Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37


  —No entiendo —digo con mi mirada fija en Alina—. ¿Qué quieres decir con que me deje contagiar?

Ella suelta un suspiro y puedo ver como la preocupación crece en su mirada.

—Es mejor que te sientes si te voy a contar esto —dice señalando la única camilla que queda en pie.

Me siento en ella y Alina se acerca para hacer lo mismo. No sé porque de repente empiezo a sentir una ligera desconfianza hacia ella en estos momentos.

—Pues... ¿por dónde empiezo?

—Por el principio —suelto algo cortante cruzándome de brazos.

—Pues... te dejaste contagiar significa que... que mientras estabas muy cerca de un Blake sentiste emociones tales como la sed de venganza, odio, ira... todas esas emociones que no traen nada bueno.

—¿Pero de que me contagie? Yo me siento muy bien, a pesar de todos los golpes que tengo.

Ella niega con la cabeza.

—No es nada físico... es más bien mental —dice y se pasa las manos por la cara— Se llama la Locura Blake, eso es de lo que te dejaste contagiar.

Arrugo las cejas ante sus palabras.

—No tiene sentido lo que dices, la locura no es contagiosa.

—Esta sí.

—¿Y entonces por qué tú no la tienes?

Con esas palabras la dejo sin habla.

Arrugo las cejas y la miro fijamente.

—¿También la tienes? —pregunto.

—No, yo no la tengo —dice sin mirarme a los ojos.

Y en ese momento es cuando recuerdo que yo tenía una pregunta pendiente que hacerle a ella.

—¿Cómo es que estas viva?

Su mirada rápidamente cae en mí y arruga las cejas.

—¿Qué?

—¿Qué cómo es que estas viva?

—¿Por qué lo preguntas?

—Hace, no sé cuánto tiempo, me habías contado que André te puso el Rerter y tú me habías dicho que al que él le pone esa cosa no vive para contarlo... ¿Cómo es que estas viva, Alina?

Al parecer la deje con la boca abierta por que ella intenta hablar, pero ninguna palabra sale de su boca.

—Pues... realmente la razón es simple —dice desviando la vista a las cosas que hay por el suelo.

—¿Cuál?

—Pues porque a mí me lo quitaron en un hospital. Un cirujano logro quitármelo sin dañar nada que fuera importante.

—¿No tenías frito el cerebro entonces? —pregunto y la imagen de Maya llega a mi mente.

—Porque me encontraron a tiempo, ¿Por qué de la nada estás haciendo estas preguntas, Tanit?

—Quiero respuestas, ya no más misterios. Me lo vas a contar todo, todo lo que tenga que ver con esta podrida familia... ¿oíste?

Ella asiente antes de empezar a hablar.



  Por lo que entendí, la Locura Blake no es más que una voz en tu cabeza que hace que tengas repentinos ataques. Por eso es que la familia nunca sale de su casa, porque los ataques llegan sin aviso y que estén en la calle y les de uno, sería su fin.

Esta locura resulta ser contagiosa al parecer. Suena estúpido, pero lo es. Y la manera más sencilla de contagiarse es estar cerca de un Blake y sentir emociones negativas hacia él. No puedo creer que Alina no la tenga, porque que yo sepa ha sentido odio e ira cerca de André e imagino que de algún otro hermano. Y, al parecer esta locura le pega diferente a quien la tenga, a unos más fuerte que a otros. Alina me dijo que en ese caso entraban André y Gabriel. Ellos no podían hacer otra cosa que no fuera hacer sufrir a alguien. La locura abarca todo su ser y no se pueden controlar.

  Los menos afectados por la locura eran Esteban y Uriel, pero al igual le daban ataques incontrolables. Gabriel siempre anda escondido en una habitación muy profunda, lejos de cualquier acceso al aire libre. Si André es como es, no me quiero imaginar al padre.

Y ahora la tengo yo. Alina dice que aún es muy temprano para saber cómo me va a pegar, pero puedo deducir en su voz y en su mirada llena de preocupación que no muy bien.

  Ahora sé que lo que tuvo Jared cuando nos estábamos besando hace unas horas fue un ataque que no podía controlar. La señora Blake también tuvo uno estando conmigo ahora que lo recuerdo.

Por mi mente pasa algunas escenas que viví encerrada, pero hay una que no le he contado a Alina.

—Alina... ¿recuerdas que cuando

En ese momento la puerta de la enfermería es abierta y Jared entra por ella, pero se queda estático al ver el desastre que hay aquí dentro.

—¿Qué paso aquí? —pregunta dirigiendo sus ojos a mí.

—Que tu querido hermano entro en búsqueda de tu chica con intenciones de matarla tal vez —le contesta Alina con ironía en la voz.

Él voltea los ojos y se acerca mientras también endereza dos de las tres camillas que están patas arriba.

—Lo tiro al suelo todo, perdimos cosas muy esenciales para Tanit —dice mirando el suelo lleno de medicamentos derramados y material de medicina roto.

—Eso pensé, pero podemos recuperarlo y no es que Tanit se esté muriendo del dolor... ¿o sí? —me pregunta poniéndose de pie.

—Pues la verdad no, siento molestias y eso al caminar, pero no dolor, sí siento dolor, pero no tan fuerte... ¿me entienden? —digo y cuando los miro veo que ambos tienes sonrisas en sus caras.

—¿Qué es tan gracioso?

—Tú —dice Alina.

—Si, tú —repite Jared.

Y yo solo ruedo los ojos.

  Un silencio denso se instala a nuestro alrededor haciendo que empiece a mirar entorno tratando de encontrar algo de lo que hablar. Pero Alina se adelanta.

—Creo que será mejor que me vaya —dice caminado hacia la puerta, pero se detiene al lado de Jared—. Tienes que hablar con ella, ya.

Y con solo esas palabras creo que él lo entendió todo porque sus ojos diferentes caen en mí y arruga sus cejas.

—¿Tienes...?

—Sí...

Él da una profunda respiración antes de asentir. Alina se despide y sale de la enfermería dejándonos en un entorno muy pesado, y puedo llegar a decir, incomodo.

Yo aún estoy sentada, pero dedico bajas mis piernas porque ya se me estaban durmiendo en la posición en la que estaban. Alzo la mirada y puedo ver que Jared ya está muy cerca de mí. Hace lo mismo que hace unas horas y se pone entre mis piernas y toma mi cara entre sus manos.

—No va a ser fácil...

—¿Qué?

—Lidiar con esa voz que ahora va a vivir en tu cabeza —dice golpeándome la frente con su dedo índice.

—¿Por qué la tienen? —pregunto curiosa.

—No lo sé la verdad, todos nacimos con ella y no sabemos de su origen, no sabemos si es de hace años o si se originó hace poco, solo sabemos que es un dolor de cabeza... literalmente.

Hago pequeños asentimientos antes de preguntar.

—¿Y... como sabes que te va a dar un ataque?

—Pues la escuchas... a la voz —dice pegando su frente con la mía. Yo cierro los ojos ante la sensación.

—Te dio uno hace rato, ¿verdad? —le pregunto.

—Sí

—¿Y qué haces cuando...

—No lo sé, nunca recuerdo que hago cuando estoy en pleno ataque, pero mis hermanos dicen que me descontrolo a tal punto que tienen que encerrarme, eso es en algunos casos... no siempre.

—¿Me va a pasar a mí? —pregunto ahora con un poco de miedo en la voz.

—Puede que sí y puede que no, es depende de cómo la recibas.

—¿Y cómo se...

—Shhh... ya basta de preguntas por ahora —me interrumpe poniendo un dedo encima de mis labios.

—Pero es que tengo muchas dudad —admito.

—Lo sé, y con el tiempo todas se aclararán, pero ahora quiero que hagas una cosa.

—¿Cuál?

Veo como mete su mano en el bolsillo de su pantalón y saca mi teléfono.

—Quiero que llames a tu madre y le digas que todo está bien, para que deje de preocuparse. Alina y yo hemos estado hablando con ella todo este tiempo, pero ya está histérica. Hasta nos amenazó con decirle a la policía que estas secuestrada en esta casa. Y la verdad yo no quiero problemas con la policía.

Asiento lentamente:

—Está bien —le digo y me tiende el teléfono.

  Entro en llamadas y marco el número de mi madre. Dos tonos después escucho su voz y algo en mí se tranquiliza. Me pregunta si estoy bien, que qué había hecho todo este tiempo que ni siquiera podía hablar con ella y la única excusa que encuentro fiable es que estaba muy cansada esos días por el trabajo.

Ella vuelve a decirme que vuelva a casa, pero yo me niego, aunque la oferta sea muy apetecible. Luego de decirle como veinte veces que todo está bien, la llamada se termina.

No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que Jared paso su pulgar por mis mejillas limpiando las lágrimas.

—Todo va a mejorar, no lo prometo, pero sí a intentar —dice y pega sus labios a los míos.

Me encanta...

A mí igual.

¿Verdad que es hermoso?

Sí...

Y más cuando nos trata así... tan diferente a como es siempre...

¿A qué te refieres?

Él nunca se ha comportado tan tranquilo y calmado, ni tampoco con ternura...

Pero conmigo lo hace.

Sí, por la simple razón de que calmas su bestia interior, esa misma bestia que acabara contigo... pronto...

No sé de qué hablas.

Ya lo veras... ya lo veras. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro