-O31-
El único sonido que se encontraba en ese momento en su habitación era el sonido del reloj, el segundero marcando con ese pequeño y estruendoso ruido repetitivo no le estaba ayudando en nada a sentirse tranquilo, la jaqueca que se estaba generando era cada vez mayor, su boca le sabía excesivamente amarga mientras seguía procesando las estúpidas palabras de aquella anciana, esa mujer en verdad lo detestaba con todas sus ganas, se lo había dejado muy en claro con sus acciones, pero no permitiría que se le arruinará la fiesta, no señor.
Jindae no era estúpido.
Sonrió en grande, algo había de bueno en las palabras de la mujer, y era que tenía el tiempo suficiente para encontrar huesos, huesos que serían perfectos para hacerlos pasar por un cadáver, el cadáver de su hermano Yoongi, después de todo a los idiotas que contrato aquella noche jamás le dijeron en donde esconderían el cuerpo de su hermano muerto, y ese había sido el trato, no lo conocían, y él no los conocía a ellos.
Pero ahora el problema era el cadáver, debía encontrar los huesos de inmediato, y pagar a un medico forense para que fingiera demencia y dijera que el cadáver era de Min Yoongi, aunque fuera una vil mentira, pero todo el esfuerzo que haría sería recompensado, seis meses y dos semanas más para completar su plan, es el tiempo perfecto para llevar a cabo todo y que salga impecable, tan impecable que ni siquiera su tonta y vieja abuela notará algo.
Una risa poco contenida de su parte escapo de sus labios, era perfecto, Jindae se sentía sumamente orgulloso de él mismo, su plan era perfecto.
¡Todo era perfecto!
...
Sus labios se separaron en un chasquido, y Yoongi pudo dejar de retener la respiración, Jimin se alejo un poco de su rostro, pero no dejaba de estar dentro de su espacio personal, el aroma del alfa era levemente intenso y Yoongi podía sentirlo, su corazón no dejaba de latir en desenfreno, aquel chico que lo había salvado y lo había acogido en su hogar ahora lo había besado, ¿qué debía hacer? Recordó el beso que Namjoon le había robado, y no pudo evitar compararlos.
El beso que le había dado Namjoon había sido levemente más brusco, y fugaz, casi como si no quisiera que sus labios se tocasen, pero a la vez quería tener un contacto con ellos durante un par de segundos, en cambio Jimin, él había sido delicado, apenas sus belfos se rozaron, no dudo en aprisionarlos con suavidad, como si temiera que él lo rechazas, la delicadeza con la que le robo aquel beso había sido como si él hubiera acercado una rosa a sus labios.
Jimin soltó un suspiro en cuanto se separo de Yoongi, no dudo en mirar al omega a los ojos, no mentía al decirle que le gusta, amar a primera vista no era algo típico, inclusive si sus compañeros lo vieran ahora se reirían de él, el amor a primera vista no existe, ni siquiera para él, pero... cuando vio a Yoongi aquel día, vulnerable y a punto de ser llevado por alguien más, no lo pensó mucho, jamás en su vida había actuado de esa manera y eso inclusive lo hizo sentir miedo, el omega se estaba siendo parte de su vida sin que él lo supiera, y eso le gustaba, pero le daba miedo sentir esa alegría por tenerlo cerca y querer protegerlo a toda costa, quizás se estaba volviendo loco, o solamente estaba sintiendo lo que jamás creyó lograr sentir por un omega.
Las manos de Yoongi fueron directamente hacia su propio rostro, cubriendo sus labios y sintiendo como el calor volvía a su rostro enrojeciéndolo, el alfa no pudo evitar reír ante la reacción del omega, esperaba inclusive una bofetada, pero ver avergonzado al omega era un regalo muy grande de parte de la luna, y lo agradecía.
—No tienes de que avergonzarte, omega —dijo Jimin en voz baja.
La voz rasposa de Jimin hizo que Yoongi se sintiera pequeño, ser besado por dos personas distintas cuando ni siquiera ha sido besado desde antes le parecía extraño, sentir sus labios siendo presionados por otros ajenos le parecía una sensación extraña, pero que le gustaba, no lo admitiría en voz alta, pero en verdad le había gustado poder sentir ese contacto, tanto con Namjoon como con Jimin.
—Te ves lindo —Jimin acerco su mano hacia el rostro del omega, acaricio con la punta de sus dedos la tersa mejilla hasta bajar a las manos del omega y tomarlas por las muñecas para hacerlo bajarlas y que dejaran de cubrir sus labios—, perdona si es que te molesto lo que hice.
—N-no —dijo Yoongi, pero cerro la boca rápido, apretó los labios, su rostro ardía demasiado—, es decir... yo... —Jimin no evito sonreír al descubrir esa timidez en el omega—, no, no debes p-pe-edir disculpas...
Yoongi bajo la mirada, ¿por qué era tan difícil hablar? Trago saliva, era inevitable, había obtenido un beso, con Namjoon hubiera sido lo mismo, pero él lo dejo solo en la habitación, y él se había quedado analizando toda la situación por mucho tiempo, si Jimin lo hubiera dejado solo como Namjoon lo hizo en su momento, hubiera estado analizando lo que paso al igual que la ultima vez, soltó un resoplido, se sentía un tonto.
—Entonces —la voz del alfa logró sacarlo de sus pensamientos—, ahora sabes lo que siento por ti —Jimin le regalo una sonrisa.
—A-ah... —Yoongi carraspeo la garganta—, sí, l-lo sé...
—Me alegra que lo sepas —Jimin se dispuso a levantarse de su sitio, mientras que Yoongi seguía sentado sintiendo la vergüenza en su cuerpo a más no poder—, vamos, omega —Jimin extendió su mano hacia Yoongi, indicándole que la tomase.
El omega miro con detenimiento la mano del alfa, parpadeo un par de veces, ¿era correcto tomar su mano? ¿Eso es lo que él quería? Yoongi lo único que quería era hacerse bolita y encerrarse en su habitación para no salir en un par de días, aunque sabía perfectamente que esconderse no arreglaba nada, ni siquiera le haría olvidar los besos.
De sólo recordar aquella palabra sentía un revoltijo en su estómago, ¿qué significaba aquello? Apretó levemente sus labios antes de acercar su mano derecha hacia la mano que le extendía Jimin, y en cuanto Yoongi sintió la calidez de las manos del alfa, Jimin no dudo en tomar su mano con firmeza mientras Yoongi se levantaba.
—Hay que ir a cenar —dijo Jimin en cuanto Yoongi estuvo parado a su lado, el omega dio un corto asentimiento con la cabeza y ambos se dispusieron a entrar a la casa.
...
El alba apenas estaba anunciando su llegada, pero Taehyung ya estaba despierto desde hace casi una hora, conciliar el sueño no había sido fácil, no cuando vio claramente como los tres cambia-formas atacaban al señor Kang, estaba satisfecho con lo sucedido, pero le daba asco tener que mirar la sangre salir por el cuerpo, era repugnante, y más porque el aroma metálico parecía estar en el aire, pero al menos el trabajo había estado hecho, pronto en los periódicos no tardaría de salir la noticia de la muerte de aquel hombre.
Todos pensarían que se trataba de un ataque hecho por bestias, y es que Namjoon había sido especifico tanto con Jimin como con Jungkook, les había dicho que si mordían en distintas partes lograrían saber que fue un ataque de una manada de lobos, y eso fue lo que paso, Seokjin y él habían logrado atraer a una manada para que se acercaran al cadáver, no tardaron en comenzar a consumirlo.
Mantenía la flauta en sus manos, analizándola un poco, era vieja, con alguno que otro dibujo tallado por él mismo para no perderla, recuerda claramente cuando su madre se la regalo cuando tenía siete años, Taehyung siempre había soñado con tocar la guitarra, inclusive quería lecciones de piano, inclusive quería aprender a tocar el arpa o el violín, pero su madre no quería esos artefactos tan grandes dentro de casa, por lo que opto por darle una flauta, la decepción no tardo en llegar a él, y a pesar de que su madre lo reprendió por haber rechazado prácticamente el regalo, accedió a complacerla tomando clases para convertirse en un gran flautista.
Al menos le servía ahora para conseguir algo de dinero de las personas que amaban como tocaba, no era ser un gran flautista, con escenarios y multitudes de millonarios pomposos aplaudiéndole, pero al menos había dinero y personas mucho más honestas.
—¿Tocas flauta? —mordió el interior de su mejilla al escuchar esa voz, miro hacia la escalera, y allí lo vio, el omega estaba restregando sus manos sobre sus ojos, sus cabellos eran un desastre total, llevaba puesta una camisa de manga larga de color blanco, Taehyung noto que era más larga de lo normal, pues lograba cubrir sus piernas casi hasta las rodillas, no llevaba calzado puesto y sus delgadas y curveadas piernas blanquecinas se dejaban ver sin pudor alguno.
—¿Acaso no lo sabías? —pregunto Taehyung en voz baja, Yoongi soltó un largo bostezo—. Aún no amanece, ¿qué haces despierto?
—Me dio algo de sed —menciono el omega, el frio se colaba por sus prendas delgadas, pero no le importaba, siguió bajando los peldaños de la escalera hasta que sus pies tocaron sueño firme y comenzó a caminar en dirección a la cocina.
En cuanto Yoongi paso caminando al lado de Taehyung, el alfa no dudo en tomarlo por el antebrazo para jalarlo de nuevo y colocarlo frente a él, Yoongi trastabillo con sus pies, el jalón que Taehyung le había dado fue inesperado, sus ojos todavía se sentían pesados, pero no dudo en fruncir levemente el ceño y levantar el rostro para mirar al alfa a los ojos.
—¿Qué... sucede? —menciono Yoongi en voz baja.
El alfa miro al omega, cada uno de sus detalles, esos ojos gatunos que lo caracterizaban tanto, esas pequeñas pecas que podían ser perceptibles debajo de sus parpados, esas pestañas pequeñas que adornaban más su mirada, esos cabellos rubios cenizos tan sedosos, esas mejillas levemente abultadas, esa piel tersa y blanca como la luna, esos labios finos y de un tono rosa, Taehyung no entendía muy bien que era exactamente lo que le atraía del omega.
Quizás era esa actitud de entusiasmo, ese reacio que tenía al no querer regresar a casa porque no le interesaba su herencia, ese leve temor en su mirada cuando estaban demasiado cercanos, no entendía y jamás admitiría que le atraía ese omega, no sólo era ese aroma dulzón que no era para nada empalagoso, sino que se trataba de una fragancia especial, una que era dulce, pero no tanto como para hacerte estornudar, una que era tenue, pero que podías percibir perfectamente, Taehyung jamás admitiría que le gusta el aroma de ese omega, jamás diría que le parecía interesante, no sería capaz de decir que le interesa ese omega.
Y tampoco diría que vio justo el momento en que Jimin beso al omega, jamás admitiría que sintió rabia al ver a Park Jimin besando a ese dulce y lindo omega que fue con él a darle algo de comer, jamás admitiría que estaba completamente celoso de aquella escena.
—¿Tae? —hablo el omega sacándolo de sus pensamientos—. ¿Por qué gruñes?
El alfa contuvo su respiración, chasqueo la lengua, inclusive ese omega hacía que no se controlase en sus propias acciones.
—Por nada —contesto el alfa y soltó por fin al omega—, no te demores en tomar agua y ve a descansar, nos espera un largo día.
—Sí, está bien —dijo Yoongi mientras le regalaba una tenue sonrisa, pero Taehyung no correspondió aquella sonrisa, aunque Yoongi no necesitaba que lo hiciera—, ¿no dormirás más?
—No estoy cansado —menciono el alfa y comenzó de nuevo su camino—, no me esperen al desayuno.
—¿Quieres que te prepare algo para el camino?
—No —contesto Taehyung y siguió su camino—, gracias... —susurro por lo bajo antes de seguir hasta llegar a la puerta.
Necesitaba despejar su mente, tanto del beso que Jimin le había dado al omega como de esa extraña sensación al estar con el omega, detesta tener ese sentido de protección, pero jamás lo había sentido, ni siquiera cuando creyó encontrar al amor de su vida, así que ahora para él era extraño sentir esa terrible necesidad de proteger al omega con su vida.
Soltó un bufido interrumpiendo de ese modo el silencio, pero no se detuvo en su camino, necesitaba relajarse, necesitaba sacar toda esa furia que estaba conteniendo, no era su celo, pero en lo único que pensaba era en desquitarse con algún omega que se encontrase, siempre se le acercan, así que sería fácil, necesitaba sacar de sus pensamientos a Min Yoongi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro