—¿Es en serio? —Seokjin soltó un largo resoplido, decir que se encontraba totalmente harto de la situación era poco, en estos momentos lo único que pasaba por su cabeza era darle un buen puntapié a cada uno de esos pulgosos cambia formas para enviarlos muy lejos de su vista, los gruñidos volvieron a hacerse presentes inundando el poco silencio dentro de la casa—. Diosa luna, ¿qué hice para merecer esto?

La situación no era nada complicada, había sido simple, Seokjin había regresado a casa después de comprar un poco de arroz para el almuerzo, esperaba encontrar en tranquilidad la casa, pero en cambio, recibió una bienvenida descubriendo a dos lobos uno gris y el otro blanco atacándose entre ellos mientras rodaban por el suelo y ensuciaban sus pelajes, ambos ya tenían algunas heridas, dándole a sus pelajes el color carmín oscuro tan característico del preciado líquido vital de cada uno, tardo un poco, pero logro que ese par de salvajes se separaran, después de todo, estaban armando una escena no muy grata a los ojos del pobre omega que no sabía ni siquiera como separarlos.

—¿Qué tanto me miras pedazo de idiota? —mascullo Jungkook entre gruñidos sin apartar la vista del otro cambia formas, en verdad estaba molesto.

—Eso debería de preguntártelo a ti —Jimin quería arrancarle la estúpida cara a Jungkook con sus garras—. Oye, imbécil, ¿qué te hace pensar que puedes interponerte en mis asuntos?

—Todo lo que involucre a mi omega es asunto mío —gruño en respuesta haciendo que los ojos de Jimin volvieran a ese tono carmín y sus gruñidos aumentaran.

—¡Yoongi es mi omega, y mi omega no te incumbe!

—¡Já! —Jungkook sonrío ladino—. ¿Tuyo? —Jimin apretó los dientes con fuerza—. ¡No me hagas reír! Mi Yoongi no te aceptaría como su alfa ni en tus más hermosos sueños, compañero.

—¿Acaso lo dices porque en realidad es a ti a quién no acepta? —la sonrisa de Jungkook decayó un poco, Jimin sonrío al ver aquello—. ¿Crees que a un omega de clase alta acepte como alfa a un maldito casanova como tú?

—Pues no te quedas atrás, Park —Seokjin paso su mano derecha por su rostro, a este paso estos dos terminarían por sacarse los ojos, Jungkook continuo—, ¿quieres que te recuerde sobre esos tantos omegas con los que has estado? No te hagas el inocente, eres igual o peor que yo.

—¡No te atrevas a compararme contigo!

—¡Por la luna, ya cierren la maldita boca! —Seokjin no tardo en recibir cortas miradas de parte de esos dos—, Dejen de discutir y de pelear de esa manera, se supone que son personas civilizadas, no unos malditos lobos salvajes —soltó un resoplido—, ¿acaso no ven el daño que se hacen y le hacen al pobre de Yoongi con esto? —Seokjin no evito señalar con su mentón hacia el sofá, en donde se encontraba Yoongi sentado.

Bueno, de cierta forma Yoongi quería evitar ser parte de todo eso, después de todo ver alfas pelear no es una costumbre que, por supuesto nadie tiene en particular, mucho menos él, y menos mirar a dos enormes lobos peleando por algo tan pequeño como su atención, a Yoongi le parecía totalmente ridícula la pelea en realidad, porque no había necesidad de discutir o comenzar una pelea por él, no tenía ni el más mínimo sentido en realidad. En un principio pensó que solamente después de que Jungkook empujará a Jimin para separarlos, todo quedaría en una pequeña discusión, pero no se espero que después de la discusión comenzarán los insultos y los gruñidos, y después de ver que ambos habían sacado a relucir sus dientes caninos y esos espantosos gruñidos acompañados de las largas garras en las puntas de los dedos de sus manos, esos ojos tan rojos suyos y después convertirse en sus formas lobunas para atacarse, fue cuando realmente se sintió totalmente atemorizado por la situación que se estaba presentando, quiso intentar separarlos llamándolos por sus nombres y pidiéndoles a gritos que dejaran de hacerse daño, pero claro eso no funciono y la situación se estaba volviendo más caótica y descontrolada, y se sintió totalmente inútil al ver como ambos comenzaban a lastimar sus cuerpos a base de arañazos y mordidas fuertes... al menos Seokjin había llegado para separarlos, pero él no podía dejar de sentir un leve temblor en su cuerpo y su corazón acelerado, estaba asustado y sumamente preocupado por lo que había pasado.

Ahora mismo el omega se encontraba sentado en el sofá, mirando hacia un punto neutro, con una pequeña taza en sus manos con una infusión de lavanda y manzanilla para tranquilizarlo, aunque tener a esos dos cambia formas cerca no ayuda en nada a que sus nervios dejasen de crisparse.

En cuanto la mirada de Jungkook y Jimin fue a dar hacia Yoongi, los gruñidos disminuyeron hasta desaparecer por completo. Jungkook enfoco a Yoongi y solo a Yoongi, mirando que en sus manos había un pequeño y casi imperceptible temblor, mordió su lengua dentro de su boca al ver aquello, sintiendo como sobre sus hombros caía con pesadez la culpa, pues si él no hubiera reaccionado de aquella forma, el omega no estaría en ese estado. Jimin en cuanto miro al omega sintió una pequeña opresión en su pecho, ciertamente Yoongi no merecía nada de esto, bien, sí, se había enojado bastante al ser empujado de aquella forma tan brusca por el tonto de Jungkook, y había sido cegado por su propia ira, algo que no estuvo para nada bien, ahora lo veía, pues el estado del omega le decía claramente que estaba totalmente asustado por lo que paso.

Después de aquel silencio que parecía ser eterno, Jungkook decidió que lo mejor era hablar con el pobre omega que había presenciado aquello, camino los pocos pasos que lo separaban de Yoongi y se coloco de rodillas frente al omega, Yoongi a pesar de tener todavía en su mente aquella escena tan espantosa, no pudo evitar percatarse de la presencia del alfa que se arrodillaba frente a él, miro a Jungkook quien le miraba con una pequeña sonrisa plasmada en su rostro, los ojos del alfa enfocaban su rostro mientras lo miraban con dulzura.

—Hey, pequeño —hablo Jungkook con una voz suave, tan suave que lograba acariciar por completo los sentidos del omega, el alfa le regalo una sonrisa un poco más amplia—, tranquilo, mi pequeño —la mano derecha del alfa no tardo en ir hacia el rostro del omega para acunar su mejilla y comenzar a brindarle caricias pequeñas con sus dedos, la piel aterciopelada bajo su tacto era sumamente encantadora—, perdóname, omega... no quise causarte temor, es solo que... —hizo una pausa antes de soltar un suspiro—, no puedo evitar reaccionar así, te quiero, Yoongi... y admito que no me gusta que alguien más obtenga toda tu atención...

El omega parpadeo un par de veces al escuchar aquello.

—¿m-me quieres? —pregunto en un susurro, Jungkook en cuanto escucho esa pregunta no dudo ni un segundo en dar un asentimiento para reafirmar lo que acababa de decirle al omega.

—Te quiero, omega —volvió a repetir para darle la certeza a Yoongi de sus sentimientos por él.

Jungkook dejo de darle caricias a la mejilla del omega para apartar su mano y admirar su hermoso rostro. Jimin estaba algo sorprendido por aquellas palabras, Jungkook jamás ha sido así en su vida, ni siquiera con ellos, siempre le gustaba ser arrogante, le encantaba decir blasfemias cada que tenía la oportunidad, y por supuesto jamás se había mostrado tan... sensible, mucho menos ante un omega, todo esto era tan nuevo que le sorprendía, Jimin relamió sus labios antes de mirar a Yoongi, camino en su dirección para después y al igual que Jungkook colocarse de rodillas frente al omega, y quedando hombro con hombro con Jungkook de su lado izquierdo. En cuanto lo hizo, la mirada de Yoongi dejo de lado por unos momentos a Jungkook para mirar al otro alfa que le regalaba una pequeña sonrisa.

—Lamento que todo esto te abrumara, cariño —el omega sintió que su corazón dio un vuelco al escuchar sus palabras—, en verdad no quería enfadarme de esa forma, mucho menos en tu presencia —Jimin le hablaba en voz baja, como si no quisiera que nadie más escuchará las palabras que le dedicaba a su omega—, pero espero comprendas mi actuar —Jimin le dedico una pequeña sonrisa antes de acercar sus manos hacia las del omega y abrazarlas entre las suyas mientras Yoongi abrazaba la taza con sus propias manos—, te amo y no quiero ser el causante de tus malestares —el omega no pudo evitar abrir sus ojos en grande al escucharlo, Jimin soltó una pequeña risa al ver su reacción—, así es, cariño, te amo...

—¿Q-qué? —Yoongi no sabía en realidad que decir.

—¿Acaso es una competencia, Park? —menciono Jungkook, Yoongi lo miro, pero el alfa ni siquiera miraba al mencionado, sino que lo miraba a él—. Porque si es así, yo también puedo decir que amo a Yoongi.

—No es una competencia, Jeon —dijo Jimin sin apartar la mirada del omega—, pero por esta vez puedo dejar que digas lo que quieras, solo por hoy...

—Que considerado —Jungkook sonrío levemente—, omega —le hablo esta vez a Yoongi—, en verdad lo lamento, espero me perdones, bonito.

—Y a mí —dijo Jimin—, perdona nuestro actuar, omega, no volverá a ocurrir.

El omega no sabía como responder, y se estaba sintiendo muy avergonzado por la situación, y más con la mirada de esos dos puesta sobre él, solamente estaban causando que la vergüenza se apoderará de su rostro, dándole un color rojizo en el proceso.

Pudieron haberse quedado así por un par de minutos más, pero el sonido de la puerta siendo abierta de forma brusca los interrumpió por completo. Todos los presentes miraron hacia la entrada, y allí lo vieron, su pecho subía y bajaba con insistencia debido a la errática respiración que tenía, su mirada era una totalmente enfurecida, Namjoon sentía que en cualquier momento no dudaría en soltar un par de gruñidos debido al enojo que cargaba encima.

—Debemos hablar —bramo haciendo que los demás lo miraran con seriedad, los alfas sabían que algo no estaba bien, mientras que Yoongi se sentía confundido por aquellas palabras.

...

La situación había sido planteada a la perfección, Namjoon había sido claro, debían hacer algo y pronto, antes de que fuera demasiado tarde.

—Muerto... —Yoongi no dejaba de mirar el periódico que le había sido entregado, hasta ahora pensó que seguían buscándolo, pensó que jamás se rendirían, pensó que su abuela le encontraría o que por lo menos descubrieran quien había sido el responsable de que él ahora estuviera allí en Wonju, pero no... ahora todos tenían la certeza de que él se encontraba muerto... ¿qué más podía esperar ahora? No lo sabe—. E-esto no puede estar pasando... —dejo el periódico sobre sus piernas, aún incrédulo por la situación—, ¿por qué?

—Era obvio que tarde o temprano te darían por muerto —dijo Namjoon, haciendo que el omega lo mirará—, las búsquedas fueron largas, y ni siquiera se esforzaron en buscarte a las afueras de la capital —cruzo sus brazos sobre su pecho—, no me sorprende que inclusive encontraran el cuerpo de otra persona afirmando ser tú, es normal en estos casos, tanto para dejar de lado la investigación como para dejar más tranquila a la familia.

—M-mi abuela —relamió sus labios—, no puedo creer que ella se rindiera de esta manera y... —no pudo evitar mirar el nombre de su hermano—, mi hermano... e-ella le quiere dejar la herencia —negó con la cabeza—, me parece increíble —sonrío sin humor alguno—, ella siempre dijo que nunca de los nunca, iba a dejar a Jindae la herencia.

—Pues esa anciana no cumple con su palabra —dijo Jungkook mientras colocaba sus manos detrás de su cabeza—, además el hecho de que ella se rindiera solamente puede significar una cosa.

—¿A qué te refieres? —pregunto Seokjin.

—Que ella seguramente ya siente que esta a punto de morir —comento Jungkook—, solo piénsenlo, ¿por qué hay tanta urgencia de dejar la herencia a uno de sus nietos?

—Mi abuela es precavida —menciono Yoongi, ganándose la atención de los alfas—, ella siempre decía que todo debía de ser prevenido antes que lamentable, aunque es cierto que últimamente había mencionado mucho su testamento además de su posible muerte, aunque mi padre siempre le decía que eso si podía suceder, sucedería en un tiempo más largo... quizás —miro a Jungkook—, no estés tan equivocado.

—En ese caso esto se convierte en un problema mayor —dijo Jimin—, la muerte de tu abuela dará a conocer al nuevo heredero de la familia Min, y sinceramente, es alguien que no merece nada de esto.

—¿Por qué lo mencionas? —Yoongi pregunto—, mi hermano es tan merecedor de la herencia como lo soy yo.

—Sí —hablo esta vez Taehyung—, pero aquí el problema es que no estás allí, y que por lo visto tu hermano quiere quedarse con todo eso.

—No me importaría sí él se quedase con todo, el dinero jamás me ha...

—¡Sabemos que no te interesa! —exclamo Namjoon, todos lo miraron, pero él solo miraba al omega—. Pero el punto aquí no es tu interés por seguir con la suma millonaria de dinero, sino que es por él que estás aquí.

—¿Por qué sigues pensando que es culpa de Jindae? —levanto la voz el omega—. Quizás estés equivocado.

—¿Qué te hace pensar que es así? —Namjoon soltó un leve gruñido—. ¡Joder, Min Yoongi! —Namjoon levanto la voz—. ¡Ya es hora de que salgas de esa burbuja de fantasía en la que crees que todo el mundo son buenas personas!

—No tienes porque gritarle, Namjoon —hablo Seokjin—. No es momento de discutir.

Yoongi no supo que decir, esto era una locura, no pudo evitar que los recuerdos de la ultima noche en casa pasarán por su cabeza, pensó en Jindae, en como esa noche en especifico hablaron amenamente, en como ambos pudieron disfrutar de un momento con una deliciosa taza de té... ese té... la infusión parecía normal, sin algún sabor que le indicará que había algo malo, pero ¿y sí Namjoon tuviera la razón?

—Afirmas que mi hermano fue el culpable de toda esta situación solamente para quedarse con la herencia, ¿es correcto? —Yoongi miro seriamente a Namjoon, quien le regalo un asentimiento.

—Así es.

—¿Y cómo piensas demostrar algo como eso? —Yoongi aparto la mirada—. Aunque fuera cierto, ni siquiera hay algo que compruebe que tus sospechas son correctas, la única prueba es que yo estoy aquí y que fui testigo de la ultima noche que estuve en mi casa, pero no más... ¿cómo piensas probar algo así cuando ni siquiera hay suficientes pruebas para saber si acaso Jindae es culpable?

—Fácil... —Yoongi frunció levemente el ceño al escucharlo.

—¿Qué?

Namjoon le regalo una sonrisa al omega, una que decía claramente que tenía algo entre manos, una que evidenciaba que se encontraba en buena posición para decir de una vez por todas lo que tenía planeado para así demostrar que sus teorías son ciertas.

—Te llevaremos de regreso a Seúl —sentencio Namjoon, haciendo que el silencio entre los alfas se impusiera.

...

El funeral fue pequeño, solamente las personas más cercanas a la familia Min habían asistido, y en este momento en el jardín principal de la casa se encontraba una pequeña reunión, todo el jardín estaba siendo ocupado por personas con sus mejores ropas, los hombres fuesen alfas u omegas lucían trajes de color negro, mientras que las damas alfas y omegas utilizaban vestidos elegantes del mismo color, su abuela recibía amablemente las condolencias de los invitados mientras todos se concentraban en hablar en voz baja sin ninguna clase de animo por sonreír o burlarse.

—Hipócritas —menciono Jindae mientras miraba desde una de las habitaciones la escena que se estaba dando frente a él, sonrío levemente—, todas esas personas en lo único que piensan ahora mismo es, en como la señora Min dejará en manos ajenas todo el dinero —una risa nasal escapo de él.

Llevo la copa que sostenía en su mano derecha hacia sus labios, sorbiendo el leve dulzor y acidez del vino tinto, soltó un pequeño resoplido satisfecho por el sabor, que era tan dulce como comer un racimo fresco de uvas, sonrió importándole poco si alguien más le miraba.

—Solo una semana más —comento para él mismo—, y todo esto —no evito mostrar sus dientes mientras sonreía—, será tan mío...

Dejo de mirar la ventana para comenzar a caminar por la habitación, sus pasos eran levemente silenciados por el alfombrado suelo, mientras su sonrisa se ensanchaba a cada paso que daba, todo su plan había salido perfecto, nada podía arruinarlo, ni siquiera el más miserable acontecimiento del planeta lo haría.

—Todo marcha tal cual —soltó una pequeña risa—, solo es cuestión de tiempo, y... en cuanto esa maldita anciana me entregue todo lo que por derecho me corresponde, la mataré... ¡ella dejará de ser un obstáculo más en mi camino! —detuvo sus pasos al mirar un retrato al oleo de él, su madre, su odioso padre y a su hermano, giro sobre sus talones dando media vuelta, y levanto la copa hacia el retrato de forma burlona—. ¡Salud!

Y sin más acerco de nuevo la copa a sus labios dándole un largo sorbo, terminando por completo con el líquido, y en cuanto lo hizo, no dudo en soltar un sonoro resoplido, gustoso por el alcohol ingerido.

—¡El vino jamás supo tan dulce como ahora! —miro el rostro de su hermano en aquel retrato—. ¡Muchas felicidades por tu funeral, mi querido hermano!

Su risa se escucho por toda la habitación, pero por supuesto nadie más se percató de esto.