Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 49


          Alina

  Suelto un suspiro y me paso las manos por el pelo despeinándolo. Me miro en el espejo que tengo en frente y me fijo en que el color natural de mi cabello ya está haciendo presencia.

Me toco las raíces suavemente y una pequeña sonrisa decora mi rostro. Hace mucho tiempo que no veo ese color en mi pelo.

Hace poco decidí dejármelo crecer y nunca más volver a teñírmelo. Que se joda André y también lo que me hizo firmar en contra de mi voluntad. Yo soy la única que puede decidir sobre mi vida y mis decisiones.

Observo mi costado, específicamente el tatuaje que yace ahí. Es una serpiente que va desde el medio de mis costillas hasta mi cadera. La recorro son el dedo y mi sonrisa crece aún más.

Este fue uno de los pocos tatuajes que se salvaron y lo agradezco. Este fue el primero que me hice, aún recuerdo cuando me desmaye por el dolor.

Una leve risa escapa de mis labios y me giro tomando mi ropa. Me la pongo y salgo del baño. Mi habitación está algo desordenada, pero no le doy importancia. La recojo después.

Eso es lo que llevas diciendo desde hace meses...

Me paralizo.... ay no.

Inhalo una profunda respiración y la suelto lentamente. No la puedo escuchar, tengo que ignorar...

¿A quién ignoras?

Muevo mis hombros para adelante y para atrás estirándolos.

Sacudo la cabeza con la intención de dejar de escucharla, pero hoy está muy exigente.

Escúchame...

Escúchame...

Escúchame...

Escúchame...

Cierro los ojos y camino hasta la puerta que empujo saliendo de mi habitación. Camino sin rumbo fijo tratando de ignorar a esa maldita voz en mi cabeza. Sé que puedo hacerlo; lo hago desde bastante tiempo.

Suelto una larga respiración por la boca y estoy tan sumergida en mis pensamientos que no me fijo que hay alguien frente a mí.

—Auch. —Escucho.

Miro al suelo y veo a Beth tirada en él. Ella se va poniendo de pie y lleva una de sus manos a su espalda baja.

—Lo siento. No te vi, Beth —me disculpo.

—Ah... no te preocupes —dice haciendo un gesto con su otra mano—. Todo está bien, solo me caí muy fuerte sobre mi espalda... me molesta un poco nada más.

—¿Segura que estás bien? —le pregunto.

Ella asiente.

—Sí —me mira a los ojos y arruga las cejas—. ¿Tú estás bien?

Abro la boca para decir que sí, pero ninguna palabra sale de mi ella. Hace días que no duermo ni como bien, es obvio que debo tener unas ojeras muy notorias y estar algo más delgada.

—Ehmm... sí... sí es solo que no he dormido bien en estos días. —Realmente no miento.

—Oh, ¿segura?

—Sí, no te preocupes —digo asintiendo.

Beth abre la boca para decir algo, pero una voz a nuestra derecha nos interrumpe.

—¡Beth! Ahí estas, te estaba buscando. —Es Keisha.

Ella llega hasta nosotras y se queda quieta al verme. Me dedica una hermosa sonrisa. Le devuelvo el gesto, pero ella arruga las cejas.

—¿Estás bien, Fabi?

—Sí... Beth me acaba de preguntar lo mismo.

—Es que, no sé, te ves cansada —dice mirándome a la cara.

—Lo estoy... no he dormido mucho últimamente —cometo de nuevo.

Ella hace leves asentimientos.

—Ahh... ok. Pues me llevo a Beth que tenemos tareas, muchas tareas, que hacer. Que pases un lindo día —dice antes de tomar a Beth de la muñeca e irse por donde mismo vino.

Arrugo las cejas confundida. Las sigo con la mirada hasta que salen del pasillo cruzando a la derecha.

Suelto un suspiro al darme cuenta de que ellas lograron distraerme y dejé de escuchar a la maldita voz. Ya estoy algo más calmada... creo

—A veces pienso que huye de mí —comenta Jared de pie al lado de la ventana.

—¿Por qué? —pregunto sentada en el suelo.

—Porque siempre desaparece cuando —se gira hacia mí—, cuando... ya sabes...

—¿Lo hacen? —suelto y el asiente.

—Sí... ¿estará arrepentida? —pregunta con el ceño fruncido.

—Mmmm... no lo creo, sé que es un tema serio lo que le ocurrió, pero dudo que esté arrepentida —me quedo callada por unos segundos—, ella ya no es la misma.

Veo como hace leves asentimientos mirando a la nada.

—Otro que desapareció fue André —comenta captando toda mi atención.

—¿En serio?

Asiente.

—No sé si fue que huyo o Tanit lo tiene —dice cruzando los brazos sobre su pecho.

—Me gustaría más la segunda opción —digo con una sonrisita en los labios—. ¿Sabes? Antes me caías mal —suelto de la nada haciendo que él arrugue las cejas.

—¿Por qué dices eso ahora?

Me encojo de hombros.

—Porque sí, fue un impulso —digo restándole importancia.

Escucho una corta risa.

—Lo mismo digo... ¿y ahora te caigo bien? —pregunta en tono burlón haciendo que entrecierre los ojos en su dirección.

—Pues un poco... aún tengo algo de odio hacia ti —confieso.

—Estamos iguales...

La frase se queda en el aire al escuchar unos toques en la puerta. Ambos nos miramos con el ceño fruncido. Él se acerca a la puerta y tarda unos segundos en abrirla.

—¿Estas ocupado? —escucho la voz de Uriel.

—No... ¿Qué pasa?

—¿Has visto a André? —dice entrando en la habitación—. Lo estoy buscando por todos lados, pero ese mal nacido no aparece. Y hoy teníamos planes importantes.

—¿Qué tan importantes, Uriel?

Ambos se quedan callados mirándose a los ojos fijamente hasta que Uriel suelta un suspiro.

—Íbamos a ir al... al refugio.

Con esas palabras Uriel hace que toda mi atención este sobre él. Arrugo las cejas y cruzo los brazos sobre mi pecho. Doy pasos hasta estar cerca de él.

—¿Cómo que al refugio?

El refugio es el lugar donde yo crecí, el lugar que mi madre encontró, el lugar donde viví muchos años de mi vida.

Uriel dirige sus ojos hacia mí antes de hablar.

—Teníamos pensado... pasar por allí y...

—¿Y qué? —le pregunto sintiendo el enfado crecer en mí.

—Divertirnos un rato, Alina —suelta las palabras muy rápido.

—¿Y tenía que ser en el refugio?

—Pues sí, allí la policía nunca va y nunca investiga. Siempre los deja de lado —dice poniendo sus brazos sobre su pecho.

—Ah —suelto un suspiro.

—Bueno, ya basta —dice Jared haciendo que Uriel y yo lo miremos—. Y no, no hemos visto a André desde hace un tiempo.

Uriel suelta un bufido y se lleva las manos a la cabeza. Tiene los ojos cerrados y respira profundamente. Sus manos suben hasta su pelo y sacude la cabeza.

—¿La estás escuchando no?

Él me mira.

—Sí y lo odio. En estos últimos días ha estado insoportable. Mencionando a Amira una y otra vez... —dice las palabras cada vez más bajas.

Un silencio se instala en la habitación. Ninguno dice nada, solo pasamos nuestra mirada del uno al otro.

—Me voy —dice Uriel, pero justo cuando va a abrir la puerta. Un pequeño sobre se desliza por debajo de esta.

Los tres posamos la mirada sobre el extraño objeto. Uriel se echa para atrás y Jared arruga las cejas.

—¿Qué es eso? —pregunto acercándome.

—Ni idea. —Escucho a Jared.

Me agacho y lo tomo con cuidado, no tiene nada sospechoso, solo es un pequeño sobre.

Me acerco de nuevo a los chicos con la vista fija en el objeto que tengo en las manos.

Arrugo las cejas al ver pequeñas gotas de sangres en él.

—Ábrelo —me dice Jared.

Lo miro por delante y por detrás para luego empezar a abrirlo. Dentro hay un papel con solo una oración.

Los invito a ver el espectáculo, los espero en el sótano... ya saben cuál.

—¿Qué dice? —pregunta Uriel.

—Los invito a ver el espectáculo, los espero en el sótano... ya saben cuál —leo lo mismo que está en el papel.

Ninguno dice nada, el silencio nos rodea.

—¿A qué se refiere? —pregunta Uriel acabando con el silencio.

—No tengo idea —contesto.

Jared suelta un suspiro.

—Yo sí.

Uriel y yo lo miramos antes de que hable.

—Es Tanit... sé que es ella. El sótano, se refiere al lugar donde por poco la mato —dice posando sus ojos en su hermano y este se tensa.

—¿Y qué quiere decir con esto? —pregunto.

—No lo sé... habrá que ir al sótano.

  Con esas palabras empieza a caminar hacia la puerta y sale de la habitación muy bruscamente. No lo pienso dos veces y lo empiezo a seguir; puedo escuchar los pasos de Uriel detrás de mí.

No toma mucho tiempo cuando Jared se detiene delante de una pared. Toca en un lugar en específico y una puerta se abre. Yo nunca la había visto.

—¿A ustedes también les llego?

Los tres nos volteamos al escuchar la voz de Jenifer a nuestras espaldas. A su lado se encuentra Esteban.

—Sí —le contesta Jared entrando por la puerta.

Lo sigo con algo de cuidado, no quiero encontrarme sorpresas. Miro para todos lados, pero no se ve nada por la poca iluminación. Lo que sí noto es un olor nauseabundo que hace que tape la nariz y contenga las arcadas que me llegan.

La escalera acaba y tocamos en suelo, esto es muy grande aquí abajo, pero todos sabemos a donde tenemos que ir.

La única que luz que es visible está a pocos pasos de todos nosotros.

—Si esto es una trampa... —dice Jenifer

—No te preocupes... que es todo menos eso —comenta Jared y da pasos lentos hacia la luz.

Yo me quedo quieta por unos segundos. Veo a mi derecha a Esteban caminar de una manera que me deja saber que está super alerta a cualquier cosa.

Acelero el paso y alcanzo a Jared, pero justo cuando llegamos a la luz... nos quedamos de piedra.

Es André.

Amarrado a una silla de madera rota. Su cara está bañada en sangre, su ropa igual... bueno... la poca que tiene. En su frente hay una herida y la sangre sale de ella y esta se desliza por su frente. Su pecho sube y baja muy rápido.

—¡¿Pero que mierda?! —grita Esteban.

Me fijo en Jared y luego en Jenifer y Uriel. Los tres miran a André con los ojos abierto de par en par. Jenifer traga saliva y puedo ver como la ira aparece en sus ojos.

Vuelvo mi vista a donde está André, pero un sonido detrás de él capta la atención de todos.

Son pasos...

  Poco a poco una silueta aparece de entre la oscuridad. Camina muy tranquilamente hacia nosotros. No me sorprende cuando Tanit sale completamente de la oscuridad y es iluminado por la única luz en este lugar. Su expresión seria rápido se convierte en una sonrisa de lado. Su ropa está llena de sangre. Una de sus manos sostiene un cuchillo que gotea ese liquido carmesí que todos saben a quién pertenece.

—Bienvenidos —dice y se posa delante de nosotros—. Están a punto de presenciar un evento —suelta un suspiro y gira su cabeza para mirar a André— que llevo esperando mucho tiempo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro