Extra
Uriel
Me miro las manos, mejor dicho, me entretengo limpiándome las uñas.
El silencio es mi único acompañante desde que me metieron en esta maldita celda... hace un año.
Hace un año decenas de oficiales invadieron mi casa y capturaron a toda mi familia... matando a dos.
De solo recordarlo mis manos se vuelven puños y mis músculos se tensan. Levanto mis ojos de mis manos y los fijo en la puerta de mi celda, pero en realidad yo le llamo jaula porque no estoy encerrado entre barrotes, sino entre tres paredes de piedra maciza y una de cristal donde se encuentra la puerta.
Esta es una de las prisiones más resguardadas del mundo y nadie escapa de ella nunca. Si lo hacen acaban muertos.
Me pongo de pie y estiro mis brazos y hombros. Por lo menos este lugar es lo suficiente mente espacioso para poder moverme.
Un guardia pasa por enfrente de la pared de cristal y me le quedo viendo unos segundos.
La IFMB
Llevo el tiempo suficiente en este lugar para ya entender esas cuatro letras.
Inteligencia y Fuerza Militar Baely
Es una agencia secreta que se dedica a capturar a los más buscados del mundo. Tienen fuerzas por todo el universo y son muy poderosos. Tienen un entrenamiento demasiado exhaustivo que los hace estar preparados para todo.
Nos lo demostraron aquel día...
Yo vi todo...
Como aquella bala le atravesó el cráneo a mi hermano.
Como mi madre era esposada y brazos y piernas.
Como a Esteban lo dejan inconsciente.
Como mataron a mi padre a golpes...
Como tomaron a Tanit... sus gritos de agonía...
Maldito... tienes que hacer algo
Ya no le hago caso...
El sonido de unos pasos acercase captan mi atención. Me giro completamente hacia la puerta. Segundos después, cinco guardias aparecen delante de ella. Todos con la cara tapada con el mismo uniforme que tenían en mi casa. Todos con un rifle en sus manos.
Tan peligrosos nos ven que necesitan esos porquerías...
La sigo escuchando a diario, pero ya no tiene influencia en mí, ninguna... no como mi madre.
Uno de los guardias introduce un código en mi puerta y esta se abre lentamente. Los demás se ponen en posición y entran cuando está completamente abierta. Me ponen las esposas y cada uno de posa a mi lado.
El líder da pasos hacia mí y se queda enfrente de mí. —Tienes visita.
Arrugo las cejas.
¿Visita?
—Si haces algo...
—Ya sé lo que tengo que hacer, Mitard —lo llamo por su nombre. Odia que lo haga.
—Síganme
Los oficiales me empujan fuera de la celda y empezamos a caminar por el pasillo. Miro a la derecha sabiendo que él está ahí... y así es.
Esteban está pegado a la puerta y puedo leer sus labios al decir:
¿Qué pasa?
Yo le contesto:
Visita
Él arruga las cejas, pero lo pierdo de vista.
Cada vez nos acercamos a la sala de visitas, pero cuando estamos a menos de un paso seguimos de largo.
Pongo una cara de confusión.
Pasan unos minutos hasta que Mitard se detiene delante de una puerta e introduce un código que no logro apreciar.
La puerta se abre y todos entramos.
Me empujan hacia abajo y caigo sentado en una silla. Esposan mis manos a la mesa que tengo delante y todos lo oficiales salen menos Mitard.
—¿Qué? —pregunto.
No dice nada y sale con los demás. La puerta se cierra dejándome en solo de nuevo. El silencio vuelve a ser mi única compañía.
Suelto un suspiro de resignación. ¿Para que demonios me traen a está sala si no es de visitas? ¿Para aniquilarme como supuestamente prometieron aquel día?
El sonido de una puerta siendo abierta me saca de mis pensamientos, levanto la vista hacia ella, pero sigue cerrada.
Arrugo las cejas al ver que hay otra puerta al otro lado del cuarto.
Giro mi cabeza hacia allá...
No...
No... esto no... no es real...
Mi visita camina hasta quedar frente a la mesa y se sienta en la silla.
Se acomoda y una sonrisa aparece en sus labios pintados de rojo. Sus uñas rebotan en la mesa haciendo un sonido que me estresa demasiado. Sus ojos me miran fijamente. Sube una de sus piernas sobre la otra. Tiene toda la ropa de color negro y esta se le pega al cuerpo como una segunda piel.
Addison
—Hola —dice con una sonrisa en sus labios.
Me quedo callado.
Hace años que no la veo y ¿ahora se digna a aparecer?
Niego con la cabeza lentamente.
—¿Qué haces aquí? —pregunto bruscamente.
Ella se lleva una mano al pecho.
—¿Así me recibes? ¿Después de casi siete años sin verme?
No le contesto...
En ella puedo ver claramente a Jared. Son iguales, solo les cambia el género...
—¿Qué quieres, Addison? —digo poniendo mis manos en puños.
Su expresión se vuelve seria de un segundo a otro. Se levanta de la silla y pone sus manos abiertas sobre la mesa, se recuesta sobre ella y me mira fijamente a los ojos.
Puedo ver como aprieta los dientes y las venas de sus ojos se vuelven más visibles.
Suelta una respiración por la nariz antes de hablar.
—Si le hago caso ahora mismo a mi locura estarías bien muerto, ¿lo sabias? Pero que bueno que la controlo yo.
Alza una de sus manos y la dirige a mi rostro. La esquivo moviendo la cabeza fuera de su alcance.
—No seas grosero, Uriel —dice y vuelve a sonreír.
—Contigo no se puede ser bueno, Addison.
—Me alegra saber que lo entiendas —dice y vuelve a llevar su mano a mi cara.
Esta vez me toma por la barbilla con fuerza.
—Estás más delgado... ¿Qué te dan de comer aquí?
—No te importa... y suéltame...
—Ay ya... él más delicado...
—No lo voy a preguntar otra vez, Addi...
—Solo vine a verte... y a decirte que todos en Dalia quemaron nuestra dulce mansión... quemaron todo. Cada centímetro de la casa... incinerada. ¿Y sabes qué? Yo estuve allí y vi todo ese espectáculo. Fue hermoso.
—De verdad que tú si que estás loca, nos ganas a todos.
Sus ojos caen en mí y en ellos puedo ver el odio que siente hacia cada uno de nosotros.
—Ustedes me hicieron así de loca, psicópata, asesina, insensible y todo lo malo que pueda haber en este mundo. Ustedes fueron los responsables de que yo sea así, pero no me quejo, les agradezco haberlo hecho, porque así puedo ver como es el mundo real. Cruel, despiadado, horrible y miles de adjetivos más, pero si los digo todos no termino... —se queda callada para tomar aire y suelta un largo suspiro—, ustedes crearon a dos monstros más fuertes que ustedes mismo y nunca se dieron cuenta... —acerca su rostro al mío—, los adoro por eso, porque son unos iditas ciegos por la sangre. Pero el odio que siento por ustedes en mayor y ya pronto lo van a sentir... pronto. Sacaré al otro monstro de su jaula y puedo apostar que siente lo mismo que yo hacia todos Los Blake... su tiempo en este mundo se acabó —dice caminando de vuelta a la puerta—, no falta mucho para que sufran de verdad, querida familia... y mi compañera, que su nombre empieza por T, me ayudará.
—¡No! ¡Addison, ni se te ocurra sacarla de allí! Ella es...
—El otro monstro —dice y cruza la puerta cerrándola detrás de ella.
Siento la furia recorrer mi cuerpo completo... no la puede sacar de allí, o sino estaremos en serios problemas.
Ella no.
Tanit no.
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