Sus ojos volvieron a rodar al saber que ya habían pasado cinco minutos y Hoseok no se había dispuesto a salir de la maldita casa, puede que muchos consideren que Hoseok es el ladrón de todos los ladrones, el mejor de lo mejor, pero siempre en todo lo perfecto puedes encontrar un insignificante detalle que lo puede hacer imperfecto, en el caso de Hoseok, es que muchas en verdad muchas veces, la ambición le ganaba, sobre todo cuando se trataba de joyas.

Taehyung soltó un resoplido, fastidiado de esperar, un atraco siempre se debe realizar rápido y sin perder tiempo, pero Hoseok parecía que le gustaba tomarse el tiempo suficiente para escoger las cosas, pero Taehyung ya estaba cansado de estar escondido entre las sombras de los arbustos, así que no dudo en ingresar a la casa para dar con Hoseok, a pasos pequeños pero seguros ingreso a la gran casona en la que se encontraba su amigo y compañero, la oscuridad del lugar era terrible, pues apenas y podías percibir lo que te rodeaba, pero Taehyung tenía muy agudos sus sentidos, así que no sería problema, guiándose poco a poco por el pasillo extenso, escuchando con claridad que nadie más estuviera caminando por allí, se fue aproximando a la gran escalera que se encontraba al final, y en cuanto la punta de sus pies chocaron contra el primer peldaño, no dudo en comenzar a subir.

Uno por uno fue subiendo los escalones, y escuchando atentamente, hasta que por fin logró llegar al siguiente piso de esa gran casa, soltó un pequeño suspiro, esperando no ser ruidoso al exhalar el aire contenido, relamió sus labios con la punta de su lengua y continuo, permaneció en silencio por breves segundos, y logro captar un leve sonido provenir a sus espaldas, seguramente se trataba de Hoseok, pero no podía tan siquiera estar tan seguro, por lo que tendría que estar preparado para cualquier cosa.

Giro sobre sus propios talones antes de comenzar con su camino, algunos de los grandes ventanales, permitían que la tenue luz de la luna se filtrará por la delgada tela de las cortinas que las cubrían, por lo que la oscuridad era cada vez menos, lo que agradecía en sobremanera, porque así podía percibir más a simple vista lo que buscaba, comenzó a pasar algunos de los lugares que se encontraban cercanos, las puertas de las habitaciones se encontraban cerradas, todas excepto la penúltima de ellas, ninguna luz asomaba por la puerta entreabierta, y el leve aroma que había cerca sabía exactamente de quien era, se abstuvo de gruñir debido al fastidio que estaba sintiendo y camino los pocos pasos que le faltaban para ingresar a la habitación.

Sin mucho cuidado abrió la puerta y allí lo vio, Hoseok estaba dándole la espalda mientras se concentraba en buscar y buscar dentro de un pequeño joyero en forma de cofre, era de plata pura, pero eso a Hoseok no le importaba, pues el contenido era inclusive más valioso que la misma plata.

—¿Qué carajos crees que haces? —susurro Taehyung mientras ingresaba, Hoseok lo miro de soslayo antes de volver a lo suyo, las puntas de sus dedos picaban en alegría por haber encontrado una fortuna—. Llevo esperándote desde hace más de diez minutos, idiota.

Hoseok rodo los ojos.

—¿Y eso que? —Hoseok hablo sin susurrar, se encogió de hombros y volvió a lo suyo—, puedes esperar un poco más, esto que hago aumenta las porciones de comida en nuestra mesa y lo sabes.

—¿Podrías por lo menos bajar la voz? Harás que nos descubran —Taehyung no podía creer lo descuidado que era su amigo.

—Ya lo sé —Hoseok sonrió al tomar una pequeña bolsa en la que estaban pequeños diamantes cincelados, eran tan auténticos y hermosos, le darían una buena paga por ellos—, pero no hay nadie en esta casa.

—¿Qué?

—Si te percataste, no hay otro aroma cerca, ni siquiera el de un sirviente y... —Taehyung lo interrumpió.

—Eres un descuidado —Taehyung cruzo sus brazos sobre el pecho—, ¡no es como si tu olfato fuera una maravilla para detectar a otros! Y lo sabes.

—Ya lo sé, pero mi omega me ayudó mucho a mejorarlo, ese remedio que preparo en verdad que es efectivo —Hoseok sonrió al recordar la radiante sonrisa de Yoongi—, en vedad es muy bueno.

Por un momento Taehyung se había olvidado de aquel pequeño detalle, era cierto que ese remedio le había ayudado mucho a Hoseok, ese omega... había hecho un excelente trabajo, Hoseok siempre había tenido problemas con su olfato, era por eso que siempre ambos se daban ayuda mutua, Taehyung siempre era quien le avisaba porque Hoseok no podía percibir de inmediato la presencia de una persona dentro de las casas, prácticamente él era quien jugaba el papel de su olfato para que sus robos salieran perfectos, pero ahora... gracias a Yoongi... Hoseok ahora podía hacer las cosas por su cuenta, sonrió, el omega en verdad que es sumamente especial.

—¿Tienes la ropa? —pregunto Taehyung, Hoseok se inmediato señalo la cama, y arriba de la misma se encontraba un costal totalmente lleno.

—Encontré el ultimo traje —Hoseok dejo el joyero y miro a Taehyun—, esta será la ultima casa que visitaremos, tenemos todo —Taehyung dio un asentimiento—, además, ¿sabes que fue lo mejor de estar aquí?

—Porque presiento que dirás las joyas...

—Pues estás equivocado, mi buen amigo —Hoseok soltó una pequeña risa—, encontré antifaces, de omega y de alfa, parece que a estos riquillos les gustan mucho las fiestas de disfraces...

—Es eso, o ambos tienen el mal gusto de coleccionar esas cosas —Hoseok soltó una risa al escuchar el comentario de Taehyung—, bien, hay que regresar, falta una hora para que las primeras aves canten y anuncien el amanecer, debemos irnos ya.

—¡Sí, mi comandante! —Taehyung rodo los ojos, pero no evito sonreír.

...

El trinar de las aves anunciaba la llegada del alba, mientras que los primeros rayos del sol iluminaban los caminos y hacían que dormir dejase de ser una necesidad en las personas, muchos al despertar esperan encontrarse con el desayuno servido en la cama, otros esperan encontrarse con su amante dormido para sonreírle y recordar cuanto amor le tienen, muchos otros quisieran permanecer dormidos para no sentirse en la necesidad de ir a trabajar, otros ansían las mañanas porque saben lo que harán en ese tan preciado amanecer, pero por mucho que despertar sea bueno para algunos, y otros crean que es espantoso, en Wonju, justo en el lugar en donde los más adinerados descansan, en muchas casas no faltaron los gritos, y no fueron gritos de euforia, sino de horror, de escándalo, de tremendo pánico y totalmente llenos de incertidumbre.

En la casa de la familia Choi, el omega había sido quien grito a su pareja que había desaparecido no sólo su traje de gala de color blanco, sino que también había desaparecido su collar de perlas marinas y sus preciadas cadenas de oro.

En otra casa dos alfas que eran hermanos gemelos, les gritaron a sus padres que sus trajes más costosos, aquellos que habían decidido usar para un baile conmemorativo en el trabajo de su padre, habían desaparecido como si el viento se los hubiera llevado, lo que sus padres no sabían era que, de igual forma, el par de anillos que daban más firmeza a su matrimonio habían desaparecido.

A las orillas del mismo sitio, un alfa que siempre era reconocido por tener un mal carácter, había gritado e insultado y citado a sus sirvientes para preguntar sobre sus ropas robadas y sobre todo por el reloj con incrustación de diamantes que le habían robado, lo que por supuesto no sabía era que sus sirvientes no le mentían cuando decían en murmullos llenos de miedo que no habían robado nada.

Dos jóvenes alfas al igual que su padre, después de regresar de una fiesta nocturna a las afueras de Wonju, reclamaban por sus ropas a la pobre mujer omega que se la pasaba diciéndoles que no sabía en donde se encontraban, el alfa había decidido interrogar a sus sirvientes con fiereza, mientras que sus hijos hurgaban entre las cosas de los sirvientes para así descubrir al miserable ladrón, pero ninguno de ellos iba a encontrar nada que evidenciara a los sirvientes.

El pánico era evidente, y por supuesto no dudarían en acudir a las autoridades para reportar tal calamidad, pero ni siquiera el más hábil de los detectives podría descubrir quien había sido la mente maestra de tan hábil robo, pues Jung Hoseok jamás dejaba ninguna pista.

El robo perfecto siempre era realizado con éxito.

...

­­—¡Vamos acérquense a mirar! —aquel grito no hizo más que emocionar a los presentes, Yoongi no evito salir corriendo de la cocina para mirar a quienes habían llegado a casa, y sonrió en grande al ver a Taehyung y Hoseok entrar, Taehyung soltó una suave risa al escuchar hablar a Hoseok—. Hemos traído lo que ordenaron, caballeros...

Hoseok no evito tirar al piso el costal lleno de ropa, para después dar una reverencia exagerada mientras los demás se acercaban.

—¡Wooaa! —dijo Seokjin al ver el gran costal—. Esto es uno de tus mejores actos.

—¿Quién diría que si lograrían conseguir todo? —Jungkook se acerco hacia el costal para comenzar a abrirlo, miro por breves segundos—. Las telas en verdad son de calidad, inclusive se ve que son costosas.

—¿Qué esperabas? —menciono Hoseok—. Siempre debo de traer lo mejor para mis camaradas —miro hacia Yoongi—, y por supuesto para el amor de mi vida.

Yoongi sonrió levemente, su corazón ahora podía estar tranquilo, ellos estaban de regreso sanos y salvos, eso era lo que más estaba deseando, se acercó a ambos alfas que se encontraban todavía parados cerca de la puerta, y soltó un pequeño suspiro cuando estuvo más cerca de ellos, Hoseok le regalo una sonrisa al verlo.

—¿Pasa algo, Yoongi? —pregunto.

El omega no sabía si lo que estaba a punto de hacer sería lo correcto, por una parte pensaba que quizás sería un acto sumamente incomodo incluso para esos dos, pero su corazón se lo estaba pidiendo a gritos, además de que en verdad su cuerpo estaba muy ansioso por realizar el acto en el que tanto pensaba, así que no dudo ni un segundo más, un par de pasos fue lo único que termino por caminar antes de estirar sus brazos y atrapar a Hoseok brindándole un abrazo, el alfa al ser más alto no pudo evitar agacharse un poco para que a Yoongi no le costase trabajo abrazarlo, pues el omega se había colocado sobre las puntas de sus pies para darle más alcance.

—Me alegra que regresarán —dijo Yoongi en voz baja, como si solamente quisiera que él lo escuchará, y Hoseok sintió como su corazón casi se le salía por la garganta, no esperaba ese gesto de parte del omega, pero se permitió sonreír y disfrutar de aquel dulce aroma que tanto le encantaba desde el primer momento en que pudo comenzar a olerlo.

Yoongi se separo de Hoseok para después mirar a Taehyung, el alfa aparto la mirada del omega.

—Ni creas que dejaré que me abraces —menciono Taehyung y Yoongi soltó una suave risa.

—No tienes porque comportarte tan arisco siempre, Tae —el alfa lo miro—, ¿puedo...?

—Bien... supongo que sí... —y el alfa soltó un pequeño quejido al sentir al omega apretujarlo con sus brazos, rodo los ojos—, oye, omega... no tienes porque abrazarme tan fuerte ¿sabes?

—Sólo esta vez, ¿sí? —Taehyung no evito sonreír mientras se deleitaba con el contacto del omega, sin que él lo quisiera ese omega estaba haciendo añicos aquella barrera que él se había prometido jamás romper por un omega, pero si se trata de Min Yoongi, esta dispuesto a derrumbarla por completo.

—Estamos en casa, mi omega —menciono Taehyung por lo bajo.

—Maldición —menciono Jungkook—, ¿qué se tiene que hacer aquí para que eso —señalo a Taehyung y a Yoongi—, me pase...?

Los demás soltaron una risa al escuchar su comentario, todos a excepción de Yoongi y Taehyung quienes se encontraban en su propio mundo.

Los atuendos estaban listos, serían el disfraz perfecto para la ocasión, ahora solamente faltaba esperar el día para regresar a Seúl, pero por supuesto el festival de la luna en Wonju, no debía pasar desapercibido.