-O56-
—Maldita sea, Jungkook, deja de gruñir —dijo Seokjin fastidiado por de nueva cuenta recibir gruñidos de parte del lobo grisáceo, al parecer no estaba nada dispuesto a llevar en su espalda al otro alfa, mostraba sus afilados dientes mientras sus orejas se hacían para atrás y se enfocaba en mirar de mala manera a Seokjin.
Hoseok no pudo evitar soltar una estruendosa carcajada al ver la escena, era tan divertido reírse de esos dos que inclusive el dolor en su vientre que las risas causaban no le importaba en lo absoluto, Taehyung se limito a dar varias negaciones con su cabeza, al parecer Jungkook y su lobo congeniaban perfectamente en cuanto a fastidiar a Seokjin.
Un nuevo gruñido acompañado de un fuerte ladrido hizo que Seokjin soltase un leve grito por la sorpresa, era el colmo, ni siquiera podía acercarse ni a unos pasos porque Jungkook se ponía a la defensiva de inmediato.
—¡Por la diosa luna, no hagas eso! —bramo Seokjin ya fastidiado por las acciones del lobo gris.
—Esto... e-es t-tan... divertido —menciono Hoseok entre risas mientras se acercaba al gran lobo blanco para subir a su espalda, inhalo profundamente para tratar de calmar su estruendosa risa—, esos dos deberían estar en una obra cómica.
—Nadie pagaría por verla —comento Taehyung mientras miraba al lobo blanco—, espero no seas igual a Jeon.
Hoseok no tardo en subirse con sumo cuidado a la espalda del lobo blanco, siendo seguido por Taehyung quien se colocó detrás de él, en cuanto el lobo dejo de sentir que los pies de ambos estuvieran en el suelo, no dudo en colocarse de pie en sus cuatro patas, Hoseok soltó un pequeño sonido sorprendido por el repentino levantamiento del lobo.
—Maldición —Hoseok no tardo en afianzar su agarre al suave y blanco pelaje del animal, pero lo hizo de forma brusca, provocando que el lobo le lanzará un gruñido mientras giraba su rostro para mirarlo, Hoseok soltó de inmediato—. Lo siento, lo siento.
Yoongi al ver aquello no pudo evitar sonreír, cada uno de los lobos tenía su propio temperamento, y al parecer el de Namjoon era inclusive el más dócil de todos, miro al lobo negro que esperaba paciente a que lo montase, el omega se acerco de inmediato mientras en sus manos cargaba con el pequeño costal lleno de la ropa de los cambia formas, en cuanto se acero el lobo negro lo miro, y aquella profunda mirada no se despego de él, el omega con mucho cuidado se subió encima del lobo negro para acomodarse mejor, colocándose a horcajadas sobre el lomo de aquel gran animal, y tocando con sus manos el suave pelaje de color negro, el tacto era tibio, y Yoongi casi podía percibir los latidos del corazón del lobo, eran un poco más rápidos de lo que esperaba.
—¿Todos listos? —pregunto Yoongi, Hoseok y Taehyung no tardaron en dar un asentimiento, pero Seokjin no lo hizo.
—Lo estaría si este pulgoso de quinta me dejará subirme —Jungkook volvió a gruñir al escucharlo—. ¡Ya cierra ese hocico, Jeon!
El omega miro al lobo gris que parecía estar más concentrado en hacer enojar a Seokjin que en querer ayudar, soltó un suspiro.
—Jungkookie —el lobo gris elevo sus orejas al escuchar ese llamado, los gruñidos se detuvieron y sus feroces ojos enfocaron al omega que se encontraba ya listo encima del lobo negro, el lobo gris comenzó a mover la cola de un lado a otro levemente—, si llevas a Seokjin en tu lomo, te prometo que te recompensaré después.
La cola del lobo dejo de moverse, y los ojos del animal brillaron con intensidad, las palabras del omega le agradaban, y más si había recompensa, y sí la recompensa se trataba de él, ¡eso era más que suficiente! Sin más, Jungkook cedió ante la propuesta del omega, y dejo de gruñir para esperar a que Seokjin se subiera encima de su lomo, Seokjin rodo los ojos.
—Más vale que no le des nada después de esto, omega —menciono Seokjin, pero ni eso podía apagar los ánimos de Jungkook. En cuanto Seokjin se subió al lomo del lobo gris, este se coloco en pie y se sacudió levemente para fastidiar a Seokjin, pero el alfa no tardo en jalar parte de su pelaje para desquitarse por aquel movimiento tan brusco—. ¡Ya, Jungkook!
—Hay que darnos prisa —Yoongi se permitió recostarse un poco sobre el lomo de Namjoon—, vamos, Nam.
El lobo negro no tardo en dar un largo aullido antes de comenzar a correr, después de que Namjoon comenzará a correr fue seguido por Jimin y Jungkook. El camino ya no sería tan pesado para todos, y llegarían antes de que el sol comenzará a meterse, el momento perfecto para pasar desapercibidos entre la multitud del carnaval.
...
La porcelana suave ante sus labios y tibia le dio a entender que el té estaba totalmente en su punto perfecto para ser bebido, y no dudo ni un segundo en inclinar más la taza hacia sus labios para poder verter el liquido tibio, el cual paso por una fina abertura de sus labios e inundo sus papilas gustativas con el sabor tan aromático y fino de las rosas y las cerezas, era dulce a su paladar, aromático para sus fosas nasales y sumamente deleitante, en su vida había probado miles de tés, pero ninguno podía compararse con ese, cada que visitaba la casa de los Min, siempre le ofrecían esa clase de té. El hombre dejo de beber y miro a la mujer mayor que se encontraba sentada esperando con su taza en manos, no había dejado de menear la cuchara dentro de su taza, y ya había echado dentro de ella cuatro terrones de azúcar, la cual, por supuesto ya estaba disuelta, pero la mujer parecía no comprenderlo del todo.
—El testamento —hablo el abogado, haciendo que el sonido de la cuchara golpeando ligeramente las paredes de porcelana de la taza se detuviera—, está completo, señora Min, le he traído el documento para que pueda leerlo con calma, y lo apruebe, lo único que nos faltaría sería su firma para confirmar el nuevo cambio y eso sería todo.
No es como si la mujer fuera una idiota, sabía de antemano todo el proceso que conllevaba un testamento, en toda su vida había realizado uno, la primera vez que había solicitado uno, había sido a sus veinte años cumplidos, pues los tiempos eran difíciles y quería dejarle su pequeña fortuna a sus padres, la segunda modificación la hizo cuando había cumplido los treinta y seis, en ese tiempo su hijo apenas había nacido, y había sido una tortura el parto, sentía que se moriría, o que perdería a su pequeño cachorro, pero la fortuna le favoreció, y no quiso tener más hijos después de eso, un grave error y ahora lo reconoce, la otra modificación la hizo justo después de enterarse que su amado hijo había muerto en aquel accidente junto con su esposa, al menos le agradecía a la diosa luna que no se hubiera llevado consigo a Yoongi, pero ahora... se lo había llevado, y la nueva modificación estaba hecha, y todo quedaría a nombre de Jindae, cosa que por supuesto no le gusta para nada.
—En ese caso, ¿me permite el documento? —el hombre al escuchar esas palabras no tardo en dar un asentimiento, dejo la pequeña taza sobre la mesa de centro de madera, y se dispuso a tomar el portafolio en sus manos, no tardo en abrirlo y comenzar a hojear los documentos que allí venían dentro, en cuanto encontró el testamento de la mujer, no dudo en sacarlo y extendérselo para que ella lo tomase.
—Este es el documento —la mujer estiro su mano para tomarlo—, me ha dicho que quiere que la fortuna de su familia quede a nombre de Min Jindae, ¿es correcto?
—En efecto lo es —comento la mujer mientras miraba la primera frase del documento.
—Además, como me lo pidió —menciono el hombre, haciendo que la mirada de la mujer fuera a dar con él—, extendí un par de hojas más con las condiciones que usted me dicto, señora Min, las nuevas clausulas dentro del mismo permitirán que la herencia no sea cobrada de una forma inmediata como usted lo pidió.
La señora Min no era nada tonta, sí, estaba dispuesta a dejarle la herencia a Jindae, pero no se lo dejaría tan fácil, para que Jindae pueda tener todos los derechos sobre la herencia, tenía que primero buscarse una pareja, y contraer nupcias con esa persona, pero claro esto era lo que más se le complicaría a ese recién presentado alfa, pues nadie quería saber sobre el hijo ilegitimo de la familia Min, y mucho menos querrían que sus hijos omegas contrajeran matrimonio con un bastardo como ese, no importaba cuanto dinero tuviera en su poder, mientras la reputación fuera terrible, todo sería una pérdida de tiempo.
—Perfecto —menciono la mujer y dejo de mirar el documento—, ¿tiene alguna prisa o algo más que hacer? Me tomaré un tiempo en leer hasta la última letra de este testamento antes de firmarlo.
—Tómese el tiempo que guste, señora Min —menciono el hombre—, me tome la libertad de dejar este día completo solamente para atenderla, sé que es una mujer muy meticulosa en cuanto a los asuntos legales, así que disponga de mi tiempo y el suyo como guste, esperaré a que termine de leerlo y pueda firmarlo para aprobarlo.
—Excelente —la mujer le regalo una sonrisa, miro el documento, las letras no eran tan diminutas, pero se trataba de diez páginas, y ella siempre le gustaba prestara atención a cada detalle e inclusive hacer preguntas, así que si, sería un buen tiempo el que tarde en leerlo por completo.
...
La respiración agitada de los tres lobos podía escucharse claramente, había sido pesado tener que seguir corriendo por el camino entre los bosques para no ser vistos por los pobladores de Wonju, todo podía pasar, a nadie le gustan los cambia formas debido a problemas por perder el control del lobo, era por eso que optar por el camino más alejado de las multitudes era su mejor opción, y así lo habían hecho.
—Llegamos —anuncio Taehyung mientras miraba a lo lejos, los pasos de los lobos se detuvieron poco a poco, siendo el lobo negro el ultimo en detenerse, entonces Yoongi pudo mirar más al frente, y sí allí se podía ver.
La ciudad de Seúl, el ruido de los automóviles era levemente estruendoso por los motores, se podían escuchar conversaciones de diversos tipos, risas cortas, y música... el carnaval.
Los lobos recostaron sus cuerpos sobre el suelo para de ese modo permitir que las personas que montaban sus lomos pudieran bajar, en cuanto lo hicieron los tres se alejaron un poco, Yoongi los miro, se veían cansados, y esperaba se encontrarán en buenas condiciones, no dudo en ir hacia ellos para poder entregarles la ropa, dejo el pequeño costal en el suelo para que ellos pudieran tomarlo, el lobo negro al ver las acciones del omega no dudo en dar una pequeña reverencia con la cabeza a modo de agradecimiento.
—Ven aquí, Yoongi —menciono Hoseok—, ellos tienen que transformarse y cambiarse, ¿o querías verlos desnudos? —el alfa no evito mostrar una picarona sonrisa mientras elevaba una y otra vez sus cejas, mientras el omega sentía la vergüenza apoderarse de su rostro, de inmediato negó con la cabeza y comenzó su camino a pasos erráticos alejándose para darles más privacidad a los cambia formas.
Mientras caminaba y escuchaba a las pocas aves cantar y a los arboles mover sus ramas con la melodía del viento, el aroma tan autentico de su ciudad natal lo inundo por completo, en un principio pensó que se quedaría en Wonju para el resto de sus días y no le importaba si algo como eso sucedía, pero de alguna forma, sentir de nuevo esa brisa característica de ese lugar, y el aroma del sol y el poco humo que había alrededor le agradaba, porque le recordaba a cuando paseaba junto a su madre en búsqueda de nuevas telas para sus vestidos, le recordaba al aroma del vehículo que su padre siempre conducía para ir al trabajo, y el aroma del sol le recordaba a cuando Jindae y él eran más unidos y se la pasaban jugando en los jardines, sin importarles que sus ropas costosas se mancharán de tierra.
Cerro sus ojos por unos momentos, tratando de alejar los recuerdos buenos, porque cada uno de ellos, cada sonrisa de su padre cuando se enteraba que sacaba una buena nota en las clases privadas, cada regaño de su madre por no haber comido toda la comida que se servía en su plato, cada vez que Jindae y él se abrazaban atemorizados en la oscuridad cuando sentían que había un monstruo en su habitación, cada uno de esos recuerdos, ya fueran el más insignificante detalle, le hacían querer sonreír, pero a la vez le provocaban tanta nostalgia que en lo único que pensaba era en querer llorar, sin que él lo quisiera, sus ojos picaron y al abrirlos la primera de las lagrimas logró caer por el rabillo de su ojo izquierdo, pero no la limpio y siguió su camino hasta estar cerca de los alfas que le esperaban aún ocultos entre los matorrales.
—La música esta siendo cada vez más fuerte, además de que las risas y cantos no paran —comento Taehyung—, es un hecho que las calles en pocos minutos estarán atiborradas de personas.
—Es el momento perfecto —dijo Seokjin, escucho como unos pasos se aproximaban, y el leve dulzor del aroma tan característico del omega inundaba sus fosas nasales, pero había un pequeño detalle, aquel aroma era ligeramente acido, giro su rostro para mirar al omega y en efecto no paso desapercibido para el alfa el hecho de que en una de las mejillas del omega hubiese un rastro de una lagrima—, ¿estás bien, Yoongi? —el omega al escucharlo llevo su mano a su mejilla para limpiar el resto del recorrido de aquella pequeña gota.
—S-sí —respondió de inmediato para después regalarle una sonrisa a Seokjin—, me encuentro bien, yo...
El alfa se acerco a él y en cuanto estuvo lo suficientemente cera, no dudo en colocar su mano sobre los suaves y finos cabellos del omega, y le regalo un par de caricias para tratar de reconfortarlo, Yoongi acepto gustoso aquel gesto, pues parecía ser lo que necesitaba en ese momento, Seokjin libero feromonas para intentar calmar al omega y brindarle la protección que deseaba.
—Tranquilo, pequeño —susurro y doblo ligeramente las rodillas para poder mirarlo a los ojos—, apuesto a que te causa nostalgia regresar —Yoongi abrió los ojos de golpe, y no tardo en dar un pequeño asentimiento—, descuida, mantén los recuerdos felices contigo, omega, y no por eso los hagas tristes, estás en casa, y es lo que importa, ¿bien?
Seokjin dejo de darle caricias y alejo su mano, Yoongi sintió una preciosa calidez invadir su cuerpo, el alfa tenía razón, no tenía porque sentirse triste, quizás sus padres no estén para recibirlo, quizás Jindae no quiera verlo o quizás su abuela no le demuestre mucho cariño al verlo de vuelta, pero lo importante es que se encontraba en casa, Seúl es su lugar natal y no puede evitar extrañarlo, pero ahora mismo ya se encontraba justo frente a él, ¿qué más podía pedir?
—Gracias, alfa —menciono el omega y Seokjin no pudo estar más que contento.
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