algo dura con él, pero lo quiere y se lo demuestra como puede, porque no se considera una persona tan blanda, pero trata de serlo de vez en cuando, porque se trata de Yoongi, el pequeño que la animaba cuando visitaba a su hijo, y por supuesto el único recuerdo que le quedaba de él.

No, no podía quitarle a Yoongi a las personas que le salvaron la vida y que lo regresaron a casa, no podía arrebatarle a sus héroes, sonrió levemente antes de volver a mirar al oficial que esperaba una respuesta.

—¿Señora Min? —pregunto el oficial al ver una sonrisa tenue en el rostro de la mujer.

—Sé que lo que estoy a punto de preguntar es un delito —menciono la mujer—, pero ¿cuánto dinero puedo darle para que borre los nombres de esos alfas de la lista de los más buscados?

El hombre abrió los ojos en sorpresa ante las palabras de la señora Min.

—Señora Min, no creo que eso sea lo...

—Sé que no es lo correcto, y que cada criminal debería pagar por lo que hizo, pero —soltó un suspiro—, esos alfas... me trajeron a mi nieto de vuelta e impidieron que este asunto se volviera una masacre —el oficial no sabía que decir—, considero que eso es suficiente para enmendar sus errores, además, personas así no pueden ser considerados criminales, o usted dígame ¿acaso cree que un criminal pueda hacer algo bueno por alguien que no conoce?

El capitán no supo que contestar, porque era obvio que no tenía una idea clara en realidad, pues esos alfas eran peligrosos según tenía entendido, pero también sabía que muchas personas influyentes tenían comprada la investigación contra ellos, y que jamás se revelaban detalles, lo único que se quería era que fueran arrestados, por lo que ellos ni siquiera podían ser tan peligrosos como siempre se mencionaba.

—No es necesario un monto monetario —comento el capitán—, dejaré que estén libres, y si usted lo demanda, me encargaré de realizar una investigación exhaustiva de los acontecimientos que los llevaron a ser buscados por la justicia.

—Eso sería de gran ayuda, mantenme enterada de todo.

—Así será —realizo una reverencia ante la mujer—, me retiro, señora Min.



...




El ardor era insoportable, pero debía resistir, el pequeño pedazo de manera en su boca lo estaba ayudando mucho a no quebrarse los dientes por completo, pero sus alaridos no ayudaban a concentrarse del todo a Riel, quien con sumo cuidado le sacaba la bala que se había incrustado en su hombro, Jimin volvió a gruñir y gritar siendo silenciado por la madera en boca, la leve capa de sudor en su frente y la respiración entrecortada más las pulsaciones enviadas desde su hombro hasta recorrer su cuerpo por completo le hacían querer gritar más fuerte, jamás en su vida le habían disparado.

—Solo resiste un poco más, el fragmento ya casi sale —menciono Riel, pero sus dedos temblaban ligeramente, el alfa la estaba poniendo de los nervios por sus gritos de dolor que eran ahogados por aquel trozo de madera, y las pequeñas pinzas que tenía en sus manos tocaban de vez en cuando el tejido vivo y hacía que de nuevo el alfa se quisiera mover levemente por el repentino toque y el dolor—. ¡Por la luna, señor Park, resista!

El alfa sentía que no iba a poder más, el dolor lo estaba haciendo agonizar, pero sabe que su herida sanará rápido, los cambia formas tenían la capacidad de recurarse mucho más rápido que una persona normal, las heridas cerraban rápido, en cuestión de unas horas, pero la que tenía ahora no era una cortada o un simple rasguño, por lo que tardaría quizás dos días o un poco más en recuperarse, pero para eso debían de quitarle el fragmento de bala, aunque Jimin hubiera preferido que se quedase allí mismo, porque ahora sacarlo era insoportable para él, mordió con más fuerza el trozo y cerro sus ojos al volver a sentir dolor.

Todos podían soportar escuchar aquellos gritos proclamando por piedad, pero Yoongi no estaba tan seguro de soportarlos tanto, casi podía sentir el mismo dolor que el alfa al escucharlo tan lastimero, y ver a Riel ponerse nerviosa por aquello lo hacía sentirse cada vez peor, su animal interior le pidió que se acercará y ayudará a calmar a Jimin, pero Yoongi no sabía si podía soportar mirar a Jimin a los ojos, quizás se hubiera abstenido de ir hacia el alfa y ayudar a Riel, pero al escuchar de nuevo otro pequeño gruñido y volver a ver el leve temblor en las manos de Riel, decidió que lo mejor era acercarse, pues si Jimin volvía a moverse más, jamás terminarían de sacar aquella bala.

—J-jimin —dijo el omega mientras se acercaba al alfa, el mencionado no tardo en mirar hacia el omega, y en cuanto lo vio acercarse a él dejo de moverse inquieto, Riel miro de soslayo a Yoongi quien tomaba asiento cerca del alfa, le agradeció se acercará, pues al parecer la presencia de Yoongi lo tranquilizaba—, vamos, alfa —le dedico una pequeña sonrisa—, sé que puedes soportar este dolor.

Jimin mordió con fuerza de nuevo la madera y cerro sus ojos, bajo la cabeza, en verdad dolía como mil demonios, pero tenía que soportarlo, el omega al ver de nuevo ese sufrimiento soltó un pequeño suspiro y llevo su mano derecha hacia la mejilla del alfa para poder acunar su rostro, Jimin al sentir el tacto suave de aquella palma y su calidez, se obligo a elevar la mirada para así divisar al omega, Yoongi le daba pequeñas caricias mientras el alfa lo miraba.

—Tranquilo, alfa —menciono Yoongi en voz baja, como si solamente quisiera que él lo escuchará—, estarás bien... me lo prometiste.

Sin que Yoongi lo quisiera empezó a soltar más su aroma, el dulzor del mismo en cuanto llego a las fosas nasales del alfa lo hizo cerrar sus ojos lentamente, la pequeña caricia, y ese dulce aroma rodeándolo y embriagando sus sentidos hizo que el palpitar de su corazón fuera cada vez más tranquilo, y sus respiraciones eran profundas, quería llenarse de ese fascinante aroma que tanto le había gustado, y sin querer recordar la primera vez que lo olió y el como le había hecho sentir, tan apacible, relajado, lleno de vida, el aroma de Yoongi no era como el de otros omegas, era curativo, dador de vida, embriagante como el alcohol, fresco como los campos, tan único...

El alfa ni siquiera sintió cuando la bala fue quitada por completo.

—¡Listo! —menciono Riel mientras le mostraba a Yoongi la bala ensangrentada, el omega sonrió al escuchar eso, estaba a punto de decirle a Jimin que Riel ya había sacado la bala, pero Jimin hizo caer su cabeza sobre el hombro del omega.

—¿Jimin? —el alfa gruño ligeramente y restregó su rostro por la hendidura de la unión del cuello y hombro del omega, causándole leves cosquillas a Yoongi.

Riel sonrió al ver aquello.

—Parece que alguien no quiere que lo dejes —dijo Riel en voz baja, Yoongi sintió sus mejillas arder por aquel comentario.

Los demás alfas miraban la escena, y no decían nada, pues estaban felices de que pudieran sacar aquella bala del hombro de su amigo, y verlo relajado ya era ganancia, puede que discutan algunas veces e inclusive peleen, pero se estiman como amigos, han vivido muchas cosas juntos a lo largo de su estadía en Wonju. Aunque Jungkook tenía que admitir que se sentía un poco celoso.

—Vuelvo a decir —dijo Jungkook—, ¿qué se tiene que hacer aquí para que eso —señalo a Jimin y a Yoongi—, me pase?

Todos soltaron a reír por aquel comentario de parte del alfa, el omega no pudo evitar reír y negar con la cabeza.

—Quizás deberías salvar al príncipe de vez en cuando —menciono Namjoon—, así obtendrías tu recompensa.

—Ya lo hice —dijo Jungkook, miro al omega—, vamos, omega ¿cuándo seré yo quien obtenga un beso o un abrazo tuyo?

—Después, Jungkook —dijo el omega con el fin de seguir el juego.

—¿Después? —bien quizás Jungkook si se sintió un poco decepcionado por la respuesta, él quería una recompensa ahora—. ¡Oh, por la luna, Min Yoongi! —reclamo Jungkook.

Y las risas volvieron a escucharse de parte de los demás, Yoongi dejo de reír para mirar a cada uno de los alfas allí presentes, sus ojos brillaron al verlos, ellos habían sido todo lo que necesitaba en ese preciso momento, y por supuesto no los dejaría ir de su vida tan fácilmente, claro que tendría que hablar seriamente con su abuela, ¿será que ella le permita que esos seis alfas vivan a su lado? No estaba seguro si obtendría su aprobación, pero rogaba a la diosa luna de que así fuera.







F  I  N.


Antes de que digan algo, falta el epilogo, así que respondan: ¿Cuántos cachorros creen que tendrá Yoongi? Jijijiji.

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