La anciana mujer miraba con detenimiento los papeles que estaban justo frente a ella, para ella la decisión de dejar su fortuna a un bastardo estaba en las peores decisiones que ella pudo haber tomado en toda su vida, lamentablemente la perdida de su amado hijo y de su querido nieto, le hacían ver las cosas de otro modo ahora, pero a pesar de repasar más de dos veces el lugar en donde debía de hacer la corrección del documento, parecía que se negaba a poner algo allí.

—¿Señora Min? —la voz del beta que se encontraba presente allí hizo que dejase de lado sus pensamientos para mirarlo por breves segundos antes de regresar su vista a los papeles—. ¿Sucede algo?

—No —menciono la mujer—, nada en particular.

—En ese caso, ¿me va a permitir realizar la corrección?

La señora Min sabía que estaba tomando una decisión demasiado precipitada, su testamento ya había sido escrito y dejaba como heredero a Yoongi, pero la ausencia de ese chico hacía que todo se volviera inclusive mucho más complicado, tener que dejarle todo a su medio hermano, Jindae, era una locura para ella, y definitivamente no tenía ni siquiera las agallas como para dejarle todo a ese bastardo.

—No.

La respuesta dicha por la mujer hizo que el abogado elevase las cejas en sorpresa.

—¿Disculpe?

—No —volvió a repetir la mujer y dejo los papeles sobre el escritorio—, perdone que le quite minutos de su tiempo para atenderme —le regalo una media sonrisa—, pero no quiero hacer ninguna modificación a mi testamento.

El hombre no pareció del todo sorprendido con aquellas palabras, después de todo, había muchas personas que terminaban por sentirse arrepentidos de alguna clase de modificación en sus testamentos, pero había un detalle que no comprendía.

—Señora Min, usted menciono que su heredero principal había muerto —dijo el abogado—, y que por eso quería hacer la corrección al testamento.

—Sé lo que dije, buen hombre —menciono la mujer para después soltar un resoplido por la nariz—, a pesar de mis palabras, por alguna razón, algo me pide a gritos que no haga una modificación.

La mujer era una alfa, una de las que más temían en el lugar, y que tenía un instinto sumamente fuerte, no por algo había logrado todo lo que se había propuesto durante toda su vida, los errores jamás estaban en su lenguaje, ni siquiera en su vida, por esa razón, tener que hacer una corrección era como cometer el error más grande de su vida.

Puede que Jindae la haya persuadido durante estos últimos días, mencionándole que Yoongi no volvería porque estaba muerto y seguramente enterrado en alguna llanura del país, pero la señora Min, por más que escuchaba esas conclusiones no le parecían acertadas, era como si su instinto más interno le dijese que Yoongi estaba con vida, y que no debía hacer caso a las palabras de aquel chico. Ella no podía explicarlo de otro modo, pero definitivamente debía hacer caso a su instinto y no confiar en las malditas palabras de Jindae, lo sabía perfectamente.

—Cancele la corrección —menciono la señora Min—, y olvide que estuve aquí.

—Sí, señora Min.

...

—Dominado —canturreo Jimin haciendo que Taehyung frunciera el entrecejo y lo mirase de mala gana, Jimin soltó una risa al ver la furia contenida en Taehyung.

Era divertido verlo enojado, aunque la mayor parte del tiempo se encontraba del mismo modo, Taehyung siempre había creído que la vida no valía ni siquiera un centavo, aunque su perspectiva tan pesimista de todo se debía a su corazón roto, Jimin sabía muy bien que al ver como Taehyung se había colocado de una forma tan gentil ante Yoongi en aquella cena, eso solamente quería decir que Taehyung había sido completamente dominado.

—Si vas a molestar, será mejor que te largues —dijo Taehyung entre dientes, no estaba contento de querer recibir burlas de parte de los demás.

—No es para que te molestes —dijo Jimin, se acerco a él, estaban afuera de la casa, en la oscuridad que les regalaba la noche, un día más había terminado por fin—, pero todavía estoy curioso.

Taehyung dejo de mirar un punto fijo en el horizonte para pasar y concentrar su mirada en Jimin.

—¿Curioso?

—Sí —sonrió hacia Taehyung—, llegaste como si tu madre te hubiera puesto una reprimenda horrible —Taehyung rodo los ojos al escuchar sus palabras—, aunque Yoongi se veía muy feliz al verte presente.

Taehyung mordió su lengua en el interior de su boca, al recordar lo que había pasado antes de la cena, todavía podía sentir las manos del omega sobre su rostro, dando esas caricias que le hacían recordar a los momentos en que se sentía feliz, esos en donde te muestran cariño, un cariño verdadero, y no uno lleno de mentiras y falsedades, uno en donde podías sentirte cálido en cualquier momento del día, uno que podías recordar en tus días más tristes, uno que te demuestra el verdadero significado de amar. Taehyung jamás creyó que volvería a sentir esa sensación tan creciente en su cuerpo, pero admitía que volver a sentir ese tacto tan dulce le hacía querer volver a experimentarlo de nuevo.

—Sólo fue un momento de debilidad —menciono Taehyung.

—¿Debilidad? —pregunto Jimin entre risas—. ¡Vaya! No pensé que el amor fuera tu debilidad.

—Cierra la boca, Park —gruño en respuesta Taehyung—, no tienes por qué saber más.

Jimin sonrió, era extraño, Taehyung parecía que quería ocultar lo que estaba sintiendo en ese preciso momento, quizás se sentía demasiado herido todavía como para reconocer que le estaba empezando a gustar el omega.

—Sólo pienso que enamorarte no es una debilidad —Taehyung lo miro de soslayo—, ¿sabes? Cuando salve a Yoongi de Mark, no lo pensé mucho... de hecho ni siquiera pude descifrar el porqué salte en su auxilio, nunca lo hago.

Taehyung rodo los ojos.

—Seguramente te atrajo su aroma —dijo Taehyung—, es lo más normal, Yoongi tiene un aroma dulce...

—Sí, al igual que todos los omegas —era verdad—, pero Yoongi es —se encogió de hombros—, especial.

—¿Especial? —Jimin dio un asentimiento—. No tiene nada de especial, es un omega más.

—Sí así lo fuera, entonces ¿por qué te comportaste de ese modo con él?

Taehyung no supo que responder, la llegada del omega le había causado curiosidad, pero también le molestaba que estuviera un omega entre ellos, aunque era ridículo, muchas veces todos se iban en busca de omegas fáciles para poder tener una buena noche de sexo y los dejaban eso era todo, sus celos los pasaban de ese modo, y a pesar de que a veces comentaban que algunos aromas de los omegas eran relativamente atrayentes, el de Yoongi... su aroma podía hacerte delirar en instantes, era extraño, su fragancia te hacía querer protegerlo de todo, pero no sólo eso, si no que también querías conocerlo, y no en un ámbito erótico y lleno de lujuria y pasión, si no que deseabas algo más, y eso asustaba.

—No sé si tú lo sientas —menciono Jimin haciendo que Taehyung dejará sus pensamientos de lado—, pero... tengo una increíble necesidad de no querer apartarme de él en ningún momento, es como si me pidiera que me quedará con él sin siquiera pedírmelo —soltó un largo suspiro—, no es como los otros omegas, no se insinúa a nosotros, no pretende que nos acostemos con él, no nos desea...

—Es un recién presentado —dijo Taehyung—, un recién presentado no desea un alfa.

—Te equivocas —Jimin relamió sus labios—, no sabes cuantos recién presentados he tenido entre mis sabanas... Yoongi a pesar de su celo, ni siquiera dijo que lo tomará, y yo... solamente pensaba en protegerlo, ni siquiera Jungkook logró algo a pesar de que se insinuó ante él.

—¿Qué demonios significa esto? —pregunto Taehyung—. Es como si... fuera el destino.

—Quizás lo sea.

Ambos dejaron de mirarse para ver el paisaje frente a ellos, la oscuridad reinando en el lugar, mientras los grillos hacían frotar sus patas para crear música en la noche silenciosa, el ambiente era sumamente tranquilizante, aunque en la mente de Taehyung pasaban muchas cosas, ahora que Jimin le había hecho ver que todo lo que estaba pasando alrededor de Yoongi era sumamente extraño, no podía dejarse de preguntar si acaso era verdad, que el destino les tenía preparado la llegada de aquel omega. Era tan extraño que no se podían dar muchas explicaciones al respecto, parecía una fantasía.